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En 1992 es nombrado secretario general del PCC, en reemplazo de [[Álvaro Vásquez del Real]]. Para ese año la guerra sucia contra la UP se había intensificado en todo el país, y más de 3 mil personas vinculadas a este nuevo movimiento político habían sido asesinadas.
En 1992 es nombrado secretario general del PCC, en reemplazo de [[Álvaro Vásquez del Real]]. Para ese año la guerra sucia contra la UP se había intensificado en todo el país, y más de 3 mil personas vinculadas a este nuevo movimiento político habían sido asesinadas.


En julio de 1993, bajo la direccion del señor Ingeniero NELSON E PEDRAZA M varios miembros de la dirección de la UP se reunieron con el ministro de Defensa Rafael Pardo Rueda, bajo el gobierno de César Gaviria, para denunciar la existencia del “Plan Golpe de Gracia”, elaborado por el alto mando militar con apoyo paramilitar. Los voceros gubernamentales declararon ante los medios de comunicación que con estas denuncias la izquierda pretendía mejorar los resultados en las elecciones parlamentarias de 1994. Los jóvenes asesores del presidente Gaviria calificaron los informes suministrados como temores provocados por la “jurasic paranoia”, haciendo alusión a la condición de “dinosaurios” de los líderes de izquierda. Semanas después de estos episodios fue asesinado José Miller Chacón, líder nacional de la UP. Bajo el mismo plan de exterminio fue asesinado meses más tarde al último senador elegido por voto popular de la UP, Manuel Cepeda Vargas, y se atentó contra su presidenta, Aída Avella con un rocket disparado en una populosa avenida de Bogotá.
En julio de 1993, varios miembros de la dirección de la UP se reunieron con el ministro de Defensa Rafael Pardo Rueda, bajo el gobierno de César Gaviria, para denunciar la existencia del “Plan Golpe de Gracia”, elaborado por el alto mando militar con apoyo paramilitar. Los voceros gubernamentales declararon ante los medios de comunicación que con estas denuncias la izquierda pretendía mejorar los resultados en las elecciones parlamentarias de 1994. Los jóvenes asesores del presidente Gaviria calificaron los informes suministrados como temores provocados por la “jurasic paranoia”, haciendo alusión a la condición de “dinosaurios” de los líderes de izquierda. Semanas después de estos episodios fue asesinado José Miller Chacón, líder nacional de la UP. Bajo el mismo plan de exterminio fue asesinado meses más tarde al último senador elegido por voto popular de la UP, Manuel Cepeda Vargas, y se atentó contra su presidenta, Aída Avella con un rocket disparado en una populosa avenida de Bogotá.


Con el «Plan Golpe de Gracia» se consolidó la estrategia de exterminio contra las comunidades que se constituían en base política de la UP y contra destacados líderes de ese movimiento político. En 1.993 fueron asesinados 129 líderes más, y se dio marcha al «Plan Retorno», a través del cual se pretendía la criminalización de los líderes de la UP que continuaban activos políticamente. Así mismo, se impuso la utilización de los "Mocha-cabezas", asesinos a sangre fría, a través de los cuales se buscaba generar terror en los simpatizantes y miembros de la UP a fin de que desistieran de su lucha democrática.
Con el «Plan Golpe de Gracia» se consolidó la estrategia de exterminio contra las comunidades que se constituían en base política de la UP y contra destacados líderes de ese movimiento político. En 1.993 fueron asesinados 129 líderes más, y se dio marcha al «Plan Retorno», a través del cual se pretendía la criminalización de los líderes de la UP que continuaban activos políticamente. Así mismo, se impuso la utilización de los "Mocha-cabezas", asesinos a sangre fría, a través de los cuales se buscaba generar terror en los simpatizantes y miembros de la UP a fin de que desistieran de su lucha democrática.

Revisión del 00:38 12 may 2010

Manuel Cepeda Vargas
Información personal
Nacimiento 13 de abril de 1930 Ver y modificar los datos en Wikidata
Armenia (Colombia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 9 de agosto de 1994 Ver y modificar los datos en Wikidata (64 años)
Bogotá (Colombia) Ver y modificar los datos en Wikidata
Causa de muerte Homicidio Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Cementerio Central de Bogotá Ver y modificar los datos en Wikidata
Residencia Colombia
Nacionalidad Colombiana
Religión Catolicismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Hijos Iván Cepeda Castro Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educado en Universidad del Cauca Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Político, periodista y abogado Ver y modificar los datos en Wikidata
Cargos ocupados Miembro de la Cámara de Representantes de Colombia Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido político Unión Patriótica

Manuel Cepeda Vargas (Armenia, 13 de abril de 1930 - Bogotá 9 de agosto de 1994) fue un político, abogado y periodista colombiano asesinado en el marco del genocidio a la Unión Patriótica.

