Diferencia entre revisiones de «Xavier Zubiri»

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== Biografía ==
== Biografía ==
Xavier Zubiri nació en San Sebastián, en el año 1898. Tras estudiar en el Colegio de Santa María de esa ciudad (1905-1915), en donde conoce a Juan Zaragüeta y al cual debe en gan parte su vocación filosófica, el joven Zubiri inicia sus estudios de filosofía y teología en el Seminario de Madrid. En esa ciudad reside como estudiante externo, en una pensión, y allí recibe las primeras influencias decisivas para su formación como filósofo. Especialmente importante es el encuentro con José Ortega y Gasset, a comienzos del año 1919. Ortega introduce a Zubiri en las principales corrientes del pensamiento europeo, y especialmente en la fenomenología de Husserl, un punto de referencia capital para entender la evolución posterior del pensamiento de Zubiri.
Ingresa en 1917 en el seminario de Madrid, donde estudia filosofía con Juan Zaragüeta y en 1919 con Ortega y Gasset en la Universidad de Madrid. Gana la cátedra de filosofía de esta Universidad en 1926. Con un permiso de estudios, asiste a cursos en Friburgo y Berlín, con Husserl y Heidegger. Tramita su secularización y contrae matrimonio en 1936 con Carmen Castro (hija del historiador Américo Castro).


Entre los años 1920 y 1921 Zubiri estudia filosofía en el Instituto Superior de Filosofía de la Universidad Católica de Lovaina. Durante el mes de noviembre del año 1920 se traslada brevemente a Roma, donde obtiene su doctorado en teología. En Lovaina Zubiri se encuentra con profesores como L. Noël, interesados en aprovechar todas las posibilidades del pensamiento de Edmund Husserl. La filosofía de Husserl, que en aquél momento está transformando el panorama filosófico europeo, es el objeto de la memoria de licenciatura que Zubiri presenta en febrero del año 1921 en Lovaina, y que se tituló Le problème de le objectivité d’après Ed. Husserl. I: La logique pure. El 21 de mayo de ese mismo año, Zubiri presenta en la Universidad Central de Madrid su tesis doctoral de filosofía, dirigida por Ortega, y titulada Ensayo de una teoría fenomenológica del juicio. Esta tesis, publicada con algunos cambios en el año 1923, constituye la primera obra sobre Husserl en lengua no alemana, y en ella Zubiri va tomando una posición personal dentro del movimiento fenomenológico, que podría llamarse “objetivista”. Por otra parte, en el mismo año 1921 Zubiri es ordenado sacerdote en Pamplona.
Durante la guerra civil permanece en París donde trabaja en Física con Louis de Broglie y con Émile Benveniste en filología.


En el año 1926 Zubiri gana por oposición la cátedra de Historia de la Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid. Un magnífico grupo de pensadores, dispersados después por la guerra civil, comparten en aquellos años las aulas con Zubiri: Ortega y Gasset, Adolfo Bonilla San Martín, Manuel B. Cossío, Julián Besteiro, Manuel García Morente…. En el año 1929 Zubiri se traslada a Friburgo de Brisgovia, con el objeto de ampliar sus estudios, y allí sigue cursos con Husserl y con Martin Heidegger. Zubiri asume de un modo entusiasta la radicalización heideggeriana de la fenomenología, pero al mismo tiempo permanece crítico ante las ideas de este pensador, como tuvo ocasión de manifestárselo al filósofo alemán en alguna ocasión. La pregunta heideggeriana por el ser a partir de la nada refleja, para Zubiri, la pervivencia de ideas filosóficas de origen teológico que han caracterizado a toda la modernidad. Más allá del ser, dirá Zubiri, está la realidad aprehendida en el contacto inmediato con las cosas.
Al acabar la guerra acepta la cátedra de filosofía en Barcelona, y pide la excedencia por su descontento con el modelo de universidad vigente en aquel momento. Desde entonces impartió cursos privados, muchos de ellos publicados póstumamente. Contó entre sus discípulos y colaboradores al jesuita español Ignacio Ellacuría y al padre agustino Ángel Jubera.


En 1930 Zubiri viaja a Berlín para ampliar estudios, donde conoce, entre otros, a Einstein, Schrödinger, Zermelo, y Jaeger. Gran parte de sus esfuerzos en estos años están dedicados a estudiar los nuevos avances en la física, y a sus consecuencias para la filosofía. La evolución filosófica de Zubiri no permanece ajena a estos cambios, sino que pretende integrarlos en su pensamiento.
Falleció a la edad de 84 años en Madrid.


