Piedra de Huamanga

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La piedra de Huamanga es una formación geológica sedimentaria de origen volcánico peruano, de color blanco y a veces, con tonalidades tenues que van del gris o plomo al sepia. La geología ha brindado a Ayacucho de un don abundante, que de algún modo compensa la poca cantidad de yacimientos metálicos. Nos referimos a la llamada piedra de Huamanga, sedimento de origen volcánico técnicamente conocido como piedra de alabastro, material constituido por sulfato cálcico hidratado (SO4Ca - 2H2O). En Ayacucho los depósitos calcáreos que dieron origen a este tipo de piedra se formaron a lo largo del Triásico Superior y fueron posteriormente metamorfoseados como consecuencia de las compresiones ocurridas durante el Cretáceo.

Los yacimientos de alabastro, explotados en canteras cercanas a la ciudad de Huamanga, se presentan de manera natural en forma de bolos con medidas comprendidas entre 40 y 150 centímetros de diámetro aproximadamente o en forma de vetas que afloran a la superficie o se adentran en la tierra. Las características propias del alabastro, entre las que destacan su fácil maleabilidad (la dureza de la piedra oscila entre 2,2 y 2,7 en la escala de Mohs), su color blanquecino (debido a su estructura criptocristalina de grano fino) y su exclusividad, hacen de cada piedra un original irrepetible que está predominantemente destinado a ser utilizado como objeto decorativo, contribuyendo, por su naturaleza, a exaltar la belleza del lugar donde es expuesto.

Aunque existen canteras de alabastro en diversas regiones del Perú, en Ayacucho mismo, existen yacimientos también en la provincia de Cangallo, a unas leguas de Pomabamba y y en Chacolla, es en Huamanga donde se desarrolló desde la colonia una escuela escultórica (influenciada por talladores españoles de Navarra y Aragón) que supo aprovechar las cualidades del material para elaborar diversos objetos decorativos y de culto. De allí que con el paso del tiempo empezase a conocérsela como Piedra de Huamanga. Popularmente era también conocida como "niño rumi", "piedra de Niño", porque con ella se hacían los "Manuelitos" para los Nacimientos.

En el Cusco y en todo el Altiplano andino, incluyendo Bolivia, a esta piedra se la llamó belenguela o berenguela y fue empleada para la elaboración de piezas utilitarias, como morteros, o litúrgicos, como pilas bautismales. Otra variedad de este alabastro es conocida como "piedra del lago" y se encuentra en Puno, cerca del lago Titicaca.

Existe piedra de Huamanga de diversas calidades. Ahora se aprecia más la blanca, pero la traslúcida servía antes para fabricar placas delgadas que a modo de vidrio se usaban en las ventanas y tragaluces de los templos y algunas mansiones, como puede verse en Ayacucho, Arequipa y Cusco. La luz filtrada por estas placas tiene un color ámbar tenue muy cálido, que invita al recogimiento. A veces la piedra presenta inclusiones negras, las cuales pueden aprovecharse para darle vida a la figura.

Durante la colonia la mayoría de los objetos que se elaboraban con piedra de Huamanga eran religiosos: nacimientos, Vírgenes, Cristos, santos, figuras para los cajones de San Marcos, y se solían colorear o dorar. Después, a fines del siglo XVIII, aparecen los objetos decorativos, figuras de mujer, camafeos, figuras de animales, grupos galantes al gusto de la época y a semejanza de las figurillas de biscuit, etc., con presencia cada vez más discreta del color. Después, en el siglo XIX, predomina la piedra pulida, sin color, y en la actualidad se utiliza sobre todo la muy blanca y se hacen objetos sobre todo para los turistas: pequeños nacimientos acomodados en una piedra hueca en forma de huevo, figuras de animales, de escenas rurales, etc. También se hacen fuentes para jardines y algunos objetos utilitarios.