Los muchachos de antes no usaban gomina (película de 1937)

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Los muchachos de antes no usaban gomina es una película argentina en blanco y negro dirigida por Manuel Romero según su propio guion escrito en colaboración con Mario Bernard sobre la obra homónima de Romero que se estrenó el 31 de marzo de 1937 y que tuvo como protagonistas a Florencio Parravicini, Mecha Ortiz, Santiago Arrieta y Irma Córdoba.

Hay otra versión homónima dirigida en 1969 por Enrique Carreras con un elenco encabezado por Rodolfo Bebán y Susana Campos

Sinopsis

Influenciado por su padre un joven de buena familia rompe con una muchacha para casarse con una chica de la alta sociedad. Ya en la madurez, casado, viejo y aburrido, rememora con melancolía aquellos tiempos.

Reparto

Actuaciones

Dice Di Núbila que Mecha Ortiz

“consiguió una memorable interpretación de La Rubia Mireya, arquetipo de las “minas fieles de buen corazón”, estrellas y órbitas del universo porteño evocado… a las que se amaba, mantenía, gozaba y reconocía lealtad pero que quedaban abandonadas, víctimas del poder, el orgullo y el elitismo y sobre todo la injusticia, a la hora de la conveniencia matrimonial… Con su sortilegio personal y su talento interpretativo Mecha Ortiz supo animar las vivencias de Mireya sin descorrer los velos de su misterio.”

Escenografía

La escenografía estuvo a cargo del arquitecto Ricardo Conord, de quien Di Núbila dice que fue otra de las estrellas y afirma:

"A la reconstrucción de Hansen sumó otra muy llamativa: más de una cuadra de la calle Florida, antes que fuera peatonal, en su cruce con Cuyo (luego Sarmiento), transitada por mucha gente, varios carruajes y escandalizada por la velocidad con que Varela Castex manejaba el primer automóvil que vieron los argentinos, sin olvidar a los voyeurs que se paraban en la esquina para disfrutar de reojo los tobillos de las chicas cuando subían al tranvía a caballos. También hubo amplitud escenográfica y bastantes extras en la evocación de una kermesse, en una boite, una retreta en la Plaza de Flores y un boliche boquense. Por supuesto, el gasto de vestuario fue récord en la naciente industria que visualmente salió de pobre con este premeditado despilfarro."

Comentario

Para Di Núbila la obra de Romero:

“Fue una brillante y colorida evocación del Buenos Aires noctámbulo de principios de siglo, ese mundo de farras, tango, champagne, broncas y percantas donde cometió sus pecados de juventud y atesoró inolvidables recuerdos toda una generación porteña, la misma a que pertenecía él (Romero). Tuvo calor ambiental, riqueza de tipos, sabor de época, gracia y encanto dentro de un argumento que, pese a su línea central melodramática, llegó a conmover por la acendrada nostalgia, el cariño, la alegría y el dolor que sin duda sintió Romero al hacer esta reminiscencia de un periodo de su vida. Transmitió tal sensación de autenticidad que hasta hizo reflexionar sobre cuestiones condicionantes de frustraciones humanas, adquirió universalidad y mejoró con el tiempo hasta erigirse en clásica."

Referencias

  • Manrupe, Raúl; Portela, María Alejandra (2001). Un diccionario de films argentinos (1930-1995) pág. 392. Buenos Aires, Editorial Corregidor. ISBN 950-05-0896-6. 
  • Di Núbila, Domingo (1998). La época de oro. Historia del cine argentino I. Buenos Aires. Ediciones del Jilguero. ISBN 987-95786-5-1. 

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