Diferencia entre revisiones de «Gargantúa y Pantagruel»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
m Revertidos los cambios de 190.10.48.142 (disc.) a la última edición de AVBOT
Línea 58: Línea 58:


Bajtín también dice que en Rabelais la idea de carnaval está conectada con la de lo grotesco. La participación de la colectividad en el carnaval es consciente de su unidad en el tiempo así como de la inmoralidad asociada con su continua muerte y renovación. Según Bajtín, el cuerpo necesita un tipo de reloj si tiene que ser consciente de su atemporalidad. Lo grotesco es el término usado por Bajtín para describir el énfasis de los cambios corporales a través de la comida, la evacuación y el sexo: se usa como un instrumento de medida (Clark y Holquist 303).
Bajtín también dice que en Rabelais la idea de carnaval está conectada con la de lo grotesco. La participación de la colectividad en el carnaval es consciente de su unidad en el tiempo así como de la inmoralidad asociada con su continua muerte y renovación. Según Bajtín, el cuerpo necesita un tipo de reloj si tiene que ser consciente de su atemporalidad. Lo grotesco es el término usado por Bajtín para describir el énfasis de los cambios corporales a través de la comida, la evacuación y el sexo: se usa como un instrumento de medida (Clark y Holquist 303).
{{VT|Cuerpo grotesco.
{{VT|Cuerpo grotesco}}
==

Bajtin, Mijail. La cultura popular en la edad media y el renacimiento: en el contexto de François Rabelais.
Sinopsis del libro La Cultura Popular en la Edad Media y el Renacimiento. ==

