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'''AGUA Y LA SALUD HUMANA'''
''Dr. José Alberto González Cáceres''

El agua (H2O), compuesto químico cuyas moléculas están constituidas por un átomo de oxígeno y dos átomos de hidrógeno. Puesto que todas las sustancias son de alguna manera solubles en agua, se le conoce frecuentemente como el disolvente universal. El agua, como toda materia, ni se crea ni se destruye, solo se transforma; desarrolla un ciclo en la naturaleza al que denominamos “ciclo del agua”.
Después del oxígeno, es el componente más vital para el desarrollo y mantenimiento de la vida. Desde el propio surgimiento de la humanidad, el agua ha constituido un elemento esencial en el desarrollo del hombre y los pueblos. Para acercarnos someramente a su importancia y utilidad tengamos en cuenta que aproximadamente el 75% del planeta está constituido por agua, entre el 75 y 85% del citoplasma celular es agua, el 75%-80% del peso corporal del recién nacido es de agua mientras que en el adulto está entre el 45-60%, los alimentos sólidos que consumimos comúnmente están constituidos en un 65-90% de agua. El desarrollo poblacional del mundo ha estado asociado, desde tiempos remotos, directamente a la existencia de agua y el progreso de la salud en el mundo se ha vinculado estrechamente a la existencia y utilización de este factor y muy fundamentalmente a la cantidad y calidad del mismo.
El agua constituye una necesidad social e individual vital, con gran impacto para la salud, dicho impacto puede verse espectralmente tanto positivo, como negativo. De aquí que consideremos que el riesgo del agua para la salud está dado por elementos físicos, químicos y biológicos.
1. Riesgo físico: Dado por la contaminación por radiactividad del agua.
2. Riesgo químico: Representado por la mera presencia de sustancias químicas en el agua (cianuros, arsénico, nitritos y amoníaco), o porque el elemento presente sobrepasa los niveles deseables o permisibles, aquí se incluyen muchos de los considerados esenciales por la necesidad de su ingesta para el mantenimiento de la salud humana (yodo, flúor, selenio, calcio, magnesio, fósforo, sodio, potasio, plomo, cadmio, hierro, cobre, zinc, cromo, manganeso, etc.), porque pueden lógicamente resultar tóxicos cuando se ingieren con el agua, la toxicidad puede ser aguda o crónica. otras sustancias son consideradas genotóxicas (dañan la información genética) por sus efectos carcinogénicos (causantes de Cáncer), mutagénicos (causantes de mutaciones) y defectos genéticos diversos, entre ellas muchas sustancias orgánicas cloradas, algunos plaguicidas y arsénico. Es importante agregar que existen sustancias que pudieran solamente afectar la aceptabilidad del agua para beber, entre ellas se encuentran los aceites minerales, las sales de magnesio y hierro, los compuestos fenólicos, etc.
3. Riesgo biológico: Se refiere a la presencia de agentes biológicos contaminantes y causantes de enfermedades. Estos agentes biológicos pueden ser bacterias patógenas, virus y parásitos. Los agentes que causan enfermedades de origen hídrico, varían mucho según regiones geográficas, entre los más frecuentes en los trópicos están: E. Coli patógenas, Giardia intestinales, Entamoeba histolytica, virus de la Hepatitis A, Shigellas, Salmonellas y Campilobacter yeyuni, entre muchos otros.

Problemas de salud relacionados con el agua de consumo:
 Enfermedades adquiridas por la ingestión de aguas contaminadas: bacterianas, virales y parasitarias.
 Enfermedades adquiridas por contacto con aguas contaminadas: enfermedades por microorganismos que penetran por la piel y mucosas, erupciones o irritaciones cutáneas.
 Enfermedades en que el agua constituye hábitat de vectores (dengue, malaria y otras).
 Enfermedades cuya incidencia puede evitarse por el uso regular del agua (promoción de hábitos de higiene personal).
Enfermedades de transmisión hídrica (Cólera, Enfermedad Diarreica Aguda, Shigelosis, Fiebre tifoidea, Hepatitis infecciosa, Parasitismo intestinal, Epidemias).

