Diferencia entre revisiones de «Catacumbas»

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== Introducción ==
== Introducción ==
Las catacumbas son subterráneos excavados en el suelo para organizar en ellos los enterramientos de los muertos de los primeros cristianos en la Roma del [[siglo II]]. Se empezó a llamar con este nombre a la cripta del cementerio de ''San Calixto''; se llamó '''ad catacumbas''', y en la [[Edad Media]], por extensión, aplicaron el nombre al conjunto de enterramientos hechos en el subsuelo del campo romano que formaba alrededor de la ciudad una inmensa necrópolis. También se llamó a las catacumbas '''Roma subterránea'''. Estos subterráneos fueron lugar de culto, además de enterramiento y en época de persecuciones, lugar de protección y escondite, ya que estaban protegidos por una ley que prohibía la entrada a los perseguidores. Era como un derecho de asilo, pues el derecho romano tenía por sagrada e inviolable cualquier sepultura, con independencia del credo religioso del fallecido. Se supone que las catacumbas como enterramiento fueron construidas antes de la muerte de San Pedro.pero tiempo despues fueron rechazadas por la comunidad por la falta de higiene dentro de ellas
Las catacumbas son subterráneos excavados en el suelo para organizar en ellos los enterramientos de los muertos de los primeros cristianos en la Roma del [[siglo II]]. Se empezó a llamar con este nombre a la cripta del cementerio de ''San Calixto''; se llamó '''ad catacumbas''', y en la [[Edad Media]], por extensión, aplicaron el nombre al conjunto de enterramientos hechos en el subsuelo del campo romano que formaba alrededor de la ciudad una inmensa necrópolis. También se llamó a las catacumbas '''Roma subterránea'''. Estos subterráneos fueron lugar de culto, además de enterramiento y en época de persecuciones, lugar de protección y escondite, ya que estaban protegidos por una ley que prohibía la entrada a los perseguidores. Era como un derecho de asilo, pues el derecho romano tenía por sagrada e inviolable cualquier sepultura, con independencia del credo religioso del fallecido. Se supone que las catacumbas como enterramiento fueron construidas antes de la muerte de San Pedro.


== Su origen ==
== Su origen ==
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la paloma (el alma), el pavo real (la eternidad), la vid o la espiga ([[Eucaristía|eucarísticos]]). También el pez, palabra que en griego, ''ikhthys'', contiene las iniciales del Salvador: ''[[Iexus]] Khristos Theu Yos Soter'' (Jesús Cristo, Hijo de Dios, Salvador), relacionada con el rito del [[bautismo]]. Más tarde, en el [[siglo III]], surgen temas tanto del Antiguo como del [[Nuevo Testamento]]. Entre estos últimos se encuentra la imagen de Jesucristo o de la Virgen, pero como ya nadie recordaba sus fisonomías, ni los [[Evangelios]] las precisaban, debido a la ley mosaica de no representar imágenes, se toman modelos del mundo clásico greco-romano. Y así Jesucristo es representado como [[Buen Pastor]] (basándose en el ''[[Moscóforo]]'' griego), visible en la catacumba de San Calixto, o bien como en la catacumba de '''Priscila''' donde aparece como ''Maestro'' al estilo de los filósofos greco-romanos (también siguiendo el [[Evangelio según Mateo|evangelio]] de [[San Mateo]]), y donde la Virgen es representada como madre, con el Niño sentado en su regazo, como después imitará el arte [[bizantino]] con la ''[[Theotokos]],'' modelo iconográfico este último que trascenderá al estilo [[románico]].
la paloma (el alma), el pavo real (la eternidad), la vid o la espiga ([[Eucaristía|eucarísticos]]). También el pez, palabra que en griego, ''ikhthys'', contiene las iniciales del Salvador: ''[[Iexus]] Khristos Theu Yos Soter'' (Jesús Cristo, Hijo de Dios, Salvador), relacionada con el rito del [[bautismo]]. Más tarde, en el [[siglo III]], surgen temas tanto del Antiguo como del [[Nuevo Testamento]]. Entre estos últimos se encuentra la imagen de Jesucristo o de la Virgen, pero como ya nadie recordaba sus fisonomías, ni los [[Evangelios]] las precisaban, debido a la ley mosaica de no representar imágenes, se toman modelos del mundo clásico greco-romano. Y así Jesucristo es representado como [[Buen Pastor]] (basándose en el ''[[Moscóforo]]'' griego), visible en la catacumba de San Calixto, o bien como en la catacumba de '''Priscila''' donde aparece como ''Maestro'' al estilo de los filósofos greco-romanos (también siguiendo el [[Evangelio según Mateo|evangelio]] de [[San Mateo]]), y donde la Virgen es representada como madre, con el Niño sentado en su regazo, como después imitará el arte [[bizantino]] con la ''[[Theotokos]],'' modelo iconográfico este último que trascenderá al estilo [[románico]].