Quizá el nombre de Rabelais, no se conozca mucho en nuestra época, quizá sea el menos estudiado, comprendido y estimado de los escritores de la literatura mundial. Sin embargo Rabelais esta considerado como uno de los escritores más importantes dentro de la literatura medieval y considerado como genio por algunos de los mayores escritores de la historia por ejemplo Voltaire, considerando su obra como una de las más valiosas de los siglos anteriores al siglo XVIII. El lugar que ocupa Rabelais dentro de la literatura europea esta al lado sin lugar a dudas de Dante, Boccacio, Shakespeare y Miguel de Cervantes. “Los románticos franceses, sobre todo Chateaubriand y Hugo, lo tenían por uno de los genios mas eminentes de la humanidad de todos los tiempos y pueblos. Se le ha considerado, y se le considera aun, no solo como un escritor de primer orden, sino también como un sabio y un profeta” (Bajtin, 1971: 7)
La obra de Rabelais resulta casi imposible de comprender debido a sus imágenes “enigmáticas”, y el único medio para lograr descifrar esos enigmas sería realizar un análisis profundo de las fuentes populares y carnavalescas de la época. Dentro de las otras trabas para hacer una lectura comprensible a la obra de Rabelais, es que dichas obras exigen desprenderse de las trilladas concepciones de lo que es belleza literaria tan arraigadas en el gusto de los lectores más habituales, y la necesidad de realizar una investigación profunda de los dominios de la literatura cómica popular que ha sido muy poco estudiada y explorada, se vuelve necesario. “Rabelais ha recogido directamente la sabiduría de la corriente popular de los antiguos dialectos, refranes, proverbios y farsas estudiantiles, de la boca de la gente común y los bufones” (Bajtin, 1971: 7)
Rabelais logra en su obra ser el portavoz e iluminar la cultura cómica popular a través de su literatura y sus novelas podrían llegar inclusive a penetrar en los adentros de la obra cómica popular que han permanecido inexplorados. Muchos no han logrado, todavía, comprender a Rabelais y su trabajo, y rechazan aun sus escritos. La razón posiblemente de esta incomprensión viene dada al movimiento literario al cual pertenecía este autor, considerado antiestético desde la visión tradicional burguesa de belleza, este movimiento nacido en la edad media, presentara varios altibajos desde sus inicios, teniendo cierta notoriedad en el siglo XX con Pablo Neruda y Bertolt Brecht, hablo del movimiento literario llamado Realismo Grotesco.
Realismo Grotesco:
“Las imágenes referentes a la vida material y corporal en Rabelais…son la herencia…de la cultura cómica popular, de un tipo peculiar de imágenes y, más ampliamente, de una concepción estética de la vida practica que caracteriza a esta cultura y la diferencia claramente de las culturas de los siglos posteriores” (Bajtin, 1971: 23)
La característica primordial de este realismo es la degradación de lo divino (sin olvidar su carácter hondamente cómico), es decir la transferencia al plano material y corporal de lo elevado, espiritual, ideal y abstracto. Para dejar en claro este punto citare un pasaje de la obra de Rabelais, de su obra más representativa y alabada “Gargantúa y Pantagruel”: Gargantúa caminaba con sus grandes zancadas por los verdes pastos de Lyon y al ver los rayos del sol caer sobre la hierba también logró observar como los alimentos de los campesinos crecían admirablemente. Al encontrarse con uno de ellos en el camino le preguntó afablemente “¿Cómo hacen por acá para mantener sus pastos verdes y sus cosechas productivas?” y el humilde campesino únicamente atinó a contestarle con toda franqueza “Pues la verdad no lo sé, pero es como si Dios hubiese orinado sobre estos campos”.
En el realismo grotesco el principio material y corporal aparece la forma universal de fiesta utópica, donde lo cósmico, lo social y lo corporal están ligados fuertemente en una totalidad indivisible. En el realismo grotesco, el elemento espontaneo material y corporal es un principio profundamente positivo, donde el principio material y corporal es percibido como universal y popular, se opone a toda la separación de las raíces materiales y corporales del mundo y el cuerpo y la vida corporal adquieren a la vez un carácter cósmico y universal. En este movimiento literario la degradación de lo sublime no tiene un carácter formal, donde lo alto y lo bajo poseen un carácter rigurosamente topográfico. Donde lo alto en su forma cósmica viene a ser representado por el cielo y lo bajo es la tierra, pero la tierra vista como principio de absorción, es tumba y vientre y a la vez es nacimiento y resurrección. En su parte corporal lo alto se representa por el rostro, la cabeza, y lo bajo por los genitales, el vientre y el trasero. Entonces este rebajamiento consiste en aproximar a la tierra lo “celestial”, en concebir a la tierra como principio de absorción y al mismo tiempo de nacimiento “La degradación cava la tumba corporal para dar lugar a un nuevo nacimiento. De allí que no tenga exclusivamente un valor negativo sino también positivo y regenerador: es ambivalente, es a la vez negación y afirmación” (Bajtin, 1971: 25)
Lo inferior o lo bajo para el realismo grotesco es la tierra que da vida y que es siempre un comienzo.
