Centenario de la Independencia del Perú

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 12:50 4 nov 2014 por 190.239.92.149 (discusión). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.

Se denomina Centenario de la Independencia del Perú al grupo de festividades que se realizaron en Perú en el año 1921 para conmemorar los cien años de su Independencia --. Para celebrarlo se organizaron grandes y fastuosas fiestas que fueron supervisadas y presididas por Augusto Leguía, entonces mandatario del país.

Durante los homenajes que se iniciaron en 1921, llegaron a Lima delegaciones de 34 países para presentar su saludo a ese presidente que daba que hablar fuera de la patria debido a sus contactos con el exterior, herencia de la trayectoria comercial que tuvo antes de iniciar su vida pública.

Celebraciones

La ciudad de Lima fue engalanada para la ocasión con luces eléctricas que decoraban, entre otros edificios importantes, el Congreso de la República, el Palacio de Gobierno, la Plaza Mayor y la Torre del Parque Universitario, obsequio de la colonia alemana. También fueron adornados unos arcos o pórticos que ostentaban los escudos de las naciones con las que se compartió la emancipación; Ecuador, Colombia, Venezuela, Bolivia y Panamá, y que fueron colocados en las avenidas más visitadas por los vecinos y los turistas llegados para la ocasión. Los pórticos, edificios y plazas fueron regiamente iluminados por la empresa Todo Eléctrico, propiedad del ingeniero Fernando Reusche Justo.

La Municipalidad de Lima obsequió el monumento del almirante Bergasse du Petit Thouars que está frente a la sede de Radio Nacional y la Plaza Washington. La capital peruana fue visitada por numerosas delegaciones de otros países, motivadas por las excelentes relaciones internacionales que se habían sabido tejer el gobierno del presidente Leguía. Posteriormente se publicó un libro en el que se hace un recuento de las visitas extranjeras, señalando no sólo la cantidad de integrantes de las delegaciones sino la calidad de los personajes que llegaron a visitar el país.

Entre los los embajadores y enviados extraordinarios extranjeros estuvieron el barón Paul de Groote, enviado del rey de Bélgica; Douglas Cochrane, XII conde de Dundonald, enviado del Reino Unido; el general Charles Mangin, enviado de Francia; Antonio Gómez Restrepo, de Colombia; Antonio Caso, de México; Cipriano Muñoz y Manzano, II conde de la Viñaza, embajador del rey de España; el arzobispo Carlo Pietropaoli y el agregado Lelio Nicolo Orsini, príncipe de Vallata, enviados del papa; Albert Douglas, embajador de Estados Unidos; el arzobispo Luis Duprat, de Argentina; el expresidente José Espalter, de Uruguay; embajador de la reina de Holanda; Harvard Huitfeldt Bachke, enviado del rey de Noruega, Otto Wadsted, enviado del rey de Dinamarca; Carlos F. Hultgren, enviado del rey de Suecia; senador Guglielmo Mengarini, embajador del rey de Italia; barón Hans Paul von Humboldt-Dachroeden, embajador de Alemania; Silvino Gurgel do Amaral, embajador del Brasil; Abel Iturralde, embajador especial de Bolivia; entre otros.

Obsequios de las colonias extranjeras

Algunas colonias, con ayuda de sus gobiernos naturales o sin ella, tomaron la decisión de regalarle a la ciudad de Lima un presente que perennizase el centenario y tradujese en la forma de un monumento que adornara la muy progresista y afrancesada ciudad capital. Los ofrecimientos de dichos monumentos fueron hechos en 1921, pero no todos los obsequios estuvieron listos para ese año: algunos empezaron a construirse en esa fecha, pero como su ejecución demandaba tiempo, fueron entregados progresivamente hasta 1926, en una serie de ceremonias. La idea original había sido que esos obsequios se entregasen entre 1921 y 1924, es decir, entre el centenario de la proclama de la Independencia del Perú por parte del Libertador don José de San Martín, que se cumplía el 28 de julio de 1921, y el de la Batalla de Ayacucho, celebrado el 9 de diciembre de 1924, que selló la independencia de la dominación de España en América. Las colonias residentes en el Perú que ofrecieron regalos fueron la alemana, la francesa, la belga, la norteamericana, la china, la japonesa, la palestina, la inglesa, la italiana y la española. También hubo países que hicieron obsequios. Tal fue el caso de Argentina, que luego de la ceremonia del 28 de julio de 1921, dejó los caballos tucumanos, sus arreos y las lanzas con las que desfilaron los soldados que la patria de San Martín había enviado para recordar la epopeya libertadora.