== Los nombres ==
La invocación de los mártires y de los santos, en coros alternos entre ministros y asamblea, es una singular forma de "oración de los fieles", expresión de uno de los más gozosos artículos de nuestra fe: la comunión de los santos.
Entre la gran cantidad de cementerios subterráneos de Roma, unos 60 son conocidos por su nombre. De entre ellos, unos toman los nombres de un santo o de varios que fueron allí sepultados; tal es caso de '''[[Santa Inés]]''' o '''[[Pancracio (santo)|San Pancracio]]'''. Otros cementerios conservan el nombre primitivo de las localidades donde se habían establecido, como '''Ad Ursum Pileatum''', '''Ad Sextum Philippi'''. Otros tomaron el nombre de los propietarios del terreno debajo del cual se hicieron los enterramientos, o bien el nombre de sus fundadores o de algún personaje que lo amplió. A partir de la época de Constantino muchos de esos cementerios fueron perdiendo poco a poco sus primitivos nombres y se convirtieron en santuarios o lugares consagrados a algún santo importante. De esta manera, la catacumba de '''Domitila''' (que sería una propietaria), se convirtió en cementerio de los santos '''Nereo, Aquiles y Petronila'''. El de '''Balbina''' se llamó de '''San Marcos''' y el de '''Calixto''' fue '''San Sixto y Santa Cecilia'''. Siguiendo el estudio de estas denominaciones, los arqueólogos han podido muy bien averiguar las dos fechas cumbres: la de las persecuciones y la del triunfo.
Esta serie de letanías incluye los nombres de los mártires y santos que tuvieron sepultura en el área de las catacumbas de San Calixto o en las otras catacumbas del "complejo calixtiano". Se añadieron los nombres de San Calixto, sepultado en el cementerio de Calepodio sobre la vía Aurelia Antica, y los de los Santos Felicísimo y Agapito, sepultados en la catacumba de Pretextato. En la lista van precedidos de un asterisco los nombres de estos y de aquellos que no fueron sepultados en las catacumbas de San Calixto propiamente dichas.