Enfermedades por escasez o exceso de elementos químicos (Cáncer, Caries dental, Fluorosis, Metahemoglobinemia, Bocio, Saturnismo, Enfermedades cardiovasculares, Enfermedades crónicas, Intoxicaciones agudas.



Aproximación a propiedades fisiológicas del agua
Las propiedades físicas y químicas del agua hacen de este componente un elemento imprescindible para mantener la vida:
 Participa en la mayoría de las reacciones químicas del metabolismo: procesos de digestión, absorción, metabolismo y excreción.
 Es el medio ideal para transportar nutrientes y sustancias de desecho de la actividad celular.
 Contribuye en el mantenimiento de la temperatura corporal del organismo.
 Forma parte de los fluidos corporales: saliva, líquido sinovial, sangre, etc.
 Aumenta el volumen del contenido intestinal y ayuda a su eliminación.
 Regula los niveles de acidez del organismo.
 Participa en la reparación y crecimiento celular del organismo.

Agua potable (agua de consumo humano): En la naturaleza el agua en estado de absoluta pureza no existe, por lo cual no es apta para el consumo humano directamente, de ahí que se adoptara convencionalmente el nombre de agua potable para indicar un agua apta para el consumo doméstico (para beber y preparación de alimentos), que cumpla con los requisitos físicos, químicos y microbiológicos establecidos previamente por un Comité de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y adaptados por las autoridades sanitarias de cada país que propone la legislación sanitaria, las normas y regulaciones de estricto cumplimiento. Para lograr este objetivo se construyen los sistemas públicos de abastecimiento de agua, los acueductos.
Los requisitos para las aguas de consumo público están dados sobre la base de características fisicoquímicas y biológicas.

Características físicas:
 Turbiedad: dada por la presencia de materia en suspensión (arcilla, cuarzo, limo, materia orgánica finamente dividida, etc.)
 Color: se debe a la presencia de sustancias que están en solución en el agua como son las sustancia minerales disueltas, desechos industriales, materias vegetales, etc.
 Sabor: es la sensación gustativa que producen las materias contenidas en el agua, ente ellas podemos citar las sales inorgánicas.
 Olor: es la sensación producida en el olfato por las sustancias volátiles presentes en el agua principalmente sustancias orgánicas, o por contaminaciones con aguas albañales.
Para su control se realiza el análisis físico del agua.

Características químicas:
Atendiendo a las características químicas del agua de consumo, las sustancias químicas se pueden clasificar en tres grandes grupos:
1. Sustancias relacionadas con la potabilidad: son aquellas que pueden ocasionar daño a la salud por defecto, por exceso o porque no deben estar presentes en el agua.
2. Sustancias que pueden proporcionar turbiedad al agua: cloruros, hierro, manganeso, cobre, etc. que provocan turbiedad al agua por encima de 10 unidades y por lo cual no es tolerada para el consumo público.
3. Sustancias que indican contaminación: nitrógeno, cloruros y alquil benceno sulfonatos que indican contaminación por sustancias animales o vegetales, residuos domésticos o industriales, salinización de las cuencas subterráneas o superficiales y presencia de sustancias humectantes.
Para su control se realiza el análisis químico del agua.

Características biológicas:
Constituye uno de los aspectos más importantes en la calidad del agua de consumo. Son muy numerosos los microorganismos que pueden estar presentes en el agua como algas, hongos, levaduras, bacterias, protozoarios, virus, huevos de helmintos, etc., cuya presencia tiene importancia sanitaria en las aguas que se destinan directa o indirectamente para el consumo humano.
Para su control se realiza el estudio bacteriológico de las aguas.

