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River Plate - Grandes Jugadores[editar]

1901 - 1960

Carlos Peucelle “El primer millonario”. En 1931 River pagó 10 mil pesos por él. Cuatro veces campeón (1932/36/37/41), barullo, como era conocido popularmente, era un jugador de toda la cancha. Luego, fue técnico y junto a Renato Cesarini crearon “La máquina”.

Bernabé Ferreyra Más conocido como El mortero de Rufino, en 1932 pasó de Tigre a River a cambio de 35000 mil pesos, una locura para el momento. Esta suma de dinero para una transferencia terminó de confirmar el mote de “millonarios” para identificar a River Plate. Bernabé llevó a River, y al fútbol en general, a su máxima popularidad. Su sola presencia llenaba todas las canchas. Tenía potencia, puntería y una fortaleza únicas. Fue campeón en 1932/36/37.

Renato Cesarini “El tano” llegó a River en 1936 luego de haber jugado en la Juventus. Fue junto a Carlos Peucelle uno de los creadores de “La máquina”. Sus conocimientos de fútbol los dejó plasmados en la gran labor que realizó con las divisiones inferiores en River y en todos lados donde trabajó.

Juan Carlos Muñoz De derecha a izquierda, Juan Carlos Muñoz era el primer integrante de “La máquina”: Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. Su habilidad y gambeta dejaban un surco por la banda derecha y sus centros eran garantía de calidad.

José Manuel Moreno Decía Pedernera de él: “El Charro –como le decían- fue el mejor jugador que vi en mi vida. Y por varios cuerpos. Tenía todas las virtudes: una formidable habilidad, le pegaba con las dos piernas –no con potencia pero sí con una gran precisión-, cabeceaba y lo hacía con tanta violencia que parecía que pateaba de voleo, tenía aire de sobra. Jugaba con alegría y era guapo. Casi nada, ¿no?”. Y decía “el Charro” de la gente: “Yo jugaba para las populares porque la gente que ocupa esas tribunas hace muchos sacrificios para ir al fútbol. Ah, y los goles te los cantan desde allí arriba”.

Adolfo Pedernera “El cerebro de La Máquina”. Decía de River: “Es como si me preguntaran sobre el fútbol, sobre el deporte. River es eso: el fútbol, el deporte. Significó todo para mi. Creo que el nacimiento de un hombre en una institución equivale a mamá y papá. En River me parieron, en River crecí, en River me hice hombre”. Minutos antes de enfrentar a Brasil en el Maracaná por la final de la Copa del Mundo de 1950, le preguntan al uruguayo Obdulio Varela: “Varela, ¿tiene miedo de enfrentarse con los delanteros brasileños?. El uruguayo, con una sonrisa, respondió: ¿miedo yo?... Ustedes se olvidan que yo me enfrenté muchas veces con Pedernera... y como él, no hay nadie”.

Angel Amadeo Labruna Nació el 28 de septiembre de 1918. Hincha de River a muerte desde ese mismo día y socio del club desde los 8 años. Jugó 514 partidos con la banda puesta (sólo 6 veces menos que Amadeo Carrizo quien la vistió en 520 oportunidades) y convirtió 292 goles, siendo el máximo goleador de la Historia del club y sólo uno menos que el máximo goleador de la Historia del fútbol argentino. A su vez es el máximo goleador contra la mayoría de los equipos del fútbol argentino (con la camiseta de River) destacándose los 15 goles que le convirtió a Boca, siendo por supuesto, el máximo anotador contra el eterno rival. En 1975 volvió a River “para ser campeón" como él mismo lo definió, para acabar con la sequía de 18 años sin títulos. Entre su etapa como jugador y la de Técnico nos regaló 15 títulos. Por todo esto y mucho más, Angel fue y será el mayor símbolo del club. Y por eso estaremos los hinchas millonarios, eternamente agradecidos. Angelito pasó a la inmortalidad el 19 de septiembre de 1983, dejándonos una frase inolvidable: “River no es la mitad más uno. Es el país menos algunos...”

Félix Loustau Un genio del fútbol. De los mejores punteros izquierdo de la historia. Nació un 25 de mayo de 1922, el mismo día que nació River en 1901. Jugó con la banda roja en 367 oportunidades, anotando 101 goles. En boca de Loustau: “¿Qué significa River en mi vida?. Todo, sencillamente todo. Fue mi segunda casa. Pasé muchos años en el club y siempre me sentí a gusto. Tengo los mejores recuerdos como futbolista y además, la suerte de haber hecho un montón de amigos. Cada tanto voy y me quedo charlando, recordando momentos del pasado. A River le tengo que estar infinitamente agradecido”.