En el año 1931, Zubiri se reincorpora a su cátedra en Madrid. Son años agitados en la política nacional, a partir de la proclamación, en abril de ese año, de la Segunda República española. En estos años Zubiri elabora algunos de los trabajos más decisivos para entender su trayectoria filosófica posterior. Como catedrático de historia de la filosofía, Zubiri puede emprender una revisión de la historia del pensamiento occidental, para problematizar en ella algunos de sus supuestos más inveterados. Los grandes conceptos de la filosofía occidental, como la sustancia, el ser o el lógos, comienzan a ser cuestionados.
Su filosofía es de una gran originalidad, en ella destaca su elaboración de una nueva idea de la realidad. La realidad no es sinónimo de las cosas existentes sino que es lo presente en la percepción como siendo algo propio de lo dado, es a lo que Zubiri llama "de suyo". Ha ejercido gran influencia en la teología de la liberación y en las filosofías de la praxis contemporáneas. Durante un tiempo, para sobrevivir, se dedicó con su esposa a la traducción de textos: Una de sus traducciones más conocidas fue la que realizó de la obra "¿Qué es Metafísica?" de M. Heidegger.
A partir del año 1935 Zubiri se instalará en Roma, adonde se traslada para obtener la secularización. En marzo de 1936 contrae matrimonio en Roma con Carmen Castro Madinaveitia, hija de Américo Castro. La estancia en Roma la aprovecha Zubiri para realizar estudios de lenguas orientales, especialmente con el P. Deimel, del Pontificio Instituto Bíblico. Al estallar la guerra civil, la permanencia del matrimonio en la Italia fascista va haciéndose más difícil, por lo que decide nuevamente trasladarse, esta vez a París, donde Zubiri imparte algunos cursos en el Institut Catholique, y estudia lingüística con Benveniste. Allí permanece hasta el final de la guerra civil española y el comienzo de la guerra mundial.


El regreso a España no le resulta fácil al matrimonio Zubiri. A pesar de que Zubiri recibe su cátedra, presiones tanto del arzobispado de Madrid como del ministerio de cultura, que no veían con buenos ojos que un sacerdote secularizado impartiera clases en la ciudad en la que ejerció pastoralmente, fuerzan su alejamiento de la ciudad. Zubiri acepta la posibilidad que se le ofrece de emprender la docencia en Barcelona. Sin embargo, pronto comprueba la imposibilidad de ejercer libremente el pensamiento en el ambiente universitario de aquella época, y en el año 1942 solicita una excedencia administrativa, que significa de hecho su alejamiento definitivo de la universidad. Regresa a Madrid, donde imparte cursos privados promovidos por la fundación Banco Urquijo. Poco después, en 1944, se publica la primera edición de Naturaleza, Historia, Dios, una de las obras más influyentes en la filosofía española de la primera mitad del siglo XX. En el año 1946 realiza un breve viaje a los Estados Unidos, donde imparte una conferencia en la universidad de Princeton sobre Lo real en matemáticas. En el año 1947, y patrocinada por el Banco Urquijo, se funda en Madrid la Sociedad de Estudios y Publicaciones, presidida por Zubiri. Esta sociedad se convierte en el nuevo foro intelectual en el que Zubiri podrá exponer y discutir su pensamiento con un grupo creciente de discípulos, entre los que cabe mencionar a intelectuales como Pedro Laín Entralgo o José López Aranguren. Durante años, Zubiri apenas publica. Sin embargo, sus cursos orales reflejan la creciente maduración, desde el año 1944, de una filosofía propia, que hunde sus raíces en lo que Zubiri llama la impresión de realidad. Esta impresión de realidad, que expresa la radicalización zubiriana de la “comprensión del ser” de Heidegger, le sirve a Zubiri para ir delineando su alternativa a los grandes conceptos filosóficos clásicos. La filosofía clásica, piensa Zubiri, ha “sustantivado” y “entificado” la realidad, al tiempo que consecuentemente “logificaba” la intelección. Ahora Zubiri propone, frente al lógos antiguo y moderno, la inteligencia sentiente; frente a la sustancia antigua y el sujeto moderno, una nueva idea de la realidad como estructura sustantiva, de la que surge una nueva visión no subjetual de la persona humana. Toda esta nueva propuesta filosófica alcanza su primera expresión en un difícil libro: Sobre la esencia, publicado en el año 1962.
No fue un autor muy prolífico y durante su vida publicó: Naturaleza, Historia, Dios (1943) que es una recopilación de artículos publicados en revistas pricipalmente; Sobre la Esencia (1963) donde expone su concepción metafísica de la realidad centrada en la idea de sustantividad; y los tres tomos de Inteligencia Sentiente (Inteligencia y Realidad - 1980; Inteligencia y Logos - 1982, Inteligencia y Razón - 1983) en la que Zubiri describe su idea de lo que es la intelección del hombre. Actualmente sus cursos están siendo publicados por la Fundación Xavier Zubiri.