Control de la calidad del agua
El control de la calidad del agua está dado por el muestreo sistemático que se realiza de la misma para el análisis físico-químico, bacteriológico y microscópico. Debe considerarse que las concentraciones de las impurezas del agua, no son estáticas sino que presentan continuos cambios, además el resultado de un examen solamente refleja las condiciones existentes en un momento dado y en un volumen muy pequeño con relación al total de agua presente en ese momento.
Examen físico: mide algunas propiedades físicas del agua como turbiedad, temperatura, color, sabor y olor. La temperatura se mide con un termómetro y se expresa en grados Celsius, el olor y el sabor se confía a los órganos de los sentidos correspondientes, el color se mide por un espectrofotómetro y la turbiedad por el turbidímetro y se expresa en unidades internacionales (UI)
Examen químico: determina cuantitativamente cualquier sustancia orgánica o inorgánica que pueda ser tóxica o inconveniente, así como la determinación de compuestos que sirvan de índices de contaminación y el pH. El pH se mide por métodos colorimétricos o electrométricos, los restantes elementos se determinan por métodos colorimétricos o espectrofotométricos y otros requieren de técnicas complejas y equipos especializados. Sus concentraciones se expresan en mg/ml o μg/l.
Examen bacteriológico: consiste en determinar la presencia en el agua de microorganismos patógenos u otros que nos sirvan de índice de contaminación.
Los exámenes más comúnmente utilizados son el conteo total de bacterias (determina, sin clasificar la especie, el número total de bacterias presentes por cada centímetro cúbico de la muestra) y el número más probable (NMP) del bacilo coli (comprobar la presencia de bacterias pertenecientes a los grupos coliformes). Estos se fundamentan en la siembra de porciones del agua que se va investigar en medios de cultivo mantenidos en condiciones de temperatura adecuadas para provocar el crecimiento bacteriano, en caso que dicho microorganismos estuvieran presentes en la muestra. Estas pruebas, llamadas de fermentación, se realizan en tubos (5 porciones de agua de 10 ml para cada muestra, cada porción en un tubo).

Examen microscópico: consiste en la identificación y conteo de microorganismos vegetales y animales, capaces de conferir gustos y sabores desagradables al agua o causar disturbios en el sistema de abastecimiento o de quistes de protozoarios o huevos de helmintos. Se realiza a través de un microscopio para identificar los microorganismos.

Métodos de desinfección del agua de consumo:
Cuando se carece de un sistema de abastecimiento de agua idóneo y continuo en el hogar, la desinfección domiciliaria y el almacenamiento seguro constituyen las barreras más importantes contra las enfermedades transmitidas por el agua.
La factibilidad y eficacia de la desinfección y el uso seguro de recipientes de almacenamiento de agua adecuados para asegurar el suministro seguro de agua para beber, cocinar y para la higiene personal, constituyen un medio de impedir la diseminación de enfermedades transmitidas por el agua.

Desinfección física
Desinfección por calor (Ebullición): Hervir el agua es un método muy eficaz, ya que la exposición de los organismos patógenos transmitidos por el agua, más comunes a temperaturas de 90° a 100° C durante un corto período de tiempo los matará o inactivará. El agua tiene que calentarse hasta que hierva borboteando durante unos tres minutos. Es una buena práctica almacenar el agua en el mismo recipiente en el que se hirvió. Si es necesario el almacenamiento del agua hervida en otro recipiente casero, es importante que éste sea desinfectado antes de transferir el agua. La aireación del agua hervida no es recomendada porque existen posibilidades de contaminación.
El hervir el agua tiene ciertas desventajas. La más importante es que no proporciona protección contra la recontaminación. No queda protección residual, lo que significa que, después de hervirse el agua, habrá que tener mucho cuidado con la recontaminación causada por las manos, los utensilios, los recipientes de almacenamiento y hasta con los contaminantes transportados por el aire.
 Mitos sobre hervir el agua: No se ha reportado que la ebullición imprima al agua características nocivas para la salud humana. Debemos tener cuidado puesto que algunos vendedores de filtros purificadores y de sustancias de desinfección química, atribuyen características no demostradas, por estudios de evidencia científica comprobada. Uno muy frecuente se refiere a las modificaciones de los metales pesados para lo cual tengamos en cuanta lo siguiente:
La dureza de las aguas naturales es producida fundamentalmente por las sales de calcio y magnesio, y en una menor proporción por el aluminio, el hierro, entre otros metales. La que se debe a los bicarbonatos y carbonatos de calcio y magnesio se denomina dureza temporal y puede eliminarse por ebullición, que al mismo tiempo esteriliza el agua como se señalo anteriormente. La dureza residual se conoce como dureza no carbónica o permanente. Las aguas que poseen esta dureza pueden ablandarse añadiendo carbonato de sodio y cal, o filtrándolas a través de ceolitas naturales o artificiales que absorben los iones metálicos que producen la dureza, y liberan iones sodio en el agua.

