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Segunda guerra carlista

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Segunda Guerra Carlista
Guerras Carlistas
Parte de guerras carlistas

Fecha 18461849
Lugar Principalmente en Cataluña
Resultado Victoria liberal
Beligerantes
Liberales Carlistas
Comandantes
Manuel Bretón
Manuel Pavía
Fernando Fernández de Córdova
Manuel de la Concha
Ramón Cabrera
Benet Tristany
José Borges
Josep Estartús
Josep Masgoret
Fuerzas en combate
50.000[1] 10.000[1]

La Segunda Guerra Carlista tuvo lugar fundamentalmente en Cataluña entre septiembre de 1846 y mayo de 1849 debido, al menos teóricamente, al fracaso de los intentos de casar a Isabel II con el pretendiente carlista, Carlos Luis de Borbón, que había sido pretendido por distintos sectores moderados de Isabel, singularmente Jaime Balmes y Juan Donoso Cortés, y del carlismo. Sin embargo, Isabel II terminó casándose con su primo Francisco de Asís de Borbón.

El conflicto, cuestionado por muchos historiadores como tal guerra, fue fundamentalmente un levantamiento popular en distintos puntos de Cataluña. Las partidas de Matiners combatieron conjuntamente con partidas de ideología republicana, en lo que vino en llamarse coalición carlo-progresista.[2]

Origen y antecedentes

En Cataluña habían persistido bandas carlistas que no se habían rendido tras el fin de la Primera Guerra Carlista, aunque actuaban más como bandoleros (trabucaires) que como guerrilleros, a lo que unió la crisis agraria e industrial de 1846, especialmente importante en Cataluña y algunas reformas impopulares de los gobiernos moderados de Ramón María Narváez como las quintas, el impuesto de consumos y la introducción de un sistema de propiedad liberal que entraba en contradicción con los usos comunales de la tierra.

La crisis de 1846 había sido importante en Cataluña. Por una parte las comarcas más pobres y dependientes de la agricultura en las zonas de montaña tenían serias dificultades de suministro de alimentos desde 1840, lo que obligó a los distintos gobiernos a enviar ayudas económicas, siempre insuficientes, para paliar el hambre. En segundo lugar, la crisis que se estaba gestando en Europa en las actividades industriales incidió especialmente en la incipiente revolución industrial catalana a partir de 1840 y hasta 1846 con una disminución de la demanda exterior y la competencia desleal que suponía el contrabando. En tercer y último lugar, la introducción del sistema de reclutamiento de quintas privaba a las familias de manos útiles en momentos especialmente difíciles.

El conflicto

Daguerrotipo de Ramón Cabrera.

La rebelión comenzó a finales de 1846 en Solsona, cuando se formaron diversas partidas guerrilleras, que no sobrepasaban los 500 hombres a comienzos de 1847, y que atacaban fundamentalmente a funcionarios públicos y a unidades militares. Estas partidas actuaban al modo de las guerrillas y estaban integradas por grupos poco numerosos de hombres con un cabecilla. Actuaban en la zona donde tenían su residencia y eran buenos conocedores del terreno. Los cabecillas, bien provenían de los carlistas no depurados de la primera guerra y que se habían mantenido en el terreno; bien de aquellos que se habían visto obligados a huir a Francia y que regresaban aprovechando el descontento social, o bien de nuevos elementos pertenecientes a un carlismo menos absolutista. El líder más importante de este primer momento fue el sacerdote Benet Tristany, que en febrero de 1847 protagonizó una entrada en Cervera para hacerse con fondos y munición. Tristany fue capturado y lo fusilaron en Solsona en mayo de 1847, pero el número de partidas carlistas aumentó en toda Cataluña llegando a unos 4.000 hombres armados a fines de ese año frente a un ejército regular formado por 40.000 soldados que dirigía Manuel Pavía y que intentó mediante medidas de gracia apaciguar a los sublevados, lo que no consiguió, aumentando las fuerzas carlistas gracias al apoyo de partidas progresistas y republicanas. A mediados de 1848 surgieron partidas en Extremadura y en Castilla, que no consiguieron éxitos significativos.

Frustrado alzamiento de 1848

Ramón Cabrera se hallaba en Lion cuando comenzó la guerra, en su opinión la nueva lucha no tenía ninguna posibilidad de éxito, y cuando se le instó contestó “Mi deber de súbdito y de soldado me impone el de obedecer las órdenes del rey; mas creo francamente que la causa de éste está interesada en que no se agiten de nuevo todos los recursos con que cuenta en España; yo opinaré siempre por que en las fragosidades de Cataluña se sostenga la guerra de guerrillas, a fin de atraer las fuerzas y perpetuar, si es posible, la inquietud y los recelos del gobierno de Madrid; más de esto a una guerra en que se equilibren nuestras fuerzas con las del enemigo, creo que hay una distancia inmensa”.

Espada del General Ramón Cabrera, obsequio de Carlos VI.

El 23 de junio de 1848 atravesó la frontera francesa e intentó organizar lo que denominó el Ejército Real de Cataluña sin mucho éxito, y tampoco pudo entrar en el Maestrazgo. A finales de 1848 el nuevo capitán general de Cataluña, Manuel Gutiérrez de la Concha, que sustituyó a Fernando Fernández de Córdoba consiguió debilitar la resistencia de las partidas carlistas. Esto, unido a los fracasos de sublevaciones carlistas en Guipúzcoa, Navarra, Burgos, Maestrazgo y Aragón, dificultó continuar con el conflicto.

En abril de 1849 se detuvo al pretendiente Carlos Luis cuando pretendía entrar por la frontera francesa en España y el 26 de abril Cabrera tuvo que cruzar la frontera francesa ante la persecución del ejército gubernamental. El resto de las partidas hizo lo mismo y el 14 de mayo cruza la frontera la última partida, que dirigían los hermanos Tristany, poniendo fin a la guerra.

Espada del General Ramón Cabrera.

En junio de 1849 el gobierno publicó un decreto amnistiando a los carlistas. Más de 1.400 regresaron a España, mientras otros decidieron quedarse en Francia. Muchos de los veteranos carlistas que regresaron combatieron más tarde en la Guerra de África (1859-1860).

Bibliografía

  • Anónimo: Teatro de la guerra: Cabrera, los Montemolinistas y republicanos en Cataluña, Madrid 1849
  • Antonio Pirala: Anales desde 1843 hasta la conclusión de la última guerra civil, Madrid 1876
  • Melchor Ferrer: Historia del tradicionalismo español, Sevilla, 30 vol. 1941-1979
  • Robert Vallverdú i Martí: La guerra dels Matiners a Catalunya (1846-1849). Una crisi econòmica i una revolta popular, Abadia de Montserrat 2002

Enlaces externos

Referencias

  1. a b Pirala, Antonio (1876). Anales desde 1843 hasta la conclusión de la última guerra civil (Tomo II, Pág. 578-583). Madrid: Imprenta y fundición de Manuel Tello
  2. Noticias de Cabrera (L'Union. Diari de Paris 18 de novembre de 1848. núm. 323 pag. 2).