Diferencia entre revisiones de «Guerra civil española en la provincia de Salamanca»

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* José Luis MAJADA NEILA. ''Comentario: historia retrocedente 1999-1941 de una escultura de Mateo Hernández, más un meticuloso apéndice sobre la Guerra Civil en Béjar''. Salamanca, [el autor], 1999.
* José Luis MAJADA NEILA. ''Comentario: historia retrocedente 1999-1941 de una escultura de Mateo Hernández, más un meticuloso apéndice sobre la Guerra Civil en Béjar''. Salamanca, [el autor], 1999.
* A. MARTIN; M. A. SAMPEDRO; M. J. VELASCO. "Dos formas de violencia durante la Guerra Civil : la represión en Salamanca y la resistencia armada en Zamora". En: Julio ARÓSTEGUI (ed.). ''Historia y memoria de la Guerra Civil: encuentro en Castilla y León''. Valladolid, Junta de Castilla y León, 1988. Vol. 2, p. 367-438
* A. MARTIN; M. A. SAMPEDRO; M. J. VELASCO. "Dos formas de violencia durante la Guerra Civil : la represión en Salamanca y la resistencia armada en Zamora". En: Julio ARÓSTEGUI (ed.). ''Historia y memoria de la Guerra Civil: encuentro en Castilla y León''. Valladolid, Junta de Castilla y León, 1988. Vol. 2, p. 367-438
* [http://www.scribd.com/doc/18095130/Represion-y-control-social-en-Salamanca Guadalupe PÉREZ GARCÍA. "Represión y control social en Salamanca (1936-1939)". ''Cuadernos republicanos'', 50, 2002, p. 96-114.]
* Guadalupe PÉREZ GARCÍA. "Represión y control social en Salamanca (1936-1939)". ''Cuadernos republicanos'', 50, 2002, p. 96-114.
* Ricardo ROBLEDO (ed.). ''Esta salvaje pesadilla : Salamanca en la Guerra Civil española''. Barcelona : Crítica, 2007.
* Ricardo ROBLEDO (ed.). ''Esta salvaje pesadilla : Salamanca en la Guerra Civil española''. Barcelona : Crítica, 2007.



Revisión del 11:42 4 ago 2009

Localización de la ciudad de Salamanca en España.

La Guerra Civil Española (1936-1939) tuvo un desarrollo desigual en las provincias de la actual comunidad autónoma de Castilla y León. En Salamanca, que contaba con dos regimientos, los sublevados declararon el estado de guerra el 19 de julio de 1936 y se hicieron fácilmente con el control de la ciudad y la provincia en unos cuantos días, sin más oposición que una débil resistencia en Béjar y Ciudad Rodrigo. Rápidamente se formaron columnas de militares y voluntarios derechistas para unirse a las fuerzas que desde Valladolid pretendían tomar la capital de España.

Fuerzas militares

Salamanca formaba parte de la 7ª División orgánica, con cuartel general en Valladolid. La guarnición estaba formada por el regimiento de infantería La Victoria núm. 28 (coronel Manuel Palenzuela Arias) y el regimiento de caballería Calatrava núm. 2 (teniente coronel Enrique Salazar). Había también dos compañías del Cuerpo de Seguridad y Asalto y una comandancia de la Guardia Civil. Comandante militar de la plaza era el general Manuel García Álvarez (jefe de la 14ª Brigada de infantería) y gobernador civil Miguel Cepas López, de Izquierda Republicana.

Situación política

Provincia agraria, de economía tradicional, su centenaria universidad era el emblema que la había hecho famosa, sobre todo –en los últimos tiempos- por la figura de su rector, Miguel de Unamuno. Otro famoso salmantino era José María Gil Robles, jefe nacional de la CEDA. El Bloque Agrario había logrado montar una poderosa organización en la provincia, si bien la UGT, a través de la FNTT, también había conseguido establecer la Casa del Pueblo en numerosas localidades de la provincia, al albur de la reforma agraria. En Béjar –la única ciudad industrial de la provincia- los obreros estaban bien organizados alrededor del sindicato socialista. Los dirigentes más cualificados de la izquierda eran el diputado socialista José Andrés y Manso, profesor de la Normal de Magisterio, el ugetista Manuel de Alba Ratero, ferroviario, y el catedrático Casto Prieto Carrasco, alcalde de la capital, de Izquierda Republicana.

En las elecciones de febrero de 1936 la provincia había enviado a las Cortes seis diputados de derechas sobre siete posibles, y uno del Frente Popular, José Andrés y Manso. Sin embargo, en el proceso de revisión de las actas fueron anuladas las de tres diputados de la candidatura contrarrevolucionaria, que fueron sustituidos por dos del Frente Popular y un republicano independiente, el doctor Filiberto Villalobos.

En abril de 1936 se había establecido en Salamanca el comandante retirado Fortea, enlace del general Mola, quien logró organizar un grupo conspirador, del que el comandante de infantería Francisco Jerez era uno de los impulsores, junto con el funcionario municipal y periodista Francisco Bravo Martínez, jefe de Falange Española en Salamanca, grupo que apenas contaba con un puñado de afiliados. Bravo y varios falangistas más estaban en la cárcel como detenidos gubernativos cuando estalló el alzamiento.

