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Diferencia entre revisiones de «Validez (epistemología)»

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En sentido epistemológico, “válido” es el conocimiento expresado en una proposición que es aceptada y reconocida como verdadera. Supone distinguir el hecho en sí del conocimiento y su aceptación como verdadero.
En sentido epistemológico, “válido” es el conocimiento expresado en una proposición que es aceptada y reconocida como verdadera. Supone distinguir el hecho en sí del conocimiento y su aceptación como verdadero.


Así, por ejemplo, Kant distingue entre la validez y el origen del conocimiento. Que el origen de todo conocimiento sea la experiencia no implica que todo conocimiento por el hecho de tener su origen en la experiencia sea verdadero.<ref>Una alucinación sin duda alguna es una experiencia. Pero el contenido cognoscitivo de dicha experiencia no tiene más sentido de verdad que como experiencia subjetiva, nunca un contenido de verdad objetiva y por tanto no puede ser considerada como válida por la comunidad</ref> Lo mismo que un conocimiento puede ser reconocido como verdadero en el contexto de la vida ordinaria, no siéndolo en un sentido científico. Como por ejemplo afirmar que '''la manzana "es" rojita'''.<ref>Hoy día tras las múltiples experiencias científicas acerca de lo que es la visión y los colores no ofrece ningún problema aceptar que "decir que la manzana es roja" no quiere decir que "la manzana '''sea''' roja"</ref>
Así, por ejemplo, Kant distingue entre la validez y el origen del conocimiento. Que el origen de todo conocimiento sea la experiencia no implica que todo conocimiento por el hecho de tener su origen en la experiencia sea verdadero.<ref>Una alucinación sin duda alguna es una experiencia. Pero el contenido cognoscitivo de dicha experiencia no tiene más sentido de verdad que como experiencia subjetiva, nunca un contenido de verdad objetiva y por tanto no puede ser considerada como válida por la comunidad</ref> Lo mismo que un conocimiento puede ser reconocido como verdadero en el contexto de la vida ordinaria, no siéndolo en un sentido científico. Como por ejemplo afirmar que '''la manzana "es" roja'''.<ref>Hoy día tras las múltiples experiencias científicas acerca de lo que es la visión y los colores no ofrece ningún problema aceptar que "decir que la manzana es roja" no quiere decir que "la manzana '''sea''' roja"</ref>


A veces la validez adquiere un valor casi [[Metafísica|metafísico]] cuando su contenido de verdad apunta no sólo al hecho de ser aceptado como [[verdad]] sino al fundamento que lo justifica como válido en función de todo el [[Ser]] en su conjunto como realidad total. Así, por ejemplo, la aceptación como verdad de la existencia del alma humana apunta al sentido de una vida fundamentada en una vida más allá de la muerte.<ref>Por eso las creencias religiosas de una comunidad son tomadas fácilmente como verdades válidamente aceptadas científicamente; confundiendo el plano de la aceptación dentro de una comunidad religiosa con una verdad lógica o científicamente válida</ref>
A veces la validez adquiere un valor casi [[Metafísica|metafísico]] cuando su contenido de verdad apunta no sólo al hecho de ser aceptado como [[verdad]] sino al fundamento que lo justifica como válido en función de todo el [[Ser]] en su conjunto como realidad total. Así, por ejemplo, la aceptación como verdad de la existencia del alma humana apunta al sentido de una vida fundamentada en una vida más allá de la muerte.<ref>Por eso las creencias religiosas de una comunidad son tomadas fácilmente como verdades válidamente aceptadas científicamente; confundiendo el plano de la aceptación dentro de una comunidad religiosa con una verdad lógica o científicamente válida</ref>

Revisión del 04:27 15 feb 2010

De manera general se dice que algo tiene validez porque tiene, y se le reconoce, la cualidad de poseer un valor determinado, o bien la capacidad o eficacia para realizar el valor que se supone ha de tener.

El conocimiento en general adquiere un "valor de verdad" especial cuando es reconocido como verdadero por una comunidad.

Se entiende por validez de un conocimiento el hecho de ser reconocido como verdadero por una comunidad determinada.

