Pico Aneto
El Aneto es el pico más alto de los Pirineos, con una altitud de 3.404 metros sobre el nivel del mar. Forma parte del macizo de la Maladeta y, situado en la zona del valle de Benasque, está constituido por terrenos paleozoicos de naturaleza granítica y materiales mesozoicos.
Se encuentra situado en el Parque Natural Posets-Maladeta, en el municipio de Benasque, provincia de Huesca, comunidad autónoma de Aragón, en España. En su cara norte, a partir de los 2.810 m aproximadamente, reside el mayor glaciar de los Pirineos, con unas 100 ha de superficie. Está, al igual que muchos en el mundo, en franca regresión como consecuencia del cambio climático. Se calcula que en los últimos 100 años ha perdido más de la mitad de su superficie, y que en 30 o 40 años puede llegar a desaparecer.
Historia del Aneto
La historia del Aneto parece tener un sino constante a lo largo del tiempo: el desconocimiento. Difícilmente se podrá encontrar una época en la que no haya lidiado a la sombra de algún hermano menor de más gancho para la humanidad. La actualidad no es una excepción, pues hoy día es coronado por miles de aficionados al año para quienes la historia del Aneto, su primer y último tresmil, es habitualmente una gran desconocida.
Inicialmente, la gran aglomeración de granito estaría carente incluso de nombre. Existen indicios de que los pastores y cazadores que lo percibían lo designaban como Malheta o Malahita, o Punta desde los valles del sur. El primer viajero culto que lo avistó desde el puerto de Benasque, Luis Ramond de Carbonière, se limitaría a describir en 1787 su aspecto de Aguja de Hielo. Finalmente, y de acuerdo al destino modesto al que siempre ha estado ligado, la máxima cota del pirineo acabaría heredando el nombre de un pequeño pueblo de su costado oriental: Aneto, en el valle de Arán.
Los franceses, al oír pronunciar "Aneto" a los aragoneses, retuvieron las dos últimas sílabas fonéticas claramente acentuadas, "ne" y "tu", ignorando la primera sílaba "a". Al transcribirlo, se originó su nombre francés: "Netou”, a pesar de que cima y laderas se encuentran plenamente en territorio español. Varios mapas de cartógrafos galos posteriores asentaron el error hasta referirse al pico como “Nethou”, nomenclatura utilizada en la actualidad. No es ésta la única denominación existente en el país vecino. Nelto, Nettou, Anetthou, Annetton, Anelthou, Nethom o Aréthon son otras aberraciones históricas que aún persisten.
Pero no fue ésa la única difamación de su historia. A su vera, más al oeste, reside una poderosa hermana, la Maladeta, que sin estar siquiera entre los cinco picos más altos del entorno, se apropió del topónimo que aludía a todo el macizo. Y tras él, con el mayor interés de los escaladores, sobre todo a principios del siglo XVIII. Principalmente, era una cuestión de perspectiva, ya que desde la entrada natural al valle o al llegar desde Francia, su cima queda en primer plano, mientras que la cresta de los portillones ocultan la verdadera dimensión del su vecino del este, más alto y con mayor glaciar. Sólo una vez que Friedrich van Parrot alcanzara en 1817 la cima de la Maladeta, se supo que tanto el Aneto como sus vecinos el Pico del Medio, la Puerta Astorg, el Pico Maldito y la Aguja Schmidt Endell se alzaban más. Sin embargo, tampoco este hecho otorgó al monte la fama merecida, pues varios desastres en los glaciares, algunos mortales, disiparon el interés por coronarlo.