Las degradaciones son muy características también en la literatura del Renacimiento, el principio material y corporal cambia de signo, se vuelve más estrecho el mejor ejemplo es Miguel de Cervantes con “Don Quijote de la Mancha”. En la vida cotidiana de los individuos aislados las imágenes de lo inferior corporal solo se conserva su valor negativo, pierden su fuerza positiva y las imágenes de lo inferior adquieren o son convertidas en puro erotismo, pierde su carácter regenerador. Dos son las concepciones que se entrecruzan en el realismo renacentista, la primera deriva de la cultura cómica popular y la otra típicamente burguesa, o sea que expresa un modo de existencia preestablecida y fragmentaria.
El grotesco empieza a degenerar poco a poco, principalmente por perder esos lazos reales con la cultura popular de la plaza publica y comienza a convertirse en pura tradición literaria. Pero ya en la segunda mitad del siglo XXIII se producen cambios fundamentales en el campo literario y estético.
Es en esta época pre-romántica y principios del romanticismo donde se produce la resurrección del grotesco, pero adquiere ahora un nuevo sentido. Sirve para expresar una visión del mundo subjetiva e individual, muy distante de la visión popular y carnavalesca de los siglos precedentes. Este grotesco romántico pasó a ser un hecho notable dentro de la literatura mundial, debido a que representó una reacción contra los cánones clásicos del siglo XVIII, que determinaban un “carácter literario” serio, perfecto y formal, el romanticismo desechó todo esto y se apoyo en las tradiciones literarias del Renacimiento. En el grotesco romántico las imágenes de la vida material y corporal como beber, comer, coito, alumbramiento pierden su carácter regenerador y se transforma en vida inferior. Las imágenes del grotesco romántico son por lo general son generalmente la expresión del temor que inspira el mundo y tratan de comunicar ese miedo al que lee (Las novelas de Rabelais eliminan el temor, mas bien abundan la comicidad)
Diferencias en el Grotesco Clásico (Popular) y el Romántico:
Existen varios rasgos que distinguen a ambos movimientos. Para empezar un simple hecho, la predilección de la noche, de pasajes sombríos y atemorizantes como en el caso del grotesco romántico mientras que el grotesco clásico la luz es un elemento imprescindible, es un grotesco primaveral.
Un tema importante es el significado que se le da a la máscara, es un tema complejo y repleto de sentido de la cultura popular, pues la máscara representa la alegría de las reencarnaciones y la negación de la identidad, una metamorfosis. En el grotesco romántico, la máscara encumbre, disimula y engaña, la máscara adquiere un tono lúgubre, donde se suele disimular un vacio horroroso, por el contrario en el grotesco popular la máscara cubre la naturaleza inagotable de la vida y sus múltiples rostros. Las marionetas en el grotesco romántico representan una fuerza sobrehumana y desconocida que gobierna y dirige a los hombres, esta idea es completamente propia del romanticismo y ajena a la cultura cómica popular.
El tratamiento de la figura del demonio, permite diferenciar muy claramente las disparidades entre ambos grotescos. En las fabulas, leyendas medievales el demonio no tiene ningún rasgo terrorífico, ni extraño, es mas, a veces el diablo son descritos como simple espantapájaros divertidos, mientras que en el grotesco romántico el demonio encarna la tragedia, la melancolía y la sonrisa se vuelve infernal y maligna. Por ultimo ejemplo (de los que hay muchos otros) tomaremos a la locura, que es bastante típico del grotesco, únicamente que dentro del popular la locura es vista como la forma de vida que permite observar distinto el mundo, alejado de la forma habitual de mirarlo, o sea por los juicios y valoraciones comunes, mientras que en el romántico la locura adquiere aspectos sombríos y se torna como un aislamiento de individual, como esconderse dentro de la realidad sin formar parte de ella.
La Imagen Grotesca:
“La exageración, el hiperbolismo, la profusión, el exceso son, como es sabido, los signos característicos mas marcados del estilo grotesco” (Bajtin, 1971: 273)
La imagen grotesca caracteriza un fenómeno en proceso de cambio y metamorfosis incompleta, en la muerte y el nacimiento. La actitud respecto al tiempo y la evolución es un rasgo constitutivo de la imagen grotesca. Otro rasgo que debe prevalecer en la imagen grotesca, es su ambivalencia, los dos polos del cambio, lo nuevo y lo viejo, lo que nace y lo que muere, el mejor ejemplo se logra representar con la imagen de una anciana encinta o inclusive la misma muerte en embarazo.
Son imágenes ambivalentes, que si se consideran desde el punto de vista estético clásico, es decir desde el punto de vista de vida cotidiana preestablecida y perfecta, se tornan en imágenes toscas, repulsivas, deformes, monstruosas y horribles. Son imágenes que se oponen a las clásicas del cuerpo humano. El cuerpo grotesco no está separado del resto del mundo, no esta aislado ni es perfecto, sino que sale fuera de sí, el énfasis está puesto en las partes del cuerpo en que éste se “abre” al mundo exterior, por los orificios del cuerpo, protuberancias, excrecencias, órganos genitales, senos, penes, la nariz etc. “En lo grotesco, la exageración es producto de una fantasía llevada al extremo, que frisa en la monstruosidad” (Bajtin, 1971: 275)