Colonia alemana

La colonia que representó Alemania, una de las más antiguas afincadas en el Perú, obsequió una torre con reloj, que está ubicada en el Parque Universitario. Este monumento contiene un mecanismo conectado a una serie de campanas que hacía que, a las doce del mediodía, tañese el Himno Nacional del Perú. Existen fotos en las que se puede apreciar la torre iluminada formando parte del conjunto de edificaciones que engalanaron la ciudad para el centenario, lo que hace ver que los alemanes, con su consabida organización, entregaron su obsequio antes de 1924.

Esta magnífica torre ha sido testigo de los avatares de los estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos a lo largo de los años. Cuántas veces, mientras las campanas tocaban el "Somos libres" al pie del monumento, se producían los reclamos de libertad de los estudiantes, reprimidos a palos por la policía, que acataba las órdenes del gobernante de turno. La torre fue cayendo en el olvido, y en este caso por falta de mantenimiento dejó de tocar el himno durante muchos años.

Recientemente, durante el gobierno municipal de Alberto Andrade, la torre fue restaurada y su mecanismo, una vez reparado, se puso otra vez en marcha para deleite de los viandantes que llegan a este céntrico parque a gozar de los espectáculos que ahí se realizan, mientras a las doce el campanario toca el himno y a cada hora hace recordar al habitante que tienen una cita que atender, o quién sabe si pretende decirles que ha transcurrido una hora más sin que alcancemos aún la cita con la libertad.

Colonia belga

Esta colonia, que había pasado por todas las etapas de la vida en el Perú, no podía estar ausente en esa fecha tan especial, y obsequió un monumento del escultor belga Constantin Meunier (18311905), que representaba a un estibador. Esta pieza de bronce, de 2,10 metros de altura, fue inaugurada por el presidente Leguía en junio de 1922. Se ubicó al comienzo de la avenida Leguía (Hoy Avenida Arequipa), lugar que hasta hoy conserva, cosa poco común en la ciudad de Lima, donde con frecuencia las estatuas parecen caminar.

Colonia británica

Otra colonia que tenía una presencia política y económica importante era, sin duda, la del Reino Unido. Al igual que en otros países sudamericanos, los ingleses tenían grandes intereses comerciales en el territorio. Mantenían en Lima un club británico, el Phoenix Club, en el que se seguían todas las costumbres londinenses. Fue sin duda en este lugar donde se gestó la idea de hacerle al Perú un obsequio por el importante aniversario de su Independencia. El Comité Británico del Centenario estuvo presidido por el general Archibald Cooper e integrado por los señores P. L. Bachelor, N. Xison, Malcolm Grant y Robert Wakeham; este último era, en ese tiempo, el comandante general del Cuerpo de Bomberos.

Aficionados como pocos a los deportes, los ingleses optaron por obsequiarle al Perú un estadio en el que se pudiese hacer campeonatos haciendo la reconstrucción y ampliación sobre el terreno que anteriormente ocupaba el Estadio Guadalupe y al que se le bautizó como Estadio Nacional de Lima.

El planteamiento inicial contemplaba la construcción de un gran complejo deportivo y por ello su construcción demoró varios años. El Nacional contaba con una tribuna preferencial de madera y algunos palcos laterales a nivel del piso, lo que lo convertía en un estadio de estilo simple. Contaba además con una cancha auxiliar sin tribunas. Además, el complejo deportivo contaba con una Piscina olímpica donada por la colonia japonesa en 1935.

Con una capacidad para 6.000 personas, el Estado ubicado en la Urbanización de Santa Beatríz fue inaugurado en julio de 1923

En 1951, durante el gobierno del presidente Manuel A. Odría, el Estadio Nacional de Lima fue cerrado y derruido para dar paso a la construcción del actual Estadio Nacional. sus tribunas de madera fueron destinadas a otros escenarios deportivos, principalmente en el interior del país como también al Estadio Lolo Fernández del club Universitario de Deportes. Este estadio quedó en la memoria de la afición futbolística con el apelativo de Antiguo Estadio Nacional.

Colonia francesa

Los Franceses obsequiaron la actual Plaza Francia, anteriormente llamada Placita de La Recoleta, que incluye una estatua a La Libertad y esta realzada por 24 bancas sobre un piso de lajas y la fachada negótica de la Iglesia de La Recoleta.

La plaza ha sido restaurada recientemente, aunque aún no se le ha devuelto la antorcha que hace poco más de un año le fue robada.

Así mismo, destaca el monumento en bronce del padre Dinthillac, fundador de la Pontificia Universidad Católica del Perú y la placa conmemorativa al almirante francés Bergasse du Petit Thouars, por su participación en la defensa de Lima durante la ocupación chilena en 1880.

