Matilde de Lupka

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Matilde de Lupka
Información personal
Nacimiento 1922 Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 1992 Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Argentina
Información profesional
Ocupación Cantante Ver y modificar los datos en Wikidata
Instrumento Voz Ver y modificar los datos en Wikidata
Tipo de voz Soprano Ver y modificar los datos en Wikidata

Matilde de Lupka (1922-1992, Buenos Aires) fue una soprano spinto argentina.

Trayectoria[editar]

Soprano de breve e importante carrera en el Teatro Colón de Buenos Aires donde debutó en 1951 en Mefistofele dirigida por Tullio Serafin.

Cantó luego en El Zar Saltán con Felipe Romito, Leonora de Il trovatore con Carlo Galeffi y com la reina Isabel en Cristóbal Colón de Milhaud en 1953.

Se la recuerda en posteriores temporadas en Andrea Chenier, Aída, Tosca[1]​ y Don Giovanni.

En 1959, por complicaciones físicas debidas a un shock emocional, la cantante perdió el habla y debió dejar de cantar por espacio de ocho años.

Regresó para el estreno de Le Villi de Puccini en 1967,[2]​ con la voz en estado precario y para dos funciones de Tosca en 1975 antes de su retiro definitivo.

Referencias[editar]

  1. «Copia archivada». Archivado desde el original el 26 de junio de 2012. Consultado el 17 de abril de 2013. 
  2. «Copia archivada». Archivado desde el original el 16 de abril de 2013. Consultado el 18 de abril de 2013. 

