Merv es la más antigua y la mejor conservada de las ciudades-oasis que jalonaban la ruta de la seda en el Asia Central. Sus vestigios son testigos de 4.000 años de historia y, entre ellos, se pueden ver todavía algunos monumentos construidos en los dos últimos milenios. (UNESCO/BPI)[1]
Situada al noroeste del Turkmenistán, en la orilla izquierda del río Amu Daria, Kunya-Urgench fue la antigua capital de la región de Khorezm en tiempos del Imperio aqueménida. Su centro histórico abarca un conjunto de monumentos construidos principalmente entre los siglos XI y XVI: una mezquita, las puertas de un caravasar, fortalezas, mausoleos y un minarete de 60 metros de altura. Todos esos edificios atestiguan los notables logros alcanzados por la arquitectura y la artesanía de la región, que se extendieron primero hasta Irán y Afganistán e influyeron luego en las realizaciones arquitectónicas del Imperio mogol, establecido en la India en el siglo XVI. (UNESCO/BPI)[2]
Los tells gemelos de la antigua y la nueva Nisa marcan el emplazamiento de una de las ciudades más antiguas e importantes del Imperio parto, que fue una gran potencia desde mediados del siglo III a.C. hasta el siglo III de nuestra era. Durante casi dos mil años, ambos tells han permanecido relativamente incólumes y conservan, todavía enterrados, los vestigios de una gran civilización antigua que supo aunar con ingenio su cultura tradicional y elementos de dos culturas occidentales: la helenística y la romana. Las excavaciones arqueológicas efectuadas en las dos partes que integran el sitio han puesto de manifiesto la existencia de una arquitectura ricamente ornamentada e ilustrativa de la vida doméstica, oficial y religiosa de los partos. Situado en la encrucijada de importantes rutas comerciales y estratégicas, el poderoso Imperio parto fue un bastión contra la expansión romana y un importante centro de comunicación e intercambios comerciales entre el este y el oeste, el norte y el sur. (UNESCO/BPI)[3]
La inscripción en esta lista es la primera etapa para cualquier futura candidatura. Turkmenistán, cuya lista indicativa fue revisada por última vez el 1 de marzo de 2010,[4] ha presentado los siguientes sitios:
La epopeya de Görogly es un espectáculo tradicional de narración oral en el que se relatan las hazañas de este legendario héroe y sus cuarenta jinetes. Relatos en prosa, poemas, canciones, improvisaciones vocales y composiciones musicales se combinan en las representaciones de esta epopeya que constituye una verdadera enciclopedia oral de conocimientos y costumbres tradicionales, entre los que figuran métodos de cría del ganado, de medicina tradicional, etc. La transmisión de este arte narrativo ancestral desempeña un importante papel en la educación de los niños, ayudándoles a comprender mejor su identidad cultural. También nutre el carácter, la capacidad creativa y el talento artístico, al mismo tiempo que confiere un fuerte sentimiento de identidad social y cultural a las comunidades que son sus depositarias. Este arte narrativo refleja las aspiraciones de los turkmenos a la felicidad, la libertad y la justicia, realzando valores como el coraje, la honradez, la amistad, la tolerancia y la equidad. Los practicantes y depositarios de la epopeya de Görogly son los narradores turkmenos –tanto hombres como mujeres– especializados en su interpretación, que suelen realizarla sentados con el acompañamiento de instrumentos de cuerda tradicionales como el dutar o gyjak. Estos practicantes y depositarios participan activamente en todas las celebraciones nacionales, festivales culturales y eventos sociales, así como en certámenes anuales en los que compiten entre sí. La práctica de este arte narrativo se considera una vocación artística, y los maestros en su interpretación transmiten a sus discípulos los conocimientos y técnicas que poseen a través de métodos informales de enseñanza y de las representaciones que dan en público. (UNESCO/BPI)[5]
La festividad del Año Nuevo suele ser una efeméride en la que las personas expresan sus deseos de prosperidad y renuevo de sus vidas. En numerosas regiones de Afganistán, Azerbaiyán, India, Irán, Iraq, Kazajstán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán, Turkmenistán, Turquía y Uzbekistán, este acontecimiento se celebra el 21 de marzo y recibe las denominaciones Nauryz, Navruz, Nawruz, Nevruz, Novruz, Nowruz o Nuruz, que tienen la misma significación de “día nuevo” en las distintas lenguas de esos países. Durante unas dos semanas tienen lugar diversas celebraciones de ritos, ceremonias y eventos culturales. Una importante costumbre tradicional característica de este periodo es la de reunirse para comer con la familia y allegados en torno a una mesa ornada con objetos que simbolizan la pureza, la luminosidad, la vida y la prosperidad. Los participantes en las celebraciones se engalanan con prendas de vestir nuevas y visitan a sus vecinos y parientes, especialmente a los más ancianos. También se hacen regalos –sobre todo a los niños– que suelen consistir en objetos fabricados por artesanos. En esta festividad del Año Nuevo se representan espectáculos callejeros de música y danza, se celebran ritos del agua y el fuego en público, se organizan competiciones de deportes tradicionales y se fabrican diversos objetos artesanales. Todas estas costumbres tradicionales, que las generaciones de más edad transmiten a las más jóvenes mediante la observación y la participación en ellas, contribuyen a fomentan la diversidad cultural y la tolerancia, así como a fortalecer el sentimiento de solidaridad y las relaciones pacíficas en las comunidades. (UNESCO/BPI)[6]