Ir al contenido

Diferencia entre revisiones de «Güija»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
m Revertidos los cambios de 186.103.159.103 (disc.) a la última edición de Rosarino
Línea 3: Línea 3:
La '''güija''' (según la grafía recomendada por la [[RAE|Real Academia Española]])<ref>{{Cita DRAE|güija}}</ref> u '''''ouija''''' (pronunciado /uíya/) es un tablero dotado de letras y números con el que supuestamente se puede entablar contacto con los [[fantasma|espíritus de los difuntos]]. Es muy similar al juego de la copa, en el que se coloca una copa boca abajo rodeada por las letras del alfabeto y los participantes colocan el dedo índice en la base de la misma.
La '''güija''' (según la grafía recomendada por la [[RAE|Real Academia Española]])<ref>{{Cita DRAE|güija}}</ref> u '''''ouija''''' (pronunciado /uíya/) es un tablero dotado de letras y números con el que supuestamente se puede entablar contacto con los [[fantasma|espíritus de los difuntos]]. Es muy similar al juego de la copa, en el que se coloca una copa boca abajo rodeada por las letras del alfabeto y los participantes colocan el dedo índice en la base de la misma.


== Historia del tablero güija ==
== Historia del tablero güija invoquen al diablo ==


El tablero güija tiene un origen impreciso, situado en la moda [[espiritismo|espiritista]] que inundaba Occidente hacia finales del [[siglo XIX]], y que dio lugar a una patente registrada el 28 de mayo de 1890 declarando al estadounidense [[Elijah J. Bond]] como su inventor, y a William H. A. Maupin y [[Charles W. Kennard]] como titulares. No está claro si Bond o los titulares inventaron realmente algo o simplemente patentaron una de las muchas ''planchettes'' (‘planchitas’) o «tablas parlantes»{{cita requerida}} para comunicarse con los espíritus que circulaban por [[Europa]] y [[Estados Unidos]]. En todo caso, Kennard creó la empresa para la fabricación del tablero y comenzó a vender los primeros ejemplares en 1890. Kennard inventó asimismo el nombre ''ouija'', afirmando que era una palabra [[idioma egipcio|egipcia]] que significaba ‘mala suerte’ (lo cual no es cierto). Afirmaba que su origen se remontaba hasta la época egipcia, aunque no presentó ninguna evidencia que probara tal afirmación. Posteriormente la patente fue vendida a William Fuld, antiguo empleado de Kennard, cuya compañía comercializó el juguete hasta que [[Parker Brothers]] adquirió los derechos en [[1966]]. Fue Fuld quien afirmó que la palabra ''ouija'' era una mezcla de los vocablos ''oui'' y ''ja'', que significan ‘sí’ en [[idioma francés|francés]] y [[idioma alemán|alemán]] respectivamente. Actualmente, otras empresas comercializan este tablero, que en [[idioma inglés|inglés]] se llama ''witchboard'' (‘tablero de bruja’).{{cr}}
El tablero güija tiene un origen impreciso, situado en la moda [[espiritismo|espiritista]] que inundaba Occidente hacia finales del [[siglo XIX]], y que dio lugar a una patente registrada el 28 de mayo de 1890 declarando al estadounidense [[Elijah J. Bond]] como su inventor, y a William H. A. Maupin y [[Charles W. Kennard]] como titulares. No está claro si Bond o los titulares inventaron realmente algo o simplemente patentaron una de las muchas ''planchettes'' (‘planchitas’) o «tablas parlantes»{{cita requerida}} para comunicarse con los espíritus que circulaban por [[Europa]] y [[Estados Unidos]]. En todo caso, Kennard creó la empresa para la fabricación del tablero y comenzó a vender los primeros ejemplares en 1890. Kennard inventó asimismo el nombre ''ouija'', afirmando que era una palabra [[idioma egipcio|egipcia]] que significaba ‘mala suerte’ (lo cual no es cierto). Afirmaba que su origen se remontaba hasta la época egipcia, aunque no presentó ninguna evidencia que probara tal afirmación. Posteriormente la patente fue vendida a William Fuld, antiguo empleado de Kennard, cuya compañía comercializó el juguete hasta que [[Parker Brothers]] adquirió los derechos en [[1966]]. Fue Fuld quien afirmó que la palabra ''ouija'' era una mezcla de los vocablos ''oui'' y ''ja'', que significan ‘sí’ en [[idioma francés|francés]] y [[idioma alemán|alemán]] respectivamente. Actualmente, otras empresas comercializan este tablero, que en [[idioma inglés|inglés]] se llama ''witchboard'' (‘tablero de bruja’).{{cr}}

Revisión del 15:53 7 oct 2013

Archivo:English ouija board.jpg
Tablero de güija en inglés.

