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Negación sexual erótica

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La negación sexual erótica es un tipo de actividad sexual en la que se retrasa o «niega» la gratificación sexual de uno o ambos miembros de la pareja con el objeto de aumentar la excitación y/o tensión sexuales.[1]​ Es una práctica común como juego sexual dentro del contexto de relaciones leves de dominación y sumisión, si bien también puede ser una práctica en solitario. Cuando se usa en el contexto de la dominación y sumisión, la pareja dominante es a menudo animada a priorizar su propio placer sexual sobre el de su pareja sumisa. Esta última recibe gratificación al brindar placer sexual a su pareja así como a través de los sentimientos de vulnerabilidad y tensión que surgen cuando el propio placer sexual está bajo el control de otra persona. La experiencia sexual prohibida puede estar definida de manera estricta o amplia, y por períodos de tiempo específicos o indeterminados, dependiendo de la persona involucrada. La experiencia prohibida puede ser cualquier actividad sexual favorita o deseada, tales como actos o posiciones específicas, siempre y cuando que sea algo que la persona que la experimente lo desee.

Prácticas como el control del orgasmo son variedades bien conocidas de negación sexual erótica en las que una persona es mantenida en un estado de elevada excitación sexual durante un período prolongado sin experimentar un orgasmo.[2]​ El control del orgasmo a menudo termina con un orgasmo retardado, a diferencia de la práctica similar de negación del orgasmo en la que normalmente no se produce un orgasmo. Dispositivos de castidad, tales como jaulas de castidad de pene, arneses de pene o cinturones de castidad, pueden usarse como barreras físicas para restringir la capacidad de un individuo de masturbarse o experimentar un orgasmo durante períodos de negación sexual. Si bien no es necesario que haya provocación y negación, para algunas de las personas que practican esta actividad tales recursos aumentan los sentimientos de sumisión y empoderamiento entre miembros de la pareja. Otra variedad que es mencionada con frecuencia es el uso de dados u otros juegos de azar por parte de las parejas para determinar durante cuánto tiempo se le debe negar a una persona el sexo oral, la penetración, etc. La negación sexual erótica es común pero no exclusivamente practicada en conjunto con el BDSM y el bondage.

Prácticas de negación

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Atar y provocar

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Técnicas de bondage se usan comúnmente para restringir a la persona que es objeto de la negación sexual, permitiéndole de esta experimentar su impotencia de manera más intensa. Esta práctica es con frecuencia llamada «atar y provocar» o «atar y tentar» y puede considerarse como juegos extendidos de provocación y negación. Esta práctica es con frecuencia parte integral de la negación sexual. En discusiones entre parejas que practican el BDSM, la negociación se enfoca por lo general en qué actividades pueden o no ser motivo de acuerdo. Las actividades de atar y provocar son intensas tanto física como psicológicamente, en tanto los fuertes sentimientos de frustración sexual se ven intensificados por la sensación de impotencia inducida por el bondage.

Provocación y negación

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Jaula de castidad moderna para hombres

La práctica de la «provocación y negación» se refiere a situaciones en la que una persona recibe estimulación hasta que está cerca de un orgasmo, punto en el cual se detiene la estimulación, manteniendo a la persona al borde del orgasmo. Esto es similar al control del orgasmo, pero en este caso no hay una promesa de un orgasmo al final.

Si el orgasmo ocurre en cualquier caso tras haber retirado la estimulación, produce generalmente menos placer de lo habitual y se le considera un «orgasmo arruinado»,[3]​ en lugar de un «orgasmo denegado» (que a veces puede provocar la llamada «cojonera» en hombres o una sensación equivalente en mujeres). Alternativamente (en el caso de los hombres), la liberación de semen durante la fase de emisión de la eyaculación puede evitarse por medio de algún tipo de constricción (lo que se llama «orgasmo bloqueado»). Dependiendo de la relación, las personas sujetas a la negación pueden ser provocadas repetidamente hasta el punto del orgasmo varias veces, pero sin alcanzar un orgasmo real, lo que provoca sentimientos de intensa excitación y necesidad psicológica.

Negación total

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La práctica de la negación sexual total incluye por lo general la evitación completa y absoluta de cualquier estimulación genital del pene o la vulva. Esto implica con frecuencia el uso de barreras o dispositivos físicos, tales como los cinturones de castidad o jaulas de castidad. Hay cinturones de castidad o dispositivos bajo llave similares disponibles para todos los géneros. Dependiendo de la situación, la excitación sexual puede ser posible independientemente de que haya barreras físicas a la estimulación genital. Sin embargo, esto depende del cinturón que se utilice.