La validez del conocimiento admite diversas formas y requisitos según los campos o ámbitos en los que manifiesta su validez: podríamos hablar entonces de validez sociológica, étnico-cultural, religiosa, mágica, etc. cada una con sus criterios y formas de aceptación y reconocimiento.[1]

La ciencia y la filosofía, como conocimiento, tienen esencialmente como valor único de referencia la verdad objetiva: Conocimiento sometido únicamente a los contenidos asequibles y conforme a las reglas de la Razón.

Esta condición, la racionalidad, hace posible la participación en común de los mismos conocimientos, condición esencial de la ciencia. Esta condición los griegos la identificaron con un mismo término λογοσ, que tiene referencia tanto a la "palabra" o al "discurso" cuanto a la "formalidad lógica del mismo", como razonamiento o argumento.

La validez del conocimiento científico y filosófico, su validez lógica adquiere pues dos sentidos:

  • Epistemológico. Como "logos", palabra o discurso reconocido como verdadero por la comunidad científica. No es casual que tantas ciencias terminen así «--logía» y sus conocimientos sean calificados de «---lógicos».
  • Lógico-formal. Con referencia al discurso, entendido como argumento en su coherencia con un sistema formalmente establecido.

Sentido epistemológico

En sentido epistemológico, “válido” es el conocimiento expresado en una proposición que es aceptada y reconocida como verdadera. Supone distinguir el hecho en sí del conocimiento y su aceptación como verdadero.

Así, por ejemplo, Kant distingue entre la validez y el origen del conocimiento. Que el origen de todo conocimiento sea la experiencia no implica que todo conocimiento por el hecho de tener su origen en la experiencia sea verdadero.[2]​ Lo mismo que un conocimiento puede ser reconocido como verdadero en el contexto de la vida ordinaria, no siéndolo en un sentido científico. Como por ejemplo afirmar que la manzana "es" roja.[3]

A veces la validez adquiere un valor casi metafísico cuando su contenido de verdad apunta no sólo al hecho de ser aceptado como verdad sino al fundamento que lo justifica como válido en función de todo el Ser en su conjunto como realidad total. Así, por ejemplo, la aceptación como verdad de la existencia del alma humana apunta al sentido de una vida fundamentada en una vida más allá de la muerte.[4]

En otros casos, la validez adquiere su valor mediante sus relaciones con otros seres o conceptos en un ámbito determinado del conocimiento, como puede ser una teoría científica, o una creencia social.

El conocimiento adquiere su validez «epistemo-lógica», como ciencia (episteme = ciencia) por referirse a un objeto formal y previamente determinado, sometido a determinadas reglas de método de investigación, coherente con una determinada teoría y publicado y reconocido por la comunidad científica competente.

El concepto original de "grave" (gravedad) y "leve", hacían referencia a la teoría áristotélica según la cual los "graves" caen a la tierra, las piedras, mientras los "leves" ascienden hacia el cielo, el humo. Hoy tal teoría ha desaparecido pero el significado mantiene de alguna forma su sentido válido original en contextos no científicos. Lo grave es algo de mucho peso, material o moral, lo leve tiene poco peso material o poca importancia moral.

El conocimiento lógicamente válido en el campo de la ciencia supone la aceptación del mismo por la comunidad científica dentro del ámbito de que se trate, como coherente con una teoría, o dentro de un uso técnico.

En cambio el reconocimiento como válido dentro de un ámbito cultural viene a significar la coherencia con los postulados o las normas de la tradición cultural, tanto como su sentido de verdad en sí.

Sentido lógico-formal

En sentido lógico, “válido” se refiere a una verdad formal. Se aplica a los argumentos cuando cumplen con una forma lógica. Cuando el producto de las premisas y su implicación con la conclusión muestran en su tabla de verdad que es una tautología.

La lógica es una ciencia formal, sin contenido material alguno. La verdad formal no depende del conocimiento verdadero en su sentido epistemológico, sino que manifiesta su validez por la forma, no por su materia.

Un argumento válido, “lógicamente verdadero”, puede ser falso en su sentido epistemológico. De la misma forma que un argumento verdadero en sentido epistemológico puede ser formalmente inválido.

La Lógica trata de fundamentar las inferencias válidas sin conocimiento material alguno. Suele definirse por eso como la ciencia que estudia las formas válidas de inferencia, o bien, subrayando un sentido de utilidad, la ciencia que estudia las las formas válidas de razonamiento.

