Diferencia entre revisiones de «Parábola del buen samaritano»

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La narración comienza cuando un doctor de la ley le pregunta a Jesús qué se necesita para obtener la vida eterna, con la intención de meterlo en dificultades. Jesús, en respuesta, le pregunta al doctor qué es lo que dice la ley de [[Moisés]] al respecto. Cuando el doctor cita la [[Biblia]], y precisamente: "amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la fuerza" ([[Deuteronomio]] 6,5) y la ley paralela "amarás a tu prójimo como a ti mismo" ([[Levítico]] 19,18), Jesús dice que ha respondido correctamente y lo invita a comportarse en consecuencia. En ese punto, el doctor le pide a Jesús que explique a qué se refiere el prójimo. Jesús le responde con la párabola.
La narración comienza cuando un doctor de la ley le pregunta a Jesús qué se necesita para obtener la vida eterna, con la intención de meterlo en dificultades. Jesús, en respuesta, le pregunta al doctor qué es lo que dice la ley de [[Moisés]] al respecto. Cuando el doctor cita la [[Biblia]], y precisamente: "amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la fuerza" ([[Deuteronomio]] 6,5) y la ley paralela "amarás a tu prójimo como a ti mismo" ([[Levítico]] 19,18), Jesús dice que ha respondido correctamente y lo invita a comportarse en consecuencia. En ese punto, el doctor le pide a Jesús que explique a qué se refiere el prójimo. Jesús le responde con la párabola.
Un hombre, mientras viajaba de [[Jerusalén]] hacia [[Jericó]], fue asaltado, robado y abandonado medio muerto al lado del camino. Un [[sacerdote]] lo evita pasando por el otro lado de la acera. De modo similar, un [[levita]] lo ignora. Solamente un [[samaritano]] inmediatamente lo socorre y lo conduce a una posada cercana para que pudiera restablecerse completamente. Al dueño de la posada le da dos denarios por el servicio.
Un hombre, mientras viajaba de [[Jerusalén]] hacia [[Jericó]], fue asaltado, robado y abandonado medio muerto al lado del camino. Un [[sacerdote]] lo evita pasando por el otro lado de la acera. De modo similar, un [[levita]] lo ignora. Solamente un [[samaritano]] inmediatamente lo socorre y lo conduce a una posada cercana para que pudiera restablecerse completamente. Al dueño de la posada le da dos denarios por el servicio.
Al término de la parábola, Jesús le pregunta al doctor de la ley cuál de los tres se había comportado como prójimo del hombre robado. Él no responde directamente "el samaritano", pero indirectamente le dice "el que tuvo compasión de él". Jesús concluye: "Vete y cacha a karen Dejo" .'''hola'''
Al término de la parábola, Jesús le pregunta al doctor de la ley cuál de los tres se había comportado como prójimo del hombre robado. Él no responde directamente "el samaritano", pero indirectamente le dice "el que tuvo compasión de él".

===Contexto de la Parábola===
===Contexto de la Parábola===
La Parábola surge, como la mayoría de estas, como respuesta a un experto en la [[Ley mosaica]], muy probablemente un fariseo. Es de notar que la pregunta que este le formula a Jesús no es exclusiva de esta página evangélica la misma esta formulada en el [[evangelio según San Mateo]], capítulo 22, versículos del 34 al 40, y es de notar también que la respuesta que da Jesús es exactamente la misma que la que ofrece el doctor en esta ocasión, por lo que si se analiza un poco la doctrina de Jesús, basada en el amor por sobre todo formalismo, y la doctrina judía de la época, 613 preceptos religiosos que obligan a los judíos, lo más probable es que la respuesta que da el maestro de la Ley sea tomada del propio Jesús.
La Parábola surge, como la mayoría de estas, como respuesta a un experto en la [[Ley mosaica]], muy probablemente un fariseo. Es de notar que la pregunta que este le formula a Jesús no es exclusiva de esta página evangélica la misma esta formulada en el [[evangelio según San Mateo]], capítulo 22, versículos del 34 al 40, y es de notar también que la respuesta que da Jesús es exactamente la misma que la que ofrece el doctor en esta ocasión, por lo que si se analiza un poco la doctrina de Jesús, basada en el amor por sobre todo formalismo, y la doctrina judía de la época, 613 preceptos religiosos que obligan a los judíos, lo más probable es que la respuesta que da el maestro de la Ley sea tomada del propio Jesús.

Revisión del 13:03 8 sep 2009

Ilustración de la parábola del Buen Samaritano.

