Feminismo postestructuralista

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El feminismo postestructuralista es una rama del feminismo que se relaciona con ideas del posestructuralismo. El feminismo postestructuralista enfatiza "la naturaleza contingente y discursiva de todas las identidades", y en particular la construcción social de subjetividades de género. Una contribución de esta rama fue discutir que hay no hay una sola categoría universal de "mujer" u "hombre."[1]​ 


Áreas de interés[editar]

Como el propio posestructuralismo, la rama feminista es en gran parte una herramienta para el análisis literario, pero también lidia con el psicoanálisis y la crítica sociocultural,[2]​ y busca explorar relaciones entre lenguaje, sociología, subjetividad y relaciones de poder al impactar con el género en particular.[3][4]

El feminismo postestructuralista también critica el kiriarcado, sin ser limitado por comprensiones estrechas de la teoría kiriarcal, particularmente a través de un análisis de la omniprescencia de lo otro, el exilio social de aquellas personas quitó de los conceptos estrechos de normas sociales.

Figuras importantes[editar]

  • Luce Irigaray obtuvo reconocimiento por su trabajo postestructuralista en El Sexo Que No es Uno (1977) y la deconstrucción del complejo de Edipo.
  • Hélène Cixous argumentó en su más famoso ensayo 'La Risa de la Medusa' que la escritura es más importante en la construcción de ser mujer que la biología.[5]
  • Judith Butler exploró la naturaleza restrictiva de las normas sociales al construir hombres y mujeres 'normales';[6]​ y discute sobre un feminismo sin un tema o sujeto feminista, temiendo la implícita influencia limitante en políticas de identidad públicas.[7][8]

Otras figuras significativas en el feminismo post-estructuralista incluyen a Monique Wittig, y Julia Kristeva.[9]

Ejemplos literarios[editar]

  • La heroína de Nice Work admite que, siendo joven, se "permitió a sí misma ser construida por el discruso del amor romántico por un tiempo"; pero añade que poco después se dio cuenta de que "no somos esencias individuales únicas existentes anteriormente al lenguaje. Hay únicamente lenguaje".[10]
  • La heroína de Posesión, una novela de A.S. Byatt, reconoce tristemente que "vivimos en la verdad de lo que Freud descubrió... cuestionamos todo excepto la centralidad de la sexualidad - Desafortunadamente el feminismo difícilmente puede evitar privilegiar tales asuntos".[11]

Críticas[editar]

El feminismo post-estructural ha sido criticado for su abandono al sujeto femenino humanístico, y por una inocencia táctica en su negación de cualquier tipo de esencialismo femenino.

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. P. Prasad, Crafting Qualitative Research (2005) p. 165.
  2. «The Columbia dictionary of modern literary and cultural criticism». Choice Reviews Online 33 (01): 33-0012-33-0012. 1 de septiembre de 1995. ISSN 0009-4978. doi:10.5860/choice.33-0012. Consultado el 4 de agosto de 2019. 
  3. J. Childers/G. Hentzi, The Columbia Dictionary of Modern Literary and Cultural Criticism (1995) p. 237
  4. Prasad, p. 165
  5. E. D. Ermath, Sequel to History (1992) p. 158
  6. Butler, Judith (22 de octubre de 2004). Undoing Gender. doi:10.4324/9780203499627. Consultado el 4 de agosto de 2019. 
  7. Judith Butler, Undoing Gender (2004) p. 206 and p. 8
  8. G. Gutting ed., The Cambridge Companion to Foucault (2003) p. 390
  9. Ermath, p. 151-2
  10. David Lodge, Nice Work (1988) p. 210
  11. A. S. Byatt, Possession: A Romance (1990) p. 254 and p. 222

Otras lecturas[editar]

  • Linda Nicholson ed., Posmodernismo/de Feminismo (1990)
  • Margaret Un. McLaren, Feminismo, Foucault, y Subjetividad Encarnada (2002)