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== Manejar la intolerancia a la lactosa ==
== Manejar la intolerancia a la lactosa ==


Para personas que viven en soci
Para personas que viven en sociedades donde la dieta contiene relativamente poca cantidad de productos lácteos, la intolerancia a la lactosa no es una condición que requiera tratamiento. Sin embargo, aquellos que viven en sociedades donde la mayoría tolera la lactosa, pueden encontrar la intolerancia a la lactosa problemática. Aunque aún no existe la metodología para restablecer la producción de lactasa, algunos individuos han reportado que su intolerancia puede variar a lo largo del tiempo (dependiendo del estado de salud y el embarazo).<ref>Lactose Intolerance at eMedicine Roy, Barakat, Nwakakwa, Shojamanesh, Khurana, July 5, 2006 - About 44% of lactose intolerant women regain the ability to digest lactose during pregnancy. This might be caused by slow intestinal transit and intestinal flora changes during pregnancy.</ref>

La intolerancia a la lactosa usualmente no es una condición de todo o nada: la reducción en la producción de lactasa, y por lo tanto la cantidad de lactosa que puede ser tolerada varía de persona a persona. Dado que la intolerancia a la lactosa no plantea una amenaza adicional para la salud de las personas, manejar la condición consiste en minimizar la incidencia y severidad de los síntomas. Berdanier y Hargrove reconocieron cuatro principios generales: 1) evitar la lactosa en la dieta; 2) sustituir para mantener el consumo de [[nutriente]]s; 3) regular el consumo de [[calcio]]; 4) usar un sustituto de la enzima.


== Evitar productos que contienen lactosa ==
== Evitar productos que contienen lactosa ==

Revisión del 15:13 2 sep 2012

Intolerancia a la lactosa

Especialidad endocrinología
eMedicine med/3429 ped/1270

La intolerancia a la lactosa es una afección de las microvellosidades intestinales debida a que el organismo produce poca o ninguna cantidad de la enzima lactasa, que deriva en una imposibilidad de metabolización de la lactosa (el «azúcar de la leche»).

De esta forma, cuando la ausencia de lactasa impide al organismo asimilar la lactosa, se produce un cuadro clínico representativo como manifestación a esta incapacidad de responder adecuadamente a su presencia en el conducto digestivo.

Tipos y causas

Intolerancia a la lactosa (permanente)

Es determinado por la genética de la persona. Es hereditario y permanente. Es frecuente en la vida adulta. La persistencia de la lactasa es la anormalidad debida a un defecto en la regulación de su maduración.

Intolerancia secundaria o adquirida (reversible o temporal)

Se trata de una deficiencia relativa (transitoria) de lactasa en el intestino debida a patologías o situaciones (como malnutrición o toma de medicamentos) que resultan en una supresión de sus reservas enzimáticas en el tracto digestivo.[1][2][3]

Deficiencia congénita de lactasa

Es un desorden genético que impide la producción enzimática de la lactosa. Está presente en el nacimiento y el diagnóstico se hace en la infancia temprana. Esta clase de intolerancia viene determinada geneticamente y se encuentra muy ligada a la raza o pueblo étnico (territorial) del que se proceda. Por ello, hay una predisposicón genética a padecer una deficiencia de lactasa que impide una correcta absorción de lactosa que puede ser transmitida de generación en generación.

Biología de la lactasa

La enzima lactasa, también llamada beta-D-galactosidasa, es sintetizada si al menos uno de los dos genes que la codifican están presentes. Solamente cuando la expresión de ambos genes está afectada se reduce la síntesis de la enzima lactasa, lo cual a su vez reduce la digestión de lactosa.[4]​ La persistencia de la lactasa permite que se realice la digestión de la lactosa, proviene del alelo dominante. Por lo tanto la intolerancia fisiológica a la lactosa es una mutación autosómica recesiva. Sin embargo, culturas como la japonesa, donde el consumo de productos lácteos se ha ido incrementando, demuestran una baja prevalencia de intolerancia a la lactosa a pesar de la predisposición genética.[5]

La condición normal en los mamíferos es que los jóvenes (de las especies) experimenten una reducción en la producción de lactasa al final del período de destete (un período específico para cada especie). En sociedades que no consumen productos lácteos, la producción de lactasa usualmente cae en un 90 % aproximadamente durante los primeros cuatro años de vida, aunque la caída exacta a lo largo del tiempo varía ampliamente. Sin embargo, ciertas poblaciones humanas tienen una mutación en el cromosoma dos que resulta en un «bypass» de la disminución común en la producción de lactasa, haciendo posible que miembros de estas poblaciones continúen consumiendo leche fresca y otros productos lácteos a lo largo de sus vidas.