La Parábola del Buen Samaritano es una de las más importantes parábolas de Jesús, relatada en el evangelio según San Lucas, capítulo 10, versículos del 25 al 37. La parábola es narrada por Jesús a fin de ilustrar que la caridad y la misericordia son las virtudes que guiarán a los hombres a la piedad y la santidad. Enseña también que cumplir el espíritu de la ley, el amor, es mucho más importante que cumplir la letra de la ley. En esta parábola, Jesús amplía la definición de prójimo. La elección de la figura de un samaritano, considerado un herético para los sectores más ortodoxos de la religión hebrea, sirve para redefinir el concepto de prójimo que se manejaba entonces. Jesús, mediante esta parábola muestra que la fe debe manifestarse a través de las obras, revolucionando el concepto de fe en la vida religiosa judía, entre los cuales resaltaban grupos como el de los fariseos a quienes Jesús en numerosas ocasiones llama hipócritas por su excesivo apego a la letra de la ley y su olvido por cumplir el espíritu de la ley. El contraste establecido entre los prominentes líderes religiosos inmisericordes y el samaritano misericordioso, es un recordatorio a los maestros de la ley (como es el caso del interlocutor de Jesús) de que estaban olvidando el principio de la verdadera religión y Jesús emplea un personaje despreciado por ellos para mostrarles su error.

La historia

La narración comienza cuando un doctor de la ley le pregunta a Jesús qué se necesita para obtener la vida eterna, con la intención de meterlo en dificultades. Jesús, en respuesta, le pregunta al doctor qué es lo que dice la ley de Moisés al respecto. Cuando el doctor cita la Biblia, y precisamente: "amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la fuerza" (Deuteronomio 6,5) y la ley paralela "amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Levítico 19,18), Jesús dice que ha respondido correctamente y lo invita a comportarse en consecuencia. En ese punto, el doctor le pide a Jesús que explique a qué se refiere el prójimo. Jesús le responde con la párabola. Un hombre, mientras viajaba de Jerusalén hacia Jericó, fue asaltado, robado y abandonado medio muerto al lado del camino. Un sacerdote lo evita pasando por el otro lado de la acera. De modo similar, un levita lo ignora. Solamente un samaritano inmediatamente lo socorre y lo conduce a una posada cercana para que pudiera restablecerse completamente. Al dueño de la posada le da dos denarios por el servicio. Al término de la parábola, Jesús le pregunta al doctor de la ley cuál de los tres se había comportado como prójimo del hombre robado. Él no responde directamente "el samaritano", pero indirectamente le dice "el que tuvo compasión de él".

Contexto de la Parábola

La Parábola surge, como la mayoría de estas, como respuesta a un experto en la Ley mosaica, muy probablemente un fariseo. Es de notar que la pregunta que este le formula a Jesús no es exclusiva de esta página evangélica la misma esta formulada en el evangelio según San Mateo, capítulo 22, versículos del 34 al 40, y es de notar también que la respuesta que da Jesús es exactamente la misma que la que ofrece el doctor en esta ocasión, por lo que si se analiza un poco la doctrina de Jesús, basada en el amor por sobre todo formalismo, y la doctrina judía de la época, 613 preceptos religiosos que obligan a los judíos, lo más probable es que la respuesta que da el maestro de la Ley sea tomada del propio Jesús. Luego ante la pregunta del doctor de quien es mi prójimo, Cristo en lugar de dar una definición convencional, tras narrar la parábola, responde con otra pregunta: ¿quién actuó como prójimo?, señalando así que prójimo no atiende a las cualidades de la otra persona sino a la misericordia de cada uno.

Personajes de la Parábola

El sacerdote y el levita

El sacerdote y el levita son los dos personajes que primero pasan por delante del judío apaleado y lo ignoran siguiendo su camino a Jerusalén. Normalmente pensamos que esa actitud se debía a una pobre compasión y a una indiferencia al dolor, pero el significado va más allá. Es muy probable que ambos clérigos fueran rumbo a Jerusalén a oficiar en el Templo, por su parte la ley establecía que quien tocara un cadáver ensangrentado quedaría impuro hasta la noche y obviamente alguien impuro no podía participar de los rituales religiosos. Es por eso que el simbolismo del sacerdote y el levita no es de impiedad ni de crueldad sino de anteponer formalismos rituales a la misericordia y el perdón. Esta imagen de la balanza entre el espíritu de la ley y la letra de la ley es uno de los pilares de la enseñanza de Jesús y también del Antiguo Testamento: “misericordia quiero y no sacrificios (Os: 6,6).

El samaritano

La imagen del samaritano como el piadoso salvador del judío apaleado constituye toda una fragua al concepto de prójimo. Los samaritanos y los judíos constituían rivales irreconciliables. Unos a otros se consideraban herejes, los judíos fundamentaban sus razones en que los samaritanos hacían su culto en el monte Garizim o Gerizim en lugar del Templo de Jerusalén, solamente aceptaban a Moisés como único profeta y no reconocían la tradición oral del Talmud, al libro de los Profetas ni al de los Escritos. Por su parte los samaritanos odiaban a los judíos por las veces que estos habían destruido y profanado el santuario de Garizim. Es por eso que la carga emocional de la parábola es mucho mayor. El samaritano olvida su odio e incluso sus prácticas religiosas por la piedad que le inspira ese hombre apaleado.

Enseñanza fundamental

Jesús no hace distinciones entre los hombres, todos son hermanos no importa nacionalidad, religión, ni ideas políticas. porque Prójimo es sinónimo de misericordia

Importancia

Esta parábola es una de las más famosas del Nuevo Testamento, y su influencia es tal que el significado actual de samaritano en la cultura occidental es el de una persona generosa y dispuesta a ofrecer ayuda a quien sea que lo requiera.