Diferencia entre revisiones de «Isaac Peral»

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Gracias al apoyo de la Reina Regente Dª María Cristina, el submarino fue finalmente botado el [[8 de septiembre]] de [[1888]]. Sin embargo, a pesar del éxito de las pruebas de la nave, las autoridades del momento desecharon el invento y alentaron una campaña de desprestigio y vilipendio contra el inventor, al cual no le quedó más remedio que solicitar la baja en la Marina e intentar aclarar a la opinión pública la verdad de lo sucedido.


Finalmente, el genial inventor nacio a causa de la meningitis en [[1895]].
Finalmente, el genial inventor falleció a causa de la meningitis en [[1895]].


== Vida ==
== Vida ==

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Submarino Peral en 1888.
Submarino Peral en 2007 en Cartagena.

Isaac Peral y Caballero (Cartagena, 1 de junio de 1851 - Berlín, 22 de mayo de 1895) fue un científico, marino y militar español, teniente de navío de la Real Armada e inventor del primer submarino torpedero, el Peral (1885).

Tuvo una breve pero intensa carrera en la Armada Española, interviendo en la Guerra de los Diez Años en Cuba y en la Tercera Guerra Carlista, acreditando pericia y valor, por lo que fue felicitado y condecorado. También destacó en trabajos y misiones de carácter científico: escribió un "tratado teórico práctico sobre huracanes", trabajó en el levantamiento de los planos del canal de Simanalés (Filipinas) y en 1883 se hizo cargo de la cátedra de Física-Matemática de la Escuela de Ampliación de Estudios de la Armada.

En 1885, tras la denominada crisis de las Carolinas, en la que Alemania intentó arrebatar este archipiélago a España, Isaac Peral se consideró en la obligación de comunicar a sus superiores que había resuelto definitivamente el reto de la navegación submarina. Tras un riguroso análisis de su proyecto, por parte de los más cualificados científicos de la mencionada Escuela de Ampliación, éstos dieron su aprobación para que fuese trasladado al ministro de Marina, Almirante Pezuela, quien recibió el proyecto con caluroso entusiasmo. Por desgracia, los sucesivos ministros que le sucedieron, demostraron indiferencia o abierta hostilidad (Almirantes Rodríguez de Arias y Beránger).

Gracias al apoyo de la Reina Regente Dª María Cristina, el submarino fue finalmente botado el 8 de septiembre de 1888. Sin embargo, a pesar del éxito de las pruebas de la nave, las autoridades del momento desecharon el invento y alentaron una campaña de desprestigio y vilipendio contra el inventor, al cual no le quedó más remedio que solicitar la baja en la Marina e intentar aclarar a la opinión pública la verdad de lo sucedido.

Finalmente, el genial inventor falleció a causa de la meningitis en 1895.

Vida

Juventud

Vino al mundo en el callejón de Zorrilla, esquina a la calle de San Francisco de la ciudad de Cartagena, en 1851. Fueron sus padres Juan Manuel Peral y Torres e Isabel Caballero. Tuvo dos hermanos: Pedro Peral, que nació en 1849, perteneció como todos los hermanos a la Real Armada, falleciendo de capitán de fragata en 1897, y don Manuel Peral, que nació en 1862, y que también fue marino, pero tuvo la desgracia de estar al mando del cañonero Leite, en la batalla de Cavite en 1898, por lo que al ser entregado sin presentar combate a los norteamericanos, se le formó consejo de guerra, falleciendo unos años más tarde, con el grado de teniente de navío.