Las formas válidas de inferencia, leyes lógicas o tautologías, aplicadas como razonamientos lógicamente válidos, garantizan la verdad de la conclusión cuando el contenido de conocimiento material de las premisas sea epistemológicamente válido.


  • Ejemplo de razonamiento lógicamente verdadero, válido, pero falso en su contenido material.

Si todos los mamíferos tienen alas, y los seres alados vuelan, entonces si los perros son mamíferos, los perros vuelan.

  • Ejemplo de razonamiento lógicamente inválido, que puede ser verdadero en su contenido material.

Si sólo los que miden más de 1.80 juegan al baloncesto, y Antonio mide más de 1.80, entonces Antonio juega al baloncesto.

(Antonio puede o no jugar al baloncesto, porque su verdad o falsedad depende de la experiencia, no de la forma argumentativa, puesto que es un argumento inválido).

  • Ejemplo de razonamiento lógicamente válido, cuya validez epistemológica depende de un contexto cultural determinado.

Entre todas las religiones del mundo, una será la verdadera y todas las demás serán falsas. Es así que la única religión verdadera es......"La Nuestra". Luego todas las demás son falsas.

Validez lógica

Dado el carácter formal de la Lógica como ciencia suele identificarse la expresión "validez lógica" con este aspecto lógico-formal.

Se dice que un razonamiento es lógicamente válido cuando tiene la forma de una ley lógica, lo que equivale a decir que la relación entre las premisas y la conclusión es tautológica.

Expresado en lenguaje formalizado: Dadas las proposiciones A, B, y C….. N, un argumento válido es aquel que tiene la forma:

(A /\ B /\ C…….. /\ N) → Z

que recibe el nombre de esquema de inferencia, donde se da el caso que el valor de verdad lógica del antecedente V, como producto (conjunción) de todas las premisas, implica que la conclusión también tiene valor de verdad lógica V.

De este modo si las premisas son verdaderas en sentido epistemológico, entonces la conclusión también lo es, en sentido epistemológico. Lo que permite considerar Z como verdad propia, independiente y desligada, es decir una conclusión obtenida a partir de las verdades afirmadas en las premisas como verdaderas.[5]

Por lo que definimos la validez como: No puede ser el caso que siendo las premisas verdaderas la conclusión sea falsa. Línea 1 de la tabla; es el caso de la tautología. La línea 2 de la tabla demostraría que el argumento no es válido. Las demás líneas no hacen al caso por ir en contra del supuesto de la verdad del producto de las premisas, lo que constituiría un argumento inconsistente, pues no se daría el caso de que todas las premisas fueran verdaderas a la vez. Este es el argumento que, a sensu contrario, se usa para la prueba de validez que veremos más adelante; es decir que no es posible que si la conclusión es falsa, puedan ser todas las premisas a la vez verdaderas, que es lo que ocurre en la línea 2.

Ver tabla de valores de verdad


A B C (A /\ B) → C
1 V V V V
2 V V F F
3 V F V V
4 V F F V
5 F V V V
6 F V F V
7 F F V V
8 F F F V


Nota: La proposición metalingüística (A /\ B) representa el conjunto, producto lógico, de todas las premisas del argumento; C, representa el posible valor de verdad de la conclusión.

Consideración importante: Hay que tener en cuenta que la validez reside en el esquema, no en la verdad de las proposiciones. Las proposiciones no son válidas más que en el sentido epistemológico, como verdaderas, pero formalmente en sentido lógico pueden ser tanto verdaderas como falsas. Por lo que la validez de un razonamiento sólo se garantiza cuando el conjunto de la proposición como esquema de inferencia es una tautología, una verdad formal, cuya tabla de valores de verdad es siempre V y nunca F, evitando de esta manera la línea 2 de la tabla.

Si, se diera el caso de que alguna premisa fuera falsa, el valor de verdad del producto sería también falso. Sin embargo el argumento sería válido, con independencia de la verdad o falsedad de la conclusión.(Líneas 3-8).

Esto resulta a primera vista chocante, pero, según la definición del functor como condicional cuando el valor del antecedente es falso, la función hace verdadera a la proposición con independencia del valor de verdad del consecuente, según su tabla de verdad que lo define.

La paradoja no es tal, puesto que, cuando argumentamos, partimos de la base de la consideración de que todas las premisas son válidas, epistemológicamente verdaderas; en otro caso, la argumentación no tiene sentido.

