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En el palacio imperial ruso, mientras el Zar [[Pablo I de Rusia|Pablo I]] duerme plácidamente, un devaneo amoroso entre dos cortersanos culmina con un crujido que despierta al zar. Furioso, exige a sus oficiales que encuentren el culpable so pena de exilio. Mientras tanto, un desliz de un funcionario mientras compilaba una lista de militares, resulta en la inclusión de un oficial ficticio, «el teniente Kijé». Al inspeccionar la lista al zar le llama la atención este nombre y demanda que el oficial acuda ante su presencia. Los cortesanos de palacio están demasiado aterrorrizados como para admitir el error y ante tal dilema deciden culpar a Kijé de los ruidos nocturnos mientras se les ocurre algo. El zar, al saber el culpable, decide exiliarlo a Siberia.
En el palacio imperial ruso, mientras el Zar [[Pablo I de Rusia|Pablo I]] duerme plácidamente, un devaneo amoroso entre dos cortersanos culmina con un crujido que despierta al zar. Furioso, exige a sus oficiales que encuentren el culpable so pena de exilio. Mientras tanto, un desliz de un funcionario mientras compilaba una lista de militares, resulta en la inclusión de un oficial ficticio, «el teniente Kijé». Al inspeccionar la lista al zar le llama la atención este nombre y demanda que el oficial acuda ante su presencia. Los cortesanos de palacio están demasiado aterrorrizados como para admitir el error y ante tal dilema deciden culpar a Kijé de los ruidos nocturnos mientras se les ocurre algo. El zar, al saber el culpable, decide exiliarlo a Siberia.


Cuando el culpable real confiesa, Kijé es perdonado por el zar y reintegrado en la corte imperial con el rango de coronel. Los cortesanos, con miedo a la reacción del zar, se ven forzados a prorrogar la farsa añadiendo éxitos a su carrera; se casa con la princesa Gagarina ‘’in abstentia’’, el zar le recompensa con tierras y dinero y finalmente es nombrado comandante de la armada. Cuando Pablo I exije la presencia de Kijé, los coresanos se sienten acorralados y le mienten diciéndole que, desafortunadamente, el General Kijé ha fallecido. Se organizá un funeral en el que recibe los honores militares más distinguidos. Cuando el parsimonioso zar exije la devolución de la fortuna de Kijé, le mienten de nuevo al decirle que el dinero se lo había gastado en lujos, cuando de hecho lo han robado ellos. El zar lo tacha de ladrón y lo degrada póstumamente de general a soldado raso.
Cuando el culpable real confiesa, Kijé es perdonado por el zar y reintegrado en la corte imperial con el rango de coronel. Los cortesanos, con miedo a la reacción del zar, se ven forzados a prorrogar la farsa añadiendo éxitos a su carrera; se casa con la princesa Gagárina ‘’in abstentia’’, el zar lo recompensa con tierras y dinero y finalmente es nombrado comandante de la armada. Cuando Pablo I exige la presencia de Kijé, los cortesanos se sienten acorralados y le mienten diciéndole que, desafortunadamente, el General Kijé ha fallecido. Se organiza un funeral en el que recibe los honores militares más distinguidos. Cuando el parsimonioso zar exige la devolución de la fortuna de Kijé, le mienten de nuevo al decirle que el dinero se lo había gastado en lujos, cuando de hecho lo han robado ellos. El zar lo tacha de ladrón y lo degrada póstumamente de general a soldado raso.


===Música===
===Música===

Revisión del 23:44 29 abr 2016

Cartel que anuncia la película de 1934 El teniente Kijé.

El teniente Kijé (en ruso: Поручик Киже, Porúchik Kizhé) de Serguéi Prokófiev se concibió originalmente como un acompañamiento musical a la película del mismo nombre, producida por los estudios Belgoskinó en Leningrado entre 1933 y 1934, y estrenada en marzo de ese mismo año. Constituye el primer intento de Prokófiev de componer música cinematográfica, y el primer encargó que recibió de la Unión Soviética tras su exilio poco después de la Revolución de octubre de 1917. Posteriormente, Prokófiev adaptó la música en una suite orquestal.

Prokófiev había residido en París durante más de una década cuando los productores le pidieron que compusiera música para Kijé. En los albores del cine sonoro, varios compositores destacados estaban deseosos de adentrarse en el novedoso campo de la música de cine, pero Prokófiev no era la elección natural. Durante sus años en el exilio su música se caracterizaba por la experimentación y la disonancia, cualidades que no concordaban con las reglas culturales predominantes del régimen soviético. Aun así, Prokófiev se estaba preparando para regresar a su patria, y consideró el encargo de la película como una oportunidad para escribir música en un estilo más popular y accesible.

