Diferencia entre revisiones de «Educación separada por sexos»

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'''Educación diferenciada''', '''educación segregada por sexos''' o '''educación separada por sexos''' es un modelo educativo que separa a los alumnos por sexos, a diferencia de la [[coeducación]], el modelo mayoritario en los países occidentales. Argumenta para ello que así se facilitan las mejores oportunidades para cada sexo, tratando específicamente a cada uno. Con frecuencia eso supone la diferenciación por sexos de todas o algunas de las clases, aún manteniéndose un mismo currículum para niños y niñas.
'''Educación diferenciada''' o '''educación separada por sexos''' es un modelo educativo que separa a los alumnos por sexos, a diferencia de la [[coeducación]], el modelo mayoritario en los países occidentales. Argumenta para ello que así se facilitan las mejores oportunidades para cada sexo, tratando específicamente a cada uno. Con frecuencia eso supone la diferenciación por sexos de todas o algunas de las clases, aún manteniéndose un mismo currículum para niños y niñas.


La escuela mixta se generalizó en los países occidentales a partir de 1960 y, en España, desde la [[Ley General de Educación de 1970]].
La escuela mixta se generalizó en los países occidentales a partir de 1960 y, en España, desde la [[Ley General de Educación de 1970]].

Revisión del 16:28 25 sep 2008

Educación diferenciada o educación separada por sexos es un modelo educativo que separa a los alumnos por sexos, a diferencia de la coeducación, el modelo mayoritario en los países occidentales. Argumenta para ello que así se facilitan las mejores oportunidades para cada sexo, tratando específicamente a cada uno. Con frecuencia eso supone la diferenciación por sexos de todas o algunas de las clases, aún manteniéndose un mismo currículum para niños y niñas.

La escuela mixta se generalizó en los países occidentales a partir de 1960 y, en España, desde la Ley General de Educación de 1970.

Justificación

Los partidarios de la educación separada parten de las diferencias cognitivas entre sexos. Diversos estudios y especialistas muestran que existen diferencias biológicas, tanto hormonales como neurológicas entre los cerebros de hombres y mujeres. Así, en promedio, el cerebro femenino pesa cien gramos menos que el del hombre, pero, por ejemplo, tiene un mayor cuerpo calloso (el paquete de fibras nerviosas que comunica ambos hemisferios). En las niñas, el hemisferio izquierdo (el más capacitado para procesar el lenguaje, los números y la conciencia del yo) empieza a funcionar en torno a los dos años, en tanto que el de los niños lo hace a alrededor de los cinco. Fruto de estas diferencias, en promedio:

El hombre supera a la mujer en destreza y habilidad motoras, en orientación, en razonamiento matemático, entre otras aptitudes. La mujer es mejor que el hombre en movimientos fijos y precisos de manos y dedos, en cálculo y computación matemáticas, en la percepción sensorial (salvo en visión, equiparable en ambos), en fluidez verbal y en comunicación emocional, o expresión corporal.
Ignacio Morgado, catedrático de Psicobiología de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Estas diferencias podrían explicar las diferencias entre sexos ofrecidas por las conclusiones del Informe PISA. En ellas, los chicos de la OCDE están 11 puntos por encima de sus compañeras (9 puntos para los españoles), en tanto que las chicas sobrepasan en 35 puntos a los chicos en comprensión lectora.

En Estados Unidos, unos se oponen a la enseñanza diferenciada buscando la igualdad «formal» o tratamiento igual y arguyen que los programas sólo para niños o niñas violan el principio de que a las personas en una situación similar se las debería tratar de manera similar. Sus oponentes afirman que lo importante no es la igualdad «formal» sino la «sustancial ». Buscan igualar los resultados docentes que han resultado ser de menor relevancia para las chicas y los estudiantes pertenecientes a las minorías raciales.[1]

Partidarios

Los defensores de la educación diferenciada apelan a las diferencias cognitivas y madurativas entre hombres y mujeres. Estas diferencias serían las responsables de los distintos grados de fracaso escolar entre sexos y materias. La educación diferenciada permitiría atender de forma mejor a cada sexo en las áreas para las que están menos dotados. De esta forma se conseguiría la mejora de la igualdad de oportunidades.