Consolador con arnés para hombres

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Algunos hombres pueden usar consoladores con arnés para permitir que la mujer tenga sexo vaginal con penetración al tiempo que niega a su pareja masculina la posibilidad de tener un orgasmo, de manera que el hombre puede usar al tiempo un dispositivo de castidad.[4]​ Esta práctica es distinta al pegging, ya que en este caso el consolador con arnés reemplaza al pene del hombre. Esto puede verse como una forma de negación total si el consolador con arnés reemplaza al pene durante la duración entera del juego, o como una forma de provocación si se usa solamente durante el juego previo. En este último caso, el consolador con arnés puede usarse para prolongar el sexo con penetración y así satisfacer sexualmente a la mujer en caso de que el hombre sufra de eyaculación precoz.[5][6][7]

Como forma de control

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La negación sexual erótica se usa a veces por parte de un o una dominante para aumentar el control que tiene sobre un sumiso o sumisa. Puesto que el sumiso se mantiene en un estado de necesidad sexual y vulnerabilidad, es más probable que adopte una postura dócil respecto al dominante, y el incumplimiento puede resultar en provocaciones adicionales o en períodos prolongados de negación, entre otros castigos.

Las prácticas de negación del orgasmo pueden permitir que el o la dominante ejerzan control sobre varios aspectos de la vida del sumiso o sumisa. Como tales, se practican a menudo (aunque no siempre) como extensiones o mejoras de una relación BDSM más amplia, o como medios para formar una. Pueden permitir al dominante experimentar sentimientos placenteros y a veces intensamente anhelados de control sexual y poder erótico, mientras que el sumiso o sumisa puede por su parte experimentar intensos sentimientos de objetivación sexual y sumisión ante el o la dominante.

Asimismo, la negación del orgasmo puede usarse para aumentar la tolerancia a la estimulación física de un sumiso o sumisa, como un entrenamiento para demorar un orgasmo o para permitir que el sumiso o sumisa tenga un orgasmo cuando se le ordene. También se puede usar como una forma de mantener continuamente un elevado estado de excitación sexual en el sumiso o sumisa, o como un medio de humillación erótica que tanto el sumiso como el dominante desean.

La humillación erótica puede también ayudar a reforzar la posición de la o el dominante en la relación. La negación del orgasmo es acompañada a menudo de otras formas de humillación erótica, tales como obligar al sumiso o sumisa a realizar tareas domésticas, a trasvestirse o incluso a que consuma fluidos corporales. Estas formas de humillación pueden usarse bien como castigos, como condiciones para ser liberado de la negación o simplemente a discreción de la o el dominante.

Véase también

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Referencias

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  1. Reagene, Dominic Paul (2014). BDSM & Fetish Dictionary of Kink, 2nd Edition. New York: Muze Management Publishing. p. 46. ISBN 978-1-5070-3399-9. 
  2. Reagene, Dominic Paul (2014). BDSM & Fetish Dictionary of Kink, 2nd Edition. New York: Muze Management Publishing. p. 82. ISBN 978-1-5070-3399-9. 
  3. Hsieh, Carina (31 de julio de 2019). «Everything You Need to Know About Ruined Orgasms». Cosmopolitan (en inglés). Archivado desde el original el 10 de octubre de 2019. Consultado el 17 de septiembre de 2019. 
  4. Zenn, Saskia. «Male Dildo Harness - A guide for Men how to wear a strap-on». Tickleberry (en inglés). Archivado desde el original el 31 de agosto de 2018. Consultado el 31 de agosto de 2018. 
  5. «Beginners Guide: Purchasing Your First Strap-On Harness». Gritty Woman. 30 de marzo de 2014. Archivado desde el original el 9 de agosto de 2018. Consultado el 31 de agosto de 2018. 
  6. Savage, Dan (2 de junio de 2017). «Savage Love Letter of the Day: He's Perfect, But a Premie». The Stranger. Archivado desde el original el 30 de agosto de 2018. Consultado el 31 de agosto de 2018. 
  7. Rose (18 de agosto de 2014). «Rose Answers: Premature Ejaculation 101». Pure Pleasure Shop (en inglés). Archivado desde el original el 30 de agosto de 2018. Consultado el 31 de agosto de 2018. [fuente cuestionable]

Lecturas adicionales

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  • Georgia Ivey Green, A Key Holder's Handbook, Georgia Ivey Green, 2013
  • Georgia Ivey Green, Ultimate Guide to Tease and Denial, CreateSpace Independent Publishing Platform, 2015
  • Ken Addison, Around Her Finger, Venus, 2004
  • Lucy Fairbourne, Male Chastity: A Guide for Keyholders, Velluminous Press, 2015
  • Elise Sutton, Female Domination, LULU, 2003
  • Barbara Wright Abernathy, Venus on Top, Oakhill Press, 2010
  • Georgeann Cross, Sexual Power for Women, Georgeann Cross, 1997

Enlaces externos

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