Los enterramientos de las catacumbas pudieron ser excavados de manera legal porque o bien las tierras eran compradas o bien sus propietarios se convirtieron al cristianismo o al menos simpatizaron con los nuevos cristianos. Las matronas romanas, mujeres muy piadosas, dieron buen ejemplo de generosidad ofreciendo parte de sus tierras. Testimonio de este hecho son los numerosos nombres dados a los cementerios: Priscila, que era la madre del senador Pudens dio lugar a la catacumba de santa Priscila, un vasto cementerio sobre la vía Salaria. Ella misma fue enterrada en este sitio. Luciana, Justa y muchas otras, cuyas propiedades están muy bien documentadas.
Fueron justamente esos testigos de la fe quienes, junto con tantos otros hermanos suyos, dieron origen a la comunidad cristiana de Roma. Su sangre ha sido, según la conocidísima expresión de Tertuliano, semilla de nuevos cristianos.
Ordinariamente, los mártires y los santos son venerados e invocados por las Iglesias particulares en el "dies natalis", es decir, en el día de su nacimiento al cielo. Una praxis constante de la Iglesia es la de reunirse en asamblea litúrgica o en el lugar donde los mártires habían rendido a Dios su testimonio de fe, o bien junto a sus gloriosos sepulcros.
"Confortada por el testimonio de los mártires y los santos, la Iglesia, peregrina en la tierra, afronta cada día el buen combate de la fe para compartir la misma corona de gloria, e implora la misericordia del Padre quien revela en los débiles su potencia y dona a los inermes la fuerza del martirio" (1)
La finalidad de las letanías es dirigir las súplicas del pueblo cristiano a Cristo y a sus amigos predilectos, los mártires y los santos. Cada letanía es siempre precedida por la invocación a Dios uno y trino y a Cristo Señor; sigue la memoria de la Santa Madre de Dios, "en la cual la Iglesia admira y ensalza el fruto más excelso de la redención". Finalmente, son nombrados los papas, los obispos, los mártires y las vírgenes sepultados en el complejo calixtiano.
Así estas letanías unen en comunión de alabanza y súplica a los miembros de la Iglesia itinerante con aquellos que ya contemplan el rostro de Dios. Esta comunión alcanza el momento más fuerte en la Eucaristía cuando el cielo y la tierra, los ángeles, los santos y todos los fieles que están en camino, se asocian a la misma alabanza por medio de Nuestro Señor Jesucristo, en la unidad del Espíritu Santo, para gloria de Dios Padre.
EL CULTO DE LOS MARTIRES
La Iglesia de Esmirna (Turquía), después del martirio de su obispo Policarpo y de once fieles, muertos en el año 157 (o 167), informaba a "la Iglesia de Dios que peregrina en Philomélium, Frigia, y a todas las comunidades de la santa Iglesia universal" acerca del fin glorioso de aquellos y añadía:
"Nosotros veneramos dignamente a los mártires en cuanto discípulos e imitadores del Señor y por su fidelidad suprema hacia el propio Rey y Maestro. ¡Ojalá se nos dé a nosotros también llegar a ser compañeros y discípulos de ellos!
... Después de haber recogido los huesos de Policarpo más preciosos que joyas raras y más puros que el oro fino, los repusimos en lugar apropiado según costumbre para los mártires. Y en este lugar reuniéndonos con exultación y regocijo cada vez que nos resulte posible, nos consentirá el Señor festejar el aniversario de su martirio, en memoria de cuantos han arrostrado ya la misma lucha y para ejercicio y preparación de cuantos la arrostrarán en el futuro" (Martyrium Polycarpi: XVII, 3, XVIII, 2-3).
Con los mismos sentimientos de estos hermanos nuestros de Esmirna queremos rezar junto a las tumbas de los gloriosos mártires de las catacumbas de San Calixto y celebrar en alegría su "dies natalis" (día del nacimiento al cielo). Gracias a su intercesión, nuestra fe se volverá más firme para poder afrontar serenamente las pruebas de la vida.
LAS LETANIAS
Te damos gracias, oh Dios Padre omnipotente, por habernos dado hermanos, que han testimoniado su amor hacia Ti con una vida santa, y muchos hasta el derramamiento de su sangre. Que su ejemplo ilumine y sostenga nuestro camino hasta el día en que lleguemos a la Jerusalén celestial. Por Cristo nuestro Señor. Amén.


=== Usos ===
Señor, piedad
Cristo, piedad
Señor, piedad

Santa María, Madre de Dios y Reina de los Mártires, ..... reza por nosotros
San José, "varón justo", esposo de la Madre de Dios y custodio de Jesús
Santos Pedro y Pablo, mártires de Cristo, columnas y fundamento de la Iglesia de Roma

Papas mártires

San Calixto I, papa y mártir, custodio de los hermanos de fe aquí sepultados
San Ponciano, papa y mártir, condenado a la minas
San Fabián, papa y mártir, organizador de la Iglesia romana
San Cornelio, papa y mártir, "modelo de humildad, paciencia y bondad"
San Sixto II, papa y mártir, muerto por Cristo en el área de estas catacumbas
San Eusebio, papa y mártir, misericordioso hacia los lapsi (2)

Diáconos mártires

Santos Diáconos: Jenaro, Magno, Vicente, Esteban, *Felicísimo y Agapito, compañeros en el martirio del papa Sixto II