Más asequible al gran público, y de enorme popularidad entre los estudiantes de filosofía, fue su libro Cinco lecciones de filosofía, en las que sin embargo Zubiri se abstiene de presentar su propio pensamiento. A partir de 1970 Zubiri comienza a estudiar sistemáticamente la inteligencia humana, preparando su obra cumbre. Pero otros muchos temas ocupan también su interés: la antropología filosófica; los problemas del espacio, del tiempo, y de la materia; la estructura dinámica de la realidad. Y también la filosofía de la religión y la teología, temas sobre los que ofrece un curso en la Universidad Gregoriana de Roma, en el año 1973. En el año siguiente, el Seminario Xavier Zubiri inicia la publicación de la revista Realitas, de la que aparecerán tres gruesos tomos en los que los trabajos de Zubiri y sus discíulos van conociendo la luz pública.
La gran novedad filosófica la representa la publicación, en el año 1980, del primer volumen de su obra definitiva: Inteligencia sentiente. Al primer volumen, Inteligencia y realidad, le siguen Inteligencia y logos (1982) e Inteligencia y razón (1983). En esta trilogía Zubiri no sólo aclara muchas dudas abiertas en Sobre la esencia, sino que posibilita una comprensión sistemática de su pensamiento desde su filosofía más madura. A partir de la Inteligencia sentiente, todas las preguntas sobre el presunto “realismo ingenuo” de Zubiri quedan definitivamente resueltas. La realidad es la formalidad de las cosas en la aprehensión, y no una zona de cosas “allende” la misma.

En el año 1983, con las fuerzas mermadas por la enfermedad, Zubiri comienza la preparación de un nuevo libro, El hombre y Dios, que ya no podrá terminar. El 21 de septiembre fallece en Madrid. Sus discípulos, agrupados en el Seminario Xavier Zubiri y, después, en la Fundación Xavier Zubiri, inician la publicación de sus obras.


== Principales temas de su reflexión filosófica. ==
== Principales temas de su reflexión filosófica. ==

Revisión del 16:10 26 abr 2009

Xavier Zubiri, (San Sebastián, 4 de diciembre de 1898 - Madrid, 21 de septiembre de 1983). Filósofo y prologuista español.

Biografía

Xavier Zubiri nació en San Sebastián, en el año 1898. Tras estudiar en el Colegio de Santa María de esa ciudad (1905-1915), en donde conoce a Juan Zaragüeta y al cual debe en gan parte su vocación filosófica, el joven Zubiri inicia sus estudios de filosofía y teología en el Seminario de Madrid. En esa ciudad reside como estudiante externo, en una pensión, y allí recibe las primeras influencias decisivas para su formación como filósofo. Especialmente importante es el encuentro con José Ortega y Gasset, a comienzos del año 1919. Ortega introduce a Zubiri en las principales corrientes del pensamiento europeo, y especialmente en la fenomenología de Husserl, un punto de referencia capital para entender la evolución posterior del pensamiento de Zubiri.

Entre los años 1920 y 1921 Zubiri estudia filosofía en el Instituto Superior de Filosofía de la Universidad Católica de Lovaina. Durante el mes de noviembre del año 1920 se traslada brevemente a Roma, donde obtiene su doctorado en teología. En Lovaina Zubiri se encuentra con profesores como L. Noël, interesados en aprovechar todas las posibilidades del pensamiento de Edmund Husserl. La filosofía de Husserl, que en aquél momento está transformando el panorama filosófico europeo, es el objeto de la memoria de licenciatura que Zubiri presenta en febrero del año 1921 en Lovaina, y que se tituló Le problème de le objectivité d’après Ed. Husserl. I: La logique pure. El 21 de mayo de ese mismo año, Zubiri presenta en la Universidad Central de Madrid su tesis doctoral de filosofía, dirigida por Ortega, y titulada Ensayo de una teoría fenomenológica del juicio. Esta tesis, publicada con algunos cambios en el año 1923, constituye la primera obra sobre Husserl en lengua no alemana, y en ella Zubiri va tomando una posición personal dentro del movimiento fenomenológico, que podría llamarse “objetivista”. Por otra parte, en el mismo año 1921 Zubiri es ordenado sacerdote en Pamplona.

