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Museo Capitolino, Roma.

El tapiz (del francés, tapis) es una obra de tejido tradicionalmente hecha a mano en la que se producen figuras semejantes a las de un cuadro utilizando hilos de color.

Desde su origen remoto servían para abrigar las paredes en tiempo frío, evitando la radiación fría (mejor dicho, la absorción de la radiación infrarroja emitida por el cuerpo humano, que enfría la piel) y, por lo tanto dar sensación de calor en las estancias. Así pues, lo más probable es que los primitivos tapices fueran simplemente un paño grueso, colgado de las paredes o extendido en el suelo. Con el tiempo, fueron convirtiéndose en objetos suntuarios, con decoración, y en auténticas obras de arte.

Tipos de tapiz decorativo

Se distinguen dos tipos de tapices, según la posición de los lizos o cordelillos que unen las bandas o secciones de la urdimbre con las perchas que se hallan en la extremidad superior a ésta y que facilitan el movimiento de los hilos:

  • de alto lizo, que se tejen colocando la urdimbre y todo el aparato en posición vertical
  • de bajo lizo, que se tejen colocando la urdimbre y todo el aparato en posición horizontal, resultando de aquí que se logre mayor rapidez y abaratamiento de la obra aunque una inferior calidad.

Historia

El origen histórico de los tapices decorativos considerados en su conjunto, responde a la vieja necesidad de decorar los muros, como es el caso de las pinturas murales egipcias y de los relieves asirios, unido a la necesidad de abrigarlos y debe remontarse a los primeros tiempos del tejido decorado. Entre las pinturas de uno de los célebres hipogeos de Beni-Hassán se halla representado un telar idéntico a los de alto lizo en el que trabajan dos tejedoras, y en otras pinturas del antiguo Egipto se dibujan cortinas que parecen de tapicería. El mismo carácter se descubre en varios relieves de los palacios asirios. También se manifiesta, en las descripciones del Tabernáculo, el suntuoso tapiz ordenado por Moisés a modo de tienda del desierto (Éxodo, c. 36-39) y en la cortina o velo del templo de Jerusalén dispuesta por Salomón con gran magnificencia y que según Flavio Josefo, era de arte babilónico. No obstante, parece que en dichos cortinajes las figuras estaban bordadas y no tejidas.

Tapiz en la Catedral Vieja de Lérida.

Los griegos debieron usar tapices decorativos según se desprende de algunas decoraciones pictóricas de sus vasijas y así mismo los romanos, como lo revelan los cortinajes figurados en las pinturas murales de Pompeya además de muchos textos de historiadores de los que se infiere que dichas piezas procedían de Oriente. Pero no se conservan muestras de aquella época salvo algún raro fragmento y los llamados tapices coptos.

Con el tiempo, el tapiz se ha convertido en una obra suntuaria y muy costosa que, a su utilidad inicial, ha añadido la de embellecer los muros interiores de la iglesias y los salones lujosos y contribuir al esplendor de las grandes fiestas como artículo decorativo de primer orden y de carácter movible. Por ello, la Iglesia católica, primero en Oriente y después en Occidente hubo de adoptar los tapices para el esplendor del culto religioso, no teniendo inconveniente durante la Edad Media en servirse de ellos y de estofas semejantes aun cuando las figuras que ostentaban las piezas de manufactura oriental nada tuvieran de religioso. Este uso contribuyó en gran manera al progreso y extensión de esta industria y de muchas otras orientales, cooperando al mismo fin las expediciones de las Cruzadas.

El tapiz es uno de los objetos más antiguos que puede considerarse mueble decorativo. De él se hacía uso para cubrir vanos y paredes, pisos y muebles importantes pues hasta el siglo XVI se confundían a cada paso los tapices propiamente dichos con los tapetes y alfombras. Desde el siglo XV, se emplea asimismo para colgaduras en la decoración de las vías públicas con motivo de la celebración de un acontecimiento o recepción solemne. Desde el siglo XVII se populariza el uso de las alfombras y tapetes, distinguiéndolas perfectamente de las tapicerías. Para cubrir las paredes de salones lujosos se emplea también desde el siglo XVI el terciopelo de seda bordado y el damasco y desde el XIV ó XV los guadameciles. Actualmente, se utiliza el término "tapiz" para referirse a los fondos de escritorio de los monitores de computadoras o pantallas de teléfonos celulares.

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