Una intolerancia patológica a la lactosa puede ser causada por la enfermedad celíaca, la cual daña las vellosidades que producen la lactasa en el intestino delgado. Esta intolerancia es temporal y reversible; desaparece cuando el paciente ha estado en una dieta libre de gluten después del tiempo necesario para que se recuperen dichas vellosidades.

La intolerancia tiene origen en un gen, el cual rechaza la lactosa en edad adulta y se identifica especialmente en poblaciones en las que el consumo de productos lácteos no existía (como América precolombina, Ártico). Caso contrario es Europa donde el consumo de productos lácteos tiene una larga tradición.

Ciertas personas que reportan problemas con el consumo de lactosa no padecen realmente de intolerancia a la misma. En un estudio de 323 sicilianos adultos, Carroccio et al. (1998) encontró que solamente el 4 % sufría de intolerancia a la lactosa, mientras que el 32.2 % padecía de mala digestión de la lactosa, pero no intolerancia. Sin embargo, Burgio et al. (1984), había encontrado, en su estudio, que 72 de cada 100 sicilianos, y 56 de 108 italianos del norte (51 %) sí sufrían de intolerancia a la lactosa.

Signos y síntomas

La sintomatología

Diagnóstico

Existen varias formas para poder diagnosticar una intolerancia a la lactosa.

Test de tolerancia a la lactosa

Se basa en la medición de la respuesta glucémica a una sobrecarga de lactosa (50 gramos) cada 30 minutos hasta las 2 horas siguientes a dicha ingesta, normalmente divididas en cuatro tomas (0, 30, 60 y 120 minutos). En una situación normal, la glucemia aumenta en 30 mg/dl del nivel basal de glucosa en sangre a las 2 horas, por lo que una ausencia de este incremento glucémico sugiere una deficiencia de la enzima lactasa. Es una forma de confirmación bastante inespecífica debido a que ciertas patologías pueden invalidar el resultado de este test (diabetes mellitus, síndrome de malabsorción, síndromes funcionales de vaciamiento gástrico), y por ello debe ser interpretado con prudencia.

Se espera variabilidad sustancial en la respuesta clínica (náuseas, retorcijones, distensión, diarrea y flatulencia), en la medida en que la extensión y la severidad de la intolerancia a la lactosa varía entre individuos.

Cuando se considera la necesidad de confirmación, es importante distinguir la intolerancia a la lactosa de la alergia a la leche, la cual es una respuesta inmune anormal (usualmente) a las proteínas de leche. Puesto que la intolerancia a la lactosa es el estado normal para la mayoría de los adultos a escala mundial, y no es considerada una enfermedad, el diagnóstico médico normalmente no es requerido. Sin embargo, si la confirmación es necesaria, están disponibles tres pruebas:

Test de hidrógeno espirado

En los individuos que padecen una deficiencia de lactasa, la lactosa que el organismo es incapaz de absorber pasa en forma libre hacia el colon (al no haber absorción, el glúcido sigue el recorrido entérico normal). Durante su tránsito por el intestino, las bacterias allí presentes degradan la lactosa produciendo gran cantidad de hidrógeno libre. Este gas, una vez en el intestino grueso es absorbido hasta el corriente circulatorio para ser eliminado a través de las vías respiratorias (sistema respiratorio). De este modo, cuando un sujeto que tiene intolerancia a la lactosa ingiere 50 gramos de este azúcar su excreción de hidrógeno por medio del aire espirado aumenta considerablemente tras dicha sobrecarga y durante varias horas después. Este test es un método rápido y bastante fiable para detectar la malabsorción de lactosa.

