Elis Regina

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Elis Regina

Elis Regina durante una entrevista con Klaudio Kleiman (Revista Expreso Imaginario). Buenos Aires, diciembre de 1979.
Información artística
Otros nombres Pimentinha
Género(s) MPB
Instrumento(s) Voz
Tipo de voz Mezzosoprano
Período de actividad 1961 – 1982
Artistas relacionados Milton Nascimento, Chico Buarque, Caetano Veloso, Rita Lee, Gilberto Gil, Antonio Carlos Jobim, etc.

Elis Regina Carvalho Costa, conocida popularmente como Elis Regina (Porto Alegre, 17 de marzo de 1945São Paulo, 19 de enero de 1982) fue una cantante brasileña considerada una de las mayores representantes del género musical conocido como MPB (música popular brasileña). Su temprana muerte, a los 36 años, se debió a una sobredosis de cocaína y alcohol, aunque se baraja la teoría de que habría sido víctima de la dictadura imperante.[1]​ Muchos críticos, músicos e intérpretes la consideran una de las mejores cantantes de Brasil.[1]

Biografía

Nació —con el nombre de Elis Regina Carvalho Costa— el 17 de marzo de 1945 y falleció el 19 de enero de 1982. Elis Regina nació en Porto Alegre (en el sur de Brasil), donde empezó su carrera como cantante a los 11 años en el programa de radio para niños O Clube do Gurí en la radio Farroupilha.

En 1959 fue contratada por Rádio Gaúcha y al año siguiente viajó a Río de Janeiro, donde grabó su primer LP, Viva a Brotolândia. Su segundo LP fue "Poema de Amor" de 1962. En 1965 lanza un LP con Jair Rodrigues, Dois na bossa, el cual fijó un récord de ventas nacional.

A finales de los años sesenta y principios de los setenta, Regina ayudó a popularizar el trabajo del movimiento Tropicalia, grabando canciones de músicos como Gilberto Gil.

El primer día que Elis se paró frente a un micrófono no abrió la boca. Sobrellevaba, el año 52, cuando tenía apenas siete años, un pánico escénico que, aparentemente, no pudo superar en ese momento: no era algo menor iniciarse en un programa radial. Hija de una pareja tan corriente como la que más -don Romeo, hombre silencioso, doña Ercy de fuerte carácter-, Elis regresó un día a aquel programa de radio para cantar y dejar a todos estupefactos. Contaba con 11 años de edad y con su primer contrato profesional. Poco faltaba para que la capital de Río Grande del Sur la viera partir al estrellato.

Su apariencia no era la de una estrella: estrábica y nerviosa. Pero en el escenario sufría una metamorfosis de dimensiones. Cantaba bossa nova como si quisiera salir volando en un movimiento frenético de brazos que semejaban aspas. Al arribar a Río de Janeiro, cuando tenía 19 años, la niña de casa pasó a convertirse en la voz firme y cantante de una generación. Más tarde, sus afamados promotores, Luiz Carlos Miele y Ronaldo Bôscoli, la vieron partir a São Paulo donde su carrera continuó en ascenso.

A los 20 años gana 15.000 dólares al mes, conduce su programa de televisión, convirtiéndose en un suceso. La denominada Más Grande Cantante del Brasil vive su éxito aprovechando los frutos del trabajo, seguramente no sin cierto despilfarro y extravagancia.

Su vida personal lleva la señal de haberse precipitado al himeneo con el que podría señalarse como un adversario: el compositor Ronaldo Bôscoli. El que fue su camarada en un principio -y que, luego, debido a los avatares propios de las relaciones humanas y a cosas de carácter, se convirtió en su antípoda-, regresa a la vida de Elis consagrándose la relación, no sin mediar conflictos, gritos y abrazos, magulladuras y reconciliaciones. Un matrimonio que, de cierto, se deshizo en la ilusión de lazos aparentemente seguros en el débil nudo del amor-odio.

En el siguiente fragmento de un artículo de opinión, -cuyo contenido parece tensado deliberadamente en las prensas para ser un cuadro periodístico dramático, tanto que casi llega a rasgar el lienzo, pues aparece retratada una Elis Regina tan bipolar y calculadora como fascinante y atrayente- se pueden apreciar algunos elementos biográficos que, tal vez, consigan deleitar a los amigos de la cantora brasileña:

