Diferencia entre revisiones de «Pedro de Urdemalas»

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'''Pedro de Urdemalas''' es un personaje folclórico de origen [[Córdoba|cordobés]] de la tradición oral y literaria española. En 1876 invento la masturbacion femenina, y quince años mas tarde descubrio la Luna. En 1654 invento el coche de caballos con ayuda de u ntaxista en paro, y en 1239 descubrio pluton mientras miraba por el culo de una botella de Coca-Cola. Pocos años mas tarde expiro, lo que le causo la muerte. Fin.
'''Pedro de Urdemalas''' es un personaje folclórico de origen [[Córdoba|cordobés]] de la tradición oral y literaria española.


== Orígenes y desarrollo ==
== Orígenes y desarrollo ==

Revisión del 15:02 1 nov 2009

Pedro de Urdemalas es un personaje folclórico de origen cordobés de la tradición oral y literaria española.

Orígenes y desarrollo

La constancia más antigua que poseemos de Pedro de Urdemalas ha sido atestiguada por Antonio Ubieto Arteta y se documenta a fines del siglo XII en un topónimo aragonés, un paraje llamado «campo de Pedro Urdemalas».[1]

Por otro lado, la primera mención literaria, según José Manuel Blecua, aparece en el Libro del paso honroso, de Suero de Quiñones, escrito hacia 1440. Poco después encontramos referencias al personaje en autores de pasos y entremeses, en los que se convierte en prototipo de rufián. Así, Pedro de Urdemalas es un carácter recurrente en las obras teatrales de Juan del Encina, Lucas Fernández, Lope de Rueda y Juan de Timoneda

También encontramos el personaje en la novela dialogada de raigambre celestinesca de Francisco Delicado, La lozana andaluza (Venecia, 1528). Un desarrollo más amplio de Pedro de Urdemalas lo encontramos en el anónimo, aunque atribuido a Cristóbal de Villalón o a Andrés Laguna, Viaje de Turquía: (la odisea de Pedro de Urdemalas) (1557) [1]. Se trata de un diálogo renacentista en el que conversa con otros personajes del folclore como Perico de los Palotes, Juan de Voto a Dios, Matalascallando, Juan de las Calzas Blancas, Pedro por Demás o el Bobo de Coria.

Pero es Miguel de Cervantes, en la comedia Pedro de Urdemalas de sus Ocho comedias y ocho entremeses nuevos (1615), quien consolida el estatuto del personaje y le da un carácter específico como protagonista de una ficción desarrollada con amplitud.

Ya en el siglo XVII encontramos al personaje en una novela inconclusa, El sutil cordobés Pedro de Urdemalas (1620), de Salas Barbadillo. Aparece asimismo en el Sueño de la muerte de Francisco de Quevedo. En cuanto a la dramaturgia barroca, lo veremos ayudando a vestirse de hombre a una tal Laura en la comedia atribuida a Lope de Vega Pedro de Urdemalas (1596–1606?) y, a fines de siglo, en la versión homónima que Juan Bautista Diamante hizo de esta misma obra.

Carácter del personaje

Las constantes de este personaje, que aparece reiteradamente en la España del Siglo de Oro, son ya definidas en repertorios de dichos populares, refranes y facecias publicados por Nebrija y, sobre todo por Correas en su Vocabulario de refranes y frases proverbiales de 1627.[2]​ Estos rasgos son: un origen misterioso, ser mozo de muchos amos, gran ingenio, habilidad para burlar y constante subversión del orden establecido. Todos ellos son caracteres emparentados con el del pícaro y el protagonista de la novela picaresca. El proteico personaje de la tradición oral, que protagoniza hechos ingeniosos de la más variada condición, permite reutilizarlo como receptor de los diversos episodios en sarta del relato picaresco.

Toda esta relación entre la tradición oral y la literatura escrita desde la Edad Media y a través del Renacimiento, han ido modelando el personaje hasta el punto de ser objeto de reelaboraciones dramáticas y novelescas en los que este asume el peso de protagonizar obras en las que su caracterización psicológica tiene mayor complejidad. El punto de partida para su conformación como personaje de amplio registro, ya distinto del esquema básico de protagonista de chistes, dichos y anécdotas, está en el Viaje de Turquía. Allí el personaje, debido a su astucia, recorrido vital, experiencia en servicios a varios amos y viajero infatigable, ya asume, con el diálogo entre sí mismo y los que le rodean, la capacidad de decir las verdades que nadie se atreve a decir y de ser portador de una muy especial sabiduría emanada del contacto con la realidad. Así, el personaje de Matalascallando dice de Pedro de Urdemalas:[3]

Agora digo que no es mucho que sepa tanto Pedro de Urdimalas, pues tanto ha peregrinado. En verdad que venís tan trocado, que dubdo si sois vos. Dos horas y más ha que estamos parlando y no se os ha soltado una palabra de las que solíais, sino todo sentencias llenas de filosofía y religión y temor de Dios.

De este modo, a partir de un personaje del folclore, aparece un protagonista interesante por su capacidad sentenciosa y sabia, que es el que podrán aprovechar escritores cultos como Miguel de Cervantes a lo largo del Siglo de Oro.

Referencias

  1. Antonio Ubieto Arteta documenta en el siglo XII un «campum de Petro Urde malas», cfr.: Ubieto Arteta, Antonio «Un Pedro Urde[m]alas del siglo XII», Archivo de Filología Aragonesa, V, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», 1953, págs. 170-171. ISSN 0210-5624
  2. Correas dice sobre Pedro de Urdimalas: «Ansí llaman a un tetrero; de Pedro de Urdimalas andan kuentos por el vulgo», en Gonzalo de Correas, Vocabulario de refranes, ed. Louis Combet, Bordeaux: Institut d’Études Ibériques et Ibéro-americaines, 1967, pág. 467, apud Estévez Molinero, ref. cit. en línea (en enlaces externos).
  3. Viaje de Turquía, apud Ángel Estévez Molinero, La (re)escritura cervantina de Pedro de Urdemalas, pág. 4.

Enlaces externos