Tras un estreno exitoso de la película, la suite de El teniente Kijé, Op. 60, se estrenó en diciembre de 1934, y en seguida se convirtió en una pieza habitual del repertorio concertístico internacional. Sigue siendo una de las obras más conocidas del compositor y a ha sido grabada en numerosas ocasiones. Partes de la partitura han sido utilizadas en varias películas posteriores, notablemente Un genio anda suelto (1958), Amor y Muerte (1975) y Doc Hollywood (1991). Elementos de la música aparecen en dos de las canciones más exitosas de la Guerra Fría: «I Believe in Father Christmas» de Greg Lake (1975) y «Russians» (1985) de Sting.

Contexto

Compositor expatriado

Oriundo de Ucrania, Serguéi Prokófiev se graduó en el Conservatorio de San Petersburgo en 1914, y por aquel entonces ya era conocido como un compositor de vanguardia.[1]​ Su biógrafo Israel Nestyev afirma que el Segundo Concierto de Piano de 1913 fue «el billete de entrada de Prokófiev a los círculos más altos de modernismo ruso».[2]

Cuando la Primera Guerra mundial estalló en agosto de aquel año, Prokófiev esquivó el servicio militar, posiblemente porque era el hijo único de una viuda. Durante los años de guerra continúo componiendo; en mayo de 1918, en el periodo de revueltas tras la Revolución de Octubre y el comienzo de la Guerra Civil, Prokófiev obtuvo permiso para viajar al extranjero, y partió con destino a América.[3]​ Sus biógrafos han defendido que «no huyó del país»; sino que se embarcó en una gira de conciertos, la cual decidió prorrogar convencido de que lograría mejores perspectivas profesionales en América y Europa.[4]​ Permaneció en América hasta marzo de 1922, cuando decidió marcharse, estableciéndose primero en la pequeña localidad de Ettal y posteriormente, desde octubre de 1923, en París.[5]

Las autoridades soviéticas, más que tratar a Prokófiev como un fugitivo o un exiliado, eligieron considerarlo como un embajador general de la cultura soviética,[6]​ y el compositor devolvió el favor al registrarse en Francia como un ciudadano de la Unión Soviética. Expresó su apoyo a los desarrollos políticos de su patria natal, y se mantuvo proclive a volver a entablar relaciones con sus compatriotas.[7]​ Le fue otorgado el tratamiento preferente cuando realizó su primera visita a la Unión Soviética en 1927 con el motivo de una gira de conciertos. Hubo subsiguientes visitas, y en 1930 Prokófiev se instaló en un piso en Moscú, a pesar de que París siguió siendo su casa principal. Durante este periodo de acercamiento decidió simplificar su lenguaje musical conscientemente con miras a hacerlo compatible con la concepción oficial soviética del arte.[7]

Auge de la música cinematográfica

En los albores del cine mudo, a partir de la década de 1890, las películas solían acompañarse con música en vivo, a menudo improvisada, mediante un piano o armonio. A principios del siglo XX, los cines más grandes empezaron a utilizar orquestas, que acompañaban la película con música clásica de dominio público o, de forma cada vez más frecuente, bandas sonoras originales. La partitura de la película clásica de 1916 El nacimiento de una nación de Joseph Carl Breil, creada a partir de varias obras de música clásica así como de trabajo propio, supuso un hito en la historia de la música cinematográfica e inspiró a compositores importantes de la época a componer música para películas mudas. Entre ellos cabe destacar a Victor Herbert y Mortimer Wilson de Estados Unidos, a Darius Milhaud y Arthur Honegger de Francia y Gottfried Huppertz y Edmund Meisel de Alemania.[8]

En 1927, desarrollos posteriores en la tecnología del sonido posibilitaron la aparición de las «imágenes parlantes». Al principio, la música de acompañamiento se grababa en disco de forma separada de las imágenes, pero en dos años el sistema «Movietone» permitió capturar el sonido en la propia cinta de la película.[9]​ Ya era posible alinear la música con la acción en pantalla siguiendo un enfoque diegético. Los primeros en emplear este método fueron los alemanes Friedrich Hollaender y Karol Rathaus, que compusieron la música para las películas El ángel azul (1930) y Karamasoff, el asesino (1931).[10]​ En aquel entonces, en la Unión Soviética, Dmitri Shostakóvich había comenzado una prolífica carrera como compositor de bandas sonoras, con las películas La nueva Babilonia (1929) y Alone (1931).[10][11]​ En 1932 los estudios cinematográficos Belgoskinó, que se encontraban planificando su proyecto de la película El teniente Kijé recurrieron a Prokófiev para la música del filme. Prokófiev aceptó el encargo con gran entusiasmo. Este iba a ser su primer proyecto soviético y su primera incursión en la música para largometrajes.[12]​ La elección de Prokófiev por varias razones fue sorprendente: por aquel entonces era más conocido en el extranjero que dentro de la Unión Soviética y su fama como compositor disonante le precedía. Además, su ballet Le pas d’acier había fracasado por completo en su estreno nacional en el Teatro Bolshói en 1929.[13]

Película de 1933

El zar Pablo I de Rusia.

