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Iniciativa para las Américas

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El 27 de junio de 1990 el, en ese entonces presidente de Estados Unidos, George H. W. Bush, propondía la Iniciativa para las Américas (IPA) como un acuerdo interhemisférico, esto con la intención de crear una relación con los países de América Latina y el Caribe. Dicha creación estaría basada en la obtención, principalmente, de beneficios económicos, tanto para la región como para el país origen de la iniciativa. Los intereses estarían centrados en el pago de la deuda, el comercio y la inversión. Esta iniciativa se llevaría por encima del margen de consideraciones estratégicas e ideológicas que estuvieron presentes durante la guerra fría.

MEDIDAS[editar]

Estados Unidos tenía como principal interés la permanencia que tenía dentro de los países latinoamericanos, por lo que se apoyaría en un discurso sobre libertad política y libertad económica, donde planteaban una serie de adecuaciones a los sistemas internos de los países para atender una reconfiguración macroeconómica y así incentivar la creación de un bloque económico en la región.

El planteamiento de dicha política estaría considerado en una base económica en donde podemos encontras los siguientes puntos a implementar:

  • La condonación de la deuda externa de los países latinoamericanos. Este arreglo se haría por la cantidad de 7 000 millones de dólares de los 12 000 mdd que se debían a Estados Unidos. Esta medida estaba condicionada a los avances que se debían dar para la desregulación económica. Esto con interés por el fortalecimiento del Plan Brady.
  • Obtener una liberación y facilitación de entrada para el capital de inversión extranjero, concebida como una medida para el fortalecimiento de la competitividad, teniendo en cuenta la dificultad que se tiene para la obtención de inversión extranjera, asegurando así una mayor privatización de las economías
  • El comienzo de negociaciones para la creación de acuerdos "marcos", que servirían como una forma de creación de relaciones de comercio en sustitución a los Tratados de Libre Comercio, cuya aplicación dilataría más arreglos comerciales.

Bush ofrecía, dentro de los margenes de esta iniciativa, un fondo de financiación operado por el Banco Interamericano de Desarrollo, con el objetivo de apoyar económicamente los procesos de desregulación y liberación económica. El gobierno de los Estados Unidos sumaría 100 millones de dólares a este fondo, e intervendría para que la Comunidad Económica Europea aportara otros 100 millones de dólares, al igual que le pediría a Japón una suma igual. Los 300 millones de dólares anuales tendrían una proyección a 5 años.

REAFIRMACIÓN DEL NEOLIBERALISMO[editar]

La iniciativa tuvo una correspondencia al reforzamiento del sistema económico neoliberal, el condicionamineto para la abertura del mercado, aunado a la creación de facilitaciones a la entrada de capital extranjero y la privatización de las economías. Esto, además, estuvo intervenido por una serie de mediatizaciones en donde se enfocaba las relaciones de integración a accuerdos bilaterales y multilaterales.

El intento por parte de Estados Unidos de reafirmar su influencia en la región atendería a la intención del su Estado por seguir con el extractivismo en Latinoamérica, esto debido a los abundastes recursos naturales en el sur del continente. Esta campaña se disfrazaría con la campaña de rescate para América Latina, creando un discurso de interés en la estabiliad de la región para que pudiese continuar un ejercicio debido de la democracia y la libertad, así ideando la formación de un bloque económico regional.

INCIDENCIA POLÍTICA[editar]

Aunque las implicación se hicieron en el marco de lo económico, las repercusiones políticas también fueron evidentes. Estados Unidos pretendía crear un bloque de unión económico similar a La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) o la Comunidad Económica Europea (CEE), que sería usado como un mecanismo por el cual obtener una mayor estabilidad económica y política, asegurando así que la inversión extranjera tuviese una base atractiva debido a la disminuión de riesgo, lo cual daba demasiada importancia a la creación y sustentación de un medio democrático en el país.

De esta manera, la incidencia estadounidense se podría considerar como un añadido en el apartado histórico de intervenciones en América Latina. Algunos de estos: La Alianza para el Progreso (ALPRO) en la década de 1960, o Iniciativa de la Cuenca del Caribe, en 1983.