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== Los temas ==
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Se prefiere lo exagerado, lo exótico, lo crudo. Los actos de violencia, los raptos, los adulterios, etc. aparecen a menudo y la muerte del padre es un tema frecuente.Pero lo mas sorprendente es que estas novelas no terminan en un final feliz, terminan mal o tristes
Se prefiere lo exagerado, lo exótico, lo crudo. Los actos de violencia, los raptos, los adulterios, etc. aparecen a menudo y la muerte del padre es un tema frecuente


== Los lectores ==
== Los lectores ==

Revisión del 00:48 22 ago 2009

En el Romanticismo francés surge la novela por entregas, llamada por otro nombre folletín (del francés feuilleton, diminutivo de feuillet, "hoja", página de un libro). Constituye un subgénero caracterizado por la simplicidad psicológica y el argumento sensacionalista, dramático, sentimental. Recurre a la temática amorosa, pero también al misterio y a lo escabroso. El folletín se publicaba en la franja baja de los periódicos y, cuando se trataba de revistas más extensas, en cuadernillos o secciones de estas.

Origen del subgénero

Al extenderse la alfabetización hacia las clases humildes gracias a las conquistas sociales de las revoluciones burguesas, se experimentó la necesidad de una literatura escapista de consumo masivo y barato coste, de forma que pudiese ser adquirida por los sectores menos favorecidos de la sociedad. En consecuencia, los periódicos incluyeron en pequeños capítulos de novelas como pequeños folletos (de ahí el nombre folletín) que se sucedían cada día y cuya acción termina en suspense para suscitar la curiosidad del lector (y, por tanto, su continuidad en la lectura). La innovación fue todo un éxito y permitía la venta masiva de periódicos. Después, muchas de esas obras narrativas se publicaban en formato libro o sin pastas caras.

Si bien los periódicos La Presse y Siècle son los primeros que hacen estas publicaciones, la idea viene de más lejos. Cuando durante el Consulado y el Primer Imperio los periódicos eran muy reducidos en razón de la censura comienzan a publicar un suplemento literario. Finalmente, surgen revistas especializadas en la literatura por entregas, como la Revue des deux mondes y Revue de Paris, en las que publicaron autores tan prestigiosos como Balzac.

Los autores

Uno de los iniciadores del subgénero es Eugène Sue (1804-1857), con las novelas Los misterios de París o El judío errante, así como Ponson du Terrail o Paul Féval. Pero es Alejandro Dumas (1802-1870) quien representa el máximo esplendor del folletín, con Los tres mosqueteros, El Vizconde de Bragelonne o El conde de Montecristo, entre otras muchas obras muy reimpresas y justamente celebradas, no siempre debidas a su pluma, sino a la de sus colaboradores. Otros autores más famosos recurrieron a este género, como Víctor Hugo, que publicó de esta forma su novela Los miserables, o Robert Louis Stevenson, que hizo lo propio publicando en 17 entregas en el periódico Young Folks su novela Flecha negra (The black arrow), luego reunidas en volumen en 1888; igualmente, Charles Dickens y William Wilkie Collins publicaron de esta forma muchas de sus novelas. El folletín, llamado en italiano romanzo d'appendice, fue la forma en que Emilio Salgari publicó sus novelas sobre el príncipe malayo Sandokán o Carlo Collodi Le avventure di Pinocchio. Honoré Balzac fue todo un profesional del folletín y publicó de esta manera su Comedia humana; Gustave Flaubert publicó su Madame Bovary en La revue de Paris desde octubre de 1856 y en Rusia fueron folletines Crimen y castigo (Преступление и наказание) y Los hermanos Karamázov (Братья Карамазовы), publicados en El Mensajero por Fedor Dostoievski; lo mismo cabe decir de Guerra y paz (Война и мир), siempre en El Mensajero, por León Tolstoy. En España, Benito Pérez Galdós, Enrique Pérez Escrich y el padre Luis Coloma recurrieron a esta forma de divulgar sus obras.

Periódicos

La Presse publicó entre 1837 y 1847 las novelas de Balzac a razón de una por año, así como obras de Eugenio Sue. El Siècle publicó las de Alejandro Dumas, entre las que por su popularidad se destacan Los tres mosqueteros. El Journal des Débats hace lo propio con Los misterios de París, de Sue. El judío errante, del mismo autor es publicada por el Constitutionnel. El Mensajero también publicó en Rusia numerosos e importantes folletines.

Modo de producción

La exigencia estética de este tipo de literatura no era muy acusada; a veces se hinchaba el estilo o se alargaban los diálogos con monosílabos para ocupar más y más folios, ya que se pagaba a los autores por folio escrito. Esto deriva en que los autores ya consagrados contratan personas que trabajan para ellos y Dumas, por ejemplo, llega a tener setenta y tres colaboradores.