"Celosa, movediza, paranoica, pero también intensa, fascinante, magnética. Elis teje eslabones fuertes e intrincados; defiende sus verdades a golpes de mentira para prevalecer. Es una peleonera natural -la bizquera le crece con cada rabieta-, manipula su entorno minuciosamente y explota igual de fácil que logra serenarse: tiene la mecha corta y las antenas largas, encuentra de inmediato el lado flaco ajeno. Persona y profesión apenas se distinguen: "Yo comparto mi ropa, mis amigos, cualquier cosa menos el escenario". Del matrimonio con Bôscoli -infiel vocacional, celoso categórico- queda João Marcelo, nacido un par de años antes de la separación final. Para entonces, ya Elis alimenta un romance con su pianista, César Camargo Mariano, quien desde siempre la ha codiciado en secreto. Hasta la tarde en que Elis le desliza un papel en la bolsa del saco y le pide leerlo en el baño: "Me gustas como el carajo. Te deseo como el carajo". Hombre casado, César se escurre por la ventana del baño, salta tres metros abajo y huye de la mansión... aunque no de su dueña. Algún tiempo después, Elis Regina ya es la señora Camargo. No es muy hábil con las declaraciones. Confía demasiado en su capacidad de aprendizaje y a menudo termina arrepentida. Como en 1972, cuando habla del Gobierno brasileño como una camarilla de gorilas, y luego es obligada a promover las Olimpiadas del Ejército. O como cuando le confiesa a la prensa sus dos grandes pasiones literarias: Sófocles y Walt Disney. El éxito le sobra, no así el prestigio. Por eso graba un disco junto a Tom Jobim, no exento de tormentas. "El problema", dice ante Elis y César el Gran Jefe del bossa, "es que ustedes están acostumbrados a la ducha, y yo me baño en tina". Algo no muy distinto le sucede en Montreux 79: patética al principio, acaba por robarse el Festival: "Recordé que era hija de una lavandera... ¿qué estaba haciendo en ese escenario?". Luego recorrerá Milán, Roma, París y Barcelona planteando una advertencia terminante: "Europa necesita entender que no somos un simple pueblo de Carnaval; no he venido hasta aquí para hacer concesiones". Julio de 2005: casi no hay epitafios en el cementerio del Morumbí. Si acaso el de Ayrton Senna -"Nada puede separarme de Dios"-, la otra estrella del panteón elegante de São Paulo. En la lápida de Elis, pequeña como todas, se leen también los nombres del padre y el hermano -Rogerio, accidentado en 1996. Pienso en alguna de sus frases célebres: "Entre la espada y la pared, me lanzo hacia la espada". Pero el invierno terco me devuelve al rumor de aquella voz vehemente soltando las saudades de Mucuripe, el vaivén de O barquinho, la cosquilla de Quaquaraquaquá. Nada más ofrendar unas flores solitarias, levanto Huracán Elis -la biografía firmada por su amiga Regina Echeverría- y avivo el ventarrón de la añoranza releyendo las últimas palabras de su última carta de amor: 'Te quiero absurdamente mucho'". (XAVIER VELASCO 28/08/2005 El País).

Elis Regina a menudo criticó la dictadura brasileña que persiguió y exilió a muchos músicos de su generación. En una entrevista en 1969, declaró que Brasil estaba siendo gobernado por "gorilas". Su popularidad la mantuvo fuera de prisión, pero finalmente fue obligada por las autoridades a cantar el himno nacional de Brasil durante las Olimpiadas del ejército, lo que, como es natural, despertó la ira de muchos brasileños de izquierda.

En 1974 editó con Tom Jobim el álbum Elis & Tom, considerado por críticos musicales como uno de los mejores discos de bossa nova de todos los tiempos.

Tuvo tres hijos: João Marcelo Bôscoli (hijo de su relación con Ronaldo Bôscoli), y Pedro Camargo Mariano y Maria Rita Mariano (hijos también del pianista y compositor César Camargo Mariano). María Rita ha logrado ser una cantante de mucha popularidad.

"Enero, 19 de 1982: daban casi las diez de la mañana cuando el abogado paulistano Samuel McDowell de Figuereido corría para salvar a su prometida. Había escuchado la voz pastosa en el teléfono, luego sólo el silencio. Llamó dos veces: nada. Cuando por fin llegó al departamento, encontró que los niños jugaban a la espera de que mamá acabara de despertar, tras las puertas cerradas de la alcoba. Dejó jugando a Pedro y María Rita y fue tras el más grande, João Marcelo. Forzaron ambas puertas y la encontraron tendida en el suelo. No respiraba, tenía las manos frías y el cuerpo caliente. McDowell llamó al médico, a la ambulancia, pero nadie llegaba. La cargó hasta la calle, detuvo un taxi, vio llegar al doctor de la familia...Poco tiempo más tarde, ya en la clínica, el novio confirmaba sus temores: Elis ya nunca más despertaría. Antes del mediodía, todo São Paulo y más de medio Brasil estaba al tanto: la reina se había ido. Un día después, tendida en el cajón con sus 36 años definitivos, vestiría una camiseta con la bandera del Brasil y su nombre en lugar del Orden y Progreso. El motivo -insólito, increíble- sería pesar aparte: una dosis letal de Cinzano y cocaína". (XAVIER VELASCO 28/08/2005 El País).

Elis Regina murió por una sobredosis de drogas, tranquilizantes y alcohol en 1982, a los 36 años. Aunque se divulgaron algunas noticias de que Elis fue asesinada por el alto mando de la dictadura militar, ya que el relato oficial de su autopsia tardó demasiado tiempo en salir en los diarios y prensa nacional, y su muerte se llenó de especulación. Hasta el día de hoy no se sabe con exactitud qué pasó en su casa el día de su muerte. Sus restos se encuentran en Sao Paulo en el cementerio de Morumbi.

Discografía

Monumento a Elis Regina en Porto Alegre.

Publicados póstumamente

  • 1982: Trem azul (registro del último concierto de Elis, en 1981)
  • 1983: Vento de maio
  • 1984: Luz das estrelas
  • 1987: Personalidade: Elis Regina (edición en formato LP y primera edición en CD realizada en 1987 por Polygram Do Brasil, conteniendo algunos de sus éxitos).
  • 1994: Elis Regina no “Fino da bossa” (caja conmemorativa con 3 CD de grabaciones en vivo de un programa de televisión, entre los años 1965 y 1967
  • 1995: Elis Regina ao vivo
  • 1996: Eternamente Elis
  • 2002: 20 anos de saudade (colección de singles de los años sesenta y setenta).

Enlaces externos

Referencias

  1. a b Chris McGowan y Ricardo Pessanha. «The Brazilian Sound: samba, bossa nova, and the popular music of Brazil». Temple University Press. p. 82.