Biografía

En 1952, mientras realizaba estudios de derecho en la Universidad del Cauca, ingresó al Partido Comunista Colombiano durante la Campaña de Crecimiento que orientó tras el impune asesinato en Cali del dirigente popular Julio Rincón. En 1958, en el VIII Congreso del PCC, fue elegido como miembro del Comité Central y encargado de la reconstrucción de la Juventud Comunista Colombiana, JUCO, de la que ocupa la secretaría general. En su labor de reconstrucción militó al lado de Jaime Bateman Cayón, Hernando González Acosta, Yira Castro (su futura esposa), Jaime Pardo Leal y Miller Chacón.

En 1960 contrae matrimonio con Yira Castro, con quién tuvo dos hijos: María e Iván Cepeda Castro .

En 1964 es encarcelado por su actividad revolucionaria, y en la Cárcel Modelo de Bogotá escribe el libro de poemas Vencerás Marquetalia, homenaje a la resistencia campesina armada que orientaba el PCC en el Tolima y que desembocaría en la fundación de las FARC.

Fue columnista del semanario Voz Proletaria (luego Semanario Voz) y su director durante varios años. Como miembro del Comité Ejecutivo Central del PCC, denunció continuamente el genocidio político contra el PCC, la Unión Nacional de Oposición y la Unión Patriótica.

En 1981 publica Yira Castro: mi bandera es la alegría, homenaje póstumo a su esposa que fallece ese año.

En 1992 es nombrado secretario general del PCC, en reemplazo de Álvaro Vásquez del Real. Para ese año la guerra sucia contra la UP se había intensificado en todo el país, y más de 3 mil personas vinculadas a este nuevo movimiento político habían sido asesinadas.

En julio de 1993, varios miembros de la dirección de la UP se reunieron con el ministro de Defensa Rafael Pardo Rueda, bajo el gobierno de César Gaviria, para denunciar la existencia del “Plan Golpe de Gracia”, elaborado por el alto mando militar con apoyo paramilitar. Los voceros gubernamentales declararon ante los medios de comunicación que con estas denuncias la izquierda pretendía mejorar los resultados en las elecciones parlamentarias de 1994. Los jóvenes asesores del presidente Gaviria calificaron los informes suministrados como temores provocados por la “jurasic paranoia”, haciendo alusión a la condición de “dinosaurios” de los líderes de izquierda. Semanas después de estos episodios fue asesinado José Miller Chacón, líder nacional de la UP. Bajo el mismo plan de exterminio fue asesinado meses más tarde al último senador elegido por voto popular de la UP, Manuel Cepeda Vargas, y se atentó contra su presidenta, Aída Avella con un rocket disparado en una populosa avenida de Bogotá.

Con el «Plan Golpe de Gracia» se consolidó la estrategia de exterminio contra las comunidades que se constituían en base política de la UP y contra destacados líderes de ese movimiento político. En 1.993 fueron asesinados 129 líderes más, y se dio marcha al «Plan Retorno», a través del cual se pretendía la criminalización de los líderes de la UP que continuaban activos políticamente. Así mismo, se impuso la utilización de los "Mocha-cabezas", asesinos a sangre fría, a través de los cuales se buscaba generar terror en los simpatizantes y miembros de la UP a fin de que desistieran de su lucha democrática.

Manuel Cepeda murió asesinado al occidente de Bogotá el 9 de agosto de 1994 cuando se dirigía al Congreso de la República.