En el año 1926 Zubiri gana por oposición la cátedra de Historia de la Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid. Un magnífico grupo de pensadores, dispersados después por la guerra civil, comparten en aquellos años las aulas con Zubiri: Ortega y Gasset, Adolfo Bonilla San Martín, Manuel B. Cossío, Julián Besteiro, Manuel García Morente…. En el año 1929 Zubiri se traslada a Friburgo de Brisgovia, con el objeto de ampliar sus estudios, y allí sigue cursos con Husserl y con Martin Heidegger. Zubiri asume de un modo entusiasta la radicalización heideggeriana de la fenomenología, pero al mismo tiempo permanece crítico ante las ideas de este pensador, como tuvo ocasión de manifestárselo al filósofo alemán en alguna ocasión. La pregunta heideggeriana por el ser a partir de la nada refleja, para Zubiri, la pervivencia de ideas filosóficas de origen teológico que han caracterizado a toda la modernidad. Más allá del ser, dirá Zubiri, está la realidad aprehendida en el contacto inmediato con las cosas.

En 1930 Zubiri viaja a Berlín para ampliar estudios, donde conoce, entre otros, a Einstein, Schrödinger, Zermelo, y Jaeger. Gran parte de sus esfuerzos en estos años están dedicados a estudiar los nuevos avances en la física, y a sus consecuencias para la filosofía. La evolución filosófica de Zubiri no permanece ajena a estos cambios, sino que pretende integrarlos en su pensamiento.

En el año 1931, Zubiri se reincorpora a su cátedra en Madrid. Son años agitados en la política nacional, a partir de la proclamación, en abril de ese año, de la Segunda República española. En estos años Zubiri elabora algunos de los trabajos más decisivos para entender su trayectoria filosófica posterior. Como catedrático de historia de la filosofía, Zubiri puede emprender una revisión de la historia del pensamiento occidental, para problematizar en ella algunos de sus supuestos más inveterados. Los grandes conceptos de la filosofía occidental, como la sustancia, el ser o el lógos, comienzan a ser cuestionados.

A partir del año 1935 Zubiri se instalará en Roma, adonde se traslada para obtener la secularización. En marzo de 1936 contrae matrimonio en Roma con Carmen Castro Madinaveitia, hija de Américo Castro. La estancia en Roma la aprovecha Zubiri para realizar estudios de lenguas orientales, especialmente con el P. Deimel, del Pontificio Instituto Bíblico. Al estallar la guerra civil, la permanencia del matrimonio en la Italia fascista va haciéndose más difícil, por lo que decide nuevamente trasladarse, esta vez a París, donde Zubiri imparte algunos cursos en el Institut Catholique, y estudia lingüística con Benveniste. Allí permanece hasta el final de la guerra civil española y el comienzo de la guerra mundial.

