Durante la temporada regular, los Hawks y los Celtics se vieron las caras hasta en diez ocasiones (la liga la formaban entonces 8 equipos), jugando cinco encuentros en el Boston Garden y otros cinco en el Kiel Auditorium. La ventaja era de los Celtics que habían conseguido ganar en siete ocasiones.[1]
Se repetía la final de año anterior. Los Celtics se presentaban prácticamente con la misma plantilla, con la incorporación de Tom Sanders, un alero procedente de la Universidad de Nueva York elegido en la primera ronda del draft de 1960, que encajaba a la perfección en el esquema de Red Auerbach. La principal novedad de los Hawks estaba en el banquillo, donde Paul Seymour, procedente de Syracuse Nationals, sustituía a Ed Macauley. Entre los jugadores, destacar la llegada del que años más tarde sería miembro del Basketball Hall of Fame, Lenny Wilkens, quien rápidamente se hizo un hueco en el quinteto titular.
Los Hawks llegaban al primer partido un día después de haber disputado un duro séptimo partido en la final de la Conferencia Oeste ante Los Angeles Lakers, y como era de prever, perdieron en el Boston Garden por un contundente 129-95. Tres días más tarde, en el segundo partido, mejoraron un poco, pero no consiguieron poner el factor cancha a su favor, cayendo por 116-108. Las series se trasladaron al Kiel Auditorium de St. Louis, donde los Hawks conseguirían su primera victoria, que a la postre sería la única en la serie, imponiéndose por 124-120. Al día siguiente se impuso la lógica, consiguiendo los Celtics una cómoda victoria por 15 puntos, rematando la serie dos días más tarde venciendo en el Garden por 121-112.