Una de las características primordiales de la imagen grotesca es la que concibe dos cuerpos en uno, uno que da la vida y desaparece y otro que es concebido y lanzado al mundo “Es siempre un cuerpo en estado de embarazo y alumbramiento, o por lo menos listo para concebir y ser fecundado con un falo u órganos genitales exagerados” (Bajtin, 1971: 30)
El vocabulario Grotesco:
Esta concepción del cuerpo influye en las groserías y juramentos, de suma importancia para comprender la literatura del realismo grotesco. El vocabulario ha sido el principal obstáculo dentro de la obra Rabelais y sus lectores contemporáneos, Voltaire llamo a este vocabulario un “revoltijo de impertinentes y groseras porquerías”.
Estos elementos lingüísticos (Juramentos, refranes, proverbios, groserías) ejercieron una influencia directa sobre el lenguaje, el estilo y la construcción de las imágenes en esta literatura, que expresaban la verdad con franqueza y estaban relacionadas con las formas de degradación, donde las expresiones grotescas despachan a un lugar inferior o bajo corporal absoluto, donde será destruido y regenerado de nuevo. En las groserías contemporáneas no queda ese sentido ambivalente y regenerador, sino que están llenas de cinismo y negación, son el insulto puro.
Festividades y Carnaval en la Edad Media
Los festejos y celebraciones ocupaban un lugar muy importante dentro de la vida de los hombres del Medievo, y formaban parte de la mayoría de los países de Europa, donde casi todos los festivales poseían un carácter cómico popular y público, ninguna fiesta se desarrollaba sin la intervención de los elementos de una organización cómica, además de estas festividades se encontraban las festividades agrícolas, como la vendimia por ejemplo.
Todas estas celebraciones, ritos o espectáculos organizados a la “manera cómica” presentaban un contraste marcado con las festividades organizadas por la Iglesia de cultos y ceremonias, al igual que las organizadas por el Estado “El mundo infinito de las formas y manifestaciones de la risa se oponía a la cultura oficial, al tono serio religioso y feudal de la época” (Bajtin, 1971: 10) Estas festividades no-oficiales parecían haber construido otro mundo, un segundo mundo y una segunda vida. Se creaba una dualidad del mundo. El principio cómico que preside los ritos carnavalescos los exime del dogmatismo religioso, del misticismo. Estas formas de espectáculo pertenecen a una esfera particular de la vida cotidiana, que por su carácter concreto y sensible y en razón de un poderoso elemento de juego, se relacionan preferentemente con las formas artísticas y con las formas del espectáculo teatral, pero el carnaval ignora toda distinción entre actores y espectadores. “Los espectadores no asisten al carnaval sino que lo viven, ya que el carnaval esta hecho para todo el pueblo. Durante el carnaval no hay otra vida que la del carnaval” (Bajtin, 1971: 13). Entonces queda en evidencia que el carnaval no era una manifestación artística del espectáculo teatral, sino más bien una forma real y concreta de la vida misma. Los bufones y payasos son los personajes por excelencia de los carnavales, ellos no eran actores y payasos que desempeñaban un papel sobre un escenario, sino que seguían siéndolo en todas las circunstancias de su vida, vivían en la frontera entre la vida y el arte.
Entonces queda claro, que los carnavales eran distintos de las festividades eclesiásticas y feudales, pues estas no sacaban al pueblo del orden existente, ni creaban esa segunda vida, ni se daba la abolición provisional de las relaciones jerárquicas. En estas fiestas mas bien las distinciones jerárquicas se destacaban a propósito, cada personaje se presentaba con las insignias de sus títulos, grados y funciones que desempeñaba dentro de la sociedad medieval. Esta segunda vida le permitía al cualquier hombre establecer nuevas relaciones, verdaderamente humanas, la visión de una sociedad vertical desaparecía, y el hombre volvía a si mismo y se sentía igual entre sus semejantes. Esta eliminación provisional de las relaciones jerárquicas entre los habitantes creó un tipo muy peculiar de comunicación y ademanes que en cualquier otro momento hubiese sido inconcebible. “La lengua carnavalesca estaba impregnada del lirismo de la sucesión y la renovación, de la gozosa comprensión de la relatividad de las verdades y las autoridades dominantes. Se caracteriza principalmente por la lógica original de las cosas al revés y contradictorias…las diversas formas de parodias, inversiones, degradaciones, profanaciones, coronamientos y derrocamientos bufonescos” (Bajtin, 1971: 16). El palmotearse en la espalda o en el vientre es el gesto carnavalesco por excelencia.
La influencia de la cosmovisión carnavalesca sobre la concepción y el modo de pensamiento de los hombres, era radical les obligaba a renegar en cierto modo su condición oficial ya sea como monje, sabio o artesano y contemplar el mundo desde el punto de vista cómico y carnavalesco. Y esto ciertamente era el rasgo fundamental del carnaval medieval.