A través de esta página se corrigen afirmaciones erróneas sobre la trayectoria artística de esta gran soprano argentina que se han escrito y publicado con el correr de los años sobre su regreso al canto luego de su forzado y dramático retiro causado por razones de salud. Si se ha escrito tanto sobre ella es sin duda alguna porque su brillante trayectoria ha sido reconocida por quienes se han ocupado de ella y, también sin lugar a dudas, los errores de información cometidos han sido involuntarios, pero consideró justo y conveniente aclararlos. En la reseña aproximada de su trayectoria artística antes y después de su regreso a la actividad musical, reseña que enumera fechas y reproduce críticas luego de su exitoso regreso, se podrá juzgar si toda esta actividad desplegada a partir de 1967, año de su reinserción en la actividad artística y hasta su retiro definitivo alrededor de 1985, puede dar lugar a apreciaciones como que quiso volver a cantar pero sus condiciones vocales habían decaído y debió retirarse prontamente luego de su reaparición. Pocos artistas, a lo largo de toda su carrera, han desplegado una actividad tan extensa y elogiada como protagonizara la soprano Matilde de Lupka luego de su regreso al canto en 1967. Su importante carrera comenzó en el Teatro Colón de Buenos Aires donde debutó en 1951 en "Mefistofele", de Boito, junto a Nicola Rossi Lemeni, dirigida por Tulio Serafín, una de las grandes personalidades que alentaron su carrera profesional. Integró el reparto de "Electra", de Strauss, dirigida por Karl Böem, cantó luego en "El Zar Saltán", de Rimski-Kórsakov, con Felipe Romito, Leonora de "Il Trovatore", de Verdi, con Carlo Galeffi y como la reina Isabel en "Cristóbal Colón", de Milhaud - Claudel, junto a Jacques Jansen, y con dirección de Albert Wolff, en 1953. En 1954, personifica a Doña Anna en "Don Giovanni", de Mozart, y protagoniza el estreno mundial de "Zincali", ópera del compositor argentino Felipe Boero, y nuevamente es Leonora en "Il Trovatore" verdiano. En 1955, se la recuerda en "Andrea Chénier", de Giordano, y, una vez más, en la Leonora de "Il Trovatore". En 1956 es Aída en la temporada de verano del Teatro Colón en el Anfiteatro Municipal de Parque Centenario. En 1957, canta en el Teatro Colón la ópera que sería su más grande y consagratorio éxito: "Tosca", de Puccini. "En la magnificencia y seguridad de su voz, especialmente en el registro agudo, ni Tebaldi, ni Callas, ni ninguna de las famosas Toscas del mundo de hoy (exceptuando la Caniglia, por el momento la mejor) pueden compararse con de Lupka." (Music and Musiciens - Londres, diciembre de 1957). En 1958, canta "Aída", de Verdi, junto a Piero Miranda Ferraro, año éste en que es distinguida por el Círculo de Críticos Musicales de Buenos Aires con la Mención "al mejor cantante argentino que haya actuado en Buenos Aires en 1958", y en 1959, con la Orquesta y Coro Estables del Teatro Colón canta la "Misa de Rquiem", de Verdi, y vuelve a cantar "Tosca" en el Teatro Colón, en tanto que también protagoniza una vez más "Il Trovatore" y "Cavalleria Rusticana", de Mascagni, durante la temporada de verano del Teatro Colón en el Anfiteatro Municipal de Parque Centenario. En 1959, luego de una cirugía y por complicaciones físicas debidas a un shock emocional, Matilde de Lupka perdió el habla y debió dejar de cantar por espacio de 8 años. Regresó para la primera representación en el Teatro Colón de "Le Villi", de Puccini, en 1967, siendo celebrado su regreso por la crítica local. "...El espectáculo sirvió de come.back para una cantante argentina que hacía muchos años no se presentaba en Buenos Aires. Matilde de Lupka -siempre recordada por sus interpretaciones en Tosca, Aída, Leonora de Il Trovatore- dejó de actuar durante largo lapso. Volvió ahora con el brillo de su registro agudo, con su inteligente musicalidad." (Juan Pedro Franze, "Buenos Aires Musical"); "...Matilde de Lupka, que hacía su reaparición en la escena del Colón después de muchos años de ausencia, es una cantante de mérito, inteligente, sensible y comunicativa. (...) ha ganado en expresividad." (Jorge D'Urbano, "Clarín"). Continuó luego su nuevamente brillante carrera en el Teatro Colón participando en conciertos sinfónico-vocales y óperas. En 1971, con la Orquesta Sinfónica Nacional canta el "Gloria", de Poulenc, en el Teatro Nacional Cervantes y ofrece un recital de algunas de las más célebres arias de ópera de su cuerda bajo el auspicio de la Asociación de Arte "Quinta Dimensión". "...Matilde de Lupka aprovechó la oportunidad ofrecida y se preparó un programa de arias de ópera. Trató de evitar todo lo que a su grandiosa y amplia voz no le sentaba, o sea música de cámara, aunque ella se mueve también en la misma con mucho estilo y demuestra su saber y dominio. Nada ha perdido su voz en hermosura y tibieza, ni en la artística musicalidad. Expresión, musicalidad, más aún en arte de