Alfredo Di Stéfano La “saeta rubia”, como era conocido, nació un 4 de junio de 1926. Aunque jugó poco tiempo en River, sin dudas es digno merecedor de estar entre los mejores. Por su fútbol, por su persona y su cariño por River. Así definía Di Stéfano a su relación con River: “Tengo una enciclopedia en mi cabeza, pero especialmente de la Historia de River. Era fana de los Millonarios. Iba a la cancha todos los domingos, no me perdía un solo partido, ni de local ni de visitante. Puedo rememorar goles de Rongo, muchos de Bernabé, las jugadas de Peucelle, de Wergifker, de Cesarini, de Vaschetto... ¡Qué jugadores he visto en mi vida! Y los mejores siempre estaban en River”. Di Stéfano y Moreno: “Al lado de un monstruo como Moreno aprendí la importancia del amor propio. Una vez, en cancha de Tigre, le rajaron la cabeza de una pedrada. Cuando le insinué que se hiciera atender, me sacó carpiendo: cállese –me gritó-. Cuando un jugador se cae es porque está muerto, ¿me entendió bien?. Y siguió metiendo como si nada. Esa lección la aprendí a tal punto que en los once años que jugué en el Real Madrid, jamás entró el médico o el masajista para tirarme agua bendita, tal como ocurre ahora cada domingo”.

Walter Gómez “....La gente ya no come... por ver a Walter Gómez...” Ese era el cantito que la hinchada le dedicaba al uruguayo domingo a domingo. Nacido en Montevideo, Uruguay, llegó a River en 1950 de la mano de Antonio Liberti. El día de su debut con la banda roja hizo un gol al minuto de juego. Todo un presagio de lo que vendría luego. Jugó al lado de los más grandes de la Historia de River y no decepcionó. Demostró siempre lo que era capaz de hacer. Luego de una breve estadía en Europa, donde no tuvo suerte, volvió a River retirándose campeón en 1955.

Amadeo Raúl Carrizo El más grande arquero de la Historia del Fútbol Argentino. Amadeo reinventó el puesto dándole al arquero un valor trascendental dentro de los once jugadores que conforman un equipo. Dotado de gran habilidad técnica, con las manos y los pies, lo demostró permanentemente en su lugar, el área. De este modo su juego no fue únicamente el de atajar, sino que brindaba espectáculo dejando en ridículo a rivales con sus gambetas y malabares. Nacido en Rufino, al igual que el gran Bernabé, debutó en el arco millonario a los 19 años en 1945 en un partido contra Independiente, justamente el club del cual era hincha de chico. Así como Angelito Labruna, Carrizo fue uno de los grandes símbolos anti bosteros. Cada clásico para él era casi una guerra. Sin dudas, siempre estuvo a la altura de las circunstancias. Amadeo jugó 520 partidos con la camiseta de River luego de 21 años de titularidad. Su récord de vaya invicta fue de 769 minutos sin goles en contra, una verdadera hazaña. Campeón en 1952/53/55/56/57, fue un verdadero grande.

Nestor Raúl Rossi Nació un 10 de mayo de 1925 y debutó en la primera de River un 24 de junio de 1945. Dueño de una exquisita pisada, fue el precursor del puesto de la camiseta número “5” de River. Personalidad, habilidad, garra y buen pie. Sin dudas, inició un camino que luego iría a continuar Merlo, Astrada, Almeyda y hoy Mascherano. Como técnico fue el encargado de hacer debutar nada más ni nada menos que a Daniel Passarella. Sin dudas, un grande del mediocampo, o “half”, como le decían en aquel entonces.

Enrique Omar Sívori “El cabezón” nació el 2 de octubre de 1935 y debutó en River el 4 de abril de 1954. Desde chico ya pintaba para ser lo que después de grande fue... un grande. Representante del fútbol de potrero, sus medias bajas y sus gambetas interminables lo distinguieron del resto, así en River como en la Juventus. Su pase a la Juventus en 1957 significó para River la entrada de 10 millones de pesos, una suma inigualable para la época. Con ese dinero River pudo terminar de cerrar el Monumental, el cual dejó de tener forma de herradura para pasar a ser un círculo completo. Así nació la Platea Almirante Brown baja y media. Sívori, un verdadero señor dentro y fuera de la cancha se destacó además de sus habilidades futbolísticas, por ser un gran comprometido con la causa social. Tal es así que debido a su militancia peronista, Sívori acompañó al General Perón en aquel famoso avión charter que lo trajo de vuelta a la Argentina en 1973.