El regreso a España no le resulta fácil al matrimonio Zubiri. A pesar de que Zubiri recibe su cátedra, presiones tanto del arzobispado de Madrid como del ministerio de cultura, que no veían con buenos ojos que un sacerdote secularizado impartiera clases en la ciudad en la que ejerció pastoralmente, fuerzan su alejamiento de la ciudad. Zubiri acepta la posibilidad que se le ofrece de emprender la docencia en Barcelona. Sin embargo, pronto comprueba la imposibilidad de ejercer libremente el pensamiento en el ambiente universitario de aquella época, y en el año 1942 solicita una excedencia administrativa, que significa de hecho su alejamiento definitivo de la universidad. Regresa a Madrid, donde imparte cursos privados promovidos por la fundación Banco Urquijo. Poco después, en 1944, se publica la primera edición de Naturaleza, Historia, Dios, una de las obras más influyentes en la filosofía española de la primera mitad del siglo XX. En el año 1946 realiza un breve viaje a los Estados Unidos, donde imparte una conferencia en la universidad de Princeton sobre Lo real en matemáticas. En el año 1947, y patrocinada por el Banco Urquijo, se funda en Madrid la Sociedad de Estudios y Publicaciones, presidida por Zubiri. Esta sociedad se convierte en el nuevo foro intelectual en el que Zubiri podrá exponer y discutir su pensamiento con un grupo creciente de discípulos, entre los que cabe mencionar a intelectuales como Pedro Laín Entralgo o José López Aranguren. Durante años, Zubiri apenas publica. Sin embargo, sus cursos orales reflejan la creciente maduración, desde el año 1944, de una filosofía propia, que hunde sus raíces en lo que Zubiri llama la impresión de realidad. Esta impresión de realidad, que expresa la radicalización zubiriana de la “comprensión del ser” de Heidegger, le sirve a Zubiri para ir delineando su alternativa a los grandes conceptos filosóficos clásicos. La filosofía clásica, piensa Zubiri, ha “sustantivado” y “entificado” la realidad, al tiempo que consecuentemente “logificaba” la intelección. Ahora Zubiri propone, frente al lógos antiguo y moderno, la inteligencia sentiente; frente a la sustancia antigua y el sujeto moderno, una nueva idea de la realidad como estructura sustantiva, de la que surge una nueva visión no subjetual de la persona humana. Toda esta nueva propuesta filosófica alcanza su primera expresión en un difícil libro: Sobre la esencia, publicado en el año 1962.

Más asequible al gran público, y de enorme popularidad entre los estudiantes de filosofía, fue su libro Cinco lecciones de filosofía, en las que sin embargo Zubiri se abstiene de presentar su propio pensamiento. A partir de 1970 Zubiri comienza a estudiar sistemáticamente la inteligencia humana, preparando su obra cumbre. Pero otros muchos temas ocupan también su interés: la antropología filosófica; los problemas del espacio, del tiempo, y de la materia; la estructura dinámica de la realidad. Y también la filosofía de la religión y la teología, temas sobre los que ofrece un curso en la Universidad Gregoriana de Roma, en el año 1973. En el año siguiente, el Seminario Xavier Zubiri inicia la publicación de la revista Realitas, de la que aparecerán tres gruesos tomos en los que los trabajos de Zubiri y sus discíulos van conociendo la luz pública. La gran novedad filosófica la representa la publicación, en el año 1980, del primer volumen de su obra definitiva: Inteligencia sentiente. Al primer volumen, Inteligencia y realidad, le siguen Inteligencia y logos (1982) e Inteligencia y razón (1983). En esta trilogía Zubiri no sólo aclara muchas dudas abiertas en Sobre la esencia, sino que posibilita una comprensión sistemática de su pensamiento desde su filosofía más madura. A partir de la Inteligencia sentiente, todas las preguntas sobre el presunto “realismo ingenuo” de Zubiri quedan definitivamente resueltas. La realidad es la formalidad de las cosas en la aprehensión, y no una zona de cosas “allende” la misma.

En el año 1983, con las fuerzas mermadas por la enfermedad, Zubiri comienza la preparación de un nuevo libro, El hombre y Dios, que ya no podrá terminar. El 21 de septiembre fallece en Madrid. Sus discípulos, agrupados en el Seminario Xavier Zubiri y, después, en la Fundación Xavier Zubiri, inician la publicación de sus obras.

Principales temas de su reflexión filosófica.

Su elaboración filosófica es un intento de superar el subjetivismo reinante en la modernidad y el realismo ingenuo de la filosofía clásica. La existencia humana es comprendida como religación (uno de los conceptos fundamentales de la filosofía de Zubiri). Introduce, en el análisis histórico la necesidad de las posibilidades, es decir del estudio no sólo de lo que pudo ser. La categoría clave de la que parte su filosofía es la realidad, pero entendiendo ésta como forma, como lo real de suyo, no allende la percepción sino en la percepción. En la aprehensión de la realidad ésta se capta cómo real. Esto sería la "aprehensión primordial de la realidad" la cual es realizada por una inteligencia sentiente (une lo intelectivo a lo sensorial). Desde esta inteligencia sentiente aprehendemos lo real como real de suyo. Pero la cuestión de qué puede ser la realidad y que son las cosas en realidad y en la realidad será función del logos y la razón. Desde estos dos momentos posteriores, el hombre hará un ensayo de lo que pueda ser la realidad allende la aprehensión.

