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La Gioconda (taller de Leonardo da Vinci)

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Mona Lisa, o La Gioconda
Año 15031516
Autor Anónimo
Técnica Óleo sobre tabla de nogal
Estilo Renacimiento
Tamaño 76 cm × 57 cm
Localización Museo del Prado, Madrid, EspañaBandera de España España
País de origen Italia

La copia de La Gioconda perteneciente al Museo del Prado de Madrid (España), es una pintura realizada al óleo sobre tabla que repite de manera muy precisa el famoso cuadro La Gioconda, obra maestra de Leonardo da Vinci.

Existen muchas copias de La Mona Lisa, aunque esta, que se encontraba en el Prado desde su inauguración, procedente de las Colecciones Reales, es la más antigua que se conoce, y sobre todo presenta la particularidad de que fue pintada al mismo tiempo y en el mismo taller que la original, por un alumno de Leonardo. Esta singularidad se descubrió gracias al proceso de estudio y restauración al que fue sometida a partir de 2010 ante una petición de préstamo para una exposición temporal en el Museo del Louvre de París (propietario de la obra original), La Sainte Anne, l'ultime chef-d'œuvre de Léonard de Vinci (Santa Ana, la última obra maestra de Leonardo da Vinci).[1]​ Se la sometió a un examen técnico estándar, que incluyó reflectografía infrarroja, radiografía, fluorescencia inducida con luz ultravioleta e inspección con lupa binocular. La reflectografía y el examen de la superficie de la tabla con luz rasante revelaron la presencia del paisaje debajo del fondo oscuro. La reflectografía se comparó con la que se había sacado en 2004 del cuadro del maestro y se comprobó que el dibujo subyacente es similar en ambas obras y que las correcciones que aparecen en la pintura original se repiten una por una en la copia.[2][3]​ No obstante, en opinión de Miguel Falomir Faus, la intervención del maestro florentino en ésta está completamente descartada. Por otra parte, el motivo de realizar una segunda versión, pintada a la vez que el original, resulta un misterio.

Su estado de conservación es mucho mejor que el de la obra del Louvre, influido por la naturaleza de la tabla de mejor calidad, siendo de nogal con un grosor de 18 mm, a diferencia de la obra del Louvre, de chopo y de 13 mm de grosor, lo cual permite obtener información sobre el paisaje de fondo y sobre detalles de elementos como el color pelirrojo del cabello, el vestido, el velo y la silla.[4]​ Se emplearon materiales de muy buena calidad y la ejecución es muy esmerada, pero, según Miguel Falomir Faus, la técnica es muy distinta, propia de un artista mucho más limitado, con un dibujo de inferior calidad y una pincelada mucho más simple, continua, más lineal y compacta, sin presencia del sfumato característico del Leonardo maduro. En cualquier caso, ha estado tradicionalmente colgada en las salas del Museo (una de las muy contadas copias, anónimas o de autor conocido, que el Prado expone), al lado de obras maestras de Rafael o Andrea del Sarto y prueba del interés que siempre ha despertado son las reproducciones realizadas por copistas a lo largo de toda la historia de la institución. Asimismo se conserva una litografía de esta misma obra, algo inusual para una copia anónima.

Hay que señalar además, que en la obra madrileña la retratada (presumiblemente Lisa Gherardini) aparece representada con cejas, aunque muy finas, mientras que en la de París no, asimismo las dos columnas laterales son más visibles en la obra del Prado, siendo la tabla cuatro centímetros más ancha que la obra del Louvre.

Sobre la autoría, se ha asegurado que la copia de Madrid fue realizada por alguno de los alumnos más aventajados y próximos a Leonardo, quizá Francesco Melzi o Andrea Salai,[5]​ si bien expertos italianos apuntan a un discípulo español, acaso Fernando Yáñez de la Almedina o Hernando de los Llanos, pintores activos en el ámbito valenciano que colaboraron con Leonardo.

Historia

La Gioconda original, de Leonardo.

Los orígenes de la Gioconda del Museo del Prado están directamente relacionados con los de su gemela del Louvre, puesto que está probado que fueron pintadas al mismo tiempo.

La primera referencia a la "Gioconda española" se cree que puede estar en el inventario del Real Alcázar de Madrid de 1666, redactado tras la muerte del rey Felipe IV; es muy probable que la obra se corresponda con la pintura que aparece reflejada con el número 588 en la Galería del Mediodía: "vara de alto y 3 quartas de ancho (83,5 × 63 centímetros) vna mujer de mano de Leonardo Abince 100 ds (doblones)".