1960 - 1986

Oscar Mas “Pinino” nació un 29 de octubre de 1946 y debutó en la Primera de River el 26 de abril de 1964 con tan sólo 17 años. En River jugó 382 partidos y convirtió 199 goles, razón por la cual es uno de los grandes ídolos del Club y de los más queridos. Recordaba el Pinino hace tiempo: “Desde chiquilín me caractericé por hacer goles. Me acuerdo que cuando todavía no había debutado en primera, en River mucha gente comentaba que en las inferiores había un pibe que metía goles desde cualquier lado. Ese, modestamente, era yo..” Y al recordar su felicidad de llegar a River decía: “Es que toda mi vida fui hincha de River. De chico lloraba si el equipo perdía. Si un domingo por la tarde alguien me quería encontrar, tenía que ir directamente adonde jugara River. Nunca tenía un mango pero siempre me las ingeniaba para entrar a la cancha. Era travieso y decidido: le hablaba a los controles y de tanto versearlos, al final terminaban dejándome pasar. Así fueron mis primeros contactos en River.”

Norberto Alonso Sencillamente, “El Beto”. Cómo no recordarlo, a él que tantas alegrías nos dio y que tan buen fútbol nos hizo disfrutar. “El Pelé blanco” , como le dijeron en su momento por haber hecho el gol que Pelé no pudo hacer. Un zurdo inigualable. Si fue de los más grandes de la Historia de River es porque gracias a él, y otros más por supuesto, rompimos la racha de 18 años sin salir campeón. Además nos regaló nuestra primera Copa Libertadores. Y como si eso fuera poco, en Tokio, con él, ganamos nuestra primera –y por ahora única- Copa Intercontinental. Ídolo de chicos y grandes. Su rostro apareció en todos lados. Su recuerdo, vive en cada corazón millonario. Hasta inspiró a un gran músico como Luis Alberto Spinetta, quien le dedicó una canción: “Ahí va el capitán Beto, por el espacio... Ya lleva quince años en su periplo, su equipo es tan precario como su destino...y un banderín de River Plate y la triste estampida de un santo...Surcando la galaxia del hombre... ahí va el capitán Beto errante..El anillo del Beto llevaba inscripto un signo del alma...” En 1987 dejó el fútbol profesional. El mundo de River y del fútbol en general se conmovió. Un monumental repleto de almas y banderas fue el marco para su despedida. Dicen que “la 10” todavía lo extraña...

Reinaldo Merlo Más conocido como Mostaza , nació el 20 de mayo de 1950 en La Paternal y debutó en la Primera de River el 21 de septiembre de 1969. El segundo en la lista de los grandes “ centrojás ” de la Historia Riverplatense. Son palabras de Mostaza: “Siempre tuve el respaldo de la gente de River porque ellos sabían muy bien quién era Merlo. ¿Qué voy a inventar ahora, que fui un exquisito? Lo mío fue luchar, correr, dejar todo en cada partido...” Así se autodefinía Mostaza y así cada uno de nosotros lo recuerda. Un luchador, un ganador, en fin, un símbolo de River.

Juan José López El “ negro ”, “ jota jota ”, tales sus apodos, fue un pilar fundamental dentro del tridente que conformaban junto con Alonso y Merlo. Nacido en Ciudadela en octubre de 1950, era hijo de un fanático de la Banda Roja. Debutó en el '70 de la mano de Didí, y ya de arranque nomás demostró lo que valía. De la mano de Angelito dio la vuelta en el '75 regalándonos un campeonato festejado como ningún otro... claro, hacía 18 años que no lo ganábamos. Por esas injusticias del fútbol, Jota Jota fue “hechado” de River luego de haber jugado 423 partidos con el envío de un simple telegrama.

Daniel Passarella “El gran capitán” llegó al River de “Pipo” Rossi luego de haber deambulado por otros equipos probándose sin quedar fijo en ninguno (entre otros Boca). Su debut en River no podría haber sido otro que contra Boca, partido en el que jugó bárbaro y estuvo a punto de hacer un gol si no fuera por el travesaño que se lo impidió. Al llegar Labruna como técnico en 1975 Daniel estuvo a punto de irse del club porque Ángel no le daba la titularidad que él pretendía, pero finalmente se quedó y el tiempo le dio la razón. En 1976, la titularidad ya era de él. Campeón mundial con la Selección Argentina, fue titular y capitán indiscutido tanto con la celeste y blanca como con la banda roja. Defensor y goleador, en River convirtió 99 goles, una barbaridad. Volvió en el '89 para ser técnico y nuevamente campeón.

