Derecho de Islandia

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El derecho de Islandia es una de las ramas del derecho nórdico que a su vez constituye una parte importante del derecho germánico.

La ley fue decidida por el Alþingi (Parlamento Islandés), durante el periodo de la Mancomunidad Islandesa entre 930 y 1262. Posteriormente, en 1281, durante la unión de Islandia y Noruega las leyes existentes fueron compiladas en el Jónsbók por Jón Einarsson.

Origen

El derecho islandés fue un complejo pero efectivo método de intervención legal para paliar los daños relacionados con conflictos y venganzas que precisaban de arbitraje para llegar a acuerdos satisfactorios para las partes en litigio. Su origen se remonta a la Era vikinga, cuando Úlfljótr el lögsögumaður fue enviado por los goði islandeses a Noruega para educarse durante tres años (927 – 930) y regresar con suficientes conocimientos como para establecer un marco legal en la isla. La primera ley islandesa se la conoce como «Ley de Úlfljót».

Los vikingos solucionaban sus conflictos «a la manera de los guerreros». Una violencia debidamente encauzada, con o sin muertes, y la necesidad de arbitrajes, no era una forma de solucionar los conflictos, era «la forma», a falta de instituciones públicas, establecida para equilibrar el sistema político de la isla.[1]​ Las sagas nórdicas ofrecen una perspectiva muy complicada de los asuntos legales, destacando la saga de Njál y Þorgils saga ok Hafliða donde abunda la violencia y cadenas de compensaciones (wergeld). No obstante la sociedad islandesa de aquel tiempo no era propensa a batallas a gran escala, la virulencia de sus actos era bastante comedida y esporádica; normalmente las rencillas se limitaban a título individual o implicaba a clanes familiares. La falta de una estructura de Estado y una élite dirigente que controlase a las clases subordinadas, favoreció este tipo de conflictos y mediaciones; era una forma de canalizar la violencia como un proceso social de estabilidad.[2]

Estructura y características

Condiciones

El Althing era el órgano soberano donde tratar los asuntos jurídicos, estaba compuesto por 36 goði cuando se formó gobierno hacia 930, aumentando a 39 hacia 965,[3]​ y el Lögrétta su órgano legislativo con 142 miembros (144 cuando se incorporaron los dos obispos católicos, Hólar al norte y Skálholt al sur, tras la conversión).[4]​ Los participantes en el Althing estaban sujetos al vápnatak, un término legal que obligaba a dejar las armas fuera de la zona donde se celebraba las sesiones y que se remonta a los primeros tiempos de la colonización. Las armas se recuperaban una vez finalizado el Althing.[5]​ A principios del siglo X se solía celebrar hacia el noveno jueves del verano, a mediados de junio.[6]

Juristas, abogados y mediadores

El concepto de abogado como se entiende en la actualidad no existía, el rol voluntario de lögmaður dependía de la capacidad de negociación, vínculos familiares, influencia y disposición de los apoyos necesarios para llevar una acción de forma agresiva o defensiva. A veces el intrincado sistema judicial no funcionaba todo lo bien que se esperaba, pese a los intentos de encontrar un compromiso. Las sagas citan ocasiones donde viables compensaciones se convierten en situaciones de riesgo y desembocaron en más violencia. Ese fue el caso de Eyjólf Bolverksson, posiblemente una de las tres personas más versadas en la ley islandesa, que uso artimañas, tecnicismos y vacíos legales, para favorecer a Flosi Þórðarson a cambio de un soborno durante el althing de 1012 y que casi desembocó en una guerra civil.[7]​ Otro caso fue el enfrentamiento entre dos poderosos caudillos, Þorgils Oddson y Hafliði Másson, y el enfrentamiento que tuvo lugar en el althing de 1121 entre los ejércitos de Þorgils con 940 hombres y Hafliði con 1440 hombres. Se consideró un asunto especialmente explosivo cuando una de las partes se negaba a aceptar ninguna compensación, una situación que también rozó la guerra civil por las vinculaciones con otros clanes aliados para con uno u otro bando.

Cuando se cometía un delito con resultado de muerte, el autor lo comunicaba públicamente en el primer núcleo habitado que encontrase, era la forma adecuada de someter a «legalidad» un acto de violencia. Los caudillos entonces podían ganar prestigio actuando como hófsmenn («hombres moderados») o góðviljamenn («hombres de buena voluntad»), que actuaban como mediadores o participaban en el arbitraje (görð o arbitraje simple; jafnaðardómr en casos con varias partes implicadas). Otros personajes, relacionados normalmente con la iglesia, actuaban como lögmaður (abogados) y los terratenientes y bóndi (hombres libres, habitualmente colonos y granjeros) adquirían también prestigio como kviðir (jurado).[8]​ Normalmente se llegaba a una compensación económica (sátt) y podía haber una condena de destierro y confiscación de bienes. En el caso de destierro, si el condenado permanecía en la isla, se arriesgaba que cualquier otro pudiera matarle sin temor a represalias legales. Si había muertos por ambas partes dependía mucho si eran hombres libres o thralls (esclavos), una vida no tenía el mismo valor que la otra. Si los muertos empataban en número y pertenecían a los clanes implicados, unos compensaban a los otros, una solución salomónica que las sagas muestran como poco popular.