Origen

La película El teniente Kijé fue una de las primeras películas sonoras producidas en la Unión Soviética.[13]​ El origen de la historia hay que buscarlo en el guion de 1927 obra del critico y novelista Yuri Tyniánov, para el director de cine soviético Serguéi Yutkévich. Este proyecto no llegó a materializarse y Tyniánov adaptó el texto en una novela corta que se publicó en enero de 1928. A comienzos de la década de 1930, los estudios Belgoskinó de Leningrado comunicaron su interés en producir la película y acudieron a Tyniánov, quien produjo un segundo guion.[14]​ La historia, en palabras del biógrafo de Prokófiev, Harlow Robinson, es «una sátira de la estupidez de la realeza y el pavor particular de los rusos de desagradar a su superior».[12]​ Por su cuenta Prokófiev era en aquel entonces «obstinado y temeroso de caer en el academismo»;[15]​ y la historia de Kijé era el material perfecto para un compositor con un ingenio cáustico y humor agudo.[16]

Argumento

En el palacio imperial ruso, mientras el Zar Pablo I duerme plácidamente, un devaneo amoroso entre dos cortersanos culmina con un crujido que despierta al zar. Furioso, exige a sus oficiales que encuentren el culpable so pena de exilio. Mientras tanto, un desliz de un funcionario mientras compilaba una lista de militares, resulta en la inclusión de un oficial ficticio, «el teniente Kijé». Al inspeccionar la lista al zar le llama la atención este nombre y demanda que el oficial acuda ante su presencia. Los cortesanos de palacio están demasiado aterrorrizados como para admitir el error y ante tal dilema deciden culpar a Kijé de los ruidos nocturnos mientras se les ocurre algo. El zar, al saber el culpable, decide exiliarlo a Siberia.

Cuando el culpable real confiesa, Kijé es perdonado por el zar y reintegrado en la corte imperial con el rango de coronel. Los cortesanos, con miedo a la reacción del zar, se ven forzados a prorrogar la farsa añadiendo éxitos a su carrera; se casa con la princesa Gagárina ‘’in abstentia’’, el zar lo recompensa con tierras y dinero y finalmente es nombrado comandante de la armada. Cuando Pablo I exige la presencia de Kijé, los cortesanos se sienten acorralados y le mienten diciéndole que, desafortunadamente, el General Kijé ha fallecido. Se organiza un funeral en el que recibe los honores militares más distinguidos. Cuando el parsimonioso zar exige la devolución de la fortuna de Kijé, le mienten de nuevo al decirle que el dinero se lo había gastado en lujos, cuando de hecho lo han robado ellos. El zar lo tacha de ladrón y lo degrada póstumamente de general a soldado raso.

Música

A pesar de su inexperiencia en la composición de música cinematográfica, Prokófiev comenzó a trabajar en la partitura para Kijé con confianza. Posteriormente afirmó, «De alguna manera no tenía dudas sobre el tipo de lenguaje musical que quería emplear para la película».[17]​ Este combinaba elementos en clave de humor y romance con una melancolía subyacente dado que él veía la historia más trágica que cómica.[12]​ En París en 1928, Prokófiev asistió a la interpretación del Bolero de Ravel y se quedó asombrado por el uso que el compositor francés hacía del saxofón, un instrumento que rara vez era empleado en composiciones orquestales fuera de Francia pero se adaptaba lo que Prokófiev quería como anillo al dedo.[18]​ El compositor Gerard McBurney destaca los «inolvidables sonidos del saxofón tenor» acompañan la música de Kijé.[16]

El crítico Ernest Chapman alaba la partitura como «infaliblemente ingeniosa y melódica».[19]​ Comprende sólo 15 minutos de música, escrita como una colección de dieciséis fragmentos corotos o leitmotivs que se repiten en el momento preciso a lo largo de la película, para subrayar determinados momentos del drama.[13][20]​ Este enfoque se apartaba de los movimientos sinfónicos amplios que era la norma entonces, y Daniel Jeffe, biógrafo de Prokófiev lo describe como «algo avanzado para la época, [es] una de las bandas sonoras más populares de la época».[13]