El Alzamiento

Al tenerse noticia de la sublevación militar en África, en la tarde del sábado 18 de julio, se reunieron en el Gobierno Civil el gobernador, el diputado Andrés y Manso, el alcalde y el comandante militar, quien dio garantías de que reinaba la tranquilidad en los cuarteles. Pero después el general García Álvarez recibió una llamada del general Saliquet desde Valladolid instándole a unirse a la sublevación, lo cual hizo el primero sin dudarlo. A mediodía del domingo 19 una compañía de infantería leyó en la Plaza Mayor el bando declarando el estado de guerra, en el que se establecía, entre otras cosas, la disolución de las comisiones gestoras municipales dirigidas por el Frente Popular. Al finalizar la lectura del bando se produjo un confuso altercado que dio como resultado que la tropa disparara contra la gente concentrada en la plaza, muriendo cuatro hombres y una niña.

Plaza Mayor de Salamanca

Esa misma mañana, los militares tomaron el Ayuntamiento, el Gobierno Civil, Correos, la Telefónica, la emisora Inter Radio Salamanca y la estación del tren, y distribuyeron destacamentos por distintos lugares de la carretera de circunvalación y de las vías férreas que pasaban por la ciudad. Los falangistas que había en la cárcel fueron liberados y su jefe, Francisco Bravo, comenzó de inmediato a organizar sus milicias y grupos de choque. El general García Álvarez designó a los militares de su confianza que deberían sustituir a los cargos civiles: el comandante Francisco del Valle Marín, pasó a ser alcalde de la ciudad, el teniente coronel Rafael Santa Pau Ballester fue nombrado gobernador civil y el también militar Ramón Cibrán Finot, nuevo presidente de la Diputación.

Se declaró espontáneamente la huelga general, que duró varios días. Grupos obreros de los barrios populares de Pizarrales y Tejares mantuvieron tiroteos esporádicos con los militares, sin conseguir nada. Mientras tanto, los socialistas trataban de organizar la resistencia en Ciudad Rodrigo, donde lograron mantener a la Guardia Civil dentro del cuartel hasta el lunes 20, pero finalmente llegó un grupo de guardias de refuerzo y se hicieron con el control de la ciudad, deteniendo al alcalde y a varios significados dirigentes del Frente Popular. En Béjar los obreros lograron también impedir que los guardias civiles salieran del cuartel y se hicieron fuertes en los accesos a la ciudad, impidiendo que el día 21 entrara un piquete falangista que había venido desde Salamanca. Como respuesta, ese mismo día marchó sobre Béjar una compañía de falangistas y otra de soldados de infantería, ocupando la ciudad sin resistencia. Se produjeron más de 400 detenciones.

Hubo conatos de resistencia más o menos simbólicos en Peñaranda de Bracamonte (donde hicieron descarrilar el tren correo) y otras pequeñas poblaciones, a la espera de que llegaran tropas leales al gobierno de la República o el convoy de mineros asturianos, pero la Guardia Civil logró hacerse con el control absoluto de la provincia en muy poco tiempo sin encontrar resistencia.

De inmediato fueron detenidos los principales dirigentes del Frente Popular, así como cientos de personas más en toda la provincia, que llenaron a rebosar la prisión provincial.

Falange Española formó en poco tiempo varias compañías, y Acción Popular y el Bloque Agrario formaron otra. La Cámara de Comercio creó una guardia cívica con seis compañías de "gentes de orden". El viernes 24 salió un batallón del regimiento de infantería La Victoria hacia el Alto del León, en la sierra de Guadarrama, teniendo un primer choque, de poca importancia, en Villacastín, y acampando finalmente en El Espinar. En él formaron como voluntarios unos doscientos muchachos falangistas

El sábado 25 se constituyó el nuevo ayuntamiento, del que formaban parte Miguel Iscar Peyra y Miguel de Unamuno. En ese mismo acto se izó por vez primera en los balcones del ayuntamiento la bandera bicolor roja y gualda. El domingo 26 salieron hacia Guadarrama varios camiones con soldados y milicianos, despedidos con grandes muestras de júbilo, y el lunes 27 salió para Ávila otro batallón del regimiento La Victoria. Este batallón se quedó en Ávila, que carecía de guarnición militar y estaba expuesta a los ataques de las fuerzas gubernamentales. El día 29 salieron dos escuadrones del regimiento de caballería Calatrava con la misión de ocupar Villacastín, y una columna motorizada organizada por el comandante de la Guardia Civil Lisardo Doval, compuesta por unos ochocientos hombres, entre guardias civiles, falangistas y requetés de Salamanca, Zamora y Cáceres, además de cinco sacerdotes y dos frailes dominicos del convento de San Esteban, con la intención de ocupar los pueblos de Ávila que se encontraban bajo control del Gobierno.

El 28 de septiembre se reunió en una finca a las afueras de Salamanca la Junta de Defensa Nacional, eligiendo al general Francisco Franco como Generalísimo de los ejércitos nacionales y jefe del Gobierno del Estado, pero en la Ley de Estructuración del Nuevo Estado Español, del 1 de octubre, que daba paso a la Junta Técnica del Estado, Franco aparecía como Jefe del Estado. A partir de esa fecha se instaló en Salamanca el Cuartel General del Generalísimo. En octubre de 1937 Francó fijó su residencia en Burgos, aunque el Cuartel General oficialmente siguió en Salamanca.

Bibliografía

Véase también

Enlaces externos