Ir al contenido

La Almadraba de Monteleva

Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 04:39 27 jul 2014 por Miguillen-bot (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.
La Almadraba de Monteleva
entidad singular de población y barrio
La Almadraba de Monteleva ubicada en Provincia de Almería
La Almadraba de Monteleva
La Almadraba de Monteleva
Ubicación de La Almadraba de Monteleva en Almería
La Almadraba de Monteleva ubicada en Almería
La Almadraba de Monteleva
La Almadraba de Monteleva
Ubicación de La Almadraba de Monteleva en Almería (municipio)
País  España
• Com. autónoma  Andalucía
• Provincia  Almería
• Comarca Metropolitana de Almería
• Partido judicial Almería
• Municipio  Almería
• Pedanía Cabo de Gata
Ubicación 36°44′41″N 2°12′47″O / 36.744713, -2.213026
• Altitud 30 m
Población 34 hab. (INE 2008)
Código postal 04120

La Almadraba de Monteleva es una población pesquera de la pedanía de Cabo de Gata, en el municipio de Almería en la provincia de Almería (Andalucía-España) situada a 34,1 km de Almería junto a las Salinas de Cabo de Gata. En 2008 contaba con 34 habitantes (INE).[1]​ La población se desarrolló durante el siglo XX como consecuencia de las explotaciones salineras. Su topónimo alude a las almadrabas de pesca que aprovechaban la abundancia de atunes que hubo en la zona.[2]

Geografía

Situación

Está situado en la parte oriental de término municipal de Almería a unos 34 km al este de la ciudad de Almería, a 4,9 de Cabo de Gata, en las inmediaciones de las Salinas de Cabo de Gata y cerca de La Fabriquilla y del faro de cabo de Gata. Este núcleo de población está dentro del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar.[3]

Comunicaciones

A la localidad se accede a través de la carretera AL-3115 procedente de las barriada de San Miguel de Cabo de Gata y Retamar y que tras atravesar este núcleo de población llega hasta la Fabriquilla y El Faro de Cabo de Gata.

Flora y fauna

La zona cuenta con una fauna propia del parque natural. Destaca la gran presencia de aves, existiendo un centro de observación. Entre éstas se podrían destacar los flamencos rosados, la perdiz o el alcaraván, que habita en los territorios esteparios circundantes. También se dice que la zona estuvo poblada de focas monje; de hecho en el cercano faro de cabo de Gata exite un mirador denominado de las sirenas, debido a que los gritos de las focas se semejaba al de las sirenas.[2]

Historia

El actual barrio de la Almadraba de Monteleva, conocido coloquialmente entre los almerienses como "Las Salinas" de Cabo de Gata, se construyó en el siglo XIX con el fin de proporcionar vivienda a los trabajadores y a sus familias, empleados con carácter permanente en la recolecta de la sal.

En un principio la empresa contrataba a los pescadores y a los habitantes de la zona, que alternaban y complementaban tales actividades con las tareas de pesca, siendo estas últimas su principal fuente de ingresos. Sin embargo, cuando se intensificó la producción de la sal a finales del siglo XIX y principios del XX, se hizo necesaria la contratación de personas que procedían incluso fuera de la provincia. Con el aumento de la mano de obra se plantearon diversos problemas en lo que se refería a las formas de transporte, la pernocta y alimentación de estos trabajadores.

Lo que hasta entonces era un pequeño reducto de pescadores se transformó en un pequeño pueblo. No sólo se constuyeron unas viviendas sociales en donde podían vivir hasta 100 personas, sino que al vivir los obreros con sus familias la legalidad vigente obligó a construir instalaciones para la escolarización y la atención sanitaria de adultos y niños. Se habilitó así una escuela y casi, de forma inmediata, se inició la construcción de un lugar dedicado al culto católico: la hoy emblemática iglesia de Las Salinas, inaugurada en 1907.

Aunque en la parte industrial ya existían locales dedicados al almacenamiento, las oficinas, varaderos y astilleros, la construcción de las viviendas supuso también la ampliación de estas instalaciones.

La guerra civil española supuso el ocaso de la explotación salinera. Algunos trabajadores se marcharon a la guerra y no regresaron. Los hijos de los empleados que permanecieron en las salinas emigraron y dejaron las casas como segunda vivienda a las que volvían durante los meses de vacaciones. Otras siguen ocupadas por los salineros jubilados, a los que les fue cedido el derecho de usufructo durante toda su vida.

La explosión turística en los tiempos de la dictadura apenas repercutió en el barrio, ya que era zona de paso para otros puntos más turísticos de la comarca. Sin embargo, la declaración de Parque Natural puso a este rincón de la costa en el punto de mira de los especuladores urbanísticos. A pesar de la protección para levantar nuevas construcciones en un lugar en el que la riqueza de flora y fauna es incuestionable, se han buscado recursos legales para seguir levantando casas de nueva planta con la consiguiente destrucción del patrimonio natural, cultural y etnológico, con el evidente deterioro de su paisaje ante la irritante pasividad de las distintas Administraciones y la degradación manifiesta de la zona. Son las distintas AAVV y asociaciones ecologístas las que denuncian, la mayoría de las veces sin suerte, todas estas tropelías.


Arquitectura

De una sencillez extrema, las viviendas obreras de las Salinas, situadas al borde de la carretera y del mar, entre la Iglesia y la zona de explotación, son uno de los ejemplos más valiosos de patrimonio doméstico industrial de toda la provincia.

Las nuevas casas se construyeron junto a las salinas, orientadas hacia las instalaciones de la empresa. Siguen el esquema implantado por el arquitecto Trinidad Cuartara Cassinello en la capital (finales del siglo XIX,) para empresas como La Unión Almeriense o las que existieron en la Plaza de Pavía.

Tienen planta rectangular y techumbre plana. La única iluminación exterior que proviene de la puerta de acceso, con ventana junto a ella y ambas situadas en la fachada principal.

Algunas tenían dos ventanas y patio posterior, lo que permitía otra ventana pequeña en el lado opuesto a la vivienda. Las habitaciones se distribuían a través de un pasillo longitudinal, único conducto de luz y ventilación. El conjunto de las viviendas se rodeó de un pequeño muro de menos de un metro de altura para evitar la invasión de la arena.

El desnudo exterior, de una sobriedad impactante, esconde un interior amplio, muy bien acondicionado para soportar las condiciones meteorológicas (fuertes vientos, frío impensable en invierno, calor considerable en verano) con unos estándares de habitabilidad envidiables.

Véase también

Referencias

  1. Población de 2008 correspondiente según el INE con el entorno de las Salinas de Cabo de Gata
    Instituto Nacional de Estadística (ed.). «Censo de los nucleos de población de Almería». Consultado el 30 de diciembre de 2009. 
  2. a b guiarte.com (ed.). «información sobre La Almadraba de Monteleva». Consultado el 30 de diciembre de 2009. 
  3. «Parque Natural Cabo de Gata Nijar». Consultado el 12 de diciembre de 2009. 

Enlaces externos