Estilo

La forma en que estas obras eran producidas y pagadas, así como el medio por el cual eran publicadas influyeron sin duda en el estilo de las mismas.Como se escribían a medida que eran publicadas, las obras no obedecían a un plan previo. Al no poder rehacer lo ya publicado aparecían incongruencias en la conducta de los personajes, no hay presentación adecuada de muchos personajes secundarios, etc. Domina el adjetivo común, la metáfora tópica y la descripción pintoresca de paisajes exóticos.

Los temas

Se prefiere lo exagerado, lo exótico, lo crudo. Los actos de violencia, los raptos, los adulterios, etc. aparecen a menudo y la muerte del padre es un tema frecuente

Los lectores

Una característica de este subgénero es que está dedicada a todos los públicos, con independencia de edad, sexo y condición social. Es así que, por ejemplo, las mujeres son especialmente aficionadas a su lectura.

El folletín en España

Famosos escritores españoles especializados en literatura por entregas fueron Manuel Fernández y González, el más famoso de todos ellos; Enrique Pérez Escrich, Ramón Ortega y Frías, Torcuato Tárrago y Mateos y Wenceslao Ayguals de Izco. Menor importancia tuvieron Alfonso García Tejero, José Muñoz Maldonado, Julián Castellanos, Florencio Luis Parreño, Luis de Val, Pablo Alonso de la Avecilla, Francisco José Orellana, Antonio de San Martín, Antonio Altadill, Víctor África Bolangero y Juan de Dios Mora entre muchos otros.

Manuel Fernández y González (Sevilla, 1821 - Madrid, 1888) escribió más de trescientas novelas[1]​, además de diversas poesías al estilo de José Zorrilla y dramas. Poseía una gran imaginación, pero una erudición poco sólida para tratar un género tan exigente como el que cultivó, la novela histórica,[2]​ y le perjudicó su abundancia al profundizar poco en la caracterización psicológica de sus personajes y sacrificarlo todo a la acción. Su inspiración se nutría de su nacionalismo escogiendo temas legendarios. Llegó a dictar las novelas a varios secretarios que las transcribían taquigráficamente; entre estos tuvo al que sería después un famoso novelista, Vicente Blasco Ibáñez.[3]

El valenciano Enrique Pérez Escrich[1]​ (1829-1897) fue también dramaturgo, aunque fue más famoso por sus “novelas por entregas” de intención cristiana y moralizadora. Murió pobre, dirigiendo un asilo.

Ramón Ortega y Frías[4]​ (1825-1883), novelista por entregas granadino seguidor del gran maestro del género, Fernández y González, pero con menos talento que éste. Escribió ciento cincuenta, de nulo valor literario y en las que resulta característico su particular sello, que consiste en recurrir a lo truculento y espeluznante. Abelardo y Eloísa (1867) fue su mayor éxito.

Torcuato Tárrago y Mateos (1822-1889) fue un fecundo periodista, escritor y músico accitano que compuso novelas históricas y libros de viajes; escribió en El Independiente y fundó El Eco de Occidente en Granada junto a su paisano Pedro Antonio de Alarcón; también dirigió El Popular en Madrid; algunas de sus obras se siguen reeditando, como Historia de un sombrero blanco o A doce mil pies de altura. A veces toma como modelo a Julio Verne. Conocía muy bien el mundo eslavo, lo que aprovecha para ambientar ahí algunas de sus obras, y fue el primero en escribir un cuento sobre la Guerra de Independencia de Bulgaria.

Wenceslao Ayguals de Izco, (1801-1873), escritor de inspiración satírica y social que cultivó asiduamente la novela por entregas o folletín como medio para acceder a concienciar al proletariado. María o La hija de un jornalero es su obra más famosa, con segunda y tercera partes, y traducida al italiano, francés y portugués.

Julián Castellanos y Velasco, cuyo seudónimo era "Pedro Escamilla", es un escritor de folletines sensacionalistas y piezas teatrales de escaso valor fallecido en 1891. Por citar alguna obra suya, Los Ratas, cuadros copiados del natural (1890).

Más importancia tuvo el historiador y jurista José Muñoz Maldonado, (1807-1875), primer conde de Fabraquer y vizconde de San Javier, ministro del Tribunal Supremo de Guerra y Marina, que dirigió la revista El Museo de las Familias; colaboró en El Panorama, Periódico de Literatura y Arte y aquí figura como habitual traductor de folletines franceses de Paul de Kock; también tradujo Los Miserables de Víctor Hugo.

Antonio de San Martín (1841-1887). Coruñés, de ideología progresista, autor de algunas poesías y de más de doscientas novelas folletinescas la mayoría de inspiración histórica, tales como Horrores del feudalismo: la torre de los vampiros (1871), La Edad del Hierro (1874), La sacerdotisa de Vesta (1874), La esposa enterrada en vida (1876), Los misterios de la calle de Panaderos (1880), Desde la timba al timo. Novela original de malas costumbres contemporáneas, consecuencia de los vicios en la sociedad, (1880), Nerón, (1875) etc. Si hubiera que destacar algunas, serían las cinco consagradas a Francisco de Quevedo, a cuya lectura era muy aficionado.