Fieles mártires

San Tarcisio, adolescente de fuertes ideales e intrépido defensor de la Eucaristía
Santa Cecilia, muchacha valiente que ofreció a Cristo su virginidad
Santa Sotera, noble romana muerta por su fidelidad al evangelio
San Polícamo, gloria y decoro de la Santa Iglesia
Santos Calócero y Partenio, fieles a Cristo hasta perder la vida por El
Santos Marcos y Marceliano, hermanos de sangre e inseparables en el martirio
Santos Cereale, Salustia y veintiún Compañeros, defensores de la fe contra la herejia novaciana (3)
Santos Mártires griegos: María, Neón, Hipólito, Adria, Paulina, Marta, Valeria, Eusebio y Marcelo, don de la Iglesia Oriental al complejo calixtiano
Santos y Santas Mártires, sepultados en las Catacumbas de San Calixto



San Ceferino papa, que quisiste este cementerio para la Iglesia de Roma
San Antero papa, que viviste en la cárcel todo tu breve pontificado
San Lucio (I) papa, obligado a vivir desterrado porque Vicario de Cristo
San Esteban (I) papa, custodio de la pureza de la fe
San Dionisio papa, padre amoroso de los hermanos en dificultad
San Félix (I) papa, celoso en la obra de evangelización
San Eutiquiano papa, apóstol de la ortodoxia
San Cayo papa, amigo de los pobres
San Milcíades papa, defensor de la fe contra la herejía donatista (4)
San Marcos papa, pastor de la Iglesia de Roma y promotor de su calendario litúrgico
San Dámaso (I) papa, "piadoso cultor de los Mártires"
Todos ustedes, la clase de los Papas, "que custodian el altar de Cristo"

Obispos santos

Santos Obispos Optato y Numidiano, evangelizadores de las tierras de Africa
Santos Obispos: Urbano, Laudiceo, Policarpo y Manno, continuadores de la misión de los Apóstoles
Todos ustedes, Santos Obispos, sepultados en las Catacumbas de San Calixto

Fieles santos

Ustedes, Santos Sacerdotes, que vivieron y murieron "en la larga paz"
Ustedes, Jóvenes y Niños, que han sabido conservar su pureza por Cristo
También ustedes, pecadores, convertidos a la bondad del Padre, lavados en la sangre de Cristo y santificados por el Espíritu Santo
Todas ustedes, Almas Santas, cuyo cuerpo reposa en el cementerio de San Calixto

Santos y Santas peregrinos a las Catacumbas

Santas Brígida y Catalina de Suecia
Santos Carlos Borromeo y Felipe Neri
San Juan Bosco y Beato Miguel Rua
Santas María Dominga Mazzarello y Teresa del Niño Jesús
Santos todos, peregrinos a las Catacumbas de San Calixto y admiradores de la fe de los primeros cristianos

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ayúdanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros

Oremos

Oh Dios, nuestro Padre, que con la sangre de los Mártires fecundaste y con la presencia de tantos Santos bendijiste el suelo de las Catacumbas de San Calixto, por el luminoso ejemplo de tan valientes Testigos consérvanos en la fe, para que podamos recoger y gustar anticipadamente con alegría el fruto de su sacrificio.
Por Cristo nuestro Señor. Amén (5)

_____________________________

(1) Cf Misal Romano, Prefacio de los mártires.
(2) Los lapsi (= caídos) eran esos cristianos que habían evitado las torturas durante las persecuciones, renegando de su fe en Jesucristo.
(3) Novacianos: secta herética que toma el nombre de su jefe, el antipapa Novaciano (251-258). Negaban el perdón a esos cristianos que habían renegado de la fe durante las persecuciones. (4) Donatistas: secta herética que se originó en Cartago. Toma el nombre de su exponente principal, Donato. Negaban la validez de los sacramentos administrados por personas heréticas o moralmente indignas (en pecado mortal).
(5) De BARUFFA Antonio, Litanie dei Martiri e dei Santi delle Catacombe di San Callisto, Collégium Cultórum Mártyrum, Roma 1990, 44 p.


