Diferencia entre revisiones de «Consecuencias económicas de la Primera Guerra Mundial»

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Esta situación de crisis en el Este propició el ascenso de regímenes [[Totalitarismo|totalitarios]], que participarían activamente en la Segunda Guerra Mundial.
Esta situación de crisis en el Este propició el ascenso de regímenes [[Totalitarismo|totalitarios]], que participarían activamente en la Segunda Guerra Mundial.


== Compensaciones económicas en el Tratado de versayes
== Compensaciones económicas en el Tratado de Versalles ==
Al final de la guerra, las potencias victoriosas impusieron a las vencidas fuertes indemnizaciones, en concepto de gastos militares, en su mayor parte contra [[Alemania]], a favor de [[Francia]] y del [[Imperio Británico]].
Al final de la guerra, las potencias victoriosas impusieron a las vencidas fuertes indemnizaciones, en concepto de gastos militares, en su mayor parte contra [[Alemania]], a favor de [[Francia]] y del [[Imperio Británico]].



Revisión del 23:19 8 jun 2009

El efecto de la Primera Guerra Mundial sobre la economía es causa de múltiples polémicas, ya que como todo análisis histórico y económico está profundamente ligado a la ideología política. En cualquier caso, casi todo el mundo coincide en que ésta ocasionó grandes convulsiones que marcan el final de una época (hegemonía indiscutible de Europa), y el inicio de una transición hacia un nuevo orden mundial que se consolidaría con la Segunda Guerra Mundial. Muchos autores ven en la Gran Depresión una consecuencia directa de la magnitud de los cambios que se produjeron.

Gasto militar: deuda pública e inflación

Cartel propagandístico en favor de la emisión de deuda pública

La preparación del conflicto bélico y, especialmente, su ejecución suponen un incremento de las necesidades militares. Para hacer frente a estos gastos extraordinarios, no era suficiente recortar el gasto social: la gran mayoría de los gobiernos se endeudaron fuertemente, hasta extremos insospechados hasta entonces, y se generaron fuertes presiones inflacionistas.

El tejido productivo se orientó a la producción de armamento, de forma que los bienes de consumo empezaron a ser escasos. Todo tuvo un impacto muy negativo sobre los estratos más pobres de la sociedad, causando numerosas revueltas, como la Revolución Rusa.

Movilización de la mano de obra masculina: llegada de la mujer al mundo laboral

La necesidad de soldados, así como su muerte masiva, estaban dejando sin mano de obra a una industria en plena expansión. Este hecho supuso una de las claves de la escasez de productos, pero al mismo tiempo abrió las puertas de los mercados laborales en sectores de la sociedad hasta entonces excluidos de este mundo.

Especialmente revolucionaria fue la aparición de la mujer en la industria pesada, llegando a suponer, por ejemplo, más del 40% de los trabajadores metalúrgicos, cosa que favoreció una gran expansión del movimiento feminista.

Avance técnico

La Primera Guerra Mundial es famosa por ser la primera vez en que la humanidad puso en marcha toda la maquinaria industrial para su propia destrucción. Los avances tecnológicos de la Revolución Industrial convirtieron el conflicto en una auténtica carnicería, donde se combinaron tácticas totalmente anticuadas con artilugios de muerte masiva.

Este hecho puso de manifiesto que la superioridad técnica era más importante que la numérica, y se destinaron grandes cantidades de dinero a la investigación y desarrollo de todo tipo de armas. Fruto de eso, avanzó notablemente la industria química, que una vez firmados los tratados contra el uso de armas químicas, se especializó en pesticidas. Destaca especialmente el impulso que recibió la aviación, con las primeras grandes batallas aéreas.

Las necesidades de la guerra introdujeron definitivamente las técnicas de producción en serie en Europa, así como otras numerosas mejoras en las técnicas organizativas de la industria.

Todo esto ayudó además al desarrollo de la publicidad y la rápida expansión del cartel publicitario y propagandístico como medio indispensable de comunicación.

Destrucción del tejido productivo europeo, expansión del norteamericano

La reducción de la importancia del factor humano supone un crecimiento de la industria militar. Como ya se ha visto, los grandes gastos de la guerra supusieron un desplazamiento adicional de la industria civil hacia la militar. Aunque en un principio las tensiones inflacionistas ayudaron a una rápida expansión industrial, las fábricas pronto se convirtieron en un objetivo estratégico por destruir al adversario.