interpretación ha ganado en experiencia, sin que su juvenil, hermosa, enorme y perforadora voz haya cambiado, agregando lo claro que se entiende cada palabra cantada, lo cual en este caso es de máxima importancia en la ejecución. Comenzó con Mozart. Si su gran "Or sai chi l'onore" es apropiada como comienzo para un programa, es discutible. Luego siguió "Porgi amore", cavatina de "Las bodas de Fígaro", para después pegar el gran salto y entrar en los dos monólogos de "Adriana Lecouvreur" de Cilea y entrar en el estilo del verismo. Ahora pudo la cantante emplear la reserva de su hermosa voz, como también en la temida escena de Nedda del acto primero de "Pagliacci" de Leoncavallo. Su soprano lírico-dramático, es lo suficientemente dócil para superar sin altibajos las notas más altas. Ha sido una interpretación ejemplar, para superar este solo con tantos riesgos técnicos. Con cálida tonalidad llena de dolor ofreció la última aria de Leonora de "La Fuerza del Destino" de Verdi, coronando así la primera parte de la noche. Habiéndose destacado la cantante en todo su esplendor en esta primera parte de la noche, en toda la madurez de su arte, inagotable belleza de su voz, se superaba ahora con arias de Puccini, que se amoldan perfectamente a su temperamento. "Vissi d'arte" de Tosca ha sido un acontecimiento; pero más aún demostró su arte de formación en la aterradora escena solo de "Suor Angelica" del uniacto del mismo nombre. Aquí nuevamente engrandeció sin tener que recurrir a efectos baratos. Menos acertada estuvo la primera Liú, aria de "Turandot" ("Signore ascolta"), aunque también aquí se vio la calidez en el registro medio y que supo emplear los pianísimos en los agudos. La victoria definitiva consiguió Matilde de Lupka luego, en el discurso de Turandot, en la escena de los enigmas en el segundo acto. Todo brillaba con un sonido noble y metálico, hasta en las notas más agudas, limpias y transparentes, pero también en los tantas veces exigidos graves de Puccini. Aquí hay una cantante que sin esfuerzo supo dominar este enorme programa, que es capaz de saltar de aria en aria, transformarse con estilo y expresión, y que domina con su voz las expresiones más variadas. (...) Juan Pedro Franze, "Freie Presse" - 21/11/1971 En 1974, acompañada por la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, canta en el Teatro Colón el fragmento final de la ópera "Cecili", de Refice, con clamoroso éxito: "...Abrió la sección complementaria la soprano Matilde de Lupka, quien brindó una lucida interpretación del fragmento "Grazie Sorelle", de otra ópera, "Cecilia", original del compositor Licinio Refice. Acreditó sus satisfactorias condiciones expresivas y su voz, de timbre claro y atrayente. Obtuvo la entusiasta adhesión del auditorio y debió presentarse repetidas veces en el palco escénico para agradecer esas demostraciones." ("La Nación", 10/04/1974); "...tuvo en Matilde de Lupka una solista expresiva y tocante que conmovió al público por la intensidad con la que vertió el fragmento. Vocalmente además es lejos lo mejor que esta cantante ha hecho en años; su plasticidad sonora y su emoción suscitaron al término férvida ovación de un público entusiasta." (Ricardo Turró, "La Razón", 16/04/1974), y también canta en el Teatro Colón el oratorio de Honegger "El Rey David", que vuelve a interpretar al año siguiente. Durante ese mismo año, 1975, interviene en un concierto sinfónico-coral organizado por el Teatro Colón en el Teatro Presidente Alvear, oportunidad en donde canta la escena final del 2º acto de la ópera "Aída", e, invitada por la Cincinatti Summer Opera Association, debuta en los Estados Unidos con su célebre Tosca. "Matilde de Lupka, una diva de Buenos Aires, hizo anoche su debut norteamericano en el rol titular y recibió numerosos aplausos. Es una soprano de generosa y rica voz. (...) podría ser una de las mejores Toscas de nuestros días en el mundo de la ópera." (Henry S. Hampreys). Vuelve a cantar este rol en el Colón y en el Teatro Argentino de La Plata y personifica a Nedda de "I Pagliacci", de Leoncavallo, en la provincia de Córdoba. En 1975, en recordación del 60º aniversario de la creación de los Cuerpos Estables del Teatro Colón, Matilde de Lupka es convocada para el concierto en homenaje al Centenario del nacimiento del compositor Licinio Refice, en donde se cantan, por primera vez luego de su estreno en el Teatro Colón en 1934, los episodios más relevantes de la ópera "Cecilia". Ese mismo año, y junto al tenor Liborio Simonella, entre otros, vuelven a cantar fragmentos de los episodios 2º y 3º de la ópera "Cecilia" en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires. Poco tiempo después, luego de otras intervenciones en conciertos en TV y en el Salón Dorado del Teatro Colón, declinando ya su salud, decide retirarse profesionalmente, produciéndose su deceso a mediados del año 1992.

Bibliografía[editar]

Enlaces externos[editar]