Producción y recepción

La película, dirigida por Alexander Feinzimmer, se realizó en los estudios Belgoskino de Leningrado, y la música fue grabada bajo la dirección de Isaak Dunayevsky. El estreno tuvo lugar el 7 de marzo de 1934 en Moscú; y posteriormente en Londres como The Tsar Wants to Sleep y en París como Le Lieutenant Nantes.[21][20]​ Prokófiev no valoró muy positivamente la película , aunque estaba satisfecho con su música.[22]​ Tras ser estrenada en Nueva York en diciembre de ese mismo año, el crítico del New York Times describió la película como "ajustada para los amantes de los detalles y atmósfera auténtica de las películas ambientadas en el pasado. Incluso la introducción de partes cómicas parece que concuerda con la tradición rusa. La contribución de Prokófiev al filme no es mencionada en esta crítica.[23]

Suite

Composición

Poco después de estrenarse la película, Prokófiev recibó un encargo de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Moscú de crear una suite orquestal a partir de la música de la película para Kijé[20]​—probablmente el primer ejemplo de un arreglo a partir banda sonora en ser adaptada a una obra musical notable.[24]​ El instigador detrás de este encargo era Boris Gusman, el segundo director de la orquesta del Teatro Bolshói y un reconocido crítico de cine. Gusman era un gran defensor de la ambició de Prokófiev de reintegrarse en la Unión Soviética y negoció con la orquesta de Moscú una gira de conciertos para resaltar el talento del compositor.[20]

La tarea de Prokófiev no era nada sencilla; los quince minutos de material fílmico eran muy fragmentarios y estaban arreglados para una orquesta de cámara.[20]​ En palabras del propio compositor, crear la suite constituyó «un trabajo diabólico»,[25]​, y añadió: «me generó mucho más trabajo que la banda sonora en sí, ya que debía encontrar una forma musical adecuada, reorquestar todo de nuevo, pulirlo e incluso combinar algunos temas entre sí».[17]​ Sin embargo, trabajó diligentemente y finalizó la pieza el 8 de julio de 1934.[26]​ Debido a que la obra se publicó a través del editor habitual del compositor ruso en París, se empleó en el título de la obra la forma transliterada al francés de «Kijé» más que la versión rusa «Kizhe».[20]

Instrumentación

Según el comentario de Douglas Lee la pieza precisa los siguientes instrumentos:[26]

  • barítono (opcional)
  • flautín
  • dos flautas
  • dos oboes
  • dos clarinetes
  • dos fagots
  • saxofón tenor*cuatro trompas
  • corneta
  • dos trompetas
  • tres trombones
  • tuba
  • bombo*Caja
  • triángulos
  • platillos
  • pandereta
  • cascabeles
  • celesta
  • piano
  • arpa

Estructura

Los cinco movimientos de la suite se organizan y titulan de la siguiente manera:

Nacimiento de Kijé

 \relative c'' { \key d \major \numericTimeSignature \time 4/4 \tempo "Andante assai" 4=60 \clef treble a4.\p-- d8-- fis2-- | e8( cis a4) fis'( d8.) r16 | a4.-- d8-- fis2-- | e8( b cis4) d2\>~ | d1\! }

Comienza con una fanfarria leja y quejumbrosa interpretada por una corneta imitando un toque de clarín, seguida por una rápida marcha militar con la caja y el flautín.[13]

 \relative c''' { \key bes \major \numericTimeSignature \time 4/4 \tempo "Andante" 4=80 \partial 4*1 bes4\p_"dolce"( | f4.) bes8( f bes f ges | aes4 ges8 f ges4 bes | f1) }

Un pasaje en los metales introduce un tema o leitmotiv asociado al fantasma Kijé que, tras una repetición de la marcha y un crescendo en do mayor, pasa al saxofón tenor, un instrumento relativamente novedoso en una orquesta en aquel entonces.[27]​ La fanfarria en la corneta cierra el movimiento.[13]

Romance

 \relative c' { \key g \minor \tempo "Andante" 4=68 \clef bass \time 4/4 g4\mp-- d'-- c8([ bes)] a([ g)] | f--[ g16( a bes8) a--] g4( d) | d-- a'-- g8( a) bes-- c( | d) ees-.-- d-.-- c-.-- d4.-- r8 }