== Ediciones recientes ==
== Ediciones recientes ==

Revisión del 05:05 10 nov 2009

Gargantúa, según ilustración de Gustave Doré, 1873

Gargantúa y Pantagruel son un conjunto de cinco novelas escritas en el siglo XVI por François Rabelais, en francés. Es la historia de dos gigantes, un padre (Gargantúa) y su hijo (Pantagruel) y sus aventuras, escritas de forma satírica, entretenida y extravagante. Hay gran crudeza, y mucho humor escatológico, además de una buena dosis de violencia. Largas listas de insultos vulgares llenan varios capítulos.

Los libros son:

  • Pantagruel, 1532; en francés: Les horribles et épouvantables faits et prouesses du très renommé Pantagruel Roi des Dipsodes, fils du Grand Géant Gargantua;
  • Gargantúa, 1534; título original: La vie très horrifique du grand Gargantua;
  • El tercer libro, 1546; título original: Le Tiers Livre des faicts et dicts héroïques du noble Pantagruel, composés par M. François Rabelais, docteur en médecine.
  • El cuarto libro, 1552; título original: Le Quart Livre. En 1548 ya habían sido publicados once capítulos de este Cuarto Libro; poco después de su aparición completo, en 1552, el 1 de marzo de 1552, el libro fue censurado por los teólogos.
  • El quinto libro, publicado póstumamente en 1564; título original Le Cinquiesme et dernier livre des faicts et dicts héroïques du bon Pantagruel. Su atribución a Rabelais es discutida.

Debido a la censura de la Sorbona, Rabelais publicó Pantagruel y Gargantúa con el mismo seudónimo, Alcofribas Nasier (anagrama de François Rabelais).

Sinopsis

Pantagruel

Aunque las ediciones modernas de las obras de Rabelais ubican Pantagruel como el segundo volumen de la serie, realmente fue el primero en publicarse, alrededor de 1532. Pantagruel era una secuela de un libro anónimo titulado Les Grandes Chroniques du Grand et Enorme Géant Gargantua. Este primer texto de Gargantua tuvo gran popularidad, a pesar de su construcción, bastante pobre. Los gigantes de Rabelais no están descritos como de una altura determinada, como en los primeros dos libros de Los viajes de Gulliver, sino que varían de tamaño de un capítulo a otro para permitir toda una serie de imágenes sorprendentes. Así, en un capítulo, Pantagruel es capaz de entrar en una corte para defender un caso, mientras que, en otro, el narrador reside dentro de la boca de Pantagruel durante seis meses.

Se describe en él la vida de un gigante de un apetito tan voraz que ha dado forma a la expresión "banquete pantagruélico", con gran humor y todo tipo de excentricidades; parece ser que Rabelais quiso componer este libro para distraer a sus melancólicos enfermos.

Para escribir este primer texto, Rabelais se inspiró directamente en el folclore y la tradición oral popular.

Gargantúa

Después del éxito de Pantagruel, Rabelais quiso reescribir a su manera la historia de Gargantúa. Escribe a Erasmo y, animado por el éxito, publica Gargantúa en 1534. Produjo una narración mejorada de la vida y las obras del padre de Pantagruel en Gargantúa. Descarta las fuentes populares tradicionales iniciales y reeditó un Gargantúa literariamente más acabado y netamente más henchido de humanismo que la primera obra.

Este volumen incluye una de las más destacadas parábolas en la filosofía occidental, la de la Abadía de Thelema, que puede considerarse una crítica a las prácticas docentes de la época, o una llamada a la libre escolarización, o todo tipo de nociones sobre la naturaleza humana. La "Abadía de Thelema" era una especie de comunidad ideal, contrapuesta a la corrupción existente en los ámbitos monásticos de su tiempo. El lema de esta comunidad utópica era precisamente: "Haz tu voluntad". Casi con toda probabilidad, Rabelais utilizaba esta imagen para criticar ácidamente al monacato, pues aparte de esta cita no se conoce ningún intento por su parte de preparar o fundar una comunidad semejante.

Esta historia de Thelema ha sido utilizada en defensa de ideas posteriores. Se ha mencionado como ejemplo de la existencia de ideas anarquistas a lo largo de toda la historia: la descripción de la feliz abadía de Théleme —Gargantúa— donde ofrece un cuadro de la vida, libre de todo freno autoritario (Rudolf Rocker, Anarcosindicalismo (teoría y práctica). Igualmente, el ocultista Aleister Crowley considera que era una profecía sobre su propia venida.