Como su padre siempre estaba destinado en algún punto de los territorios españoles, su madre doña Isabel no se arredró, y como los salarios no daban para mucho, envió el 9 de enero de 1860 una solicitud a la soberana Isabel II, la cual concedió al joven Isaac, de tan sólo ocho años, el título de aspirante de marina y a utilizar el uniforme de la corporación, con el compromiso firme de ingresar en la Escuela Naval en cuanto alcanzara la edad pertinente

Servicio en la Armada

El 1 de julio de 1865 pasó el examen de acceso al Colegio Naval Militar de San Fernando, donde comenzó sus estudios, aplicándose por entero a la aritmética de Serret; la geografía de Rouche y Camberouse y al álgebra de Briot. Por su gran facilidad para aprender estas materias el 26 de diciembre de 1866, se le dio el grado de guardiamarina de segunda clase, y de hecho sus compañeros llegaron a apodarlo como "el profundo Isaac". A parte de las mencionadas materias, se empapó de otras materias más propias de la náutica, como la construcción naval, maniobra, pilotaje, astronomía, historia naval, historia de España, mecánica, física y máquinas de vapor; como se podrá ver, no había materia que se le escapara a su conocimiento.

El 21 de enero de 1867 embarcó por orden superior en la corbeta Villa de Bilbao, con la que realizó varios viajes y evoluciones. Al embarcar observó fondeada en las cercanías de la corbeta a la fragata Numancia, que había arribado a la bahía, el 20 de septiembre anterior después de novecientos sesenta días de ausencia de la Península después de dar la primera vuelta al mundo de un buque acorazado.

El 23 de abril de 1867, zarpó la corbeta, arribando el 26 al puerto de Málaga, visitando a continuación los de Santa Pola, Alicante, Rosas, Barcelona, Palma de Mallorca, Mahón y Cartagena. Allí tuvo oportunidad de poder visitar el último navío de línea español, el Reina doña Isabel II, que permanecía de pontón en el arsenal y de ver fondeadas juntas a las dos fragatas acorazadas, la Numancia, la Zaragoza que se encontraban junto a la de hélice Gerona, que por casualidad se habían reunido. Zarpó la corbeta de esta Arsenal con rumbo al de Cádiz, arribando el 28, por lo que había permanecido en su navegación y visitas, cincuenta días.

A los pocos días todos los guardiamarinas recibieron la orden de trasbordar a la urca Santa María, un navío muy robusto preparado para largas navegaciones de altura a pesar de sus muchos años de servicio. Peral fue designado gaviero de la seca ó vega mayor del mesana, lo que le vino muy mal dado su físico endeble. Se hicieron a la mar el 20 de noviembre, no sin antes saludar al buque insignia, la fragata Almansa que se encontraba en la bahía, y enarbolaba el gallardete del Almirante de la flota, realizando las salvas pertinentes.

Una vez salió a alta mar, se arrumbó el buque con destino a las Canarias, pero por unos vientos contrarios, les fue muy penosa la navegación, ya que estuvieron casi todo el viaje, dando bordadas, para coger el respectivo viento y seguir el marcado rumbo, lo que les hizo fondear en Santa Cruz de Tenerife el día 26. Zarparon de este puerto, con rumbo al Sur, cruzaron por primera vez la línea del Ecuador y prosiguieron su rumbo, que al igual que la vez anterior, los vientos parecían ir en contra de la urca, y cuando no, éstos dejaban de soplar, por lo que se encontraban con calmas arduas de soportar en tan pequeño cascarón. Peral fue tomando notas de todo cuanto se encontraba en el viaje, así como hallando posiciones tanto diurnas como nocturnas, por lo que en ningún momento se encontró sin trabajo.

Así continuó el viaje, que al principio transcurrió por las costas africanas, pasaron cerca de la isla de Santa Elena, continuando su andar lento pero seguro, hasta cruzar al continente americano, y por sus costas, doblar el cabo de Buena Esperanza. Desde aquí se puso rumbo hasta arribar al fondeadero de Batavia, en Java, el 26 de abril de 1868. Al cabo de 48 horas volvieron a hacerse a la mar, con rumbo a las islas Filipinas, arribando al fondeadero de Manila el 14 de junio del mismo año, tras 201 días de navegación. La urca llegó en tan mal estado, que hubo que ponerla en seco en el arsenal de Cavite, donde fueron reparadas y repasadas, todas sus estructuras, tiempo que aprovechó Peral para dar conocer las islas.