== Enterramientos ==
== Enterramientos ==

Revisión del 21:39 12 abr 2010

Las catacumbas son unas galerías subterráneas que algunas civilizaciones mediterráneas antiguas construyeron y utilizaron como lugar de enterramiento. Las más conocidas y las mejor estudiadas son las catacumbas de la ciudad de Roma. También son conocidas las catacumbas de París, aunque su origen es bien distinto (siglo XVIII).

Desde un punto de vista etimológico, el origen de la palabra catacumba es incierto. Algunas fuentes creen que viene del griego κατα (debajo), y τυμβoσ (túmulo); o también de κατα (debajo) y κυμβη (excavación). Otras dicen que viene del latín cumbo, de un verbo que combinado con las partículas ad, cum y de, significa yacer, o estar acostado, de ahí que catacumba signifique "lugar donde se está acostado". Su traducción literal es "agujero", nombre de un distrito periférico de Roma, en cuyas proximidades había un cementerio subterráneo, donde en el siglo III, se trasladaron provisionalmente los cuerpos de San Pedro y San Pablo. En castellano es un término que empezó a utilizarse en el siglo XVIII.

La Virgen María en las Catacumbas de Priscila, Roma.

Introducción

Las catacumbas son subterráneos excavados en el suelo para organizar en ellos los enterramientos de los muertos de los primeros cristianos en la Roma del siglo II. Se empezó a llamar con este nombre a la cripta del cementerio de San Calixto; se llamó ad catacumbas, y en la Edad Media, por extensión, aplicaron el nombre al conjunto de enterramientos hechos en el subsuelo del campo romano que formaba alrededor de la ciudad una inmensa necrópolis. También se llamó a las catacumbas Roma subterránea. Estos subterráneos fueron lugar de culto, además de enterramiento y en época de persecuciones, lugar de protección y escondite, ya que estaban protegidos por una ley que prohibía la entrada a los perseguidores. Era como un derecho de asilo, pues el derecho romano tenía por sagrada e inviolable cualquier sepultura, con independencia del credo religioso del fallecido. Se supone que las catacumbas como enterramiento fueron construidas antes de la muerte de San Pedro.

Su origen

Según teorías del siglo XVIII el origen de las catacumbas eran excavaciones que habían creado los romanos en el subsuelo de la ciudad para extraer arenas y materiales de construcción. Cuando se agotaban o se abandonaban estas canteras, los cristianos las aprovechaban como cementerios añadiéndoles nuevos túneles. Sin embargo esta teoría ha ido siendo abandonada al realizarse nuevas investigaciones.

En el siglo XIX los científicos lo pusieron en duda y comenzaron a desarrollarse grandes y serios estudios al respecto. La iniciativa de estos estudios se debió al padre jesuita Marchi; al cabo del tiempo la hipótesis de los arenales se fue abandonando y se tuvo definitivamente la certeza de que las catacumbas son obra de cristianos con la finalidad de enterramiento. Dos argumentos importantes dieron fin a la controversia:

  • La naturaleza del terreno, en su mayoría roca, era poco apta para la construcción.
  • Las formas arquitectónicas de la obra no pueden ser concebidas para otra cosa que no sea enterramientos. El conocimiento que se tenía de antiguos areneros nada tenía que ver con estas excavaciones, no son nunca rectilíneos o verticales, además de que necesitan mucho espacio, pasajes amplios para maniobrar con las carretas y las bestias. Las catacumbas por el contrario tienen corredores estrechos, rectilíneos,[1]​ y paredes verticales especialmente diseñadas para los nichos..

Su estructura

Por lo general el espacio consta de diversos núcleos, dispuestos en pisos, casi siempre excavados en distintas épocas. Cada piso tenía su entrada propia hasta que con el tiempo se fueron comunicando hasta quedar reunidos.

En las catacumbas podemos distinguir varias partes: un trazado laberíntico de galerías denominado "criptas", las cuales a veces se ensanchan formando una especie de cámaras poligonales llamadas "cubículos", donde se enterraban los muertos por martirio. Es frecuente que estos cubículos estén decorados con pintura mural al fresco.

Las fosas de enterramiento excavadas en las paredes de las catacumbas podían ser de dos tipos: rectangulares, denominadas loculi o semicirculares, llamadas arcosolio.