Finalmente, el 20 de julio de 1842, Platon de Tchihatcheff (Чихачёв, Chikhachev), militar ruso que veraneaba en Bagnères-de-Luchon, y Albert de Franqueville, botánico normando, ascendieron a la cima en una peregrinación que, con tres días de duración, esquivó deliberadamente todos los glaciares del camino. Lo acompañaban los guías Pierre Sanio de Luz, Bernard Arrazau, Pierre Redonnet y Jean Sors. Albert de Franqueville bautizó el paso final a la cumbre como "paso de Mahoma", conforme, según se cree, a la leyenda musulmana que dice que la entrada al paraíso es tan estrecha como el filo de una cimitarra sobre la que sólo pasan los justos. Arriba, Tchihatcheff quiso abrir una ruta más directa de vuelta a través del glaciar, pero sus acompañantes se negaron en redondo, obligándole a ceder. Cuatro días más tarde realizó un segundo ascenso con otro grupo, persiguiendo el mismo objetivo que sus primeros compañeros le habían negado. Al atravesar el portillón, a la vista de las grietas que surcaban el glaciar, a punto estuvo de estallar un motín, pero finalmente, después de atarse todos a una gran maroma, atravesaron las simas y el paso de Mahoma fue derrotado por segunda vez.
Comenzó entonces una época, seguramente la más honrosa para el monte, en la que no habría nada más distinguido para los nobles que escribir su nombre en el libro registro instalado en la cima. Sorprendentemente, el monte no exigió víctimas a cambio de tal despecho.
En 1866, cansado de rutas masificadas por nobles interesados, Henry Russell diseñó un recorrido innovador por Barrancs que evitara las escenas de patético heroísmo de la cara norte. No lo consiguió llevar a cabo: el pico que hoy lleva su nombre le negó el ascenso por dos veces. Sería José Nariño, en 1879, quien consiguiera por primera vez descerrojar la cara sur del Aneto. Hacia 1935 ya se habían abierto todas las rutas de dificultad.
A principios del siglo XX se inauguró el refugio de la renclusa, creación del barcelonés Juli Soler. Poco después, un rayo acabó con la vida del guía Barbastro José Sayó y su cliente, sobre el paso de Mahoma, en 1916.
Desde entonces, catalanes y aragoneses mantienen una disputa sobre la “propiedad” del Aneto. Tras la cruz de Sayó de 1917, el Centre Excursionista de Catalunya alzó una gran cruz en 1951, que fue correspondida con una Virgen del Pilar en 1956 y por un San Marcial en 1981. Ninguno de esos monumentos ha tenido una estancia tranquila debido a las inclemencias del tiempo y a los enemigos de lo que significan.
Debido a su particularidad orográfica como cúspide de los pirineos, a la variedad de fauna y flora generados por el enorme desnivel de sus valles, al impecable estado de conservación ecológica y, sobre todo, a la sensibilidad de los glaciares que moran en sus cumbres (los más meridionales de Europa), fue declarado parque nacional en 1994 junto a todo el macizo de la Maladeta y Posets.
De cara al futuro, el Aneto está a la espera de la novedad más importante de su historia reciente, la desaparición de sus glaciares. Los más pesimistas señalan 2050 como fecha de caducidad de las 100 hectáreas que restan de las más de 250 de 1842. Ese día, el hielo devolverá todos los cadáveres que sus grietas han retenido hasta hoy.
Geografía
Se eleva hasta los 3.404 metros sobre el nivel del mar en el centro de los Pirineos, cordillera cuyos territorios recorren casi por completo la frontera entre Francia y España. La cima se encuentra al noreste de la provincia de Huesca y ocupa el extremo oriental de los Montes Malditos. La arista que lo une con la célebre Maladeta, más al oeste, sobrepasa los 3.000 metros de altura, y despunta en una hilera de picos denominada Coronas, que, junto a la cresta de los portillones, otorga al macizo su imagen tan característica.
Aunque el valle supone el nacimiento del río Ésera, de vertiente sur, las nieves del Aneto y su glaciar se filtran por una gran sima en Aigualluts para desembocar en el valle de Arán y el río Garona, con destino a Francia.