Ubaldo Matildo Fillol El único “Pato” que fue grande como arquero, fue él... y lo fue defendiendo los colores de River. Nacido un 21 de julio de 1950, llegó a River en 1972 tras jugar en Quilmes y Racing. Según Angelito Labruna, la diferencia del Pato frente a los demás arqueros era la gran capacidad física de sus piernas, lo que le permitía llegar a todas las pelotas, hasta las imposibles. El Pato será siempre recordado por sus grandes atajadas y por la gran cantidad de penales que tapó. Además de todas sus virtudes futbolísticas, el Pato será siempre recordado por su gran caballerosidad y su empeño de palabra, aunque a veces le ha costado caro. De River se fue en 1982 también con problemas con el Presidente Aragón Cabrera.

Campeones del mundo - 1986 Pumpido, Gordillo, Nelson Gutiérrez, Ruggeri, Montenegro, Enrique, Gallego, Alfaro, Alonso, Alzamendi, Funes, Goycochea, Rubén Gómez, Morresi y Gorosito. Era el técnico: Héctor Veira, “el bambino”. ¿Qué más se puede decir de este equipo? Pensar que tal cual comenta el bambino , cuando llegó a River, el fantasma del descenso rondaba por los pasillos del Monumental y pocos meses después estábamos en Tokio, Japón, festejando el título Intercontinental. Sería injusto no nombrar a quien también formó parte de este grupo, pero que a mitad de año partió rumbo a Europa, Enzo Francescoli. Finalmente, ese año se nos dio lo que hacía tanto tiempo se nos negaba: el título más importante a nivel de clubes, la Copa Intercontinental. Pero como diría el bambino: “... En esta Copa están metidos todos. Ermindo, Cesarini, Labruna.... Todos los que formaron parte de la historia en la Libertadores...” ¿Cómo olvidar las grandes atajadas de Pumpido.. las subidas de Gordillo y Montenegro.. los huevos de Ruggeri... el oficio de Gutierrez.. el manejo del Tolo ...las maniobras del loco Enrique, el juego de Alfaro... la magia del Beto , la frialdad del uruguayo Alzamendi y toda la polenta del tanque Funes? Y no podemos ser injustos con el máximo goleador de esa Copa, Ramón Centurión. En definitiva, un equipo completo se lo mire por donde se lo mire. Garra, juego, corazón, técnica... tal vez por eso.. llevaba en el pecho: “un león”, el mejor resumen de aquel equipazo.


1986 - 2006

Enzo Francescoli El jugador que fue ídolo, el ídolo que es leyenda. El primer jugador de fútbol al cual se lo homenajeó con una estatua de cuerpo entero en vida. La vida de Enzo Francescoli como jugador en River si divide en dos: una primer etapa de 1983 a 1986 y una segunda etapa de 1994 hasta que el 1° de agosto de 1999, tras un emotivo partido homenaje de despedida, Enzo dijo hasta luego. Y es así como todavía estamos esperando para volver a ver en algún momento a Enzo sentado en el banco dirigiendo a un River seguramente campeón. Como jugador con River ganó todo, o casi todo. Nos regaló nuestra segunda Copa Libertadores en 1996, la primer Supercopa en 1997, campeonatos locales en casi todos los años que jugó con la banda roja en el pecho. Lo único que quedó en el tintero en su trayectoria (al menos como jugador) fue la Copa Intercontinental. El flaco, o simplemente el Enzo, fue un fiel continuador de la estirpe riverplatense: elegancia, precisión, habilidad, coraje, destreza, hombría, todas esas virtudes en su persona significan lo que realmente fue, INMENZO.

Ramón Angel Díaz ¿Qué significa el Pelado Díaz para los riverplatenses? No habría adjetivos para describir tal cosa. Tal vez desde Angelito ningún otro jugador y técnico tuvo la llegada al corazón millonario como la tuvo Ramón. Hincha de River de corazón, no dudó jamás en expresarlo. Ni siquiera apostató de su pasión cuando sonaba su nombre como posible entrenador de la Selección Nacional. Por algo es el más odiado por nuestros primos malolientes. Como jugador, un fenómeno. Velocidad, explosión, calidad y definición. Si se hiciera un resumen con os mejores goles de River, sin dudas tendría que haber un apartado especial para los goles del Pelado. Como técnico, un ganador. En sus dos etapas se cansó de ganar campeonatos, una Copa Libertadores, una Super Copa y, al igual que a Enzo, le queda la cuota pendiente de la Intercontinental. Como hincha, de los mejores. Expresivo, hablador, chicanero.. en fin.. un verdadero hincha de River Plate.