El tema principal de este movimiento se basa en una antigua canción titulada ‘’La palomita gris está arrullando’’, a la que Prokófiev facilitó una parte de barítono opcional.[28]​ La canción pasa por varios instrumentos dando paso al segundo tema en el saxofón tenor. El movimiento llega a su conclusión con el regreso de la melodía inicial, decorada con trinos de aves.[27]

La boda de Kijé

 \relative c'{\clef treble \key ees \major \tempo "Allegro fastoso" 2=84 \numericTimeSignature \time 2/2 ees2->\f g4--_"pesante" aes-- | bes-- g-- c4.->^"ten." bes8 | bes4-- g-- c4.->^"ten." bes8 | bes2 }

El movimiento comienza con una melodía amplia, ceremoniosa y hasta algo pomposa en los metales y viento madera que regresa en varias ocasiones.[13]​ Entre medias es interrumpida por un alegre solo de corneta

 \relative c' { \clef treble \key ees \major \tempo "Più animato" 2=104 \numericTimeSignature \time 2/2 ees4--\p( g aes-- c | a-- bes) c--( ees | bes-- g) aes8--( g f4-.) | g2->( bes,4.) r8 }

y diversas elaboraciones y variaciones sobre el tema de Kijé,[27]​ que combinados proporcionan una sensación de celebración, a la vez que de bullicio y sentimentalismo.[15]

Troika

Una ‘’troika’’, una combinación para trineo típica rusa.
 \relative c' { \clef bass \numericTimeSignature \time 4/4 \tempo "Allegro con brio" 4=152 \key d \major \partial 4*1 a\f | d8->([ cis)] b([ cis)] d4-. b-. | a-- b-- fis8-. r a4 | b8( a g4) d'-.-- cis8( d) | a2~ a8 r }

La melodía principal de esta sección provienen de una antigua canción de los húsares, que aparece por primera vez de forma lenta disonante.[27]​ Tras esto el ritmo se acelera: el sonido de los cascabeles, rápidos pizzicatos en las cuerdas y en el piano dan la sensación de un raudo viaje invernal montados en una troika, un trineo dirigido por tres caballos típico de Rusia.[13]​ El viaje se interrumpe a intervalos regulares por el tema principal, que lleva el movimiento a su fin tras una lenta repetición de su última frase.[27]

El funeral de Kijé

El último movimiento es una mezcla de los temas anteriores evocando los diferentes acontecimientos en la vida ficticia de Kijé.[27]​ La fanfarria de cornet, el leitmotiv de Kijé[13]​ así como la canción de los húsares, esta vez emparejada con la música de la canción, regresan a lo largo del mismo.[27]​ Orrin Howard, en las notas del programa para Los Angeles Philharmonic describe el final como una despedida emotiva cargada de anhelo que culmina con una rendición lejana de la fanfarria.[15]

Interpretaciones y adaptaciones posteriores

Boston Opera House, donde se estrenó la versión para ballet de 1942.

Prokófiev dirigió el estreno de la suite en una retransmisión por la radio de Moscú el 21 de diciembre de 1934.[24]​ El estreno en Estados Unidos tuvo lugar el 14 de octubre de 1937, con la Boston Symphony Orchestra bajo la batuta de Serge Koussevitsky;[29]​ esta interpretación fue el germen de la primera grabación comercializada, que se puso a la venta al año siguiente.[30]​ La suite se hizo popular con rapidez, especialmente en los Estados Unidos; el 23 de enero de 1942 el coreógrafo Michel Fokine la adaptó para un ballet en la Boston Opera House.[31]​ Otra versión posterior se ideó para el Bolshoi Ballet de Moscú en 1963, por Alexander Lapauri y Olga Tarasova.[32]

En el libro Essential Canon of Classical Music (2001), David Dubal recalca como la música de Kijé ha calado en la cultura popular: «Partes y trozos se emplean por doquier».[33]​ Su andadura como banda sonora comienza en la década de 1930, posteriormente se utilizan partes de la suite en otras películas como Un genio anda suelto (1958),[34]​ y en Love and Death, una parodia de Woody Allen de 1975 sobre la literatura rusa.[35]​ En el mundo de la música pop, la Troika se ha adaptado en varias ocasiones, comenzando en 1958 como "Midnight Sleighride", un arreglo para banda de jazz de Eddie Sauter y Bill Finegan.[36]​ En 1975 la Troika sirvió de base para una exitosa canción, I Believe in Father Christmas de Greg Lake,[13]​ y en 1985 Sting empleó el tema principal del movimiento «Romance» en su canción pacifista Russians.[37]

Referencias

Fuentes

Libros

Periódicos y publicaciones

En línea

Enlaces externos