El Hombre, animal de realidades. Concepción del hombre de Zubiri: basada en los presupuestos antropológicos escolásticos, los cuales toma terminológicamente actualizándolos desde la fenomenología, y con un aporte renovador proporcionado por los aportes científicos de nuestro tiempo. Zubiri pone la inteligencia como característica principal de las diferencias entre hombre y animal. La inteligencia sentiente de Zubiri consiste en la reflexión humana- inteligencia – incluyendo los propios sentidos- sentiente-. El animal es capaz de sentir pero no de reflexionar sobre los sentidos. Otra de las características del hombre frente al animal (proporcionado por la inteligencia sentiente y su forma natural de aprehender las cosas: la impresión de la realidad es la habitud. Todos los animales tienen su habitud (o modo de conducirse en el ambiente). La habitud intelectiva se diferencia en su substantividad (unidad de estructuras y funciones). Dentro de su antropología Zubiri Distingue entre sustantivo/sustancial y entre sustantividad/sustancialidad. Tomemos como definiciones aproximadas los siguientes enunciados: SUBSTANCIALIDAD : Suficiencia en el orden constitucional (de la unidad de estructuras y funciones). SUSTANTIVIDAD: Se refiere al carácter de una realidad, por el cuál brotan propiedades que le son inherentes. El conjunto de estas constituciones aparecen en forma de sistema clausurado (interdependientes y concatenados); la unidad de suficiencia le hace tomar el nombre de sustantividad. En cuanto a la habitud, la sustantividad del hombre se presenta como personeidad (conciencia de la posesión que el hombre tiene de sí mismo). El hombre, es un animal de realidades. Este hecho deriva de que la inteligencia humana está abierta a la realidad. Este concepto está implantado en el ser (impuesto por una fuerza que lo supera) y que enlaza con la teoría de la religación. La religación es una dimensión ontológica y el hombre no puede prescindir de ella so pena de caer en la “soberbia de la vida”.

Meditación Sobre la Esencia: En Sobre la esencia Zubiri Se centra en la discusión técnica sobre los conceptos substancia / esencia. Para Zubiri ninguna de las teorías hasta el momento enfoca bien el problema. Su planteamiento del problema queda anotado por las siguientes medidas: 1) acota el ámbito de lo esencial y las cosas esenciales. 2) Indica cuáles son las cosas esenciales. 3) Determina en que consiste la esencia de esas cosas. El ámbito de lo esenciable son las cosas reales y el ámbito de lo esenciado es la realidad simpliciter o realidad verdadera. La función de la esencia no es especificar la realidad sino estructurarla. La esencia no es una realidad es la cosa sino que es la cosa misma. La esencia se halla en las realidades sustantivas, por ello, la realidad esenciada es la realidad sustantivada. Se trata de un momento físico de (conformación de partes) y no lógico; en este sentido la unidad estructural de una cosa es “constitución física individual”. Este carácter constitucional es lo que Zubiri llama substantividad. Zubiri rechaza la identificación entre individuo y singular distinguiendo entre individualidad singular e individualidad estricta. En ocasiones la esencia también queda dividida en esencias constitutivas y esencias quidditativas. La esencia no es definición, ni correlato de definición, es un modo distinto de proceso definitorio; se trata del estado constructo. Admite aún la esencia otro análisis, el de la talidad y la trascendentalidad. La filosofía de Zubiri surge en gran medida como polémica con Aristóteles. El planteamiento de Zubiri niega que la substancia sea la estructura de las cosas, afirmando que esta es substantividad, no es más que el conjunto de notas infundadas y fundantes de las demás. De este modo la esencia no es lo específico de una substancia, sino el sistema físico y real de propiedades que forman su constitución. Este replanteamiento obliga a distinguir los conceptos tradicionales de la ontología (realidad, ser, ente). La realidad es previa al ser, y consiste en lo que hay. El ser se funda en la realidad, es “el momento de actualidad de lo real en esa respectividad que constituye trascendentalmente el mundo (...) el ser es actualidad respectiva”. El ente es cada cosa real en cuanto es. A los atributos trascendentales del ente (unidad, verdad, bondad) Zubiri añade la respectividad. Esta señala la interdependencia entre los entes. Para Abellán el concepto de “aprehensión de la realidad” es más ambicioso que la conciencia fenomenológica husserliana o la vida orteguiana, o la comprensión del ser heideggeriano. Las etapas del pensamiento de Zubiri están demarcadas por la propia evolución y desarrollo de su filosofía; en la primera etapa abandona la conciencia por la inteligencia sentiente; en la segunda abandona el ser, por la realidad, y y en esta última etapa tarta de estructurar la filosofía de lo real en cuanto real (etapa metafísica apoyada en las anteriores donde se despliega la estructura desarrollada). Esta última etapa se inicia en 1962 con la publicación de Sobre la Esencia y culmina con la publicación de Inteligencia Sentiente en 1983. Zubiri asume todo su pasado filosófico, rescatando los aciertos de la metafísica, de la teoría del conocimiento y de la fenomenología para concluir con una nueva disciplina: la NOOLOGÍA. La función primaria de la inteligencia es la de “aprehender” la realidad y no juzgarla.

