Diferencia entre revisiones de «Síndrome de Estocolmo»

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Vero, te van a secuestrar y terminarás con el sindróme, por algo no se dejan los nombres :) ademas, ¿quien dice que tu lo hiciste? deverías de ser mas cuidadosa.

Revisión del 06:21 5 may 2010

El síndrome de Estocolmo es una reacción psíquica en la cual la víctima de un secuestro, o persona retenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con quien la ha secuestrado. En ocasiones, dichas personas secuestradas pueden acabar ayudando a sus captores a alcanzar sus fines o a evadir a la policía.

Debe su nombre a un hecho curioso sucedido en la ciudad de Estocolmo, Suecia. En 1973 se produjo un atraco en el banco Kreditbanken de la mencionada ciudad sueca. Los delincuentes debieron mantener como rehenes a los ocupantes de la institución durante 6 días. Al entregarse los captores, las cámaras periodísticas captaron el momento en que una de las víctimas besaba a uno de los captores. Y, además, los secuestrados defendieron a los delincuentes y se negaron a colaborar en el proceso legal posterior.[1]

Causas

El síndrome de Estocolmo puede parecer curioso a primera vista, pero tiene explicación. La literatura menciona varias posibles causas para tal comportamiento:

  • Tanto el rehén o la víctima como el autor del delito persiguen la meta de salir ilesos del incidente, por ello cooperan.
  • Los rehenes tratan de protegerse, en un contexto de situaciones que les resultan incontrolables, por lo que tratan de cumplir los deseos de sus captores.
  • Los delincuentes se presentan como benefactores ante los rehenes para evitar una escalada de los hechos. De aquí puede nacer una relación emocional de las víctimas por agradecimiento con los autores del delito.
  • Con base en la historia de desarrollo personal, puede verse el acercamiento de las víctimas con los delincuentes, una reacción desarrollada durante la infancia. Un infante que percibe el enojo de su progenitor, sufre por ello y trata "comportarse bien", para evitar la situación. Este reflejo se puede volver a activar en una situación extrema.
  • La pérdida total del control que sufre el rehén durante un secuestro es difícil de digerir. Se hace más soportable para la víctima convenciéndose a sí misma de que tiene algún sentido, y puede llevarla a identificarse con los motivos del autor del delito.

Situaciones

De acuerdo con el psicólogo Nils Bejerot, el síndrome de Estocolmo es más común en personas que han sido víctimas de algún tipo de abuso, tal es el caso de:

Casos famosos

Patricia Hearst durante el atraco protagonizado por el SLA en el Banco Hibernia.

Otros casos famosos incluyen rehenes de aviones y otras personas secuestradas, por ejemplo el de Patricia Hearst, nieta del influyente y poderoso editor William Randolph Hearst, quien después de haber sido retenida por una organización terrorista (el Ejército Simbiótico de Liberación), se unió a ellos varios meses después de haber sido liberada.

Otros usos

Fuera del contexto criminal una forma de que el síndrome puede ocurrir es en el entrenamiento militar básico, en el cual este es una experiencia ligeramente traumática con la meta de formar ligas entre las unidades militares, que seguirán siendo leales entre sí, aún en situaciones de peligro de muerte.

Similarmente, los efectos del sistema de las "novatadas" en la introducción a grupos (tales como fraternidades, bandas y hermandades de mujeres) se han comparado a este síndrome. En la antropología cultural un síntoma similar común es la captura de la novia.

Lealtad a un abusador más poderoso -a pesar del peligro en que esta lealtad pone a la víctima de abuso- es común entre víctimas de abuso doméstico, los maltratados y el abusador de infantes (infantes dependientes). En muchos casos las víctimas eligen seguir siendo leales a su abusador, y eligen no dejarlo, incluso cuando se les ofrece un lugar seguro en hogares adoptivos o casas de acogida. Este síndrome fue descrito por los psicoanalistas de la escuela de la teoría de las relaciones del objeto (véase Fairbairn) como el fenómeno de la identificación psicológica con el abusador poderoso.

Síndrome de Helsinki

La expresión síndrome de Helsinki se emplea equivocadamente en lugar de la expresión correcta síndrome de Estocolmo.

La expresión síndrome de Helsinki aparece en la película Die Hard (EE.UU., 1988): en un informativo de televisión un psicólogo habla sobre el Síndrome de Helsinki. El locutor interviene diciendo "nombrado según la ciudad de Helsinki en Suecia", –"No, en Finlandia", corrige el psicólogo.

También la película alemana Knockin’ on Heaven’s Door (Alemania, 1996) el protagonista principal, Til Schwiger, emplea incorrectamente el término síndrome de Helsinki.

En la serie de televisión Expediente X en el capítulo titulado Folie à Deux (Locura de dos) el agente Fox Mulder (David Duchovny) cae en la ilusión de su secuestrador y refuta que sea una locura de dos o el Síndrome de Helsinki.

Síndrome de Estocolmo en la literatura

En el libro para niños de Roald Dahl El gran gigante bonachón, editado en1982, la protagonista Sofía, se vuelve amiga de su captor el GGB, quién la hace prisionera con el afán de que no delate ante las demás personas (guisantes humanos) la ubicación de los gigantes.

Síndrome de Estocolmo en televisión

En el capítulo 284 de la temporada 13 de Los Simpsons llamado Échale la culpa a Lisa, Homer es secuestrado en Brasil, donde desarrolla una relación amistosa con sus captores, creando álbumes fotográficos de su estancia en cautiverio... Un claro ejemplo del síndrome de Estocolmo


Okane ga nai ("no money", "sin dinero") es un manga y anime del género yaoi que cuenta la historia de Ayase Yukiya, un joven universitario de 18 años que es subastado en un casino y comprado por un prestamista por 120 millones, quien lleva tiempo enamorado de él tras un encuentro fortuito hace 3 años. Para que Ayase sea libre, su captor le ofrece pagarle 500 mil yenes por cada relación sexual que tengan juntos, a pesar de que a Yukiya le parece algo anormal siquiera el besarse con otro hombre. Sin embargo al final del anime Ayase termina teniendo relaciones sexuales de manera placentera con el prestamista y desarrolla un sentimiento amoroso por él, otro claro ejemplo del Síndrome de Estocolmo.

Véase también

Referencias


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