Ramón Ismael Medina Bello El mencho de Gualeguay. El mencho fue y es uno de los tipos más queridos por el corazón millonario. Su potencia y su entrega quedarán para siempre en la memoria de cada hincha de River. ¿Quién no gritó un gol del mencho hasta quedar disfónico?. El mencho fue pura potencia, puro corazón, total entrega. Así lo recordamos los hinchas de River y por eso no dudamos en decir que el mencho es uno de los grandes de la Historia Riverplatense.

Hernán Diaz La hormiga Díaz será siempre recordado por su entrega total, por no guardarse nada (ni con los rivales ni con los árbitros), por dar la vida por nuestra camiseta. Un histórico del club y de los más queridos también por la hinchada. Jugando como lateral o como volante siempre al filo del reglamento dando todo por conseguir una victoria. Verborrágico, calentón, tales características le costaron más de una expulsión. Ahora como técnico asistente junto a su compañero de siempre, sigue haciendo historia dentro de nuestro querido River Plate.

Leonardo Astrada Leo, el jefe, el negro, tales sus apodos es un histórico verdadero de River Plate. Nacido del semillero del club, jugó prácticamente toda su vida en River (excepto un breve lapso por el Gremio de Brasil) fue uno de los últimos dueños indiscutidos de la camiseta número 5 de River Plate. Formado en la tradición de los centrales como Pipo Rossi, Mostaza Merlo, el Tolo Gallego, Astrada fue el dueño del mediocampo de River por más de 10 años. Por su entrega y por su juego, Leo es uno de los grandes dentro de nuestra Historia. Con 12 campeonatos en su bolsillo como jugador, ahora como técnico ya suma uno. La historia sigue.. y quién sabe.. tal vez termine convirtiéndose en el Técnico – Jugador con más títulos de la Historia de River.

Ariel Ortega De Jujuy para el mundo. Ariel es el símbolo del fútbol espectáculo, del potrero, la alegría del despilfarro de gambetas, de la naturalidad en su máxima expresión. Nacido en Ledesma, en el norte argentino, hincha de River desde la cuna, el Burrito se ganó desde un comienzo el cariño y la admiración de cada uno y todos los hinchas del fútbol, especialmente, los de River. Debutó en River de la mano de Passarella, demostró en cada cancha que jugó que lo suyo es una habilidad pocas veces vista en un jugador. Sus idas y vueltas de River no han hecho que el amor incondicional de todos los millonarios decaiga, y pese a que hace un largo tiempo que no viste nuestra camiseta y posiblemente se ponga por primera vez otra que no sea la de la banda roja en el fútbol argentino, Ariel será siempre de River y River será siempre para Ariel. El burrito, un símbolo del buen fútbol riverplatense.

Hernán Crespo Desde un principio lo compararon con Valdano apodándolo Valdanito. Un goleador fenomenal, capaz de hacer los goles más difíciles gracias a su elasticidad incomparable. De chilena, de taco, de cabeza, goles de todo tipo hizo con la banda roja. Un valuarte fundamental para lograr la Copa Libertadores de 1996. Con él se puede decir que se inició una etapa del River “exportador” de jugadores jóvenes a Europa formados en su semillero. El poder del dinero nos privó a los hinchas millonarios poder gritar muchos más goles de Hernán.

Germán Burgos Germán Adrián Ramón Burgos, así es su nombre completo, o simplemente “El mono”, oriundo de Mar del Plata, es sin duda uno de los jugadores más queridos por toda la hinchada millonaria. Hincha fanático de River desde la cuna, demostró siempre un amor único por la camiseta. Un ganador en todo sentido, ya que con él festejamos la mayoría de los títulos de la primera época de Ramón Díaz como técnico. Recordado por todas sus locuras dentro y fuera de la cancha, poseedor de una simpatía única. Justamente Simpatía es el nombre del grupo de Rock del cual es el líder y cantante. Un tipo fenomenal al cual siempre estaremos esperando para verlo otra vez defendiendo nuestro arco.

