Diferencia entre revisiones de «Literatura fantástica»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
m Revertidos los cambios de 190.173.78.176 a la última edición de Afragala3913
Línea 32: Línea 32:
== Literatura fantástica contemporánea ==
== Literatura fantástica contemporánea ==


Si lo fantástico se define en oposición a lo real, el fantástico moderno nace con la instauración del paradigma racional durante la Ilustración.
PURO PUTOPUUTPUTOPUTOciencia.

Si bien comúnmente se suele considerar a los relatos antiguos y medievales como pertenecientes a la literatura fantástica, desde un punto de vista más riguroso, habría que clasificar a dichos relatos como pertenecientes al campo de la [[mitología]].

Tanto la mitología como las religiones, constituyen narraciones donde se evidencia la [[cosmovisión]] de una determinada cultura en un determinado período histórico.

Esta concepción particular del universo era lo que constituía las bases de su propia realidad y esa era la función de dichos relatos.

Para las personas del medieval, la existencia de las [[bruja]]s y los influjos satánicos, no eran considerados fantásticos, sino que constituían hechos cotidianos, creíbles y sin lugar a dudas, reales.

Durante la Ilustración y el desarrollo de la ciencia, la realidad del hombre medieval se convierte en superstición, como todo aquello que no es factible de ser comprobado a través del método científico.

Es aquí cuando nace el concepto de "fantástico", como un hecho que contraría las leyes de la ciencia.


La literatura fantástica, opera en esa zona donde ocurren hechos inexplicables para la lógica cartesiana, amenazando con subvertir el orden del mundo.
La literatura fantástica, opera en esa zona donde ocurren hechos inexplicables para la lógica cartesiana, amenazando con subvertir el orden del mundo.

Revisión del 01:03 29 jul 2009

La literatura fantástica es un género literario de ficción, generalmente en forma de novelas o de relatos cortos. Se caracteriza porque utiliza la magia y otras formas sobrenaturales como un elemento primario del argumento, la temática o el ambiente.

El árbol barbudo y los Hobbits.

El género fantástico se asocia y se pone en contraste con la ciencia ficción y con el terror. Los tres géneros ofrecen elementos comunes tales como componentes alejados radicalmente de la realidad o especulaciones sobre cómo podría ser dicha realidad, o cómo pudiera haber sido. La "fantasía" parece reservarse temas tales como la magia, valientes caballeros, damas en peligro, bestias míticas y búsquedas, en un ambiente medieval mientras que el terror generalmente se lleva a cabo en el presente con la intención de aterrorizar al lector y la ciencia ficción suele enclavarse en el futuro en un ambiente altamente tecnológico.

Es una importante fuente de inspiración para juegos de rol y películas.

La historia

Los orígenes de la literatura fantástica se remontan a la mitología griega y la mitología romana. Dos famosos clásicos son La Odisea de Homero y La Eneida de Virgilio. Posteriormente se observa una influencia muy fuerte del romance medieval. Tanto el romance como el ciclo Artúrico, son considerados precursores claros de la fantasía contemporánea.

Durante el siglo XIX y principios del XX se publicaron muchas historias fantásticas bajo el nombre de ciencia ficción (escritas a menudo por los mismos autores). Después del gran éxito de El hobbit y El Señor de los Anillos escritas por J. R. R. Tolkien a mediados del siglo XX, así como las Crónicas de Narnia de C.S. Lewis y las series de Terramar de Ursula K. Le Guin, la escritura fantástica, influenciada a menudo por estos grandes trabajos y, también, por el mito, la epopeya, y romance medieval obtuvo renovada popularidad.

La fantasía cómica, especialmente los trabajos de Terry Pratchett, también debe ser mencionado aquí, siendo un subgénero que parodia y ofrece una visión habitualmente sarcástica de las ideas antedichas, así como ideas fuera del género, de una manera posmoderna.

La literatura fantástica y sus más viejos precursores inspiraron los juegos de rol, tales como Dragones y Mazmorras, que produjeron más ficción en el género. Las compañías del juego han publicado novelas fantásticas fijadas en los propios universos ficticios de sus juegos; las series Reinos Olvidados y Battletech son algunas de las más populares.

Del mismo modo, existen series de novelas basadas en las películas de la fantasía y series de la TV.

Aficionados a la fantasía se reúnen anualmente en la Convención de la Fantasía Mundial (World Fantasy Convention). El primer encuentro fue en 1975 y ha continuado cada año desde entonces. La convención se reúne en una ciudad distinta cada año.