Sin embargo, se desconoce cuándo entró en la Colección Real española. Se ha conjeturado que pudo traerla al país el escultor Pompeo Leoni, quien poseía valiosas obras sobre papel de Leonardo, entre ellas los Códices Madrid I y II, que se trajo de Italia y que actualmente se encuentran en la Biblioteca Nacional de España; pero faltan pruebas documentales que apoyen esta hipótesis. Junto con cientos de obras de propiedad real, pasó al Prado en su etapa fundacional y consta allí desde la apertura del museo en 1819.

Redescubrimiento de su aspecto original

Aspecto de la copia anterior a la restauración, con el fondo cubierto por el repinte oscuro.

Ante una petición del Museo del Louvre de París para incluirla en una exposición, el Prado decidió en 2010 descolgar la obra para restaurarla y eliminar los barnices ennegrecidos. Como resultado de la restauración se descubrió que se trataba de una obra de la escuela de Leonardo, lo cual fue anunciado en una conferencia de expertos en enero de 2012 en la National Gallery de Londres.

Los trabajos de análisis y restauración de la copia madrileña descubrieron sorprendentes similitudes con la Mona Lisa parisina que habían permanecido ocultos por un repinte negro que tapaba el paisaje de fondo, ambientado en la región italiana de Toscana. Este fondo en penumbra, agregado con posterioridad a 1750, llama la atención, puesto que la obra de Leonardo era ya por entonces muy prestigiosa. Tal vez pudo hacerse por razones decorativas, para emparejarla con otros retratos con fondos oscuros, aunque también puede deberse al hecho de que el paisaje está inacabado en determinadas zonas.

Una prueba de rayos X permitió establecer que las capas de pintura original y la forma de componer el cuadro eran casi idénticas a las del retrato de París, y que los cambios hechos en la gemela de Madrid eran casi iguales a la forma en la que evolucionó la parisina. Tal correlación en las correcciones es imposible en una copia posterior, pues se entiende que ningún copista podría conocer el proceso creativo del maestro salvo que hubiese trabajado junto a él.

La limpieza de la Mona Lisa española la mostró más luminosa y brillante que la del Louvre, dado que su estado de conservación es mucho mejor que el de la original. La dama de la versión parisina, de hecho, parece de mayor edad que la que tenía en realidad (algo más de veinte años), lo que se explica por los pigmentos oscurecidos, los barnices amarilleados y el craquelado de la pintura, aunque se descarta una limpieza del cuadro en un futuro próximo por los riesgos que implicaría, dada su fragilidad.[6]​ Según los expertos, este cuadro gemelo permitirá descifrar algunos de los misterios que rodean al original.[7]

Detalle de La Gioconda del Louvre.
Detalle de La Gioconda del Louvre.  
Detalle de La Gioconda del Prado.
Detalle de La Gioconda del Prado.  

Atribución

Detalle de la copia una vez restaurada.

Debido a la capa de pintura negra que ocultaba el paisaje, se creía que era una copia ajena al entorno de Leonardo, si bien realizada en el primer cuarto del siglo XVI. Hasta 2011 se creía que estaba realizada sobre un panel de madera de roble, un soporte vinculado a la pintura nórdica (flamenca, holandesa, alemana),[8]​ pero no a la italiana. Sin embargo el examen realizado determinó que se trataba en realidad de madera de nogal, que sí era utilizada en Italia y que concretamente fue empleada por Leonardo en varias de sus pinturas, como La Dama del Armiño, La Belle Ferronière o San Juan Bautista, entre otras, además de por su círculo milanés. La confusión llevó incluso a que en un artículo publicado en 1992 por la revista Cuadernos de arte e iconografía de la Fundación Universitaria Española, «Pintura italiana del siglo XVI en España», el historiador José María Ruiz Manero la considerara como muy probablemente ejecutada en el siglo XVI en Francia por un pintor flamenco.[9]​ Otros investigadores propusieron como posible autor a otro pintor del norte, el alemán Hans Holbein el Joven.[10]