En su honor, un colegio de Bogotá (Antiguo Colegio IED Britalia) y un frente guerrillero de las FARC llevan su nombre. Al respecto, su hijo, el defensor de derechos humanos Iván Cepeda Castro ha repudiado el uso del nombre de su padre por parte de las FARC y ha condenado en varias ocasiones las acciones de esa guerrilla, afirmando que "Una sociedad justa y democrática, como la que quería mi padre, no se construye a punta de atentados indiscriminados contra la población civil".[1]​. Diversas afirmaciones calumniosas se han empleado durante estos años para intentar justificar el asesinato del Senador Manuel Cepeda a manos de tres militares del Ejéricto Nacional de Colombia, condenados a prisión, bajo las órdenes de altos Generales de la República -al parecer parte activa del llamado "Grupo de los 8", integrado por políticos prestantes y narcotraficantes- y del jefe paramilitar, Carlos Castaño Gil. Entre esas calumnias se afirma que Cepeda fue amigo personal del actual dirigente de la FARC alias "Alfonso Cano", lo cual no ha sido demostrado. Si embargo, en el contexto social y político de la época y de acuerdo a la dinámica de la guerra que era diametralmente opuesta a la presente, aún no se había degradado a los níveles que exhibe en la actualidad y el narcotráfico no había permeado todas las estructuras del Estado; los mismos gobiernos de Colombia, siendo amigos de las salidas militares y del intervencionismo nortaemaricano, aceptaban a las FARC como una fuerza beligerante con la cual se podía negociar. Las guerrillas de izquierda surgieron en Colombia con el fin de defender elementales derechos de la población marginada y vulnerada. Su causa antes que política, fue social. Las Farc nacieron cuando el gobierno, en 1964, desató una feroz persecución contra los campesinos que insistían en la necesidad de impulsar una reforma agraria y fortalecer el campo. El gobierno entonces decidió combatirlos por la fuerza y ordenó el bombardeo a Marquetalia por parte de 16 mil efectivos que fueron repelidos por la acción valiente de 48 campesinos en total desventaja. El presidente también ordenó que las familias campesinas fueran expulsadas de sus territoris,e intentó expropiarla de sus tierra valiéndose de ejércitos paramilitares. Millares de familias fueron asesinadas, expropiadas y perseguidas; una de ellas fue la del legendario lider de las FARC, Pedro Antonio Marín, alias "Manuel Marulanda Vélez" a quien le violaron a sus hermanas, le asesinarosn a sus familiares y le quitaron sus tierras. Durante las décadas de los sesentas y setentas, bajo el boom de la revoluciones marxistas y las luchas en América Latina contra las dictaduras y la exclusión política y social, antes de que se impusieran las tesis del imperio norteamericano y se diera inició a una campaña mundial y mediática de lucha contra el terrorismo, era posible entender las causas de la insurgencia armada en Colombia, afirmar que el conflicto antes que armado ha sido social y político y que sólo podrá ser superado mediante la democratización en la tenencia de la tierra y la realización de reformas estructurales. Siendo las razones de lucha de las FARC legitimas y sus propuestas de urgente aplicación en Colombia, sus métodos, su acción criminal y la práctica del secuestro, las han convertido en una agrupación repudiada por la mayoría de la sociedad colombiana y en grave infractora del DIH. Y si a ello se suma el trabajo desinformativo de los medios de comunicación, la ignorancia de la población y la falta de coherencia política de las FARC, es posible entender porque sus opciones de triunfo a través de la lucha armada, más aún si se considera la realidad global, son totalmente nulas.

Manuel Cepeda Vargas nunca hizo parte de esta agrupación ni de ninguna otra en armas. Su causa política y social siempre fue defendida desde la legalidad y el ejercicio soberano de sus derechos constitucionales. Si bien entendía la tragedia de los campesinos, y fue testigo de la persecución que el Estado desató contra dirigentes sociales y sindicales, siempre creyó en la vías del dialogo, la negociaicón y la actividad política. Jamás privilegió el uso de la armas sobre el uso de la razón y la palabra.

Asesinato

Cepeda Vargas fue ejecutado por sicarios el 9 de agosto de 1994 que iban en un Renault color blanco y desde donde dispararon cuando se desplazaba por la Avenida Las Américas con carrera 74, al occidente de Bogotá.[2]

Dos ex agentes del estado fueron condenados a 43 años de prisión el 18 de enero de 2001 por el Tribunal Superior de Bogotá: Hernando Medina Camacho y Justo Gil Zúñiga Labrador, suboficiales retirados del Ejército de Colombia. Otro individuo de nombre Edilson Jiménez Ramírez, alias ‘El Ñato', fue sindicado el 18 de marzo de 2009 como supuesto autor del delito de homicidio agravado, por un fiscal de la Unidad Nacional de Derechos Humanos y DIH.[2]

Demanda ante la CIDH

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos presentó el 14 de noviembre de 2008 una demanda contra el Estado colombiano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), acusándolo de no actuar con diligencia en la investigación y en la sanción de los responsables de este crimen.[2]​ En el comunicado el Ministerio de Relaciones exteriores de Colombia aseguró que en las audiencias el Estado colombiano reiterará ante la comisión su "condena y rechazo de tan horrendo crimen" y que negará los argumentos que se presenten sobre una "presunta política de Estado de persecución en contra de líderes de la Unión Patriótica".[3]

En enero de 2010 en audiencia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Estado colombiano nuevamente reconoció su responsabilidad en los hechos y pidió perdón a los familiares y amigos de Manuel Cepeda Vargas. En próximos meses se producirá el fallo definitivo, mediante el cual se establecerá la responsabilidad del Estado de reparar pecuniaria y simbólicamente a las víctimas de este genocidio.

Véase también

Referencias

Bibliografía

  • Vencerás Marquetalia, Editorial Colombia Nueva, Bogotá, 1964.
  • Yira Castro: mi bandera es la alegría, Editorial Colombia Nueva, Bogotá, 1981.

Enlaces externos