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Plaza de toros Real de San Carlos

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Plaza de toros Real de San Carlos
Monumento histórico nacional

Fachada y estructura de la plaza de toros en la actualidad
Localización
País Uruguay
Ubicación Colonia Uruguay Uruguay
Dirección Colonia del Sacramento
Coordenadas 34°26′11″S 57°51′55″O / -34.436527, -57.865189
Información general
Estilo Neomudéjar
Figura Monumento Histórico
Inicio 1909
Finalización 1910
Construcción 1910
Diseño y construcción
Arquitecto José Marcovich

La Plaza de toros Real de San Carlos está ubicada en la zona de Real de San Carlos, a 5 km del barrio histórico de Colonia del Sacramento, capital del departamento de Colonia, Uruguay. Es la única plaza que se mantiene en Uruguay y fue erigida con un estilo mudéjar, muy similar a las plazas de toros de España, conservando arcos y algunos detalles de circunferencia. Es una obra realizada por el arquitecto argentino José Marcovich y el ingeniero Dupuy. Se inauguró el 9 de enero de 1910 contando con ocho corridas oficiales, si bien hubo más de ochenta, pues se continuó utilizando el espacio para espectáculos aún bajo la prohibición de corridas por parte del presidente José Batlle y Ordóñez en 1912.[1]

Historia

La plaza fue construida en ocho meses con el aval del parlamento uruguayo, el cual otorgó los permisos para iniciar las obras del complejo. El material utilizado para su edificación fue suministrado por la fábrica de ladrillos y mosaicos La Arenisca. El diámetro del lugar asciende a los 100 metros, con un ruedo de 50 metros de diámetro.

La estructura de hierro de la obra fue traída de Gran Bretaña y armada en su totalidad en Colonia. Este hierro oxidado de la construcción se puede apreciar en parte de lo que conforma las ruinas de la plaza, considerada Monumento Histórico Nacional.

Vista exterior de la plaza de toros

Manuel Caballero, hijo del cónsul español, tramitó el permiso municipal para edificar un complejo turístico en Real de San Carlos. El sitio se llamó Complejo Turístico Nicolás Mihanovich y contaba con muelle, hotel y la plaza de toros.[2]

El lugar funcionó dos años consecutivos, hasta que en 1912 fueron prohibidas las corridas bajo la presidencia de Batlle y Ordóñez. En la actualidad, la plaza se encuentra en ruinas y no se puede ingresar a la misma por riesgo de derrumbe.

Comienzo y primeras corridas

En sus inicios, las corridas se realizaron con toreros y toros traídos de España, si bien se emplearon igualmente algunas reses de países sudamericanos, como Perú, o de Colombia. Los toreros que inauguraron oficialmente la plaza fueron los hermanos españoles Rafael y Ricardo Torres, que acudieron especialmente para el espectáculo. Hubo vapores que se habilitaron ese día y en las corridas posteriores desde Colonia hasta el Muelle Real para las personas que deseaban llegar y retirarse del lugar, convirtiéndose en una atracción turística visitada por cientos de espectadores.

Actividades oficiales del Real de San Carlos

El proyecto tuvo dos años de auge y prosperidad, durante los cuales espectadores de otros departamentos del Uruguay se acercaban a presenciar las corridas. También acudían fanáticos de Argentina en los vapores que se habían oficializado para el traslado de visitantes. La plaza contaba con restaurante, bares, escenario y un teatro, asegurando la extensión de otras atracciones como peleas de boxeo, murgas y cantantes. En el programa de una de las corridas se podía leer el siguiente texto:

“Se recuerda al público que no habrá derecho a protestar, por aquello de que a caballo regalado no se le mira el pelo. No mirar pues en domingo el pelo a la fiesta. Se ruega no arrojar al redondel objetos ni personas; no silbar ni traer a cuento la familia de los lidiadores, que no tienen nada que hacer en el asunto”.

Decadencia

Si bien el público uruguayo no se mostraba simpatizante de las corridas de toros, la concurrencia era importante en cada evento -ocho mil personas participaron de la inauguración de la plaza- arribando en los vapores de la compañía Mihanovich (“Tritón”, “Rivadavia” y “Colonia”), los cuales cubrían el tramo Buenos Aires- Real de San Carlos en un promedio de seis horas. Con la prohibición de las corridas, la plaza y el Complejo Real de San Carlos empezaron a ser utilizados para espectáculos artísticos, y el hotel siguió funcionando al igual que el casino.

En la revista Punto y Coma de Buenos Aires, el periodista Raúl Fandiño respondió en un artículo a la Sociedad Protectora de Animales, que solía opinar en contra de este tipo de actividades:

«...las corridas de toros, vistas desde el punto de vista sportivo, constituyen un espectáculo agradable y culto, baste señalar el hecho que el público bonaerense que asiste a las que se efectúan en el Real de San Carlos, no ha dado lugar hasta ahora a ningún incidente para que tenga que intervenir la policía uruguaya. Este sólo dato es la prueba más palpable de cultura». Buenos Aires, 17 de febrero de 1911.

Cierre definitivo

Si bien hubo intenciones de reinaugurar las corridas, éstas no se concretaron. Se consiguió una habilitación de la Intendencia Municipal de Colonia para realizar corridas de toros únicamente en ese departamento, iniciativa que no prosperó, siendo clausurada en 1912. En 1943, el Complejo Mihanovich, pasa a manos del Municipio de Colonia debido a las demandas contra la Sociedad Real de San Carlos. De esta manera, comienza el descuido que culmina con el abandono del Complejo y de la Plaza de toros, la cual es hoy un edificio en ruinas que ha sufrido algunos saqueos en su estructura. Su estructura de estilo sevillano puede visitarse y apreciarse desde las afueras del recinto, cercado por vallas para limitar el acceso al predio. En 2012, luego de una sudestada, la construcción sufrió la pérdida de la parte superior de la fachada, la cual que se encontraba en mejor estado de conservación que el resto de la edificación.[3]

Zonas de la fachada en ruinas.
Zonas de la fachada en ruinas.  
Ruinas y hierro oxidado.
Ruinas y hierro oxidado.  
Vestigios de derrumbe.
Vestigios de derrumbe.  
Prohibición de entrar al predio.
Prohibición de entrar al predio.  

Referencias

Enlaces externos