Sanciones

Para las faltas menores, la sanción básica consistía en el pago de tres marcos de plata y adicionalmente la posible pérdida del estatus social, incluso el oficio de lögsögumaður o el caudillaje (goðorð) estaba en riesgo.[9]

Grettir Ásmundarson fue sujeto de uno de los destierros más largos en la historia de Islandia que se testimonia en la saga de Grettir, veinte años. Algo inusual, cuando no solía exceder los tres años en los casos leves (fjörbaugsgarðr) en contraste con el destierro de por vida en casos graves (skóggangr, literalmente «hombre del bosque»), acompañado con la confiscación de bienes, pérdida de estatus social y negar cualquier tipo de asistencia al proscrito (lo que implicaba, de facto, una condena de muerte).[10]​ Las sagas hablan de un tercer supuesto, el destierro local (héraðssekt), limitado a un proceso judicial en un distrito pero que no aparece en los códices conocidos.[11]​ Había un margen de tres años para abandonar la isla, pasado ese tiempo el individuo pasaba a un estado de ilegalidad total (skógarmaðr) y susceptible de ser atacado y muerto con impunidad en territorio islandés. No obstante la condena para un skógarmaðr podía ser mitigada por el Lögrétta, si el proscrito se exiliaba de por vida, perdiendo los derechos como ciudadano islandés.[12]

Entre individuos, si ambos tenían la suficiente confianza de llegar a un acuerdo compensatorio, existía la fórmula de mútuo acuerdo (sjálfdœmi) sin intervención de terceros ni tribunales, auspiciada por una de las partes implicadas con la seguridad que la otra parte respondería con moderación. Un ejemplo aparece en la saga Droplaugarsona, durante un intrincado conflicto jurídico entre el bóndi Helgi Droplaugarson y el goði Helgi Ásbjarnarson,[13][14]​ y también en la saga de Njál, entre Gunnar Hámundarson y Njáll Þorgeirsson.[15]

Los casos más extremos podían derivar en un duelo formal (holmgang) o un combate cuerpo a cuerpo sin regular (einvígi), pero perdió favor con el sistema de negociación y compensaciones y los duelos fueron abolidos a principios del siglo XI.[16]

Várthing

El Várthing (o tribunal de primavera) era la institución más antigua de la isla bajo el amparo de tres goði; hubo dos importantes núcleos previos a la institución del Althing, uno en Thorness y otro en Kjalarnes. Se dividía en dos partes, uno para enjuiciamientos (sóknarthing) y otro para asuntos relacionados con pagos y deudas (skuldathing). Un goði elegía a doce bóndi para tratar estos asuntos y podían actuar como jurados.[17]

Tras los graves incidentes acaecidos por el cruento enfrentamiento entre partidarios de los caudillos Þórðr Óleifsson y Tongu-Odd, el Althing se vio inhabilitado de actuar ya que cada uno de ellos pertenecía a diferentes distritos. En 965 la asamblea decidió dividir el tribunal de forma territorial en cuatro juridicciones para evitar similares escaladas de violencia y el desorden provocado por el conflicto entre ambos. Así los tribunales de primavera se dividieron en cuatro territorios (Landsfjórðungur):

Para entonces, el número de goði en el Althing aumentó a 39 miembros.[18]​ Al margen apareció la figura de la «quinta corte» (fimtardómr), una especie de tribunal supremo compuesto por 48 jueces nombrados por los goðar de la sección legislativa (Lögrétta).

Aun hubo otro tribunal intermedio, la asamblea de las cuartro cortes (fjórðungathing), pero no existe mucha información al margen de saber que trataba asuntos de su competencia regional; por otro lado el Althing ensombrecía su actividad y no se contaba entre las asambleas periódicas. El Grágás lo menciona una sola vez y no cita expresamente si fue alguna vez constituida con regularidad.[19]

Leið

Los mismos tres goði eran responsables del Leið (o tribunal de otoño) que solía celebrarse en agosto. No tenía una función judicial, y cada caudillo podía celebrar una vista individualmente. El propósito del Leið era informativo, sobre todo para quienes no pudieron desplazarse al Althing y eran informados de los asuntos tratados y nuevas leyes si hubiere. También tenía una función concreta dentro de un contexto de política económica.[20]

Jónsbók

Tras la firma del tratado con Noruega, el gamli sáttmáli (pacto antiguo), por el cual desapareció la Mancomunidad Islandesa y sus habitantes se sometieron a la corona en 1262, los juristas islandeses toman Járnsíða como base para una nueva legislación como resultado de los cambios producidos tras la anexión y que permanecería vigente durante cuatro siglos hasta 1662. Fue recogida en 1281 por Jón Einarsson en una compilación llamada Jónsbók, una de las obras que más ha influenciado, legal y culturalmente, a Islandia. Jónsbók clasifica a la sociedad islandesa en tres clases, clérigos, artesanos y bóndi.[21]

En particular, manifiesta que la iglesia estaría a partir de entonces sujeta a su propia jurisdicción e independencia económica y los negocios y propiedades de los bóndi estaban sujetos a ciertas obligaciones sociales. No obstante, estamentos como el rey, el Umboðsmaður y el representante real Loðinn leppur reaccionaron de forma adversa a la decisión del Althing y no se llegó a un acuerdo unánime hasta 1314, tras previas y profundas negociaciones de 1294 y 1305.