La conclusión del estudio efectuado en el Prado es que la réplica de Madrid fue realizada por un alumno de la escuela de Leonardo al mismo tiempo que el artista italiano pintaba su obra maestra. La copia sería un trabajo en paralelo, que fue sumando los avances y correcciones del original. Por ello las hipótesis sobre su autoría se ciñeron al círculo de discípulos que trabajaron con Leonardo. Aunque algunos historiadores postularon la autoría del propio maestro,[11]​ su intervención en la copia ha quedado rotundamente descartada. Según distintos investigadores, el autor podría ser Francesco Melzi, un discípulo aventajado de Leonardo y pintor más o menos conocido del Renacimiento, o bien Andrea Salai, su alumno predilecto. Salai es conocido más por su faceta de modelo del propio Leonardo y de su taller que por la de pintor. No hay ninguna pintura suya segura, firmada, lo que dificulta establecer comparaciones con la obra del Prado, aunque hay algunas que tradicionalmente se le atribuyen. Una de ellas es la Monna Vanna (varias versiones, las más destacadas la de una colección privada de Suiza y la del Museo del Hermitage), un retrato de una mujer semidesnuda de aspecto andrógino, supuestamente de Lisa Gherardini, aunque incluso podría tratarse de un retrato del propio Salai realizado por el taller de Leonardo, quizá un autorretrato, ya que se conservan dibujos de carácter erótico en los que aparece Salai como modelo mostrando órganos sexuales masculinos y pechos que corresponden al género femenino, ejemplo de ello es el dibujo de El ángel encarnado. El paralelismo existente entre los rasgos físicos y la técnica de esta obra y los de la copia del Prado, junto a otros factores, llevan a Dolores García, investigadora y escritora especializada en la obra de Leonardo da Vinci, a considerarlo como el autor más probable de la copia del museo español, si bien algunos críticos creen que la calidad de ésta es demasiado alta para ser suya.

La Monna Vanna (colección privada suiza), pintura atribuida a Giovanni Giacomo Caprotti da Oreno, conocido como Salai.

Según palabras de Caterina Bon Valsassina, superintendente de patrimonio histórico-artístico, la obra «es una bella pintura, con sabores rafaelescos. Pero sobre el nombre no me pronuncio». Leonardo da Vinci influyó notablemente en Rafael Sanzio, de ahí que en 1505 realizase la obra Dama con unicornio, actualmente en la Galería Borghese de Roma, tomando como referencia la Gioconda de Leonardo, de manera que si Melzi se incorpora a su taller en 1506-1507 difícilmente pudo intervenir en ella, como así afirma Dolores García.

Expertos italianos prefieren apuntar a un discípulo español, como Fernando Yáñez de la Almedina o Hernando de los Llanos; ambos pintores activos en Valencia se cuentan entre los seguidores del maestro y el primero hubo de colaborar con Leonardo en el mural de La batalla de Anghiari. Alessandro Vezzosi rechaza las atribuciones a Melzi o Salai señalando que Leonardo da Vinci documentó en sus manuscritos al autor como un «Fernando, pintor español» que podría ser Fernando (variante de Hernando) Llanos o Fernando Yáñez de la Almedina; también Pietro Marani, considerado el principal experto en el pintor florentino, descarta la autoría de Salai o de Melzi, que aún no era ni aprendiz de Leonardo.[3]​ Sin embargo, Bruno Mottin, conservador jefe del Centre de Recherche et de Restauration des Musées de France (Centro de Investigación y de Restauración de los Museos de Francia), sí considera como los más probables autores a los dos discípulos predilectos de Leonardo, Salai, que entró en el taller en 1490, o Melzi, que lo hizo alrededor de 1506, lo que en este último caso retrasaría la datación de la obra original.[12]

Véase también

Referencias

  1. «'La Gioconda' renace en El Prado». El País. 2 de febrero de 2012. Consultado el 3 de febrero de 2012. 
  2. «Obra "gemela" de la Gioconda se pintó al mismo tiempo que la original». TV Perú. 1 de febrero de 2012. Consultado el 3 de febrero de 2012. 
  3. a b Gómez Fuentes, Ángel (3 de febrero de 2012). «Los mayores expertos italianos apuntan a un discípulo español de Leonardo». ABC. Consultado el 3 de febrero de 2012. 
  4. García, Katherin. «Gioconda de El Prado no fue una réplica posterior a la original». La República. Consultado el 3 de febrero de 2012. 
  5. Calleja, Ángel (2 de febrero de 2012). «El Prado descubre que su copia de la 'Mona Lisa' es el mejor clon del original de Da Vinci». 20minutos. Consultado el 3 de febrero de 2012. 
  6. «La 'Mona Lisa' de Da Vinci tiene una gemela en España». La Nación. 2 de febrero de 2012. Consultado el 3 de febrero de 2012. 
  7. Corroto, Paula (2 de febrero de 2012). «La gemela desvela los secretos de la Gioconda». Público. Consultado el 3 de febrero de 2012. 
  8. (Varios autores, 1996, p. 194)
  9. (Ruiz Manero, 1992)
  10. Luna, Juan J. (2001). Guía del Prado. Madrid: Editorial Alfiz. ISBN 84-85818-43-1. 
  11. Campoy, Antonio Manuel (1970). El Museo del Prado. Madrid: Giner, D.L. p. 399. COAM A-423 00027836. 
  12. Martin Bailey (1-2-2012). «Earliest copy of Mona Lisa found in Prado» (en inglés). The Art Newspaper. Consultado el 4-2-2012. 

Bibliografía

Enlaces externos