El móvil (relato)

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 22:29 19 oct 2014 por UA31 (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.
El móvil
de Julio Cortázar
Género Cuento
Subgénero Realismo mágico
Idioma Español Ver y modificar los datos en Wikidata
Editorial Los Presentes (primera edición)
País Argentina
Fecha de publicación 1956 Ver y modificar los datos en Wikidata

«El móvil» es un relato escrito por Julio Cortázar. Forma parte del libro Final del Juego, publicado en 1956 por la editorial mexicana Los Presentes[1]​ junto con otros cuentos como Los venenos, Una flor amarilla y Final del juego.[2]​ El cuento volvió a aparecer en una colección de cuentos de Cortázar llamada Ceremonias, publicado en 1968.[3]

Argumento

Tras la muerte de Montes, su mejor amigo decide buscar el culpable de dicho crimen. Sólo cuenta con una somera descripción del asesino dada por el Montes antes de morir: “brazo azul” y “tatuaje”. Va en su busca en un barco con destino a Marsella, detrás de un posible marinero causante del dilema. En el barco se encuentran tres argentinos, de nombre Lamas, Pereyra y Ferro, con quien establece una relación inmediata. Pereyra es su mayor sospechoso.

Para asegurarse de su perspectiva, el protagonista se involucra con una mucama, Petrona, con quien sostiene una relación amorosa. La utiliza como espía para investigar si a Pereyra le corresponden las características del asesino, y ella contesta negativamente. La joven empieza a frecuentar menos la habitación del muchacho por supuestos problemas con la administración, haciendo más seguidas las visitas clandestinas a Pereyra, situación que provoca la ira del joven. El día en que el barco llega a puerto, éste encierra a Pereyra a en su habitación, pues había notado que Petrona no le mintió y reparado que no era el hombre que buscaba pero aun lo asesina y lo lanza por la ventana. Descubre, empero, quién es el asesino.

Personajes

  • El protagonista.
  • Montes, el mejor amigo del protagonista.
  • Lamas, Pereyra y Ferro. Tres argentinos sospechosos de haber matado a Montes.
  • Petrona, una mucama con quien el protagonista sostiene una relación amorosa.

Análisis de la obra

El relato es similar a los cuentos de Poe, no solo en el tema policial sino en la resolución del misterio, en forma muy distinta a la explicación deductiva, tal vez influenciado por la traducción de las obras de aquél, que Cortázar publicaría un poco más tarde. La muerte y la venganza representan más un acto de posesión que de resolución del problema.[4]​ En «El móvil» se describen dos conflictos afrenta-venganza: el primero es el que se origina por el triángulo Montes-mujer-Lamas, que desencadena la necesidad de vengar la muerte por parte del protagonista. El segundo es el triángulo protagonista-Petrona-Pereyra, que termina con la muerte del último, finalizando e invirtiendo al primero: la muerte de Pereyra por el personaje explica la de Montes, revelándole la verdad de su muerte al narrador.[5]

Existe un paralelismo con «Hombre de la esquina rosada» de Jorge Luis Borges, aunque el personaje de Cortázar no maneja el cuchillo como el otro. El personaje central de ambas historias es similar, con argumentos y giros similares que el desenlace explica en igual forma.[6]​ En «El móvil» el relato es narrado en primera persona —como en Hombre...— por el personaje a sus amigos 20 años después de ocurrido, para lo que no requiere dar explicaciones o justificarse. Como en el cuento de Borges, el personaje utiliza la jerga típica del compadre porteño, en la que según el propio Cortázar referido a Gardel: «En su voz de compadre porteño se refleja, espejo sonoro, una Argentina que ya no es fácil de evocar». En «El móvil» el único punto de apoyo que genera tensión es el ascenso lineal del deseo de venganza del protagonista a medida que investiga entre los argentinos del viaje.[5]​ Mientras que en el primer cuento el relato es lineal, en el segundo se bifurca en dos conflictos que dividen la narrativa. Al finalizar «Hombre...» el autor revela lo que insinuaba en el cuento —técnica conocida como adivinanza resuelta—, mientras que en «El móvil» el lector debe actuar como detective, interpretando las pistas que se dejan como camino de migas para resolver el argumento —técnica de anagrama—.[6]

En este al igual que en otros cuentos, Cortázar busca darle una voz en la que los personajes dibujan situaciones trazadas por el tono que imponen, haciendo que desaparezca su propia voz para que solo se escuche la que se esfuerza en recuperar, aunque utiliza la grafía normal.[5]​ Borges en cambio confunde los elementos del habla del compadre con otros propios, que le dan un estilo distintivo. No pretende reproducir la voz del paisano, sino la ilusión de su voz.[6]

Referencias

  1. «25 años sin Cortázar - Cronología». La Nación. Consultado el 13 de febrero de 2013. 
  2. Pérez-Abadín Barro, Soledad (2010). Cortázar y Che Guevara: Lectura de Reunión. Peter Lang. p. 16 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). ISBN 9783039119196. Consultado el 15 de febrero de 2013. 
  3. Bobes Naves, María del Carmen (1991). Comentario semiológico de textos narrativos. Universidad de Oviedo. p. 268 |página= y |páginas= redundantes (ayuda). ISBN 9788474685015. Consultado el 23 de febrero de 2014. 
  4. Silva Cáceres, Raúl (1997). El árbol de las figuras: estudio de motivos fantásticos en la obra de Julio Cortázar. Lom Ediciones. ISBN 9789562820103. Consultado el 23 de febrero de 2013. 
  5. a b c Alazraki, Jaime (1994). Hacia Cortázar: Aproximaciones a Su Obra. Anthropos Editorial. p. 382. ISBN 9788476584361. Consultado el 23 de febrero de 2013. 
  6. a b c Cortázar, Julio (2004). «Prólogo». Rayuela. Fundación Biblioteca Ayacuch. p. 652. ISBN 9789802763672. Consultado el 23 de febrero de 2013.