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Uno (tango)

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Uno

Tapa de la partitura del tango Uno.
Datos generales
Origen Argentina, Buenos Aires
Información artística
Género(s) Tango
Período de actividad 1943
Web
Sitio web [1]

Uno es un tango de 1943 con letra de Enrique Santos Discépolo y música de Mariano Mores que ha sido interpretado y grabado por numerosas orquestas a nivel internacional. Junto con otros tangos con letra de Discépolo como Cambalache, Cafetín de Buenos Aires, Yira, yira, Canción desesperada y Confesión, Uno goza de un prestigio incomparable.[1]​ Se lo considera uno de los llamados «tangos fundamentales».[2]​ En él cristaliza la vena lírica del escritor, al tiempo que la línea melódica que otorga el pianista Mores mitiga el tremendismo presente en composiciones anteriores de Discépolo.[1]​ Este nuevo matiz resultó significativo para Discépolo, quien siguió componiendo con Mores otros tangos, incluyendo el último, Cafetín de Buenos Aires, de 1948.[3]

La gestación de Uno fue larga, ya que se compuso primero la música, mientras que la letra demandó casi tres años más. Mores le entregó a Enrique Santos Discépolo la partitura de la música de un tango romanza llamado «Cigarrillos en la oscuridad»,[4]​ proponiéndole que le pusiera letra. Discépolo, quien era ya un escritor y autor reconocido, la recibió y llevó sin hacer ningún compromiso con Mores. Así lo relató el compositor:

Durante unos meses, le pregunté sobre el tango. Cada vez me contestaba que estaba escribiendo la letra. Pero pasaba el tiempo y no había novedades. Y como yo lo quería como amigo y había llegado a sospechar que en realidad la música no le gustaba, decidí privilegiar la amistad y para evitar incomodidades no mencioné más el asunto. Un buen día, casi tres años más tarde, me sorprendió con la letra terminada.[2]
Mariano Mores

El tango llevaba por título «Si yo tuviera un corazón».[2][4]​ Lo estrenó Tania en abril de 1943 en el teatro Astral, como una de las canciones de La revista loca, e inmediatamente después lo grabaron otros cantantes como Carlos Roldán con la orquesta de Francisco Canaro, Alberto Marino con la orquesta de Aníbal Troilo, Héctor Mauré con Juan D’Arienzo y Oscar Serpa con Osvaldo Fresedo.[4]​ Tuvo gran éxito. Debido a que el público lo solicitaba a la orquesta de Mores diciendo: «¡¡Tocá Uno..!! ¡¡tocá Uno...!!» finalmente se acordó con Discépolo cambiarle el nombre original del tango por el de Uno. Así se registró y se conoce en el presente.

Repercusiones históricas

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El tango Uno fue interpretado por Libertad Lamarque y Juan José Míguez en la película El fin de la noche, que ocurría en la época de la invasión nazi. El filme fue estrenado el 1 de noviembre de 1944 y después de una semana de éxito en el cine Ambassador, fue sacada de cartel por orden del Ministerio del Interior de la llamada Revolución del 43.[5]​ Se la repondría recién en 1945, después de la declaración de guerra de la Argentina a Alemania y Japón que tuvo lugar el 25 de marzo de ese año.

Letra

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La estrofa inicial dice:

Uno busca lleno de esperanzas
el camino que los sueños
prometieron a sus ansias…
Sabe que la lucha es cruel y es mucha
pero lucha y se desangra por la fe que lo empecina[6][2]

Referencias

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  1. a b Pérez, Alberto Julián (2012). «Las letras de los tangos de Enrique Santos Discépolo». Hispanic Poetry Review 9 (2): 28-62. ISSN 1531-0167. 
  2. a b c del Priore, Oscar; Amuchástegui, Irene (2008). Cien tangos fundamentales. Buenos Aires: Aguilar. pp. 431 y siguientes. ISBN 9789870418245. Consultado el 20 de abril de 2016. 
  3. Pujol, Sergio (2006 [1996]). Discépolo. Una biografía argentina. Buenos Aires: Editorial Planeta. pp. 307-308. 
  4. a b c Evaristo, César (2013). Cien tangos de oro. Buenos Aires: Ediciones Lea. ISBN 978-987-634-727-3. 
  5. Posadas, Abel; Landro, Mónica; Speroni, Marta; Campodónico, Raúl (2005). Cine sonoro argentino, 1933-1943. Tomo II. Ciudad de Buenos Aires: El Calafate Editores. p. 230. ISBN 9789871038046. 
  6. Uno va arrastrándose entre espinas, y en su afán por dar su amor, sufre y se destroza hasta entender que uno se ha quedado sin corazón, precio de castigo que uno entre, por un beso que no llega o un amor que le engañó, vacío ya de amar y de llorar tanta traición. El Tango Argentino