El Tercer Libro

Rabelais regresó entonces a la historia del propio Pantagruel en los tres últimos libros. El tercer libro trata de Pantagruel y su amigo Panurgo. Panurgo es un habilidoso truhán, un libertino, y un cobarde. Hay un momento en el que muestra que puede hablar varios idiomas, incluyendo algunos de los primeros ejemplos de una lengua construida. Su principal punto de discusión, a lo largo de todo el libro, es si debe casarse o no; al final, la pregunta queda sin resolver. El libro acaba con el comienzo de un viaje por mar en busca del oráculo de la divina botella para que resuelva de una vez el problema del matrimonio.

El Cuarto Libro

El viaje por mar continúa durante todo este cuarto libro. Pantagruel encuentra muchos personajes y sociedades exóticos y extraños durante su viaje, como los Shysteroos, quienes se ganan la vida encargando a la gente que los pegue.

Todo el libro puede verse como una parodia cómica de la Odisea o, mejor aún, de la historia de Jasón y los Argonautas. En el cuarto libro, que se ha descrito como el más satírico, Rabelais critica la arrogancia y la riqueza de la iglesia católica, las figuras políticas de la época, las supersticiones populares y trata varios temas religiosos, políticos, lingüísticos y filosóficos.

El Quinto Libro

Al final del quinto volumen, que se publicó póstumamente alrededor de 1564, encuentran la divina botella.

Aunque algunas partes del Libro Quinto son verdaderamente dignas de Rabelais, la atribución del último volumen es objeto de debate. El Quinto Libro no se publicó hasta nueve años después de la muerte de Rabelais e incluye mucho material claramente copiado de otros (como de Luciano Historia verdadera y Francesco Colonna Sueño de Polífilo) o de menor calidad que los libros precedentes.

Género

Inicialmente, parece que Rabelais escribió esta obra para consolar a los enfermos en sus días de aflicción y que estimaba el humor como algo curativo en sí mismo. Así, Gargantúa y Pantagruel se ha convertido en un clásico dentro de la literatura de humor, reflejando el humor como un valor burgués que revela el goce epicúreo de la vida.

Se considera que Gargantúa y Pantagruel continúan la tradición de la literatura goliardesca, en su estilo satírico-popular sobre héroes carnavalescos.

Temas

Pantagruel y Gargantúa no son crueles ogros, sino gigantes bondadosos y glotones. Este gigantismo le permite describir escenas de festines burlescos. La infinita glotonería de los gigantes abre puerta a numerosos episodios cómicos. Así, por ejemplo, el primer grito de Gargantúa al nacer es: "¡A beber, a beber!". El recurso a los gigantes permite también trastocar la percepción normal de la realidad; bajo esta óptica, la obra de Rabelais se inscribe en el estilo grotesco, que pertenece a la cultura popular y carnavalesca.

Sin embargo, el tema del gigante no ha sido explotado solamente por su vena cómica. Simboliza el ideal humano del Renacimiento: es la transposición física del inmenso apetito intelectual del hombre renacentista. Rabelais intenta así a través de sus textos de conciliar cultura humanística erudita y tradición popular.

Las intenciones últimas de Rabelais resultan bastante enigmáticas. En el "Aviso al lector" del Gargantúa, dice querer ante todo hacer reír. Después, en el "Prólogo", con una comparación con los Silenos de Sócrates, sugiere una intención seria y un sentido profundo oculto tras el aspecto grostesco y fantástico. Pero en la segunda mitad del prólogo critica a los comentaristas que buscan sentidos ocultos en las obras. En conclusión, Rabelais quiere dejar perplejo al lector y busca la ambigüedad para perturbarlo.

Análisis de Bajtín

En la obra de Mijail Bajtín Rabelais y su mundo explora Gargantúa y Pantagruel y es considerado un clásico de los estudios sobre el Renacimiento (Clark y Holquist 295). Bajtín declara que, durante siglos, el libro de Rabelais no ha sido comprendido, y afirma que Rabelais y su mundo clarifica las intenciones del autor. Bajtín se preocupa de recuperar aquellos fragmentos ignorados o suprimidos y, por otro lado, de analizar el sistema social renacentista para descubrir el equilibrio entre el lenguaje que estaba permitido y el lenguaje que no. De esta forma, Bajtín señala dos importantes subtextos en la obra de Rabelais: el primero es el carnaval, que Bajtín describe como una institución social, y la segunda es el realismo grotesco (cuerpo grotesco) definido como un modo literario. Por lo tanto, en Rabelais y su mundo, Bajtín estudia la interacción entre lo social y lo literario, así como el significado del cuerpo (Clark y Holquist 297-299).