El Realismo Radical: La Noología. Para Zubiri La noología no es propiamente metafísica sino una especie de metafísica anterior a la propiamente dicha. Llama a la noología filosofía primera. La noología explicita que la aprehensión de realidades /intelección sentiente es la misma cosa, aunque distinga tres momentos: - momento de afección o noesis momento de alteridad o noema -momento de fuerza de imposición o noergia. La trascendentalidad se realiza también en tres momentos. Suidad, mundanidad y respectividad, este último momento siempre conlleva los otros dos.

El Tema De Dios: La Religación. En sus primeros escritos ya aparece la fórmula de la religación. Pero este concepto no estará plenamente dotado de sentido hasta la culminación del desarrollo de la idea de inteligencia sentiente. Noesis y noema son momentos de al aprehensión, pero sólo la noergia adquiere el carácter de fuerza de imposición (la realidad se nos impone, nos posee). Su carácter radical admite las dimensiones “última” y posibilitante e impelente, dando al hombre fundamentalidad, actúa como obligación en cuanto a todo plano moral. La religación es la realidad apoderándose del individuo, se trata de un hecho experencial, de una vivencia, de la “ dimensión teologal del hombre”. La religación es el fundamento que nos liga a la realidad y que plantea claramente el “problema de Dios”. El carácter incoativo de la razón presenta a Dios como vía posibilitatoria; y la que parte de la religación nos lleva de hecho, al problema. Toda búsqueda de fundamento, (en cuanto que intelección con detenimiento) nos presenta ante la principalidad. Zubiri denuncia la vía epistemológica tradicional, en la que Dios es una realidad-objeto. Dios no puede ser nunca objeto del hombre, sino en todo caso fundamento. La religación no es el problema, Dios, sí.

Obras

  • Naturaleza, Historia, Dios (libro) [1945)
  • El hombre, realidad personal (artículo) [1963]
  • El origen del hombre (artículo) [1964]
  • Notas sobre la inteligencia humana (artículo) [1966–67]
  • La dimensión historica del ser humano (artículo) [1973]
  • El hombre y su cuerpo (artículo) [1974]
  • El problema teologal del hombre (artículo) [1975]
  • El concepto descriptivo del tiempo (artículo) [1976]
  • Respectividad de lo real (artículo) [1979]
  • Inteligencia Sentiente: Inteligencia y Realidad (libro) [1980]
  • Prólogo a la traducción norteamericana de Naturaleza, Historia, Dios [1981]
  • Inteligencia Sentiente: Inteligencia y Logos (libro) [1982]
  • Reflexiones teológicas sobre la eucaristía (artículo) [1981]
  • Inteligencia Sentiente: Inteligencia y Razón (libro) [1983]
  • ¿Qué es investigar? (artículo) [1983]

Tras su muerte se han publicado los siguientes libros, muchos de ellos basados en sus cursos orales:

  • El hombre y Dios (1984)
  • Sobre el hombre (1986)
  • Estructura dinámica de la realidad (1989)
  • Sobre el sentimiento y la volición (1992)
  • El problema filosófico de la historia de las religiones (1993)
  • El problema teologal del hombre: Cristianismo (1997)
  • Los problemas fundamentales de la metafísica occidental (1994)
  • Primeros escritos (1921-1926) (2000)
  • Espacio. Tiempo. Materia (1996)
  • El hombre y la verdad (1999)
  • Sobre la realidad (2001)
  • Sobre el problema de la filosofía y otros escritos (1932-1944) (2002)
  • El hombre: lo real y lo irreal (2005).

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