Curiosidades

La ley islandesa recogía como una ofensa grave dedicar un poema de amor a una mujer, aunque fuera casadera;[22]​ según su criterio social, perjudicaba la reputación de la mujer.[23]​ Uno de los capítulos de Jónsbók cubre el enriquecimiento ilícito y la usura, así como las sanciones adecuadas para cada caso.

Véase también

Referencias

  1. Byock, Jesse (1993), Feud in the Icelandic Saga, University of California Press, ISBN 0-520-08259-1 p. 42.
  2. Byock, Jesse (1993), Feud in the Icelandic Saga, University of California Press, ISBN 0-520-08259-1 Intro p. 2.
  3. Byock, Jesse (1993), Feud in the Icelandic Saga, University of California Press, ISBN 0-520-08259-1 p. 210.
  4. Gwyn Jones, A History of the Vikings, Oxford University Press, 1973, p. 284.
  5. Hrafnkel's Saga and Other Histories, Penguin Classics, ISBN 978-0-14-044238-0 p. 55 nota.
  6. Hrafnkel's Saga and Other Histories, Penguin Classics, ISBN 978-0-14-044238-0 p. 46 nota.
  7. Saga de Njál, cap. 138
  8. Jesse L. Byock (2001), Viking Age Iceland, Penguin Books, ISBN 0-14-193765-3 pp. 77-79
  9. Laws of Early Iceland: Grágás I, trad. Andrew Dennis, Peter Foote, Richard Perkins (1980), University of Manitoba Press, Winnipeg, pp. 7-8.
  10. Gisli Sursson's Saga and The Saga of the People of Eyri, Penguin Classics, 1997, ISBN 978-0-14-044772-9 p. 234.
  11. Jesse L. Byock (2001), Viking Age Iceland, Penguin Books, ISBN 0-14-193765-3 p. 231-233
  12. Jesse L. Byock (1990), Medieval Iceland: Society, Sagas, and Power, University of California Press, ISBN 0-520-06954-4 p. 29.
  13. Byock, Jesse (2001), Viking Age Iceland. Penguin Books, ISBN 978-0-14-029115-5 p. 192
  14. Byock, Jesse (1993), Feud in the Icelandic Saga, University of California Press, ISBN 0-520-08259-1 p. 40 – 46.
  15. Byock, Jesse (1993), Feud in the Icelandic Saga, University of California Press, ISBN 0-520-08259-1 p. 182-9.
  16. Jesse L. Byock (2001), Viking Age Iceland, Penguin Books, ISBN 0-14-193765-3 p. 183
  17. Jesse L. Byock (2001), Viking Age Iceland, Penguin Books, ISBN 0-14-193765-3 p. 173
  18. Gwyn Jones, A History of the Vikings, Oxford University Press, 1973, p. 283.
  19. Grágás 1879: 356 cap. 328
  20. Jesse L. Byock (2001), Viking Age Iceland, Penguin Books, ISBN 0-14-193765-3 p. 174
  21. Sigurður Líndal (2009), Réttarsöguþættir, ISBN 978-9979-66-209-9 p. 122
  22. Hrafnkel's Saga and Other Histories, Penguin Classics, ISBN 978-0-14-044238-0 p. 89 nota.
  23. Foote, Peter & David M. Wilson (1970),The Viking Achievement, London: Sidgwick and Jackson, ISBN 0312035101 p. 112.

Bibliografía

  • Þorgils saga ok Hafliða (1952), ed. Ursula Dronke, Londres
  • Anónimo (2003) Saga de Nial, (trad.) Enrique Bernárdez, Siruela Ediciones, Madrid, España, ISBN 10: ISBN 84-7844-724-5 ; ISBN 13: ISBN 978-84-7844-724-4 (en español)
  • Jónsbók (2010), Jana K. Schulman (ed.), según MS AM 351 fol. Skálholtsbók eldri., Bibliotheca Germanica Series Nova - Vol. 4, ISBN 978-3-922441-82-3
  • Byock, Jesse (2002), The Icelandic Althing - Dawn of Parliamentary Democracy, Heritage and Identity: Shaping the Nations of the North, ed. J. M. Fladmark, The Heyerdahl Institute and Robert Gordon University. Donhead St. Mary, Shaftesbury, pp. 1-18.