Acidez de las deposiciones

Puede ser usado para diagnosticar la intolerancia a la lactosa en niños pequeños, para quienes otros tipos de métodos son arriesgados o poco prácticos.[6]

Biopsia del intestino delgado

Una biopsia intestinal puede confirmar la intolerancia a la lactosa después de descubrir una elevación de hidrógeno en la prueba de espiración de hidrógeno.[7]​ Este procedimiento consiste en la extracción de una muestra del tejido del intestino delgado para examinar, mediante el microscopio, posibles alteraciones que puedan afectar a una mala metabolización de la lactosa.

Diagnóstico genético

Se utiliza en los casos de intolerancia primaria (determinada por la genética de la persona). La persistencia de la actividad lactasa en adultos está asociada a la presencia de dos polimorfismos: C/T 13910 Y G/A 22018, localizados en el gen MCM6.[8]​ Dichos polimorfismos se pueden detectar mediante técnicas de biología molecular en el ADN extraído de una muestra de sangre o saliva del paciente. Existen incluso en el mercado kits de diagnóstico genético específicos para este fin. El procedimiento consiste en extraer y amplificar el ADN de la muestra, continuando con un protocolo de hibridación en tira, para obtener como resultado final una serie de bandas coloreadas. En función de las distintas combinaciones que se encuentren, se podrá determinar si un paciente es intolerante a la lactosa o no. Este tipo de test permite obtener un diagnóstico definitivo de forma rápida y no invasiva para el paciente.

Manejar la intolerancia a la lactosa

Para personas que viven en soci

Evitar productos que contienen lactosa

Dado que la tolerancia individual a la lactosa varía, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos «el control dietario de la intolerancia a la lactosa depende de que las personas aprendan a través del ensayo y error cuánta lactosa pueden manejar».[9]​ Leer la etiqueta es esencial ya que la terminología comercial varía de acuerdo al lenguaje y la región.[7]​ La lactosa está presente en dos grandes categorías de alimentos: los productos lácteos convencionales y como aditivo en los alimentos (productos lácteos y no lácteos).

Lactosa en los productos lácteos

La lactosa es una molécula hidrosoluble. Por lo tanto el porcentaje de grasa y el proceso de cortado tienen un impacto sobre aquellos alimentos que pueden ser tolerados. En el proceso de formar la cuajada, la causa se encuentra en la porción acuosa junto con el suero y la caseína, pero no se encuentra en la porción lipídica. Los productos lácteos «reducidos en grasa» o los «libres de grasa» generalmente tienen un porcentaje ligeramente alto de lactosa. Además, los productos lácteos reducidos en grasa también tienen con frecuencia varios derivados de la leche tales como sólidos lácteos agregados a éstos para incrementar la dulzura, lo que produce un incremento en el contenido de lactosa.

Leche: La leche humana tiene el más alto porcentaje de lactosa, alrededor del 9 %. La leche de vaca no procesada contiene 4.7 % de lactosa. Las leches no procesadas de otros mamíferos contienen porcentajes similares de lactosa (leche de cabra: 4.1 %,[10]​ leche de búfala: 4.86 %,[11]​ leche de yak: 4.93 %,[cita requerida] leche de oveja: 4.6 %[cita requerida]).

Mantequilla: El proceso de preparación de mantequilla separa los componentes acuosos de la leche de los componentes grasos. Siendo la lactosa una molécula hidrosoluble, no estará presente en la mantequilla a menos que se le agreguen sólidos lácteos.

Yogur: La gente puede tolerar mejor el yogur preparado de la manera tradicional que la leche, debido a que éste contiene la enzima lactasa producida por los cultivos de bacterias usadas para preparar el yogur. Sin embargo, muchas marcas comerciales contienen sólidos lácteos, que incrementan el contenido de lactosa.

Quesos: Los quesos duros preparados tradicionalmente (tal como el queso suizo) y los quesos madurados suaves, pueden crear menos reacción que la cantidad equivalente de leche debido al proceso involucrado. La fermentación y el alto contenido de grasas contribuye a disminuir la cantidad de lactosa. El queso suizo o Cheddar hecho de forma tradicional puede contener un 10 % de la lactosa encontrada en la leche completa. Adicionalmente, los métodos tradicionales de envejecimiento del queso (más de dos años) reducen su contenido de lactosa a prácticamente nada.[12]​ Sin embargo, algunas marcas comerciales de queso son manufacturadas generalmente por procesos modernos que no tienen las mismas propiedades reductoras de lactosa, y como no existen regulaciones que califiquen a un queso de «madurado», esta descripción no provee ninguna indicación acerca de si el proceso usado reduce significativamente la lactosa.

