Diferencia entre revisiones de «Fálaris»

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Revisión del 13:43 8 may 2009

Falaris (Astipalea, ? - 554 a. C.) fue un tirano de Acragas, la actual Agrigento, desde el año 570 a. C. hasta su muerte.

Biografía

Falaris, quien había recibido el encargo de construir el templo de Zeus Atabirino en la acrópolis, tomó ventaja de su puesto para autoproclamarse tirano.[1]​ Bajo su gobierno, Agrigento parece haber obtenido una prosperidad considerable. Proporcionó agua corriente a la ciudad, la adornó con bellos edificios y fortificó sus murallas.

En la costa meridional de la isla siciliana, el pueblo de Hímera le eligió stratégos autokrátor, es decir, general con poder absoluto, pese a las advertencias del poeta Estesícoro.[2]​Según la Suda, consiguió hacerse amo de toda la isla. Finalmente fue depuesto por una rebelión general encabezada por Telémaco, antepasado de Terón (tirano c. 488 - 472 a. C.), y quemado vivo en su toro.


Faralis era conocido por su excesiva crueldad. Entre sus supuestas atrocidades se encuentra el canibalismo: se dice que comía bebés en período de lactancia.[3]

En su toro de Faralis, que se dice fue inventado por Perillo de Atenas, las víctimas del tirano eran encerradas y, mediante una hoguera encendida debajo, cocinadas vivas mientras que sus gritos representaban el bramido del toro. La leyenda cuenta que el mismo Perillo fue la primera víctima. Algunos eruditos de principios del siglo XX indicaron una posible conexión entre el toro de Faralis y las imágenes de los cultos fenicios (véase el becerro de oro bíblico), e hipotetizaron una continuación de la práctica de los sacrificios humanos de Oriente. No obstante, esta idea luego perdió adeptos, aunque los argumentos originales no han sido refutados.

La historia del toro no puede ser descartada como pura invención. Píndaro, quien vivió menos de un siglo más tarde, asoció expresamente a este instrumento de tortura con el nombre del tirano. Ciertamente existió un toro de Faralis en Agrigento que fue trasladado a Cartago por los mismos cartagineses cuando volvió a ser tomada por Publio Cornelio Escipión el Africano, también conocido como Escipión el Mayor, y devuelto a Agrigento (c. 200 a. C.). Sin embargo, es más probable que fuese Publio Cornelio Escipión Emiliano, alias Escipión el Menor, quien regresó este toro y otras obras de arte robadas a sus ciudades sicilianas originarias luego de la destrucción total de Cartago (c. 146 a. C.) que puso fin a la Tercera Guerra Púnica.

Sin embargo, alrededor de cuatro siglos después prevaleció una nueva tradición según la cual Faralis era una persona de naturaleza humanitaria, protector de la filosofía y la literatura. También es descrito en las declamaciones atribuídas a Luciano (quien era de herencia fenicia o siria) y en cartas que llevan su propio nombre (pero que siglos más tarde Richard Bentley demostró haber sido escritas mucho tiempo después, cerca de la época de reivindicación de Faralis, posiblemente por Adriano de Tiro quien fue secretario del infame Cómodo alrededor del año 190). Cerca del año 100, en medio del cambio de esta tradición y pese a tomar partido por la visión desfavorable de Falaris, Plutarco mencionó que los sicilianos se referían a la severidad de Falaris como «justicia» y «odio a los delitos».

Referencias

  1. Aristóteles, Política v.10.
  2. Aristóteles, Retórica ii.20.
  3. Taciano, Discurso a los griegos, capítulo XXXIV

Véase también

Enlaces externos

Precedido por:
Tiranos de Agrigento
570-554 a. C.
Sucedido por:
Telémaco