Por otra parte, la educación diferenciada favorecería la mejora del aprendizaje. Según sus defensores, la separación por sexos produce una mayor homogeneidad en la clase y un ambiente más relajado. En secundaria, sus efectos serían incluso mejores, ya que la coeducación produciría una bajada en la concentración.

Sostienen, además, que son los padres quienes tienen el deber (y el derecho) de escoger el tipo de escuela que desean para sus hijos. La posibilidad de optar por la educación separada sería enriquecedora y, al proporcionar varios modelos educativos, más democrática.[2]

Detractores

Los detractores de la educación diferenciada basan su apoyo a la coeducación en que fomenta "la igualdad efectiva entre hombres y mujeres" (disposición adicional 25ª de la LOE española). De esta forma, sostienen que las diferencias cognitivas entre hombres y mujeres no son superiores a las que existen en relación con cualquier otro grupo en una sociedad cada vez más diversa, por lo que la educación separada por sexos sería igual de retrógrada que tener escuelas para inmigrantes, para hijos de familias monoparentales o para discapacitados.

En el mismo sentido, se hace hincapié en otras conclusiones del Informe PISA, como es el hecho de influya más el nivel educativo que el sexo en las diferencias de rendimiento reflejadas por dicho informe.

Por otra parte, se sostiene que la educación en la heterogeneidad (cualquiera que sea la razón para la diversidad) es beneficiosa, al tratarse de la heterogeneidad que encontrarán en su vida diaria. También se argumenta que la educación separada puede dificultar la naturalidad en las relaciones entre sexos. Finalmente, se afirma que no es la opción preferida por los propios alumnos.

Implantación del sistema en el mundo

En los últimos años, países como Estados Unidos han experimentado una expansión notable, aunque en niveles muy bajos, de la educación separada en las escuelas públicas (392 escuelas en todo el país para el curso 2008-2009).[3]

Después de años de predominio de la coeducación, existe actualmente un incremento de centros en distintos países que adoptan esta modalidad.

En los Länder alemanes de Berlín y Renania del Norte, por iniciativa de los socialistas y de los "verdes", se iniciaron en 1998 clases diferenciadas en algunas asignaturas. En Estados Unidos y Canadá, el desarrollo de nuevos colegios de enseñanza diferenciada en los últimos años ha sido notable. En Nueva Gales del Sur, el estado más poblado de Australia, las solicitudes de plaza en las escuelas públicas mixtas se redujeron un 50% en 2001, a favor de las escuelas diferenciadas.[4]

La parlamentaria del liberal-conservador Partido Moderado Chris Heister, presidenta de la Comisión para el Estudio de la Educación en Suecia, sostenía en su informe de julio de 2004 que la educación actual fracasaba porque desprecia las diferencias entre los sexos. Y recomendaba que se organicen clases diferenciadas para chicas y para chicos, porque no era lícito imponer idénticas conductas y modelos educativos a los alumnos de ambos sexos.[5]

Referencias

Bibliografía

Favorables a la educación diferenciada

  • Vidal, Enric (2006). «Diferentes, iguales ¿juntos?: educación diferenciada». Editorial Ariel. ISBN 978-84-344-2661-0. 
  • José María Barrio Maestre (Editor) (2005). «Educación diferenciada, una opción razonable». Eunsa. ISBN 978-84-313-2295-3. 
  • Calvo Charro, María (2007). «Iguales pero diferentes: cerebro, hormonas y aprendizaje». Editorial Almuzara. ISBN 978-84-96710-91-7. 
  • Congreso Internacional sobre Educación Diferenciada (2007). «El tratamiento del género en la escuela: I Congreso Internacional sobre Educación Diferenciada, celebrado en Barcelona del 20 al 22 de abril de 2007». European Association Single-Sex Education. ISBN 978-84-611-7933-6. 

Véase también

Enlaces externos