Florencio Luis Parreño (1822-1897) compuso novelas históricas y de aventuras de intención moralizadora y católica en la línea de Fernández y González y Ortega y Frías, donde ensalza patrióticamente las hazañas guerreras de los españoles. Rechaza el naturalismo francés y de vez en cuando salpica sus obras de reflexiones moralizantes.

El valenciano Luis de Val (1867-1930) es el más moderno de estos autores. Revelan el tono de su obra los títulos de algunas de sus novelas: Los ángeles del arroyo (un libro para los padres), El Calvario de un ángel o El manuscrito de una monja, El hijo de la obrera, El Honor o La riqueza de los pobres, El triunfo del trabajo, La explotación humana, La honra del hogar, La mujer de ellos, Sola en el mundo o El manuscrito de una huérfana...

Novelistas por entregas en la actualidad

Aunque el género de novelas por entregas era propio del siglo XIX, donde los autores debían continuar sus novelas publicadas por capítulos para atrapar a sus lectores y seguir cobrando, no es menos cierto que durante todo el siglo XX y hasta nuestros días se han realizado y se siguen realizando novelas por entregas, la gran mayoría en forma gratuita y a través de Internet.

Esta nueva tendencia se resume en lo que hoy se conoce como la Internet 2.0, la cual mediante el sistema de comentarios permite a los lectores y escritores la posibilidad de enviar opiniones y, con ello, otorgarle a la obra una cualidad de retroalimentación que no podría ser generada en un libro de papel ni en los libros virtuales o e-books de formato PDA o PDF.

También es justo destacar que a pesar de que muchos lectores prefieran el libro tradicional, la “Novela blog” o "Blognovela" sigue ganando adeptos y avanza a pasos agigantados. Sin ir más lejos en la actualidad muchos escritores han optado por publicar sus novelas en este formato, es el caso de Alberto Vázquez-Figueroa, Arturo Pérez-Reverte, José Calvo Poyato, Ernesto Fucile, Hernán Casciari, Pablo Paniagua, Lucía Gonzáles y Diego Gualda entre otros.


Alberto Vázquez-Figueroa Prolífico novelistas entre sus sagas destacan principalmente la de los Cienfuegos, los Maradentro y su trilogía de Piratas.

Arturo Pérez-Reverte Uno de los novelistas más leídos desde finales del siglo XX y principios del XXI, su aportación a la novelas por etrega es la conocidísima saga de él Capitán Alatriste.

José Calvo Poyato Diputado andalucista, catedrático de historia y escritor de novelas históricas, escribe la saga del pesquisador Capablanca, como aportación a la novela por entregas.

Ernesto Fucile Ganador del Certamen de Novela Blog 2008. Se destaca por ser uno de los escritores más jóvenes de habla hispana y por el cuidado de la prosa en el género de la blognovela en Internet.

Hernán Casciari desde el año 2000 está radicado en Barcelona. Allí le ha puesto voz a Mirta Bertotti, un ama de casa argentina; a Letizia, una falsa princesa española; a Juan Dámaso, vidente vasco con mucha mala entraña; y a Xavi L., un esquizofrénico catalán. Estas cuatro blogonovelas han sido pioneras en la literatura por Internet.

Pablo Paniagua Publicó en diez entregas "Exex, la mujer del bigote", una novela extraña y diferente con una apuesta estética cercana a las historias de cómic, bajo el predominio del humor negro y la ironía; "La Última Utopía", donde se narra la llegada del Salvador de la Humanidad en el año 2029; y "El Mono Cibernético", una crítica a la banalidad de la Época Supermoderna. Es, también, autor del "Manifiesto del escritor web" y del "Manifiesto para una nueva literatura independiente".

Lucía González (pseudónimo de la escritora Carolina Aguirre) es la autora del afamado blog Ciega a Citas, donde relata las desventuras de una treintañera por conseguir novio con urgencia, antes del casamiento de su hermana menor y con una siniestra apuesta mediante. Ha sido publicado en formato de libro por Editorial Alfaguara en 2008 y será una serie en televisión en el 2009.

Véase también

Referencias

  • Hauser, Arnold (1979). Historia social de la literatura y del arte vol.3. Barcelona. Ed. Guadarrama/Punto Omega. 

Enlaces externos

Notas

  1. a b Notas sobre las obras de Manuel Fernández y González y Enrique Pérez Escrich en Españoles en Italia e italianos en España, Cervantes Virtual
  2. Prosa española contemporánea, comienzos del Siglo XIX
  3. Biografía de Vicente Blasco Ibáñez
  4. El libro en el siglo XX