Bajtín explica el carnaval, en la época de Rabelais, se asocia con la colectividad, pues los que lo celebraban no eran simplemente una muchedumbre; más bien se veía a la gente como un todo, organizado de manera que desafiaba la organización socioeconómica y política (Clark y Holquist 302). Según Bajtín, “durante el carnaval todos son iguales. Aquí, en la plaza del pueblo, una forma especial de libertad u contacto familiar reina entre la gente que normalmente está dividida por las barreras de casta, propiedad, profesión y edad” (Bajtín, 10). En época de carnaval, un sentido único del tiempo y del espacio hace que el individuo se sienta parte de la colectividad, momento en el que cesa de ser él mismo. Es en este punto en el que, a través del disfraz y la máscara, un individuo intercambia su cuerpo y queda renovado. Al mismo tiempo, surge una mayor consciencia de la unidad y comunidad corporal, material y sensual de uno mismo (Clark y Holquist 302).

Bajtín también dice que en Rabelais la idea de carnaval está conectada con la de lo grotesco. La participación de la colectividad en el carnaval es consciente de su unidad en el tiempo así como de la inmoralidad asociada con su continua muerte y renovación. Según Bajtín, el cuerpo necesita un tipo de reloj si tiene que ser consciente de su atemporalidad. Lo grotesco es el término usado por Bajtín para describir el énfasis de los cambios corporales a través de la comida, la evacuación y el sexo: se usa como un instrumento de medida (Clark y Holquist 303).

Ediciones recientes

Según el ISBN, ediciones recientes en España, en español, son:

  • Gargantúa y Pantagruel:
    • 2004, RBA Coleccionables, S.A. Parte de obra completa Vol.99
    • 1995, RBA Coleccionables, S.A.
    • 1995, Salvat Editores, S.A. (Con La Celestina, de F. de Rojas)
    • 1994, Ediciones Akal, S.A.
    • 1993, Editorial Origen, S.A.
    • 1993, Plaza & Janés Editores, S.A.
    • 1992, Productos Compactos, S.A.
    • 1988, Editorial Juventud, S.A.
    • 1987, Editorial Lumen, S.A.
  • Pantagruel:
    • 2004, Ediciones Akal, S.A.
    • 2003, Ediciones Cátedra, S.A.
  • Gargantúa:
    • 2004, Ediciones Akal, S.A.
    • 1999, Ediciones Cátedra, S.A.
    • 1996, Círculo de Lectores, S.A.
    • 1995, Círculo de Lectores, S.A.
    • 1995, Círculo de Lectores, S.A.
    • 1992, Alianza Editorial, S.A.
  • La muy horrífica vida del gran Gargantúa, padre de Pantagruel (1986), Ediciones Hiperión, S.L. Traducción, introducción y notas de Íñigo Sánchez-Paños

Referencias

  • Bajtín, M., (1941) Rabelais and his world, Bloomington, Indiana University Press.
  • Clark, K. y Holquist, M., Mikhail Bakhtin. Cambridge: Harvard University Press, 1984.
  • Holquist, M., Dialogism: Bakhtin and His World, 2.ª ed. Routledge, 2002.

Curiosidades

Figura del Gargantúa en Bilbao, que contiene un tobogán para que los niños puedan entrar por la boca del gigante y salir por su trasero
  • Al español (y otros idiomas), ha pasado el adjetivo pantagruélico, proveniente del Pantagruel de Rabelais para significar, dicho de una comida, "En cantidad excesiva". La RAE pone como ejemplo en su diccionario: Festín pantagruélico.
  • Honoré Daumier realizó una caricatura en la cual el rey aparecía retratado como Pantagruel, lo que le valió pasar seis meses en prisión.
  • La cubierta del álbum de Frank Zappa The Grand Wazoo representa la batalla entre Gargantúa y Picrocole (Libro I, cap. LII)

Enlaces externos