Suero, crema agria y helado: Al igual que el yogur, si fueron preparados de la manera tradicional generalmente serán totalmente tolerables, pero la mayoría de las marcas modernas agregan sólidos lácteos.[13]

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Lactosa en productos no lácteos

La lactosa (también presente cuando en la etiqueta aparece lactosuero, suero, sólidos de leche, ingredientes modificados de la leche, etc.) es un aditivo comercial para los alimentos usado por su textura, sabor y cualidades adhesivas, y encontrada en alimentos tales como carnes procesadas[14]​ (salchichas, carne rebanada, patés), sazonador en polvo, margarinas,[15]​ pan rebanado,[16][17]​ cereales para desayuno,[14]​ frutos secos, alimentos procesados, medicamentos, comidas preparadas, sustitutos de la comida (polvos y barras), suplementos de proteínas (polvos y barras). Los productos kosher marcados «pareve» están libres de leche. Sin embargo si una letra «L» (por lácteos) está presente, el alimento probablemente contenga sólidos de leche[14]​ (aunque también puede simplemente indicar que el producto fue producido en un equipo compartido con otros productos que contienen derivados de la leche).

Productos alternativos

Leche

La industria láctea ha creado productos de calidad bajos en lactosa o libres de lactosa para reemplazar la leche normal. La leche libre de lactosa puede ser producida haciendo pasar la leche por la enzima lactasa unida a un transportador inerte: una vez que la molécula de lactosa es clivada no hay síntomas ocasionados por ésta.

Existen en el mercado productos con cantidades reducidas de lactosa (típicamente 30 % del normal) y alternativamente con cerca del 0 %. Finlandia tiene productos HYLA (acrónimo para hydrolysed lactose) disponible desde hace muchos años, aunque el número de individuos con intolerancia a la lactosa es relativamente pequeño. Estos productos de leche de vaca bajos en lactosa, que van desde helado hasta queso, usan un método de separación cromatográfica patentado por Valio, para eliminar la lactosa. El proceso de ultrapasteurización, combinado con el empaquetado aséptico, asegura una larga vida en los estantes. Recientemente, el rango de productos bajos en lactosa disponibles en Finlandia ha sido ampliado con leche y otros productos lácteos (tales como el helado, la mantequilla y la leche agria) que no contienen lactosa.[cita requerida]

El remanente de lactosa (20 % aproximadamente) de los productos HYLA es eliminado enzimáticamente. Estos productos típicamente cuestan de dos a cuatro veces más que los productos equivalentes con lactosa. Alternativamente, puede agregarse una bacteria como L. acidophilus, lo cual afecta a la lactosa en la leche de la misma manera que afecta la lactosa en el yogur.[cita requerida]

Leches obtenidas de plantas y sus derivados

Son las únicas 100 % libres de la causa (leche de soja, leche de almendras, leche de avena, leche de arroz, leche de cacahuete).

Suplantación con lactasa

Cuando no se puede evitar la lactosa, o en ocasiones cuando una persona escoge consumir tales alimentos, entonces deben usarse suplementos de la enzima lactasa.[18][19]​ La enzima lactasa similar a aquella producida en el intestino delgado de los humanos es producida industrialmente por hongos del género aspergillus. La enzima β-galactosidasa está disponible en forma de tabletas en una variedad de dosis, en muchos países sin necesidad de prescripción médica. Esta enzima funciona en ambientes muy ácidos, como ocurre en el intestino humano debido a la adición de jugos gástricos a partir del estómago. Desafortunadamente, demasiado ácido puede desnaturalizarla,[20]​ y por lo tanto no debería tomarse con el estómago vacío.

También, la enzima es inefectiva si no alcanza el intestino delgado en el momento en el que el alimento problemático lo alcance. Individuos con sensibilidad a la lactosa podrían experimentar tanto con el tiempo como con la dosis para alcanzar su necesidad particular. Sin embargo, estos suplementos quizás no puedan aportar la cantidad exacta de lactasa necesaria para digerir adecuadamente la lactosa contenida en los productos lácteos, lo cual podría producir síntomas similares a los existentes en la intolerancia a la lactosa.