El macizo de la Maladeta, que supone la mayor concentración de tresmiles del Pirineo (ciento seis, más de la mitad de toda la cordillera), se encuentra rodeado por valles que ascienden hacia elevados pasos naturales, hoy casi en desuso. Un collado de más de 2.500 metros, coronado por el característico Perdiguero, separa al pico de territorio francés y del valle de Arán. El lado español, más ancho y más compacto y, por lo tanto, de más difícil acceso, queda separado del piedemonte por los congostos y barrancos de los macizos de Posets y Maladeta. Tan sólo dos valles más al sur, se levanta la estación de esquí alpino de Cerler.
Glaciares
Tal aglomeración de cumbres, todas ellas de carácter marcadamente alpino, es la cuna de los que fueron en su día los más grandes glaciares del Pirineo, que llegaron hasta la boca del estrecho de Ventamillo con grosores de hielo de varios centenares de metros. Hoy día, el calentamiento de la tierra ha reducido aquella masa portentosa a once heleros que sólo suman trescientas hectáreas de superficie. No se sabe con certeza el comienzo del proceso de deshielo, pero sí que en la actualidad se ha acelerado vertiginosamente, y se prevé que a partir de mediados del siglo XXI puedan desaparecer los hielos perpetuos del Aneto y de todo el Pirineo.
En las laderas del monte moran tres glaciares: el mayor, llamado glaciar del Aneto, al norte; el de los Barrancos, junto al de las Tempestades, al noreste; y el de las Coronas o glaciar Coronado, al sur.
El del Aneto es el glaciar más grande del pirineo. Ocupa unas 100 hectáreas de superficie con 50 metros de espesor máximo. Su morrena terminal ha dado lugar a un caótico entramado de rocas a sus pies que dificultan notablemente la subida en otoño y primavera, cuando la nieve únicamente las cubre con una fina capa. No obstante, en la actualidad, el desplazamiento de sus hielos se ha reducido considerablemente, por lo que las grietas de su superficie no alcanzan la peligrosidad de siglos atrás. Es posible que en un futuro próximo este glaciar quede dividido en dos partes, al seccionarse la masa próxima a la cima de la que se extiende al pie de Coronas.
El resto no se pueden definir como glaciares sin entrar en polémicas, ya que han perdido toda movilidad y no se comportan como tales. No obstante, aun considerándolos como Neveros, su pasado glaciar los ha mantenido hasta la fecha y está previsto que su corazón de hielo aguante décadas.
En la actualidad, el descenso de la innivación durante el invierno y el aumento de la temperatura en verano dificulta enormemente su supervivencia. En los años anteriores a 2006 tuvo lugar el mayor retroceso de los glaciares pirenaicos, a excepción de los orientados al sur, sobre los que quedó acumulada la nieve por los temporales con dicha componente. En 2007, una primavera húmeda trajo nieve abundante a los tresmiles del pirineo. Después, un verano no especialmente cálido y algunas nieves tempranas en otoño otorgaron un año de respiro a los glaciares del Aneto.
Primeras ascensiones
- Por el valle de Corones:
Platon de Tchihatcheff, Albert de Franqueville, Jean Sors Argarot, Pierre Sanio, Bernard Arrazau Ursule, y Pierre Redonnet Nate (20 de julio de 1842).
- Por el glaciar del Aneto:
Platon de Tchihatcheff, Auguste Laurent, Pierre Sanio, Bernrad Arrazau Ursule y Pierre Redonnet Nate (24 de julio).
- Femenina absoluta:
Ernestine Tavernier (10 de agosto de 1849).
- Española:
Jean Manuel y Fraçoise Manuel de Harreta (agosto de 1855).
- Pernocta en la cima:
Henry Russell, capitán Hoskins y Jean Capdeville (17 de Jliuo de 1865).
- En solitario:
Henry Russell (9 de agosto de 1871).
- Por el valle Barrancs:
Henry Russell, Firmin Barrau y César Cier (7 de julio de 1876).
- Invernal:
Roger de Monts, Bertrand y Barthèlèmy Courrèges y Victor Paget Chapelle (12 de marzo de 1879).
