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Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca[editar]

Biografía[editar]

Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca
Información personal
Nacimiento 29 de noviembre de 1941
Bandera de México Michoacán, México
Fallecimiento 2 de abril de 2013
Bandera de México (70 años)
Nacionalidad Mexicana
Familia
Padres Luis Cervantes de Alba y Rosario Cabeza de Vaca
Educación
Educación Universidad Nacional de Agricultura de Chapingo
Información profesional
Ocupación Activista, Ingeniería agrónoma
Seudónimo Cabeza de Vaca
Partido político Miembro fundador del Partido Mexicano de los Trabajadores

Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca fue un activista político, se destacó por su participación durante el movimiento del 68 ́, en episodios como el Bazucazo y la toma estudiantil del Casco de Santo Tomás del IPN. También fue representante del Consejo Nacional de Huelga (CNH) en La Universidad Nacional de Agricultura de Chapingo, en ese mismo año fue detenido y aprisionado en Lecumberri, al salir se exilió en Chile. Posteriormente trabajó para la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo), luego en la subsecretaría Forestal de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, como profesor en la Universidad de Zacatecas, también en la Aric-Forestal en Chihuahua y para el Programa Nacional de Reforestación. Fue miembro fundador del Partido Mexicano de los Trabajadores.

Vida temprana[editar]

Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca nació en Uruapan, sin embargo, una parte de su vida la pasó en Sinaloa. Gilberto J. López Alanís da su testimonio en el periódico La Voz del Norte: “Lo conocí en la escuela Secundaria por Cooperación ‘Ignacio Manuel Altamirano´ de los Mochis, Sinaloa [...], en una ciudad semirural sin pavimentar, en la cual asistir a estudiar era caminar más de dos kilómetros diariamente de ida y vuelta”.[1]

Más adelante menciona que Cabeza de Vaca llenaba de energía a la ciudad durante los eventos sociales y que siempre “destacó por su hiperactividad y protagonismo en las juntas deportivas y festividades rocanroleras de su tiempo”.[1]

Participación en el movimiento de 1968[editar]

Actividad en Chapingo[editar]

En su juventud comenzó a estudiar la carrera de ingeniero agrónomo forestal en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo. Durante ese tiempo, comenzó su vida activista siendo representante del Consejo General de Huelga (CNH), elegido mediante una asamblea por su destacada valentía y liderazgo. El CNH fue el órgano estudiantil creado por las escuelas en huelga del 68´, a través de él, se redactó el pliego petitorio que se convertiría en el eje central de la protesta estudiantil.

Bazucazo[editar]

Un momento clave respecto al rumbo que tomaría el movimiento estudiantil, el 30 de julio por la madrugada el ejército lanzó un misil de bazuca contra la puerta de la preparatoria de San Ildefonso[2]​. Un momento que obligó a la movilización de los cuerpos de oposición (los estudiantes), que, precedidos del en ese entonces rector en la UNAM, salieron a marchar y manifestarse. Fue en esta manifestación que se corrió la voz y se citó a los representantes de las escuelas para acudir el 2 de agosto a la UNAM para decidir las próximas directrices del movimiento entre los cuales se encontraba Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca. Con el tiempo se seleccionaron de entre los miembros fundadores del CNH a los 10 más experimentados, donde una vez más sobresalió de ese grupo en el que también se encontraban; Félix Hernández Gamundi, Marcelino Perelló, Gilberto Guevara Niebla, Eduardo Valle «El Búho», Sócrates Amado Campos Lemus, Luis González de Alba, Raúl Álvarez Garín, José Tayde Aburto y la única mujer dentro de ese círculo,  Roberta  Avendaño  «La  Tita»[2]​.

Ocupación de CU[editar]

En palabras de Tomás: "El día de la ocupación de la universidad cuando el ejército entró a CU de inmediato comenzaron a detener estudiantes. Yo estaba en Filosofía y Letras, vi venir unos soldados y escapé metiéndome al sótano. Escondido en la oscuridad, me refugié atrás de un pilar. Veía cómo bajaban las botas de los soldados, que me buscaban con lámparas. Sentía que mi corazón hacía un escándalo que llegaba hasta las escaleras y creí que me iban a descubrir. Las luces me pasaban por enfrente y no podía contener la respiración. Salieron del sótano y a oscuras quedé un rato que me pareció eterno. Subí cuando ya no oía ruidos".  Después de esto acudió a esconderse en una de las casas aledañas a la universidad". [3]

Arresto[editar]

Según su propio testimonio, fue entregado por uno de los infiltrados en el movimiento, Áyax Segura:

Al segundo día [de encontrarse escondido] me pegó una disentería liviana. Comía, dormía y bebía sentado en el retrete, con calenturas y todo lo que le pasa a uno en esas cosas, y le dije a una amiga: mira, hazme el favor de ver a Áyax Segura y dile que mande a un compañero de medicina por favor, que me está cargando la fregada. Ciertamente fue y le dijo, nada más que lo que no sabíamos nosotros, aunque yo sí tenía ciertas sospechas, era que Áyax Segura era un agente embozado de la Marina que estaba en el movimiento y participaba como representante de una supuesta Escuela Normal rural que no existía, pero bueno, traía una identificación. En el Consejo él era el único que sabía dónde estaba yo oculto y, en acabándome de medio aliviar llegó la Federal de Seguridad. Automóviles con veinte agentes rodearon la casa y me agarraron. Estaba yo cenando y preguntaron que quién era el “Cabeza de Vaca”. Ahí me pusieron mi primera cachetiza, me metieron a uno de los vehículos, me vendaron los ojos, me tiraron al piso entre dos asientos, me pusieron los pies encima, abrieron unos periódicos, me llevaron por el Distrito Federal hasta la Dirección Federal de Seguridad y me entregaron a Nassar, quien se hizo cargo de mi persona. Ya afortunadamente no se nota, pero a golpes me abrieron la frente, me levantaron la nariz, me rompieron la boca, me tumbaron… Bueno, todo lo que saben hacer estas gentes. Y lo hacen bien, porque es su trabajo. Son sádicos de profesión, les gusta martirizar a la gente. De ahí me llevaron a Lecumberri todo bañando en sangre.[4]

Periodo en Lecumberri[editar]

El 28 de septiembre de 1968 fue detenido bajo los cargos de asociación delictuosa, rebelión, ataques a las vías generales de comunicación, daño a propiedad, robo y despojo. Posteriormente fue llevado a la Dirección Federal de Seguridad y a la prisión de Lecumberri, también conocida como “El Palacio Negro”.[5]​ Para el 2 de octubre Cabeza de Vaca ya estaba preso, pero ese día comenzaría su aislamiento y tortura, en una entrevista para la revista Nexos menciona: “Mientras hacía la limpieza, un policía me preguntó: «Oiga, usted es fulano». «Sí». «Pues ya se lo cargó la chingada». En una celda habían escrito: «Chingue a su madre el asezino Díaz Ordaz. Su padre, Cabeza de Baca». Pero ni mi apellido lo escribo con b grande, ni asesino con z. Me hicieron borrar aquello con la lengua y con la cara”.[3]​ En la noche lo sacarían de Lecumberri para trasladarlo al campo militar número uno en donde fue víctima de abusos de autoridad, tortura psicológica y física. Algunas de las torturas que el mismo Cabeza de Vaca cuenta fueron: Simulación de castración, múltiples golpes e incluso un simulacro de fusilamiento.[6]​ Cuando lo regresaron con los demás formaron un grupo de estudio para analizar los movimientos de reforma, revolución, en general historia nacional y geografía.[3]

Legado[editar]

En palabras de Monsiváis;

"Fue el representante por excelencia de los estudiantes de agronomía de Chapingo, Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, es durante el Movimiento la leyenda que un rumor admirativo divulga y consagra. Robusto, verboso, básicamente optimista, Cabeza de Vaca es valiente en grado superlativo y activista de tiempo completo. Lo ciñen las anécdotas: enfrentamientos verbales con porros y policías, intrepidez". [7]

Pasó una parte de su vejez de forma modesta y tranquila en Zacatecas, en cuya universidad impartió clases. Fue delegado de la Escuela de Chapingo en el Consejo Nacional de Huelga (CNH) , en su expediente judicial se le acusó de haber izado una bandera rojinegra en el asta del Zócalo, lo que motivó un acto de desagravio de las fuerzas vivas del movimiento organizado. El silencio aún forma parte de las memorias de aquellos que tienen una historia del  68. Sin embargo, quedó, en la memoria de algunos, el testimonio público sobre la tortura de Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, como una muestra, casi extraordinaria, de lo que fue capaz de hacer el régimen.

Bibliografía[editar]


  1. a b López Alanís, Gilberto J. (14 de abril de 2013). >. «“Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca (1943-2013)”». La Voz del Norte (México). Consultado el 20 de noviembre de 2021. 
  2. a b Fabregas Puig, Andrés (diciembre, 2019). «Tlatelolco 1968: Memoria de un antropólogo». Disparidades revista de antropología. doi:https://doi.org/10.3989/dra.2019.02.015 |doi= incorrecto (ayuda). Consultado el 20 de noviembre de 2021. 
  3. a b c «Ya vienen por mí, entrevista con Luis Tomás Cabeza de Vaca». Nexos. 1 de enero de 1988. Consultado el 20 de noviembre de 2021. 
  4. Erandi Mejía, Arregui (2020). A la mano tendida la prueba de la parafina. Memoria de la represión sobre el movimiento estudiantil mexicano de 1968. México: Universidad Nacional de la Plata, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. p. 135-138. 
  5. Tapia, Humberto (26 de agosto de 2019). «Las historias detrás de Lecumberri: la prisión más temida de México». Dememoria. Consultado el 20 de noviembre de 2021. 
  6. Ortega, Anuar (27 de septiembre de 2017). «La ficha de filiación de Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, líder del 68». Regeneración (México). Consultado el 20 de noviembre de 2021. 
  7. García Contreras, Mónica. Narrativas de movimientos estudiantiles en México: Reflexión crítica desde el análisis político del discurso y la perspectiva de género. México: Departamento de Investigaciones Educativas. p. 7. Consultado el 20 de noviembre de 2021.