Mientras el proceso normal de la digestión intestinal de la lactosa es esencialmente el mismo, el tratamiento directo de la leche emplea una variedad diferente de lactasas producidas industrialmente. Esta enzima, producida por la levadura del género kluyveromyces, toma más tiempo para actuar, debe ser mezclada minuciosamente con todo el producto, y es destruida inclusive por ambientes levemente ácidos. Por lo tanto ha sido mucho menos popular como un producto para el consumidor, que las tabletas producidas a partir de aspergillus, a pesar de su falta de efectividad predecible. Su principal uso es en la producción de productos lácteos vendidos en los supermercados, libres de o reducidos en lactosa.

La suplementación con la enzima lactasa supone una ventaja ya que evita suprimir los productos lácteos, y no se necesita aportar una fuente alternativa para el consumo adecuado de calcio, especialmente en niños.[21]

Tratamiento

El tratamiento consiste, básicamente, en un seguimiento dietético

Referencias

Notas

  1. Mark Wiser (August 30, 2007). "Intestinal Protozoa". Tulane University. Retrieved on 2008-01-31.
  2. Giardiasis at eMedicine Andre Pennardt February 22, 2006.
  3. Swagerty DL, Walling AD, Klein RM (2002). "Lactose intolerance". Am Fam Physician 65 (9): 1845–50. PMID 12018807.
  4. Soy Nutrition
  5. Yoshida Y, Sasaki G, Goto S, Yanagiya S, Takashina K (1975). "Studies on the etiology of milk intolerance in Japanese adults". Gastroenterol. Jpn. 10 (1): 29–34. PMID 1234085.
  6. National Digestive Diseases Information Clearinghouse (March 2006). "Lactose Intolerance -- How is lactose intolerance diagnosed?". National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, National Institutes of Health.
  7. a b Hargrove, James L.; Berdanier, Carolyn D. (1993). Nutrition and gene expression. Boca Raton: CRC Press. ISBN 0-8493-6961-4.
  8. Enattah, N. et al. Identification of a variant associated with adult-type pypolactasia, 2002. Nature Genetics 30:233-237
  9. National Digestive Diseases Information Clearinghouse (March 2006). "Lactose Intolerance". National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, National Institutes of Health.
  10. Composition of Human, Cow, and Goat Milks - Goat Milk - GOATWORLD.COM
  11. Peeva (2001). "Composition of buffalo milk. Sources of specific effects on the separate components". Bulg. J. Agric. Sci. 7: 329–35.
  12. Kretchmer N (1971). "Lactose and lactase--a historical perspective". Gastroenterology 61 (6): 805–13. PMID 4947662.
  13. Dairy Science and Technology, Dept. of Food Science. "Ice Cream Formulations". University of Guelph.
  14. a b c "General guidelines for milk allergy". Oregon Health & Science University.
  15. "Margarine Regulations".
  16. "Enriched White Bread in Canada". The Canadian Celiac Association.
  17. "Influence of Nonfat Dry Milk Solids on the Nutritive Value of Bread" . Journal of Dairy Science 29 (12): 821–9.
  18. Montalto M, Curigliano V, Santoro L, et al (2006). "Management and treatment of lactose malabsorption". World J. Gastroenterol. 12 (2): 187–91. PMID 16482616.
  19. He M, Yang Y, Bian L, Cui H (1999). "Effect of exogenous lactase on the absorption of lactose and its intolerance symptoms" (in Chinese). Wei Sheng Yan Jiu 28 (5): 309–11. PMID 12712706.
  20. O'Connell S, Walsh G (2006). "Physicochemical characteristics of commercial lactases relevant to their application in the alleviation of lactose intolerance". Appl. Biochem. Biotechnol. 134 (2): 179–91. doi:10.1385/ABAB:134:2:179. PMID 16943638.
  21. Heyman MB (2006). "Lactose intolerance in infants, children, and adolescents". Pediatrics 118 (3): 1279–86. doi:10.1542/peds.2006-1721. PMID 16951027.

Bibliografía

Véase también

Enlaces externos