Eso explica cómo, frecuentemente, usamos la segunda línea de la tabla de definición del functor implicador en expresiones como:

“Si eso que dices es verdad, yo soy el Papa de Roma”, donde damos a entender que, al no dar validez a la premisa, la conclusión puede ser cualquiera como argumento válido, pero epistemológicamente falso.

En la lógica clásica, se decía, ex contradictione quodlibet, lo que viene a decir, que partiendo de una falsedad, cualquier conclusión es posible. Algunos cálculos utilizan esta inferencia como regla para demostrar algo conocido de antemano como falso.

Por eso en lógica se hace una distinción entre la afirmación condicional o hipotética y la implicación.

Prueba de validez de un argumento

Supongamos el siguiente argumento:

p-->(q/\r); p; p-->(s/\t) |- q/\s

Su esquema de inferencia sería:

[p →(q /\ r) /\ p /\ p → (s /\ t)] → (q /\ s)


Podríamos comprobar si es o no válido de las tres formas siguientes:

Por tablas de verdad

a) Al hacer la tabla veríamos las condiciones de verdad de cada una de las premisas y su posible o imposible conjunción, es decir, su consistencia.

b) Al mismo tiempo podemos comprobar si se da el caso en que siendo el antecedente verdadero, todas y cada una de las premisas verdaderas, el consecuente fuera falso. De no ser así el esquema daría como resultado una tautología y mostraría que el argumento es válido.

El inconveniente es que con 5 variables tendríamos que hacer una tabla bastante larga y farragosa. La tabla tendría líneas.

Por demostración o derivación según las reglas de un cálculo lógico

Aplicando las reglas derivaríamos la conclusión a partir de las premisas. Si es posible, entonces comprobaríamos la validez del argumento.

Pero no siempre es fácil la derivación o, si el argumento es complicado, podría llevarnos mucho tiempo el intentarlo, para tal vez no llegar a una conclusión. No interesa en ese caso embarcarse en el cálculo sin garantía de que se vaya a llegar a buen fin.

Por la prueba de validez

Sea el argumento: p-->(q/\r); p; p-->(s/\t) |- (q/\s)

Comprobamos que no puede darse el caso de que las premisas sean verdaderas y la conclusión falsa.

Para ello suponemos los valores de verdad de las premisas que hagan que la conclusión sea falsa; y sustituimos dichos valores en los valores de las premisas.

Deberá aparecer una imposibilidad de que dichos valores hagan verdaderas a todas las premisas. Deberá aparecer una contradicción. Si dicha contradicción aparece, quiere decir que el argumento es válido.

p q /\ r /\ p /\ p s /\ t q /\ s
v v v v v v vf? v f v f f vf v f f
vf? ¿? f f ! vf v v v v v v v v f f v
vf ¿? f f ! vf v vf? v f v f f vf f f f

Referencias

  1. Una comunidad religiosa reconoce como válida, y por tanto como conocimiento verdadero, los milagros de un santo. Pero, fuera de ese contexto, dicha afirmación o creencia pierde su condición de validez con carácter general, como reconocimiento social, o reconocimiento científico. Los criterios de validez para una confesión religiosa son completamente diferentes de los criterios científicos.
  2. Una alucinación sin duda alguna es una experiencia. Pero el contenido cognoscitivo de dicha experiencia no tiene más sentido de verdad que como experiencia subjetiva, nunca un contenido de verdad objetiva y por tanto no puede ser considerada como válida por la comunidad
  3. Hoy día tras las múltiples experiencias científicas acerca de lo que es la visión y los colores no ofrece ningún problema aceptar que "decir que la manzana es roja" no quiere decir que "la manzana sea roja"
  4. Por eso las creencias religiosas de una comunidad son tomadas fácilmente como verdades válidamente aceptadas científicamente; confundiendo el plano de la aceptación dentro de una comunidad religiosa con una verdad lógica o científicamente válida
  5. Aplicando la regla de separación. Véase Cálculo lógico

Bibliografía

  • Ferrater Mora, J. (1984). Diccionario de filosofía (4 tomos). Alianza Editorial.  Texto « ISBN:84-206-5299-7

» ignorado (ayuda)

  • Kuhn, T. (1981). La estructura de las revoluciones científicas. Fondo de Cultura Económica. 
  • Mitchell, D (1968). Introducción a la lógica. Labor.