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Cántico de las criaturas

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Francisco de Asís dando un sermón a las aves. Fresco de Giotto en la basílica dedicada al santo, en Asís.
San Francisco en meditación, obra de Francisco de Zurbarán (1639). La calavera, que Zurbarán incluyó en varias representaciones que hizo del santo, simboliza «nuestra hermana muerte corporal» (sora nostra Morte corporale), tal como Francisco la llamó en su Cántico de las criaturas.

El Cántico de las criaturas (en italiano: Cantico delle creature; en latín: Laudes Creaturarum), también conocido como Cántico del hermano sol,[1]​ es un cántico religioso cristiano compuesto por San Francisco de Asís en dialecto umbro a finales del año 1224 o principios del 1225, poco antes de su muerte. Francisco se encontraba enfermo y casi ciego, fuertemente decepcionado por la marcha de la orden que había fundado.[1]​ En una noche de tormento espiritual salió de su choza y elaboró el cántico como expresión de alabanza a todas las criaturas terrenales así como a las fuerzas de la naturaleza. El texto contiene además algunos elementos de la lengua latina, toscana e italiana. Es considerado como una de las primeras obras escritas en lengua italiana. De acuerdo con la tradición, este cántico fue entonado por primera vez por el propio san Francisco de Asís y por los hermanos León y Ángel, dos de sus compañeros más cercanos.

Contrariamente a otros cánticos religiosos de esa época, el Cántico de las criaturas no se enfoca únicamente a Dios, a la Virgen o a otros santos, sino que le agradece al Creador por otras criaturas como el “Hermano Fuego”, la “Hermana Agua”, la “Hermana Tierra” y todas las criaturas del mundo. Mostraba así su creencia de que todo lo creado era obra divina y que todos los seres debían tratarse como “hermanos” y “hermanas”. Además, San Francisco advierte del grave riesgo de irse de este mundo en pecado mortal.

Históricamente, el Cántico de las criaturas fue mencionado por primera vez en Vita Prima de Tommaso da Celano, en 1228.

Este cántico inspiró al papa Francisco para redactar su encíclica Laudato si' sobre el cuidado de la casa común, también conocida como la «encíclica ecológica».[2]

Texto completo

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Texto original en dialecto umbro Traducción al español

Altissimu, onipotente bon Signore,
Tue so' le laude, la gloria e l'honore et onne benedictione.

Ad Te solo, Altissimo, se konfano,
et nullu homo ène dignu te mentovare.

Laudato sie, mi' Signore cum tucte le Tue creature,
spetialmente messor lo frate Sole,
lo qual è iorno, et allumeni noi per lui.

Et ellu è bellu e radiante cum grande splendore:
de Te, Altissimo, porta significatione.

Laudato si', mi Signore, per sora Luna e le stelle:
in celu l'ài formate clarite et pretiose et belle.

Laudato si', mi' Signore, per frate Vento
et per aere et nubilo et sereno et onne tempo,
per lo quale, a le Tue creature dài sustentamento.

Laudato si', mi' Signore, per sor Aqua,
la quale è multo utile et humile et pretiosa et casta.

Laudato si', mi Signore, per frate Focu,
per lo quale ennallumini la nocte:
ed ello è bello et iocundo et robustoso et forte.

Laudato si', mi' Signore, per sora nostra matre Terra,
la quale ne sustenta et governa,
et produce diversi fructi con coloriti flori et herba.

Laudato si', mi Signore, per quelli che perdonano per lo Tuo amore
et sostengono infirmitate et tribulatione.

Beati quelli ke 'l sosterranno in pace,
ka da Te, Altissimo, sirano incoronati.

Laudato si' mi Signore, per sora nostra Morte corporale,
da la quale nullu homo vivente po' skappare:
guai a quelli ke morrano ne le peccata mortali;
beati quelli ke trovarà ne le Tue sanctissime voluntati,
ka la morte secunda no 'l farrà male.

Laudate et benedicete mi Signore et rengratiate
e serviateli cum grande humilitate.

Altísimo y omnipotente buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.

A ti solo, Altísimo, te convienen
y ningún hombre es digno de nombrarte.

Alabado seas, mi Señor, en todas tus criaturas,
especialmente en el señor hermano Sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.

Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.

Alabado seas, mi Señor, por la hermana Luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.

Alabado seas, mi Señor por la hermana agua,
la cual es muy humilde, preciosa y casta.

Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.

Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre Tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.

Alabado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,
y sufren enfermedad y tribulación;
bienaventurados los que las sufran en paz,
porque de ti, Altísimo, coronados serán.

Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
Ay de aquellos que mueran en pecado mortal.
Bienaventurados a los que encontrará en tu santísima voluntad
porque la muerte segunda no les hará mal.

Alaben y bendigan a mi Señor
y denle gracias y sírvanle con gran humildad.

Véase también

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Referencias

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  1. a b Martínez, Jorge (2014). En el sentir de Francisco. Ciudad de Buenos Aires: Dunken. p. 34 y siguientes. ISBN 978-987-02-7174-1. Consultado el 12 de diciembre de 2014. 
  2. Boo, Juan Vicente (15 de junio de 2015). «Estas son las claves de la encíclica ecológica del papa Francisco». ABC Sociedad. Consultado el 21 de marzo de 2016. 

Enlaces externos

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