Desinfección con luz ultravioleta: Es efectivo para aguas claras, pero esta efectividad se reduce significativamente cuando el agua es turbia o contiene elementos tales como nitrato, sulfato y hierro en su forma ferrosa. Este método no produce ningún efecto residuo que proteja el agua contra una nueva contaminación. La luz ultravioleta ha sido utilizada para la desinfección en países desarrollados, pero se aplica muy poco en países en vías de desarrollo. Desinfección con filtros de arena: Este tipo de desinfección no elimina las bacterias o los virus, pero puede eliminar la turbiedad, los quistes, huevos y protozoarios. Cuando se utilizan debidamente, los filtros de arena domésticos pueden funcionar eficazmente aún con agua ligeramente turbia como tratamiento preliminar antes de hervirla o desinfectarla. Este filtro de arena debe tener una capa de arena fina de unos 60 cm o más. Debe funcionar continuamente (las 24 horas del día) porque es importante que la arena no se seque y, en general, debe limpiarse y mantenerse como un filtro de arena lento regular.

Desinfección con filtros de cerámica: El componente esencial es el tamaño del poro que varía según el material utilizado. El agua que se va a filtrar debe estar relativamente limpia porque de lo contrario los poros se taparían rápidamente. El tamaño de los poros determina la eficacia en la eliminación de los microorganismos o de partículas en suspensión. Estos filtros pueden extraer quistes, protozoarios, huevos de helmintos, cercarias, así como partículas en suspensión, pero es posible que no se eliminen bacterias ni virus, requiriéndose que el agua se hierva o se desinfecte antes del consumo. En algunas provincias de nuestro país se construyen filtros de piedras disponibles en la localidad, y pueden ser adecuados para reducir la turbiedad y también para ayudar a reducir el nivel de protozoarios y huevos de helmintos, pero ninguno de ellos eliminará la carga bacteriana y de virus.

Desinfección química: Las sustancias químicas que han sido utilizadas exitosamente para la desinfección del agua con el cloro y sus compuestos, el yodo en forma líquida o sólida, el ozono y otros oxidantes como el permanganato de potasio y el peróxido de hidrógeno. Cada uno tiene sus ventajas y limitaciones.

Un buen desinfectante químico debe poseer las siguientes características:
 Rápido y efectivo en eliminar microorganismos patógenos presentes en el agua,
 fácilmente soluble en el agua en las concentraciones requeridas para la desinfección y capaz de proveer una acción residual válida para enfrentar nuevas contaminaciones,
 que no deje sabor, olor o color al agua,
 que no sea tóxico para la vida humana o animal,
 fácil de detectar y de medir en el agua,
 fácil de manipular, transportar, aplicar y controlar y,
 de fácil disponibilidad a un costo admisible.

Concluyendo
El agua de los mares y océanos no es apropiada para consumo humano, por la gran cantidad de sales que contiene. En teoría, el agua de lluvia debería ser un agua pura, apta para el consumo, pero no lo es, porque no contiene elementos minerales necesarios para el metabolismo del hombre, además, al atravesar la atmósfera se carga de partículas en suspensión con de posición de partículas radiactivas liberadas en la atmósfera por explosiones nucleares o escapes de instalaciones y centrales nucleares, sobre la superficie de la Tierra, fenómeno conocido como lluvia radiactiva. A todo lo que se suma el fenómeno de lluvias ácidas, que consiste básicamente en la deposición de sustancias acidificantes durante la precipitación. E incluso la contaminación con microorganismos.
Las aguas superficiales son, desde el punto de vista higiénico, las más objetables, porque al escurrir sobre la superficie terrestre arrastran elementos contaminantes, como son: materia orgánica en descomposición, excretas humanas y de animales, y otras sustancias que, aunque no siempre son contaminantes, pueden alterar mucho sus características físicas (turbiedad, color, olor y sabor); generalmente no tienen una gran alteración de sus características químicas, pero se encuentran expuestas a la adición de aguas residuales industriales, o de pesticidas y fertilizantes empleados en la agricultura.
Las aguas subterráneas son generalmente de una calidad satisfactoria desde el punto de vista físico, ya que al infiltrarse, el terreno actúa como lecho filtrante que retiene gran cantidad de impurezas, por lo que su turbiedad, color, olor y sabor se encuentran habitualmente dentro de límites normales. Por las mismas razones, estas aguas son también superiores a las superficiales desde el punto de vista biológico, ya que los microorganismos quedan retenidos en las capas superiores del terreno (excepto, si está fisurado), lo que hace posible su tratamiento con una simple desinfección. Sin embargo, a veces, desde el punto de vista químico pueden resultar impropias para el consumo, porque en su recorrido son capaces de incorporar elementos minerales, algunos de los cuales son tóxicos para el hombre. En general, se puede decir que las aguas freáticas tienen características físicas y bacteriológicas inferiores a las profundas, aunque sus caracteres químicos son casi siempre superiores.
Cada persona debe conocer las características del suministro de agua de su localidad, en cuanto a las particularidades de si es potable o no, y valerse de alternativas útiles, de fácil aplicación, de gran viabilidad y de coste-eficacia acordes a su estatus, para mantener su estado de salud relacionado a lo que compete la hidratación y el consumo hogareño.

