Volantín

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Dos volantines decorados con la forma del volantin bandera chilena.

El volantín es el nombre que reciben en Chile y en algunas regiones de Venezuela y que deriva de las cometas. En Chile, el volantín es considerado como un juego tradicional pese a que sus orígenes se remontan al año siglo XVI a. C. en Indonesia.[1]

Tradicionalmente, los volantines chilenos tienen estructura cuadrada y son hechos de un delgado papel de colores. Sólo usa un hilo que se une a otros tres que se atan a los palillos en forma de trípode invertido. Puede tener cola para hacerlo más estable; sin embargo, en las versiones más grandes (pavos) no se le agrega. También puede tener flecos en los costados y aretes (colas más pequeñas) en cada lado, las que pueden ser útiles cuando está descompensado.

Los volantines se elevan durante el mes de septiembre, mes en que confluyen las condiciones climáticas de la primavera con la celebración de las Fiestas Patrias.[2]​ De allí que uno de los diseños más tradicionales son aquellos que poseen la figura de la bandera chilena.

Dentro de los juegos tradicionales con volantines está echar comisiones, que son batallas aéreas entre volantines, usualmente premunidos de hilo curado. Debido a los accidentes provocados con este tipo de hilo con abrasivos, su uso está actualmente prohibido en Chile.[2]

Historia

Los primeros volantines llegaron a Chile durante el período colonial de la mano principalmente de misioneros católicos, en particular de la Orden Benedictina.[1]​ Se dice que personajes clásicos del período, como el gobernador Ambrosio O'Higgins, eran entusiastas participantes de las competencias de volantines.[1]​ El deporte era tan popular que en 1795 incluso se dictó una orden que condenaba a seis días de prisión a aquellos que provocaran daños por encumbrar volantines, luego de que muchos peatones sufrieran el golpe de una teja por culpa de las piruetas de un volantín.[2]

Durante el siglo XX el juego tradicional intentó profesionalizarse con la formación de arete para manejar el hilo.[1]

Formas

Niño chileno posa con su volantín

Los volantines son cuadrados de 38 a 40 cm por cada lado. Tienen un palillo liviano de madera de colihue o bambú pegado en forma oblicua de lado a lado y otro con un arco horizontal en trayectoria de semicírculo desde un vértice hasta su vértice opuesto. Se agrega una cola y, a veces, flecos en el sector que quedará hacia abajo.[3]​ A estos se le amarran unos tirantes para controlarlo.

Los tirantes son los hilos amarrados a los maderos (derecho y arco), cuya finalidad es controlar el desplazamiento del mismo. Debe llevar tres: dos en el arco, equidistantes del cruce del derecho o espina y uno en el derecho a unos 20 a 30 centímetros medidos desde el extremo inferior, variando según el tamaño del volantín.

Tipos de volantines

  • Pavo: Es uno de mayor tamaño (de 46×46 cm aprox.) y es el favorito para la competencia de "comisiones"
  • Ñecla: Volantín de tamaño pequeño apto para niños y principiantes
  • Chupete: Es el preferido por los volantineros ya que carece de cola, lo que lo hace inestable y por lo tanto da opciones de manejo al jugador (es decir lo puede apuntar a donde desee fácilmente).
  • Choncha o chonchón: Volantín simple y de pequeño tamaño hecho con papel periódico.[1]

Juegos

Carrete de hilo curado.

Las características de los volantines les hacen apropiados para el juego de las comisiones (o juego de la corcha, como se le denomina en algunas zonas de Chile central) donde, premunidos de hilo curado (hilo con elementos abrasivos) intentan cortarse los hilos unos con otros.[4]​ Un volantín rara vez dura mucho, por lo que cuando ya tienen daño se puede jugar a picotearse en el aire con otros volantines similares. Para lograr esto, sólo puede hacerse con un largo máximo de 10 metros aproximadamente y se les saca la cola. Comúnmente ambos volantines terminan destruidos.

Para muchos, el mayor placer es simplemente elevarlos con hilo "sano" (sin vidrio) y disfrutar su visión en el cielo. A veces se pone un pedazo de papel (llamado carta) rodeando el hilo que con cada tirada asciende lentamente. Un juego adicional es lograr evadir el acoso de otros volantines.

Otro Juego es la pesca del volantín donde, después de una comisión, los aficionados intentan rescatar el volantín que ha perdido la batalla aérea, el que guardan como trofeo. En estos casos, la regla no escrita es "volantín cortado no tiene dueño". Lo ideal es hacerlo sin implementos, pero se ha observado que para lograrlo se utilizan elementos que extiendan los brazos.

Referencias

  1. a b c d e educarchile.cl. «Chile, país de volantines». Consultado el 1 de septiembre de 2011. 
  2. a b c educarchile.cl. «El volantín». Consultado el 1 de septiembre de 2011. 
  3. Publimetro (6 de septiembre de 2010). «Tipos de volantines». 
  4. Chile.com. «Los peligros del hilo curado». 

Enlaces externos