Diferencia entre revisiones de «III Concilio de Toledo»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Más aportaciones consecuencia cláusula Filioque
enlace a cláusula Filioque
Línea 8: Línea 8:
Las decisiones del Concilio adquirieron fuerza de ley al publicar el rey un Edicto de confirmación del Concilio. La desobediencia era castigada con graves penas (la confiscación de la mitad de los bienes para los ''honestiores'' y el destierro y la pérdida de sus propiedades para los inferiores).
Las decisiones del Concilio adquirieron fuerza de ley al publicar el rey un Edicto de confirmación del Concilio. La desobediencia era castigada con graves penas (la confiscación de la mitad de los bienes para los ''honestiores'' y el destierro y la pérdida de sus propiedades para los inferiores).


Un aspecto importante de dicho concilio la añadidura del término ''filioque'' (traducible como "y del Hijo") en el rezo del credo, por lo que el Credo pasaba a declarar que el Espíritu Santo procede no exclusivamente ''del Padre'' como decía el credo [[Símbolo Niceno|Niceno]], sino ''del Padre y del Hijo'' al decir:
Un aspecto importante de dicho concilio fue la añadidura del término ''[[filioque]]'' (traducible como "y del Hijo") en el rezo del credo, por lo que el Credo pasaba a declarar que el Espíritu Santo procede no exclusivamente ''del Padre'' como decía el credo [[Símbolo Niceno|Niceno]], sino ''del Padre y del Hijo'' al decir:
: ''et in Spiritum Sanctum, dominum et vivificantem, qui ex Patre Filioque procedit'' ("y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo").»<ref>Denzinger: 202</ref>
: ''et in Spiritum Sanctum, dominum et vivificantem, qui ex Patre Filioque procedit'' ("y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo").»<ref>Denzinger: 202</ref>



Revisión del 12:42 21 dic 2012

III Concilio de Toledo: Imagen del Códice Vigilano, fol. 145, Biblioteca del Escorial.

El Tercer Concilio de Toledo comenzó el 8 de mayo del 589, en la ciudad hispánica de Toledo, y en el cuál el Reino Visigodo de Toledo dejó oficialmente de ser arriano; el rey Recaredo hizo profesión de fe católica y anatematizó a Arrio y sus doctrinas; se atribuyó la conversión del pueblo godo y suevo al catolicismo. Varios obispos arrianos abjuraron de su herejía. Las resoluciones del Sínodo arriano de Toledo del 580 fueron condenadas.

Los reyes sucesores fueron los protectores de la nueva religión oficial; ellos eligieron a los obispos e impulsaron la cultura de las escuelas y de las bibliotecas episcopales y de los monasterios. Adoptaron el latín como lengua, con algunas influencias germánicas.

Asistieron al Concilio setenta y dos obispos, personalmente o mediante delegados (además de los cinco metropolitanos), siendo las figuras principales Leandro de Sevilla (supuesto instigador de la conversión de Hermenegildo) y el abad del monasterio servitano, Eutropio.

Las decisiones del Concilio adquirieron fuerza de ley al publicar el rey un Edicto de confirmación del Concilio. La desobediencia era castigada con graves penas (la confiscación de la mitad de los bienes para los honestiores y el destierro y la pérdida de sus propiedades para los inferiores).

Un aspecto importante de dicho concilio fue la añadidura del término filioque (traducible como "y del Hijo") en el rezo del credo, por lo que el Credo pasaba a declarar que el Espíritu Santo procede no exclusivamente del Padre como decía el credo Niceno, sino del Padre y del Hijo al decir:

et in Spiritum Sanctum, dominum et vivificantem, qui ex Patre Filioque procedit ("y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo").»[1]

Este hecho, tras ser adoptado como oficial el papa Benedicto VIII a petición del emperador Enrique II sería de gran trascendencia pues sería la justificación para la separación de las Iglesias Ortodoxas orientales tras el cisma de Oriente de 1054.



Véase también

Enlaces externos

Referencias

  1. Denzinger: 202

.