Revisión del 05:50 9 may 2009

Agua potable

Se denomina agua potable al agua "bebible" en el sentido que puede ser consumida por personas y animales sin riesgo de contraer enfermedades. El término se aplica al agua que ha sido tratada para su consumo humano según unas normas de calidad promulgadas por las autoridades locales e internacionales.

En la Unión Europea la normativa 98/83/EU establece valores máximos y mínimos para el contenido en minerales, diferentes iones como cloruros, nitratos, nitritos, amonio, calcio, magnesio, fosfato, arsénico, etc., además de los gérmenes patógenos. El pH del agua potable debe estar entre 6,5 y 8,5. Los controles sobre el agua potable suelen ser más severos que los controles aplicados sobre las aguas minerales embotelladas.

En zonas con intensivo uso agrícola es cada vez más difícil encontrar pozos cuyo agua se ajuste a las exigencias de las normas. Especialmente los valores de nitratos y nitritos, además de las concentraciones de los compuestos fitosanitarios, superan a menudo el umbral de lo permitido. La razón suele ser el uso masivo de abonos minerales o la filtración de purines. El nitrógeno aplicado de esta manera, que no es asimilado por las plantas es transformado por los microorganismos del suelo en nitrato y luego arrastrado por el agua de lluvia al nivel freático. También ponen en peligro el suministro de agua potable otros contaminantes medioambientales como el derrame de derivados del petróleo, lixiviados de minas, etc. Las causas de la no potabilidad del agua son:

  • Bacterias, virus;
  • Minerales (en formas de partículas o disueltos), productos tóxicos;
  • Depósitos o partículas en suspensión.

Producción

Piletas de decantación en una planta de tratamiento de agua potable.

Al proceso de conversión de agua común en agua potable se le denomina potabilización. Suele consistir en un stripping de compuestos volátiles seguido de la precipitación de impurezas con floculantes, filtración y desinfección con cloro u ozono. Para confirmar que el agua ya es potable, debe ser inodora (sin olor), incolora (sin color) e insípida (sin sabor).

En zonas con pocas precipitaciones y disponibilidad de aguas marinas se puede producir agua potable por desalinación. Este se lleva a cabo a menudo por ósmosis inversa o destilación.

En algunos países se añaden pequeñas cantidades de fluoruro al agua potable para mejorar la salud dental.

Suministro, acceso y uso

El suministro de agua potable es un problema que ha ocupado al hombre desde la Antigüedad. Ya en la Grecia clásica se construían acueductos y tuberías de presión para asegurar el suministro local. En algunas zonas se construían y construyen cisternas o aljibes que recogen las aguas pluviales. Estos depósitos suelen ser subterráneos para que el agua se mantenga fresca y sin luz, lo que favorecería el desarrollo de algas.

En Europa se calcula con un gasto medio por habitante de entre 150 y 200 litros de agua potable al día aunque se consumen como bebida tan sólo entre 2 y 3 litros. En muchos países el agua potable es un bien cada vez más escaso y se teme que puedan generarse conflictos bélicos por la posesión de sus fuentes.

