Crisis económica en Ecuador de 1998-1999

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La crisis financiera en Ecuador de 1999 sucedió durante el gobierno de Jamil Mahuad y Gustavo Noboa, en que varios bancos privados de ese país cerraron o entraron a proceso de rescate financiero pasando a manos del Estado ecuatoriano. Esta crisis financiera sucede en medio de otros acontecimientos, el fenómeno natural de El Niño de 1998 en que el sector agrícola ecuatoriano quedó en bancarrota, la crisis financiera internacional y el desplome del precio del petróleo en la época (US$6,30 por barril) siendo Ecuador un país cuyos mayores rubros de exportación y el financiamiento del presupuesto estatal dependen de la industria petrolera.

En 1998 se establecieron políticas de “salvataje bancario” que permitieron la entrega de créditos a la banca privada, a través de instituciones públicas. En el Congreso Nacional, cuya conformada estuvo formada por el Partido Social Cristiano y el oficialista Democracia Popular, creó leyes e instituciones (como la AGD) para que el Estado se haga cargo de las deudas de la banca privada.

El 8 de marzo de 1999, se declaró un <<feriado bancario>> de 24 horas con la finalidad de evitar la hiperinflación, la medida finalmente duró 5 días. Todas las operaciones financieras estaban suspendidas. Mientras tanto, el presidente Mahuad decretó un <<congelamiento de depósitos>> por 1 año, de las cuentas de más de 2 millones de sucres (ver: certificado de depósito reprogramable). Aun así los bancos que recibieron ayuda estatal quebraron y el Estado los incautó y en algunos casos asumió sus operaciones.

Durante ese mismo año, el Banco Central del Ecuador con el fin de salvar el déficit presupuestario del Estado que le impedía cubrir con el gasto público, implementó una serie de medidas devaluatorias del sucre. El efecto de decretar la inflación, fue la depreciación de los ahorros de la población. En respuesta a las medidas del banco central la población ecuatoriana empezó a cambiar masivamente la moneda nacional, sucre, por el dólar americano que brindaba más confianza.

Otra causa que se alega detonó la caida del sistema financiero ecuatoriano durante ese periodo fue la propuesta del Partido Social Cristiano (PSC) y su congresista Jaime Nebot, para crear un impuesto del 1% sobre las transacciones financieras que entró en vigencia el 1 de enero de 1999. El impuesto a la circulación de capitales provocó el retiro de depósitos a la vista por parte de los usuarios del sistema bancario, tanto para evitar el pago del nuevo gravamen como por los mayores requerimientos de liquidez.

La crisis financiera produjo aproximadamente un 70% del cierre de las instituciones financieras del país. En 1999 la actividad económica fue -7 o -8% y el sucre perdía su valor por 195%. Las pérdidas económicas ascendieron a 8.000 millones de dólares. El ingreso per cápita del dólar americano había caído por 32% durante aquel año. El desempleo aumentó de 9% al 17% y el subempleo aumentó de 49% al 55%. Fueron utilizados 1.6 mil millones dólares de los fondos del Estado de Ecuador a los bancos que quebraron. El medio circulante aumentó a una proporción anual de 170% para pagar a los depositantes de los bancos quebrados.

A finales de 1999, la popularidad del presidente Mahuad había caído al 9%. En enero de 2000 el gobierno decretó la dolarización a una paridad de 25.000 sucres por dólar. Por lo cual, quienes tenían ahorros <<congelados>> en sucres, recuperaron sólo una quinta parte; mientras que los que tenían créditos con entidades financieras vieron reducida su deuda en una quinta parte. Los problemas económicos, financieros y políticos irresolutos llevaron a masivas protestas, en las que un grupo de mandos medios del ejército liderados por Lucio Gutierrez se tomaron el Congreso Nacional y declararon un triunvirato con la participación de civiles y el movimiento indigenista CONAIE, un 21 de enero. Mientras tanto el alto mando de la Fuerzas Armadas retiró su apoyo al presidente, derrocando a Mahuad el 22 de enero del año 2000 y facilitando la asención de Gustavo Noboa como presidente constitucional.

Esta inestabilidad económica e institucional suele considerarse el origen de la mayor ola migratoria de la historia del Ecuador, hacia países como España, Italia, y Estados Unidos durante la siguiente década.

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