También sufrió las consecuencias de la guerra el mundo rural, especialmente en una franja de unos pocos kilómetros de ancho en Francia, donde se concentraron la gran mayoría de los combates. El uso de agentes químicos, así como el peligro que suponían las bombas sin estallar y otros restos de guerra, tuvieron como consecuencia una importante reducción de la superficie que se podía dedicar a la agricultura.

Obviamente, los efectos negativos no llegaron a los EE. UU., ya que no se produjo ningún combate en sus tierras. Al contrario: la creciente demanda de una Europa en guerra facilitó una impresionante expansión de la producción en todos los ámbitos. Aunque el final de las hostilidades supuso una importante crisis económica, los EE.UU. se alzaron como primera potencia económica mundial: antes de la guerra (1913), más del 55% del PIB mundial era europeo; después de la Primera Guerra Mundial (1918), el 45% lo era de los Estados Unidos.

Hundimiento del Patrón Oro

Tal vez la consecuencia económica que más diferencia la Primera Guerra Mundial de otras guerras fue la destrucción del sistema de pago internacional conocido como Patrón Oro. Éste se caracteriza por utilizar el oro para liquidar las transacciones y deudas internacionales, como «valor estándar» con el cual las diferentes naciones fijaban la paridad de su moneda.

Durante la guerra, las potencias europeas tuvieron que importar grandes cantidades de armamento, y obviamente eso supuso la desaparición casi total de este metal en los países beligerantes. Por el contrario, los países neutrales, exportadores netos de armamento, tenían un gran exceso, que era peligroso poner en circulación sin caer en procesos hiperinflacionarios. Éstos fueron principalmente los Estados Unidos de América y España.

En estas circunstancias, restaurar este sistema de pago resultaba inviable: los bancos centrales de algunos países no disponían de reservas suficientes como para realizar pagos internacionales, mientras que otros tenían en exceso, pero no podían aplicar la lógica seguida del tipo de interés.

En consecuencia, se abandonó esta práctica. En muchos países, se empezó a utilizar dinero fiduciario, es decir, sin más tipo de respaldo que la confianza. La falta de conocimientos sobre este sistema monetario, así como la facilidad con la que era posible producir más moneda para el Estado, llevaron a las grandes hiperinflaciones de los años 20, principalmente en Alemania y Austria.

A nivel internacional, la falta de un sistema estable de pagos perjudicó fuertemente el comercio, a pesar de que la libra esterlina se mantuvo como moneda de referencia, con una progresiva tendencia hacia el dólar.

A finales de los años 20, se intentó recuperar este sistema, pero errores en la fijación de la paridad de la libra esterlina vaciaron pronto las reservas británicas otro pico y propiciaron el Crack de 1929 en la bolsa de Nueva York. Este hecho fue determinante para la llegada de la Gran Depresión y el fracaso definitivo del patrón oro.

Reestructuración de fronteras y mercados

El final de la Primera Guerra Mundial trajo cambios importantes en las fronteras de los países, con sus lógicas implicaciones económicas.

Por una parte, las potencias victoriosas ampliaron sus territorios y, con ellos, su acceso a materias primas. Por otra, el Imperio Alemán perdió una gran parte, quedando además separado de Königsberg (Kaliningrado) por el único acceso al mar que tenía Polonia.

El Imperio Austrohúngaro se disolvió en una gran cantidad de países independientes, los cuales tuvieron serios problemas, ya que su estructura económica e infraestructuras estaban orientadas hacia Viena, un mercado ahora cerrado. Eso les dejó en una situación de estancamiento y crisis, con grandes gastos de reconversión industrial. Lo mismo pasó con las repúblicas que se independizaron del Imperio Ruso.

Algunos países que estaban divididos entre dos grandes imperios se encontraron paradójicamente con infraestructuras inconexas, como por ejemplo vías de ferrocarril con dos anchuras diferentes (Yugoslavia). Eso también se refleja en su estructura productiva.

Esta situación de crisis en el Este propició el ascenso de regímenes totalitarios, que participarían activamente en la Segunda Guerra Mundial.

Compensaciones económicas en el Tratado de Versalles

Al final de la guerra, las potencias victoriosas impusieron a las vencidas fuertes indemnizaciones, en concepto de gastos militares, en su mayor parte contra Alemania, a favor de Francia y del Imperio Británico.

Esta deuda fue una de las claves de los fuertes procesos de hiperinflación y la crisis de la Gran Depresión, así como la subida al poder del nazismo.

Bibliografía recomendada