Alistada de nuevo la urca, se volvió a hacer a la mar, en viaje de retorno a la Península, no teniendo más remedio que regresar por donde habían llegado, ya que el canal de Suez aún no se había inaugurado. La navegación fue muy dura, con vientos contrarios y la mar agitada, lo que la convertía en una trabajosa experiencia, que Peral no desaprovechó, pues continuó trabajando en su diario. Era tal el retraso, que no se hizo escala hasta haber doblado el cabo de Buena Esperanza, arribando al peñón de Santa Elena, el 20 de junio de 1869; zarpando desde ésta llegaron finalmente a la bahía de Cádiz el 22 de octubre de 1869.

Turbulencias en España

Pese a todo y gracias al apoyo de la Reina Regenta Dª María Cristina, el submarino fue finalmente botado el 8 de septiembre de 1888. El buque medía 22 metros de eslora, 2,76 de puntal, 2,87, de manga y desplazaba 77 toneladas en superficie y 85 en inmersión. La propulsión se obtenía de dos motores eléctricos de 30 caballos cada uno, la energía la suministraba una batería de 613 elementos. Incorporaba, además un tubo lanzatorpedos, tres torpedos, periscopio, un sofisticado "aparato de profundidades", que permitía al submarino navegar en inmersión a la cota de profundidad deseada por su comandante y mantener el trimado del buque en todo momento, incluso tras el lanzamiento de los torpedos. Y todos los mecanismos necesarios para navegar en inmersión hacia el rumbo prefijado.

Las pruebas oficiales se desarrollaron a lo largo de 1889 y 1890. Conviene resaltar que no se le concedió permiso para efectuar la prueba clave y más elocuente, que había solicitado el propio inventor: atravesar sumergido el estrecho de Gibraltar, desde Algeciras hasta Ceuta. A pesar de lo cual, demostró en las pruebas que se verificaron, que podía navegar en inmersión a la voluntad de su comandante, con el destino, rumbo y cota predefinidas y en mar abierto. Además, demostró que podía atacar, sin ser visto, a cualquier buque de superficie. La Comisión Técnica nombrada al efecto, avaló el éxito de las pruebas del primer submarino de la historia. Sin embargo, oscuros intereses nunca aclarados, motivaron que las autoridades del momento desecharan el invento y alentaran una campaña de desprestigio y vilipendio contra la persona del inventor, al cual no le quedó más remedio que solicitar la baja en la Marina e intentar aclarar a la opinión pública la verdad de lo sucedido.

El 5 de noviembre de 1891 se licencia del servicio y es operado de cáncer en Madrid, pero se le impide publicar su "Manifiesto" en ningún medio de comunicación. Finalmente, consiguió publicarlo, costeándoselo de su bolsillo, en un periódico satírico llamado "El Matute".

Dedicado a la vida civil, consiguió fundar varias empresas con éxito, relacionadas con su especialidad, el aprovechamiento de la energía eléctrica.

El 4 de mayo de 1895, Peral se traslada a Berlín para ser operado de cáncer, pero un descuido en las curas le producen una meningitis que acaba con su vida en 22 de mayo. El 11 de noviembre de 1911 es exhumado para trasladar sus restos mortales a Cartagena.

Curiosidades

  • En Cartagena se encuentra su submarino situado en el muelle de Alfonso XIII.
  • En su honor existe un barrio en Cartagena con su apellido además de un monumento conmemorativo.
  • En el El Puerto de Santa María está la Plaza de Isaac Peral en honor al marino.
  • En Murcia hay un parque que lleva su nombre, situado en el barrio de La Flota.
  • En Madrid existe la calle Isaac Peral, entre las plazas de Moncloa y Cristo Rey.

Bibliografía

  • Aguilera y Elias. Buques de Guerra Españoles, 1885-1971. San Martín, 1972.
  • Martínez-Valverde y Martínez, Carlos. Enciclopedia General del Mar. Garriga, 1957.
  • Villanúa, León. Isaac Peral. El Marino Popular, colección Europa, Madrid, 1934.
  • VV.AA. Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 43, 1921, pp. 504-7.

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