Júpiter e Ío

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Júpiter e Ío
(Giove e Io)
Año h. 1531-1532
Autor Antonio Allegri da Correggio
Técnica Óleo sobre lienzo
Estilo Manierismo
Tamaño 163,5 cm × 74 cm
Localización Museo de Historia del Arte de Viena, Viena, Austria Austria

Júpiter e Ío (en italiano, Giove e Io) es un cuadro del pintor italiano Antonio Allegri da Correggio. Está realizado en óleo sobre lienzo, y fue pintado hacia 1531-1532.[1]​ En la actualidad, se conserva en el Museo de Historia del Arte de Viena, Austria. En esta obra y El rapto de Ganimedes, Correggio alcanza la cima de sus posibilidades artísticas.[2]

Esta obra fue pintada como pieza que acompañaba a la citada El rapto de Ganimedes, conservada también en ese museo de Viena. Los dos cuadros, junto con otra pareja, la Dánae que se conserva en Roma y la Leda con el cisne de Berlín, forman un ciclo de cuatro telas pintadas por Correggio a partir del año 1530, con el título de «Los amores de Júpiter», encargada por Federico II Gonzaga para decorar la Sala de Ovidio en el Palazzo Te de Mantua; no obstante, fueron un regalo para el emperador Carlos V y en consecuencia, el ciclo fue dispersado fuera de Italia.

Ío era, según la mitología griega, una doncella de Argos, hija de Ínaco y sacerdotisa de Hera (o hija del rey Yaso), a la que Zeus (dios griego del que es equivalente el Júpiter romano) visitó transformado en una gran neblina y aprovechó para arrebatarle su virginidad. Todo ello aparece narrado en Las metamorfosis de Ovidio, libro que se convirtió en fuente literaria de temas para la pintura manierista y la barroca.[3]​ El cuadro representa el momento de la unión carnal entre Ío y Zeus que la envuelve en forma de nube, abrazándola.[2]​ No resulta fácil representar a un hombre disfrazado de nube haciendo el amor a una joven: aquí lo resuelve haciendo entrever una mano y un rostro de hombre en la nube.[4]

Es de destacar el contraste entre la evanescente figura del inmaterial Júpiter, y la sensualidad sustancia del cuerpo de Ío, que se muestra perdido en un rapto erótico que anticipa las obras de Bernini y Rubens.

El efecto cromático se basa en el contraste entre el cielo, dibujado con densas nubes oscuras, y la blanca figura de Ío, en una postura retorcida típicamente manierista.[2]​ El cuerpo está colocado en forma serpentinata, esto es, de S, y es una disposición propia de Correggio que luego imitaron los pintores barrocos.[3]

El ciervo que está bebiendo agua, figura situada en la esquina inferior derecha del cuadro, no aparece en la historia de Ovidio. Puede referirse a que el padre de Ío era Ínaco, un oceánida o dios fluvial.[5]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. «Museos del Mundo» señala como fecha aproximada 1530.
  2. a b c Los maestros de la pintura occidental, Taschen, 2005, pág. 174, ISBN 3-8228-4744-5
  3. a b L. Cirlot (dir.): Kunsthistorisches (Museo de Historia del Arte de Viena). Col. «Museos del Mundo», Tomo 11, Espasa, 2007. ISBN 978-84-674-3814-7, pág. 133.
  4. Rynck, Patrick de: Correggio, «Júpiter e Ío», en las pp. 168-169 de Cómo leer la pintura, 2005, Grupo Editorial Random House Mondadori, S.L., ISBN 84-8156-388-9
  5. Rynck, P.: op. cit.

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