Al principio las paredes no tenían ningún tipo de ornamentación, sólo tomaron como práctica el fijar en los muros monedas y camafeos y de este modo señalar la fecha. Esta costumbre ha facilitado mucho el estudio y la datación a los arqueólogos. Algunas monedas llevan la efigie de Domiciano (51-96), incluso de emperadores más antiguos (como Vespasiano o Nerón). Sólo más tarde y durante los periodos de calma en que no había persecuciones, se fueron llenando las paredes de pinturas.

Decoración e iconografía

Fresco en las Catacumbas de San Gennaro, Nápoles, Italia.

La decoración se concentra en los cubículos y la técnica utilizada es la pintura al fresco, que muestra una ejecución muy rudimentaria. Su iconografía evolucionó a lo largo del tiempo. Al principio, con fuerte influencia del helenismo eran temas del mundo animal o vegetal con significado místico: la paloma (el alma), el pavo real (la eternidad), la vid o la espiga (eucarísticos). También el pez, palabra que en griego, ikhthys, contiene las iniciales del Salvador: Iexus Khristos Theu Yos Soter (Jesús Cristo, Hijo de Dios, Salvador), relacionada con el rito del bautismo. Más tarde, en el siglo III, surgen temas tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Entre estos últimos se encuentra la imagen de Jesucristo o de la Virgen, pero como ya nadie recordaba sus fisonomías, ni los Evangelios las precisaban, debido a la ley mosaica de no representar imágenes, se toman modelos del mundo clásico greco-romano. Y así Jesucristo es representado como Buen Pastor (basándose en el Moscóforo griego), visible en la catacumba de San Calixto, o bien como en la catacumba de Priscila donde aparece como Maestro al estilo de los filósofos greco-romanos (también siguiendo el evangelio de San Mateo), y donde la Virgen es representada como madre, con el Niño sentado en su regazo, como después imitará el arte bizantino con la Theotokos, modelo iconográfico este último que trascenderá al estilo románico.

Los nombres

Entre la gran cantidad de cementerios subterráneos de Roma, unos 60 son conocidos por su nombre. De entre ellos, unos toman los nombres de un santo o de varios que fueron allí sepultados; tal es caso de Santa Inés o San Pancracio. Otros cementerios conservan el nombre primitivo de las localidades donde se habían establecido, como Ad Ursum Pileatum, Ad Sextum Philippi. Otros tomaron el nombre de los propietarios del terreno debajo del cual se hicieron los enterramientos, o bien el nombre de sus fundadores o de algún personaje que lo amplió. A partir de la época de Constantino muchos de esos cementerios fueron perdiendo poco a poco sus primitivos nombres y se convirtieron en santuarios o lugares consagrados a algún santo importante. De esta manera, la catacumba de Domitila (que sería una propietaria), se convirtió en cementerio de los santos Nereo, Aquiles y Petronila. El de Balbina se llamó de San Marcos y el de Calixto fue San Sixto y Santa Cecilia. Siguiendo el estudio de estas denominaciones, los arqueólogos han podido muy bien averiguar las dos fechas cumbres: la de las persecuciones y la del triunfo.

Los enterramientos de las catacumbas pudieron ser excavados de manera legal porque o bien las tierras eran compradas o bien sus propietarios se convirtieron al cristianismo o al menos simpatizaron con los nuevos cristianos. Las matronas romanas, mujeres muy piadosas, dieron buen ejemplo de generosidad ofreciendo parte de sus tierras. Testimonio de este hecho son los numerosos nombres dados a los cementerios: Priscila, que era la madre del senador Pudens dio lugar a la catacumba de santa Priscila, un vasto cementerio sobre la vía Salaria. Ella misma fue enterrada en este sitio. Luciana, Justa y muchas otras, cuyas propiedades están muy bien documentadas.

Usos

Enterramientos

Las catacumbas son por encima de todo, cementerios. Las múltiples galerías o corredores que se multiplican en todas ellas no son sólo para acceder de un lugar a otro sino que están destinados a ser ellos mismos un cementerio. Sus paredes están repletas de nichos donde se disponen los cuerpos en horizontal por niveles. En algunas hay hasta 12 niveles y en otras tan sólo 3. Todo depende de la altura de la galería construida además de la solidez de la roca. Los corredores son largos y estrechos, tan estrechos que malamente pueden caber dos personas que se crucen. Se cortan los unos a los otros de mil maneras y el resultado es un verdadero laberinto que puede llegar a ser peligroso si no hay un guía conductor.