Se dice que cuando la toma de la ciudad por el ejército chileno ya era inminente, el valeroso contralmirante amenazó a los jefes chilenos de bombardearlos si la ocupación no se hacía de manera pacífica. Esta acertada intervención evitó que Lima fuera totalmente destruida.

Colonia china

Fuente china donado por la colonia China con motivo del centenario de la Independencia del Perú.

Obsequiaron la Fuente Monumental, hecha en Italia por el escultor Mario Vannini que aún se puede ver en el Parque de la Exposición con un mensaje de fraternidad universal entre las razas representado por la escultura en la parte superior

Colonia norteamericana

La colonia de Estados Unidos donó una fuente ornamental de bronce que está ubicada frente a la residencia del embajador de ese país, en la avenida Arequipa.

Colonia italiana

Museo de Arte Italiano.

La colonia italiana, animada por don Gino Salocchi, obsequió uno de los más bellos regalos, el Museo de Arte Italiano, inaugurado en 1924. Está abierto al público hasta el día de hoy, en su lugar originario, en el Parque Neptuno. Se inauguró con seis salas y más de 200 obras de arte el 23 de marzo de 1924 en el antiguo Parque Neptuno, hoy convertido en Parque de los Museos.

Este obsequio fue promovido don Gino Salocchi y el encargado del proyecto fue el Arquitecto Milanés Gaetano Moretti quien también realizó La Fuente China. El museo está ubicado en la segunda cuadra de la Av. Paseo de la República, en el Centro Histórico de Lima y cuenta con un amplio jardín, estacionamientos y seis salas para la exposición de su colección permanente y de las exposiciones itinerantes que allí se realizan. En la sala 2 se encuentra un vitral inspirado en "La Primavera" de Sandro Botticelli.

A través del edificio, tanto en diseño como en elementos decorativos, queda representado el arte italiano del pasado: elementos de la arquitectura de Bramante, relieves y detalles decorativos inspirados en Donatello, Ghiberti, Miguel Ángel y Botticelli. La fachada se completa con los escudos de las principales ciudades italianas y dos gigantescos mosaicos, hechos por la Asociación de Mosaicistas Venecianos, con los personajes más notables de la historia de Italia. Colección

La primera selección de las obras que pertenecerían a la colección permanente del museo se realizó bajo la curaduría de Mario Vannini Parenti adquiriendo una donación superior a 200 obras, entre esculturas, pinturas, dibujos, grabados y cerámicos, de forma que quedaran representados artistas de todas las regiones de Italia.

Gran parte de la colección data de principios del siglo XX, aunque no se puede apreciar el movimiento de vanguardia en el Museo.

Colonia palestina

Fue el único obsequio que no se encuentra en Lima, sino en la ciudad de Arequipa.

Colonia española

Archivo:Arco-morisco.jpg

El obsequio de la colonia española fue "El Arco de la Amistad", una construcción morisca inicialmente construido en el año 1924 y cuyo autor es desconocido, fue derrumbado en 1938 para ampliar la Av. Arequipa. Su edificación empezó en agosto de 1921, y la comunidad española lo entregó como regalo a la ciudad de Lima en julio de 1924. En 1938, el presidente peruano Oscar Benavides ordenó la demolición del monumento, aludiendo a los problemas de tránsito que éste ocasionaba. La destrucción de este símbolo de los lazos de amistad entre Perú y España causó malestar en la colonia española, e incluso algunos interpretaron la orden de Benavides como un acto de venganza política contra el ex presidente Leguía.

En el año 2001, el alcalde de Santiago de Surco, el Sr. Carlos Dargent y la Colonia Española con la presencia de los Reyes de España, inauguraron el nuevo Arco de la Amistad, de 29 metros de altura, copia fiel de su predecesor, ubicado en el Parque de la Amistad en la Av. Caminos del Inca.

Colonia japonesa

Monumento a Manco Capac.

La colonia japonesa obsequió el monumento a Manco Capac ubicado en el distrito de La Victoria.

Se encargó la obra al escultor David Lozano y en 1922 se efectuó la ceremonia de inicio, estuvo ubicada en el cruce de las avenidas Grau y Santa Teresa, a la que después se llamaría avenida Manco Cápac. Luego, la obra sería trasladada a su ubicación actual. Una serie de contratiempos y el incumplimiento del contrato por parte del escultor demoraron la obra, que finalmente fue inaugurada el 5 de abril de 1926. El monumento demoró en realizarse tres años, nueve meses y 21 días y costó aproximadamente 113 500 soles.

Véase también