Diferencia entre revisiones de «Monarquismo»

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Monarquismo, ideología para defender el establecimiento, preservación o restauración de una monarquía como forma de gobierno.

Monarquismo absolutista

El Monarquismo Absolutista propugna o defiende que el Monarca o soberano debe ejercer todos los poderes públicos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) sin ningún tipo de restricción o límite en la práctica; aunque se dé por sentado que el monarca deba gobernar teniendo como límites los preceptos religiosos y en algunos casos históricos las llamadas "Leyes Fundamentales" (leyes de caracter consuetudinario que ordenan la vida política del país, las que el rey no puede vulnerar), aunque esos límites casi siempre han sido muy difusos (por estar sujetos a la interpretación más conveniente al monarca) y poco eficaces. Por lo tanto, los monárquicos absolutistas rechazan la existencia de una Constitución en el sentido moderno y liberal y de un Parlamento, son contrarios a formas de gobierno demócratas y defienden al monarca como el único titular de la soberanía.

Normalmente el Monarquismo absolutista apela a un vínculo directo entre la monarquía y la religión para justificar la forma de gobierno que propone, bien sea porque el monarca es elegido por Dios en el vientre de su madre, como alegan los monárquicos cristianos o musulmanes, ó porque él mismo es un Dios como alegaban los de religión politeísta; y por eso es un sacrilegio tratar de limitar el poder del monarca. En otras palabras, el monarca recibe su poder directamente de Dios sin mediación alguna de su iglesia; o el mismo es un Dios viviente (como en el caso de monarquías asiáticas antiguas). De esta forma se ejerce un gobierno en el que los derechos de las comunidades, corporaciones, gremios y de los diversos estamentos de la comunidad política se relativizan o suprimen en favor de las leyes uniformizadoras que da el monarca.

Absolutismo significa que el príncipe no se encuentra ya atado a las convenciones y pactos feudales que antes tenía con sus vasallos señoriales por lo que, respetando las Leyes Fundamentales del reino (cuando existen), algunas costumbres y la moral religiosa, centraliza el gobierno en sus manos. De esta forma se ejerce un gobierno autocrático, donde el monarca es el máximo responsable del estado, sin estar subditado a ningún código legal.

En la actualidad, las monarquías absolutistas y sus partidarios son prácticamente inexistentes en Europa o América y son insignificantes en la mayoría de los países de Asia (con alguna excepción como Bután); sólo sobreviven en algunos países árabes como Arabia Saudita y Marruecos y en al menos uno de África.

Monarquismo constitucional

El Monarquismo Constitucional defiende un sistema donde las leyes del gobierno reposan sobre una serie de prerrogativas reales entre el monarca (responsable máximo del Poder Ejecutivo) y el Parlamento (responsable máximo del Poder Legislativo). Esta forma de gobierno, que confiere la soberanía de reales prerrogativas gubernamentales, esta actualmente en vigor en Bélgica, España, Camboya, Dinamarca, Liechtenstein, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos y Tailandia.

Para los constitucionalistas más moderados, el rey todavía debe ejercer importantes poderes ejecutivos conjuntamente con el Gobierno que cuente con la confianza del parlamento, y de hecho proponen una soberanía compartida entre el monarca y el Pueblo (representado éste último por sus representantes políticos surgidos de elecciones democráticas).

Sin embargo, para la mayoría de los monárquicos constitucionalistas toda la soberanía debe ser para el Pueblo o Nación (de allí llamarla soberanía nacional); el monarca sólo lo es porque el pueblo se lo permite por medio de la Constitución Nacional y, sí la mayoría del pueblo le retirara la confianza, podría destituirlo en cualquier momento mediante una reforma constitucional (para implantar la República o elegir otro Monarca). Para ellos el monarca no debe tener ningún poder real; sus funciones sólo deben ser de dos tipos: ceremoniales o decorativas (presidir ceremonias públicas solemnes, servir de anfitriones de personalidades y gobernantes extranjeros, inaugurar obras públicas, y en general "relaciones públicas"); y simbólicas gubernativas (firmar los decretos y reglamentos ya redactados y aprobados por el Primer Ministro y su Gabinete, y también las leyes aprobadas y sancionadas por el parlamento; "nombrar" al Primer Ministro elegido por el Pueblo, etc.)

Para ellos el verdadero gobernante del país debe ser el Primer Ministro o Presidente del Gobierno elegido por el parlamento (que a su vez es elegido por el pueblo en elecciones). En la actualidad casi todos los países europeos monárquicos tienen sistemas de gobierno organizados de acuerdo a éstas ideas de los constitucionalistas.

Monarquismo parlamentario

Corona real española

Los partidarios de una monarquía parlamentaria abogan por un sistema donde el rey no dispone más que de poderes simbólicos mientras que el Parlamento asume la gran mayoría de poderes prácticos. Este sistema está actualmente en vigor en Japón, Mónaco, Suecia y los países de la Mancomunidad de Naciones que son monarquía bajo la soberana británica: Antigua y Barbuda, Australia, Bahamas, Barbados, Belice, Canadá, Granada, Islas Salomón, Jamaica, Nueva Zelanda, Papua-Nueva Guinea, Reino Unido, San Cristóbal y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Tuvalu.

Véase también