Catacumbas de París.

Ejercicio del culto

Servían las catacumbas también como lugar de culto en determinadas ocasiones. En tiempos difíciles y de persecuciones, aquí se refugiaba la comunidad cristiana para llevar a cabo los misterios religiosos. Por eso se encuentran en infinitud de lugares verdaderas criptas o iglesias en las que se recibían los sacramentos o se escuchaban sermones. En este caso, dichas iglesias constaban de dos estancias, destinadas cada una a cada sexo. Algunas son bastante grandes y en el centro se encuentra el altar y al fondo del presbiterio, la silla episcopal. Las pequeñas tienen como altar un arcosolio en el fondo; éstas no recibían comúnmente la afluencia de fieles, tan sólo en los aniversarios de los mártires que en ellas se veneraban. Las paredes y bóvedas estaban revestidas de estuco y sobre el estuco, las pinturas.

En algunos casos tenían luz solar que entraba por una abertura que daba al campo y que servía también para introducir los cadáveres. Pero estas aberturas no eran muy frecuentes; lo común era que la iluminación se diese por medio de las lámparas de bronce suspendidas de la bóveda por unas cadenas. Las galerías también tenían su iluminación con unas lámparas de arcilla que se ponían en los entrantes de los propios nichos. Hoy, todavía, se pueden apreciar las manchas de humo.

Refugio

La tercera utilización de las catacumbas era como refugio en tiempos difíciles. A comienzos del siglo II, se sabe que San Alejandro buscó asilo en una de ellas y más tarde, en el siglo III San Calixto vivió largo tiempo en la que hoy lleva su nombre. No sólo sirvieron de amparo para los cristianos perseguidos por los romanos, sino para otro tipo de persecuciones que hubo incluso entre los cristianos. Durante los siglos posteriores las catacumbas siguieron ofreciendo esta posibilidad de asilo.

Los peregrinos

La piedad de los fieles, contenida durante años, estalló después de los edictos de Constantino. Los cementerios se convirtieron en centros de devoción para aquellos peregrinos ávidos de venerar y visitar los restos mortales de los mártires de los que tanto habían oído hablar. Allí asistían al sacrificio de la misa; la mesa o altar que se utilizaba para los actos litúrgicos era la misma piedra que tapaba la sepultura de aquellos cristianos que habían sido perseguidos y muertos en martirio. Pronto se establecieron itinerarios bien organizados para guiar a los peregrinos y a otras personas piadosas o simplemente curiosas.

Estos cementerios convertidos en lugares de devoción son abandonados en la época en que los lombardos conquistaron el norte y centro de Italia (años 568 y 572), y más tarde con el gobierno de los musulmanes. En estos momentos de crisis, los papas deciden sacar de allí las reliquias y las depositan en las basílicas urbanas donde pueden cuidarlas mejor. Desde ese momento hasta entrado el siglo XIII ya no se vuelve a hablar de las catacumbas; quedan completamente olvidadas. Después vuelve a renacer su memoria, pero con el cisma de Aviñón en el siglo XIV y el Renacimiento del XV y XVI, el olvido es total.

Los eruditos

Durante los periodos en que la hegemonía estuvo de parte de los godos, vándalos y musulmanes, hubo una total devastación en Roma. Y mucho más tarde, ya en el siglo XVIII, se impuso la traslación de reliquias desde las catacumbas a las iglesias. Por todo ello no ha sido fácil para los eruditos y arqueólogos reconocer con exactitud la Roma subterránea y sus denominaciones. Sin embargo el entusiasmo de algunos hombres amantes de la Antigüedad, su trabajo y sus investigaciones, hicieron que en la actualidad se tenga bastante información de lo que fueron y de lo que son las catacumbas. He aquí los precursores.