De acuerdo con datos suministrados por el Banco Mundial, el 45% de la población mundial carece de un acceso directo a los servicios de agua potable. En otras fuentes se habla de mil millones de personas sin acceso al servicio, en tanto dos mil quinientos millones no cuentan con servicio de purificación. En los países desarrollados los niños consumen de 30 a 50 veces más agua que en los países llamados en vías de desarrollo.

Formas para conseguir agua potable

Contaminación de un curso de agua por bacterias que obtienen su energía oxidando el hierro presente en el agua.
  • Aprovechar la humedad del aire (en forma de rocío por la mañana). La frescura y la humedad nocturna provocan la condensación del agua sobre las plantas. Gracias a un sistema de bolsas de plástico semienterradas por encima de un hoyo, es posible conseguir agua de condensación potable.
  • Aprovechar el agua de lluvia. En ciertas latitudes, un árbol apodado el árbol del viajero tiene sus hojas en forma de recipientes en los que se acumula el agua y en los cuales es posible beber.
  • Hervir el agua de los ríos o charcos con el fin de evitar la contaminación bacteriana. Este método no evita la presencia de productos tóxicos. Con el fin de evitar los depósitos y las partículas en suspensión, se puede tratar de decantar el agua dejándola reposar y recuperando el volumen más limpio, desechando el volumen más sucio (que se depositará al fondo o en la superficie).
  • El agua que se hierve y cuyo vapor puede recuperarse por condensación es un medio para conseguir agua pura (sin productos tóxicos, sin bacterias o virus, sin depósitos o partículas). En la práctica, fuera del laboratorio, el resultado no es seguro. El agua obtenida por este medio se denomina agua destilada, y aunque no contiene impurezas, tampoco contiene sales y minerales esenciales para la vida, que el agua potable debe contener en determinadas cantidades. Por esto, no se la considera técnicamente potable (sana para el consumo humano), pues su consumo permanente le quitaría al cuerpo humano esos nutrientes.
  • Pastillas potabilizadoras: con ellas es posible obtener agua limpia y segura. Deben aplicarse en cantidades exactas y dejar reposar lo suficiente antes de consumir el agua. Se recomienda leer las instrucciones de uso y fecha de vencimiento.

Sustancias peligrosas en el agua potable

Arsénico

La presencia de arsénico en el agua potable puede ser el resultado de la disolución del mineral presente en el suelo por donde fluye el agua antes de su captación para uso humano, por contaminación industrial o por pesticidas. La ingestión de pequeñas cantidades de arsénico pueden causar efectos crónicos por su acumulación en el organismo. Envenenamientos graves pueden ocurrir cuando la cantidad tomada es de 100 mg. Se ha atribuido al arsénico propiedades sidosas.

Zinc

La presencia del zinc en el agua potable puede deberse al deterioro de las tuberías de hierro galvanizado y a la perdida del zinc del latón. En tales casos puede sospecharse también la presencia de plomo y cadmio por ser impurezas del zinc, usadas en la galvanización. También puede deberse a la contaminación con agua de desechos industriales.[1]

Cadmio

El cadmio puede estar presente en el agua potable a causa de la contaminación industrial o por el deterioro de las tuberías galvanizadas.

El cadmio es un metal altamente tóxico y se le ha atribuido varios casos de envenenamiento alimenticio.[2]

Cromo

El cromo hexavalente (raramente se presenta en el agua potable el cromo en su forma trivalente) es cancerígeno, y en el agua potable debe determinarse para estar seguros de que no está contaminada con este metal.

La presencia del cromo en las redes de agua potable puede producirse por desechos de industrias que utilizan sales de cromo, en efecto para el control de la corrosión de los equipos, se agregan cromatos a las aguas de refrigeración. Es importante tener en cuenta la industria de curtiembres ya que allí utilizan grandes cantidades de cromo que luego son vertidas a los ríos donde kilómetros más adelante son interceptados por bocatomas de acueductos.[3]

Referencias

  1. Norma ecuatoriana INEN 981 – 1983 – 6.
  2. Norma ecuatoriana INEN 982 – 1983 – 6.
  3. Norma ecuatoriana INEN 983 – 1983 – 6.

Véase también

Enlaces externos