- Por la Cara Sur:
José Nariño, Jean Haurillon y Pierre Cantaloup (1 de septiembre de 1879).
- Por la Espalda del Aneto:
Georges, Henryi, Albert, Édouard y Charles Cadier (8 de agosto de 1901).
- Femenina española:
Montserrat Mestre de Baladia (19 de septiembre de 1902).
- Con esquís:
Louis Falisse, Maurice Heïd, Louis Robach y Charles Aubry (4 de abril de 1904).
- Por la Arista de los Descalzos:
Jaume Oliveras y Antoni Arenas (24 de julio de 1906).
- Por la Cresta de Llosás:
Henri y Roger Brulle, y Germain Castagné (16 de julio de 1913).
- Por la cresta Nordeste:
René Grange y Pedro Borés (14 de julio de 1934).
- Por la cara Norte:
Jean Escudier, Jean-Victor Parant y Jean Grelier (6 de septiembre de 1935).
- Salto en parapente:
Nil Bohigas y Monste Soteras (abril de 1987).
Rutas
Espoleados por el sufrido estado de sus glaciares, por la literatura que arrastra o, sencillamente, por ser la cumbre del pirineo, enseñarse en todas las escuelas y ofrecer una vista única, una multitud de personas se dirigen en cualquier época del año al valle de Benasque tratando de alcanzar la ansiada cruz de la cumbre del Aneto.
No obstante, las colas que se forman en el Paso de Mahoma no son una costumbre exclusiva de épocas recientes. De hecho, desde hace prácticamente dos siglos, parecen parte intrínseca del ascenso al Aneto, a pesar del desconocimiento generalizado del que hacen gala sus visitantes.
Si bien la mayoría de las rutas se consideran fáciles, se trata de una cima exigente a causa de factores como el desnivel acumulado a superar, la cota de altura y la presencia del glaciar. La ascensión del Aneto excede la categoría de excursionismo o senderismo, y entra en en ámbito del alpinismo, por lo que se requiere estar familiarizado con las técnicas elementales de esta disciplina antes de acometer el asalto a la cima.
Es altamente recomendable, por todas las rutas y en todas las épocas del año, disponer de botas duras de montaña, crampones, piolet, ropa de abrigo e impermeable, guantes y gafas. En las rutas de dificultad o para personas con vértigo, se aconseja además utilizar cuerda y arnés o vaga con mosquetón.
Atención especial merece la travesía del glaciar, que siempre conlleva riesgos y requiere técnica especial. Además, aún en los mejores días de verano se producen frecuentes tormentas durante la tarde, por lo que conviene inciar la ascensión bien pronto para llegar a la cima pronto.
Esta cima es una de las más ascendidas de la cordillera, sobre todo en verano. Muchos excursionistas poco experimentados desobedecen las precauciones elementales citadas, lo que provoca que casi todos los años haya que lamentar alguna víctima mortal.
Ruta normal
La Besurta - La Renclusa - Portillón Superior - Glaciar del Aneto - Collado de Coronas - Paso de Mahoma - Cima (1504 m, 5 h 30 min.)
Se sale de La Besurta (1900 m) por el camino de La Renclusa, perfectamente indicado. Una vez en el refugio de la Renclusa (2149 m, 45 min) se debe subir por un sendero que enseguida se convierte en un camino pedregoso marcado por numerosos hitos. La ruta toma dirección SE, paralela a la cresta de los portillones, que asciende desde la base del pico de la Renclusa hasta el Pico de la Maladeta.
Se puede atravesar la cresta por el portillón inferior (2738 m, 2h 25 min) o por el superior (2870 m, 3 h). Como su nombre indica, los portillones son huecos en la cresta que comunican el glaciar de la Maladeta con el del Aneto. En verano es más recomendable pasar por el superior, para alcanzar el glaciar con más altura y acortar el paso entre los bloques caóticos que quedan al deshelarse, muy peligrosos con hielo. Si se quiere hacer más entretenido el camino, también se puede subir desde el inferior al superior por la propia cresta.