La güija (según la grafía recomendada por la Real Academia Española)[1]​ u ouija (pronunciado /uíya/) es un tablero dotado de letras y números con el que supuestamente se puede entablar contacto con los espíritus de los difuntos. Es muy similar al juego de la copa, en el que se coloca una copa boca abajo rodeada por las letras del alfabeto y los participantes colocan el dedo índice en la base de la misma.

Historia del tablero güija invoquen al diablo

El tablero güija tiene un origen impreciso, situado en la moda espiritista que inundaba Occidente hacia finales del siglo XIX, y que dio lugar a una patente registrada el 28 de mayo de 1890 declarando al estadounidense Elijah J. Bond como su inventor, y a William H. A. Maupin y Charles W. Kennard como titulares. No está claro si Bond o los titulares inventaron realmente algo o simplemente patentaron una de las muchas planchettes (‘planchitas’) o «tablas parlantes»[cita requerida] para comunicarse con los espíritus que circulaban por Europa y Estados Unidos. En todo caso, Kennard creó la empresa para la fabricación del tablero y comenzó a vender los primeros ejemplares en 1890. Kennard inventó asimismo el nombre ouija, afirmando que era una palabra egipcia que significaba ‘mala suerte’ (lo cual no es cierto). Afirmaba que su origen se remontaba hasta la época egipcia, aunque no presentó ninguna evidencia que probara tal afirmación. Posteriormente la patente fue vendida a William Fuld, antiguo empleado de Kennard, cuya compañía comercializó el juguete hasta que Parker Brothers adquirió los derechos en 1966. Fue Fuld quien afirmó que la palabra ouija era una mezcla de los vocablos oui y ja, que significan ‘sí’ en francés y alemán respectivamente. Actualmente, otras empresas comercializan este tablero, que en inglés se llama witchboard (‘tablero de bruja’).[cita requerida]

En Cuba se utiliza como juego infantil.[cita requerida]

Objetivo del tablero güija

Tablero original de güija creado en 1871.

Según sus partidarios, el tablero güija tiene como objetivo el contacto de las personas que participan en el juego con supuestos espíritus o «almas en pena», santos católicos, mascotas y fallecidos, e incluso con extraterrestres.[cita requerida]

Críticas

El experimento Bayou

En un experimento realizado por el profesor de secundaria Larry Bayou, en el cual los participantes no veían las letras que señalaban, no se formó ni una sola palabra coherente en el tiempo que duró la prueba. Esto demostraría que son los participantes quienes realmente crean las palabras (ya sea de manera voluntaria o inconsciente), y que por lo tanto necesitan ver el tablero.[2]

Esto da pie a la teoría de la acción ideomotriz, es decir, el movimiento del vaso o pieza que sirva de marcador sería movida por pequeñas presiones de los dedos.[3]

Religión

Desde el punto de vista religioso la crítica apunta no a la falta de efectividad del tablero güija sino precisamente a su efecto. Según algunas corrientes religiosas, jugar al tablero güija equivale a dar paso a entidades sobrenaturales malignas del más allá, que pueden causar daño a los jugadores.

La postura católica oficial es que más allá de los efectos peligrosos de esta y otras prácticas (espiritismo, adivinación, hechicería), las mismas son contrarias al respeto que se debe tener a Dios porque «encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos» (Catecismo de la Iglesia Católica, 2116).

Véase también

Referencias

  1. Real Academia Española. «güija». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  2. Armentia, Javier (2002). «El poder de la mente», artículo en el sitio web El Escéptico.
  3. a b c «¿Quién mueve la ouija?», diario El Mostrador (Chile), 7 de octubre de 2013.