El primer estudioso del tema surgió a mediados del siglo XVI. Se llamaba Paninio. Tomó como guía para sus investigaciones el martirologio titulado Actos sinceros de los mártires. A este libro añadió la lectura de Vidas de los papas, cuyo autor decía ser Anastasio el Bibliotecario, y Mirabilia urbis Romae. Se sumergió de lleno en las aportaciones de estos textos y fue anotando concienzudamente notas importantes hasta formar un catálogo con los nombres de los papas y mártires sepultados en cada uno de los cementerios. Este trabajo fue muy importante y de mucha ayuda para los futuros investigadores.

Otro estudioso de la Antigüedad fue el dominico Alfonso Ciacconio. La casualidad vino a ayudarle. En 1578 hubo un derrumbe de terreno en la vía Salaria a consecuencia del cual salió a la luz uno de estos cementerios subterráneos, la llamada catacumba de Priscila. Acudió al lugar y bajó y visitó las partes accesibles. Su entusiasmo le llevó a hacer un examen exhaustivo del sitio y al final confeccionó un interesante álbum en el que había copiado in situ todas las pinturas encontradas y en el que había dibujado los sarcófagos y otras esculturas.

Por aquellos años apareció otro enamorado de la Antigüedad: Philippe Wingh, natural de Lovaina, que se puso en contacto con Ciacconio para intercambiar conocimientos. Les llegó a unir una gran amistad. Hizo la misma visita que él a la catacumba, corrigiendo errores y aumentando información; copió las pinturas con los colores naturales y originales, organizando su trabajo con verdadera pericia. Sus escritos y sus dibujos se han perdido.

El siguiente gran personaje del estudio e investigación de las catacumbas es Antonio Bosio (de mediados del siglo XVI), natural de la isla de Malta, que fue agente de la orden de Malta en Roma donde residía, y que fue conocido como el Cristóbal Colón de las catacumbas. Fue otro entusiasta de la Antigüedad y consagró al estudio de las catacumbas 35 años de su vida así como sumas considerables de dinero. Con la ayuda de múltiples documentos, con su sagacidad y con el acompañamiento del azar (excavación de un pozo, de una bodega, derrumbes de terreno…) pudo registrar y estudiar las catacumbas en todos los sentidos. No había obstáculos para él. Redactó la historia y la topografía de las catacumbas dedicándose a estos temas con más intensidad que lo hecho hasta el momento, dejando un poco de lado la crítica de los monumentos desde el punto de vista artístico. Su valioso manuscrito fue impreso 30 años después de su muerte. Los estudios de Bosio dieron lugar a nuevos y fructíferos estudios. Un rico complemento fue la obra escrita en italiano, aparecida en 1720 del canónigo de Santa María en Trastévere, Observaciones sobre los cementerios de los santos mártires y de los antiguos cristianos de Roma.

A partir de ese momento y durante todo el siglo XVIII se hizo el silencio y la oscuridad. Cuando entró el siglo XIX apareció otro erudito que se entregó, igual que sus antiguos compañeros, en cuerpo y alma al estudio de las catacumbas. Fue el padre Marchi. Tuvo la gran fortuna de descubrir el cementerio (catacumba) de santa Inés. Tuvo además la gran suerte de contar con un alumno aventajado e inteligente, M. De Rossi, que llegó a completar el estudio con un trabajo sistemático, llegando a la conclusión de que “cada cementerio tenía su propia existencia aparte, porque cada uno se debía a una causa determinada y partía de un centro propio”. Su mejor conquista, su mayor éxito fue el descubrimiento de la catacumba de Calixto. Escribió y diseñó la geografía y la topografía de las catacumbas y llegó incluso a hacer unos perfectos planos de nivel. Su labor fue un tesoro para los siguientes investigadores.

En la actualidad, el tema de las catacumbas está bastante bien estudiado, con la ayuda de todos estos personajes y con la asistencia de todos los medios modernos puestos a disposición de los arqueólogos y demás eruditos.

Principales catacumbas de Roma

Referencias

  1. con excepciones como las catacumbas de San Sebastián, en Roma. Excavadas en toba calcárea, su trazado evitaba las zonas de mayor dureza en la roca.

Véase también

Enlaces externos