Cruzando el glaciar en una diagonal suavemente ascendente se llega al collado de Coronas (3198 m, 4h 45 min).
Después espera una fuerte pendiente de nieve, hasta llegar a la pequeña (unos 30 m) cresta llamada "Paso de Mahoma", de poca dificultad pero muy aérea. En fines de semana y festivos de verano hay tales aglomeraciones que su paso llega a ser más molesto que peligroso. Lo mejor es llegar pronto y con buena provisión de paciencia.
El descenso se puede hacer por la misma ruta o, si hay nieve abundante, bajar por la izquierda del glaciar hasta el plan de aigualluts. Esta es, obviamente, la mejor opción cuando se sube en invierno o primavera con esquís de travesía. Si se baja por la derecha del glaciar se llega al valle de Barrancs, a través del cual también se llega al plan de aigualluts. En estos dos casos hay que tener en cuenta que si ha llovido o hay fuerte deshielo el paso de los torrentes puede resultar algo complicado (y frío).
Ruta de Coronas
Senarta - Vallibierna - Puente de Coronas - Ibones de Coronas - Glaciar de Coronas - Collado de Coronas - Paso de Mahoma - Cima (1454 m, 5 horas)
Saldremos del puente de Coronas (1950 m), junto al refugio de pescadores, donde nos ha dejado el autobús, o a donde habremos llegado tras unos 8 km de pista desde el plan de Senarta.
Avanzando por el antiguo camino maderero (actual GR-11), a los 10 minutos nos deviamos a la izquierda en dirección al valle de Coronas. Por un sendero bien marcado llegamos al ibonet de Coronas (2230 m, 45 min.).
Seguimos por la senda hasta el primer ibón de Coronas (2610 m, 1 h 45 min.), que pasamos saltando por los grandes bloques de piedra de su desagüe. En caso de necesidad hay varios vivaques donde podemos plantar una tienda relativamente resguardados.
Siguiendo los hitos o mojones de piedras llegamos al segundo ibón de Coronas (2725 m, 2 h) Rodeamos el ibón por la derecha hasta llegar a la morrena del casi extinguido glaciar de Coronas, donde podremos encontrar nieve en invierno y primavera, pero que deberemos subir por las piedras en verano y otoño. Al final de la ascensión, y tras una corta trepada, llegamos al collado de Coronas (3198 m, 4 h 15 min.).
Una vez en el Collado ascendemos a la cima por el mismo camino que en la Normal.
El descenso se puede hacer tanto por el mismo valle de Coronas como por La Renclusa o Aigualluts.
Otras rutas
- Vía de los descalzos
- Cresta
- Corredor Estasen
Aproximación
Desde Benasque, siguiendo el curso del río Ésera llegamos a la cola de la presa de Paso Nuevo, donde encontramos el plan de Senarta. Allí podemos tomar la pista que sube por el valle de Vallibierna (unos 8 km) hasta el puente de Coronas (1950 m). Junto al puente encontraremos un refugio de pescadores no guardado.
Si por el contrario, continuamos por la carretera, llegaremos al plan del Hospital y luego al plan de la Besurta (1900 m), desde donde, en unos 45 minutos llegaremos por buena senda al refugio de La Renclusa (2160 m).
Durante todo el verano están cerrados al tráfico particular tanto la pista de Vallibierna como la de la Besurta desde el vado del hospital en la entrada de los llanos del hospital. Existe un servicio de autobuses desde Benasque que permite acceder tanto al puente de Coronas como a la Besurta. En invierno, la nieve impide el acceso desde el hospital hacia el refugio.
Referencias
- Dalmau, Joan Miquel (2001). "3404 Aneto. 104 ascensiones y escaladas a la montaña más alta de los Pirineos". Editorial Barrabés.
- Angulo, Miguel (1996). "Pirineos. 1000 ascensiones. Tomo III". Editorial Elkarlanean.