Juan Pablo Sorín El Juampi Sorín demostró desde el primer día que era un jugador para River dotado de una cantidad incontable de virtudes. Algunos lo resumen diciendo que es un defensor lateral izquierdo. Nosotros sabemos que esa reducción no tiene nada que ver con lo que verdaderamente es, un jugador de toda la cancha. Defensor, volante, goleador. Dotado de una habilidad y una garra sensacional. Además un ser humano excelente. Juampi es un noble merecedor de estar entre los más grandes de nuestra Historia por haber calado en lo más hondo del corazón millonario.

José Marcelo Salas El matador de Temuco, símbolo, bandera, ídolo de River, un goleador único. Pensar que en un primer momento vino a la Argentina para jugar en Boca y fue rechazado porque no confiaron en sus condiciones. River confió en él desde un primer momento y el matador retribuyó toda esa confianza con goles y entrega. Ídolo para la hinchada desde un primer momento hizo vibrar de emoción a todo el pueblo millonario con sus corridas electrizantes y sus definiciones magistrales. Todavía recordamos aquel primer Shileeeeno, Shileeeeeno en la cancha de Velez en una fría noche jugando contra Estudiantes. Su debut contra Boca, marcando un gol, terminó de afirmar lo que todos pensábamos, estábamos en presencia de un goleador fenomenal. Con su presencia logramos la tan preciada Super Copa y conseguimos unos cuantos campeonatos más. Todavía tiene tiempo para tomarse revancha de aquella Copa Intercontinental que no se pudo dar en 1996.

Marcelo Gallardo El muñeco es un jugador típico del semillero de River. Habilidoso, gambeteador, guapo, preciso, con un panorama único, un típico enganche millonario. Junto al matador Salas hicieron una dupla mortal en el River de Ramón. Hincha de River, siempre dio todo por nuestra camiseta. Oriundo de Merlo, Buenos Aires, el muñeco es dueño de la “10” de River desde muy chico. Poco a poco se fue metiendo en el corazón de la hinchada hasta ser hoy uno de los máximos ídolos millonarios.

Pablo Aimar Mas conocido como el payasito, el cai, o pablito, Aimar es un jugador excepcional. Debutó en River a los 16 años demostrando ser dueño de una calidad única. Poseedor de una velocidad física y mental demoledoras, de una visión clarísima del juego y de la cancha, de una justeza milimétrica para meter pases definidores. Lástima que no pudimos disfrutarlo mucho tiempo en River ya que se fue a jugar a Europa muy joven, esperemos volver a verlo alguna vez más con la camiseta de River.

Javier Saviola El conejito es un símbolo de las nuevas generaciones millonarias. Un goleador fenomenal capaz de hacer los goles más difíciles de la manera más simple. Pensar que algunos afirmaban que nunca llegaría a rendir en primera debido a su pequeño físico, aún hoy algunos, como Marcelo Bielsa o los técnicos del Barcelona dudan de sus condiciones. Pero el conejito se encarga de dejar en ridículo a todos ellos haciendo cada vez más y más goles siempre que tiene oportunidad de jugar. Nacido en el barrio de Belgrano, bien cerquita del Monumental, el conejito es hincha de River y por eso estamos esperando a que algún día vuelva a defender nuestros colores como siempre lo hizo mientras jugó en el club.

Andres D'Alessandro El cabezón D’alessandro fue el último estratega surgido del semillero millonario. Dotado de una gran habilidad y técnica, el cabezón llegó a la primera desde muy chico de la mano de la boba, su jugada mágica que hizo y hace dejar en ridículo a los defensores que intentan marcarlo. Recordado además por tener una fuerte personalidad que muchas veces le jugó en contra y le sirvió de fuertes recriminaciones de parte de la hinchada. Nacido en el barrio de La Paternal, el cabezón siempre dejó todo por nuestra camiseta y por eso lo recordamos como uno de los grandes de la Historia de River Plate.

Fernando Cavenaghi Más recordado como el cavegol, Fernando es un goleador implacable. El torito de O’Brien (tal es el nombre del pueblo donde nació) desde sus primeros minutos en primera demostró que es un delantero formidable y temible. Un 9 de área del estilo de Crespo se cansó de hacer goles para toda la hinchada millonaria. Hincha de River, nunca se guardó nada y dejó la vida en cada oportunidad que tuvo para jugar. Lamentablemente debido a la vorágine compradora del misterioso mercado ruso, Fernando se fue con sus goles a las frías tierras otrora comunistas. Esperamos verlo pronto nuevamente con la banda roja cruzada al pecho haciendo más y más goles como nos tuvo acostumbradas el poco tiempo que pudimos disfrutarlo.