Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Cáceres y Portugal

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Compañía los ferrocarriles de Madrid a Cáceres y Portugal
Acrónimo MCP
Tipo Sociedad anónima
Industria Transportes, Ferrocarril
Forma legal sociedad anónima
Fundación Diciembre de 1880.[1]
Disolución 1927
Sede central Madrid, Bandera de España España.
Productos Transporte ferroviario

La Compañía de los ferrocarriles de Madrid a Cáceres y Portugal (MCP) fue una compañía ferroviaria que destacó principalmente por poseer el ferrocarril de Madrid a Portugal. En sí no era el único ferrocarril, ya que además poseía el ferrocarril de Astorga a Malpartida de Plasencia. A pesar de contar con esta línea de gran importancia y poseer la Estación de Delicias de Madrid, la compañía nunca fue rentable y siempre sufría importantes déficits. La situación llegó al extremo en que la mala situación económica impedía el mantenimiento del equipo y las infraestructuras, por lo que acabó siendo incautada por el Estado en 1927 y siendo integrada a posteriori en la Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste.

Historia

Explotación

La Compañía de los ferrocarriles de Madrid a Cáceres y Portugal se constituyó en diciembre de 1880 a partir de dos sociedades:

Contaban también con el soporte financiero de la Compañía Real de los Caminos de Hierro Portugueses, con la que compartían el tráfico a través de su conexión ferroviaria con Portugal.[1]​ La inauguración del ferrocarril de Madrid a Portugal se realizó en octubre de 1880 de mano de los reyes de ambas naciones: Alfonso XII y Luis I. Para esta inauguración todavía no se había creado oficialmente la compañía del MCP.

Acción de 500 pesetas emitida por la MCP.

Tras su creación, la compañía consiguió la adquisición de los derechos de construcción de la línea de Plasencia a Astorga a través de un intermediario y con el título de Ferrocarriles del Oeste de España, pero la construcción quedó paralizada debido a la crisis financiera de la empresa lusa, soporte financiero de MCP. Debido a esta crisis, en 1891 la compañía traspasó sus derechos de explotación a la nueva sociedad Gran Central de España, que daría paso, en 1894, a la nueva Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Cáceres y Portugal y Oeste de España[2]​ tras la suspensión de pagos de las compañías de Madrid a Cáceres y Portugal, la Real Portuguesa y la del Oeste. Esta compañía explotaría la línea Madrid-Cáceres-Portugal junto a la de Malpartida de Plasencia - Astorga, que finalmente sería inaugurada el 21 de abril de 1896.[2]

Ni por la extensión de su red ni por el volumen de su negocio alcanzó la M.C.P. la importancia, ni mucho menos, de las otras dos grandes compañías (Compañía de los Caminos de Hierro del Norte y MZA) que en Madrid tuvieron su cabecera. Si aparecía con algún relieve sobre otras varias fue por ser internacional su línea básica, y por tener la empresa en su mando, consejo y dirección en el edificio de su estación de Delicias.

Estación de Delicias

Esta estación no pertenecía originalmente a la M.C.P., pues el proyecto había sido llevado a cabo por la Compañía de Caminos de Hierro de Ciudad Real a Badajoz, que se postulaba como una creciente compañía. Pero estas expectativas terminaron cuando la compañía fue absorbida por la MZA en 1880, la cual ya contaba con la Estación de Atocha en propiedad. Por ello, en el Convenio de París de 13 de febrero de 1883 la estación fue vendida a M.C.P. aunque los trenes a Ciudad Real continuaron saliendo de la Estación de Delicias hasta diciembre de 1892, año en que finalizan las obras de ampliación y reforma de la Estación de Atocha iniciadas en 1888.[3]​ La estación se convirtió en cabecera y sede de la compañía, que tenía sus oficinas en el edificio y desde allí dirigía las operaciones ferroviarias, aunque estaba más preparada como estación de paso que como estación término.

Etapa de crisis y desaparición

A pesar de la siempre deficiente situación financiera de la compañía, logró mantenerse independiente durante largos años. Sin embargo, incluso con las ayudas estatales los resultados negativos de la explotación mantenían el material rodante y las infraestructuras de la compañía en un estado lamentable. Finalmente, esta situación obligó al Estado, en 1927, a incautar las líneas, creándose así la Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste en 1928.[4]

Fuentes

  • Wais, Francisco (1974). Historia de los Ferrocarriles Españoles. Madrid: Editorial Española. 

Referencias

  1. a b Francisco Wais, pág. 375
  2. a b Francisco Wais, pág. 384
  3. Francisco Wais, pág. 381
  4. Francisco Wais, pág. 376