Debido al aumento de la popularidad de este género durante el siglo XX, el género fantástico se ha subdividido en un número de ramas:


Literatura fantástica contemporánea

Si lo fantástico se define en oposición a lo real, el fantástico moderno nace con la instauración del paradigma racional durante la Ilustración.

Si bien comúnmente se suele considerar a los relatos antiguos y medievales como pertenecientes a la literatura fantástica, desde un punto de vista más riguroso, habría que clasificar a dichos relatos como pertenecientes al campo de la mitología.

Tanto la mitología como las religiones, constituyen narraciones donde se evidencia la cosmovisión de una determinada cultura en un determinado período histórico.

Esta concepción particular del universo era lo que constituía las bases de su propia realidad y esa era la función de dichos relatos.

Para las personas del medieval, la existencia de las brujas y los influjos satánicos, no eran considerados fantásticos, sino que constituían hechos cotidianos, creíbles y sin lugar a dudas, reales.

Durante la Ilustración y el desarrollo de la ciencia, la realidad del hombre medieval se convierte en superstición, como todo aquello que no es factible de ser comprobado a través del método científico.

Es aquí cuando nace el concepto de "fantástico", como un hecho que contraría las leyes de la ciencia.

La literatura fantástica, opera en esa zona donde ocurren hechos inexplicables para la lógica cartesiana, amenazando con subvertir el orden del mundo.

Al tiempo que se establece como una instancia crítica donde es posible indagar los límites del pensamiento racional como única instancia que regula la experiencia de lo real.

Si la literatura mitológica cumplía la función de instaurar un orden, la literatura fantástica comtemporánea persigue la función de cuestionar dicho orden.

Es por esta razón que los relatos fantásticos modernos, suelen causar un efecto perturbador, donde la ansiedad y el miedo son las reacciones más frecuentes ante una persona racionalista, que no puede aceptar la fractura de una realidad concreta.

Por esta causa la literatura fantástica se superpone a otros criterios de clasificación, como los relatos góticos, la literatura romántica, los cuentos de terror, la ciencia ficción, etc.

Bajo esta premisa, habría que considerar como pionero del fantástico contemporáneo moderno a Edgar Allan Poe.

Su naturaleza filosófica

La literatura del absurdo, la literatura fantástica, tan próximas, ambas, a la metafísica y su historia, no nos alejan de la realidad; mantienen en nosotros siempre viva la conciencia de que lo “real”, el misterio, sólo puede alentar dentro de esos parámetros de escritura.

Así, repudiar el realismo artístico, en cualquiera de sus formas, no es en manera alguna propender a alejarse de “lo que es”: más bien es poner en claro que la ingenuidad perceptiva no es valedera, no es un medio “revelante”. Decir lo fantástico es haber sentido en intuiciones excepcionales y poco frecuentes, que el universo excede de continuo la pálida figura que de él nos suministran nuestros adocenados, gastados y tristes días.

Este peculiar estado de ánimo, cargado del “asombroplatónico, también puede moverse con comodidad en la ciencia-ficción. Estas tres vertientes de géneros literarios ayudan, en la medida en que nos enfrentan fríamente con lo que no es, a captar lo que de algún modo... es en sentido eminente: un mundo maravilloso al que sólo se puede tener acceso por la imaginación y por la poesía. Y en términos generales, por toda profunda forma de arte.

Giorgio De Chirico quiso hacerlo deliberadamente; pero en todo artista prominente debe hallarse escondido –como en Dalí y el surrealismo- lo que De Chirico ha buscado expresar: el pasmo ante un cosmos en el que hemos sido arrojados sin que se nos consultara, y en el que de continuo debemos elegirnos para salvarnos o para perdernos, y, en definitiva, para “fracasar”.

Es en este orden de cosas donde debemos ubicar la tan heterodoxa expresión heideggeriana: la ciencia no piensa. La ciencia mide y calcula y se acerca progresivamente a una mensura cada vez más ajustada de la “realidad”. Pero dicha realidad no es de ninguna manera toda la realidad: los grandes interrogantes del hombre no se juegan en las piruetas del electrón o en el núcleo atómico; se juegan en el mero hecho de que esas volteretas, simple y enigmáticamente, “sean”. Para este milagro no tenemos explicación posible, y quien así lo experimenta muy pocas veces podrá hacerlo comprender a aquéllos que para él, están ciegos.

Véase también

Enlaces relacionados