Casta divina

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Casta divina es un apelativo que en el estado de Yucatán, y por extensión en México, fue usado para denominar con ironía a un grupo social compuesto por la plutocracia criolla, emergida desde la Guerra de Castas. Tiene una connotación histórica y está referido a circunstancias, personajes, hechos políticos y sociales ocurridos en las postrimerías del siglo XIX y a principios del XX en el contexto de la Guerra de Castas, el México Porfiriano y la Revolución mexicana en tal entidad federativa.

Se atribuye la forja del apelativo al general Salvador Alvarado jefe del ejército constitucionalista en el sureste de México y gobernador preconstitucional de Yucatán de 1915 a 1917.[1]

Historia y personajes involucrados

En 1915, cuando llegó el general Alvarado a Mérida, tras haber vencido en batalla al sublevado Abel Ortiz Argumedo, habiendo sido enviado enviado por el jefe máximo del Constitucionalismo, Venustiano Carranza, con el propósito de hacer valer los postulados de la revolución en la Península de Yucatán, se encontró con una grave descomposición política y social producto principalmente del sojuzgamiento en que vivía la parte de la sociedad yucateca a manos de un grupo oligárquico integrado por comerciantes, industriales y terratenientes que dominaban no sólo la industria henequenera, principal actividad económica de la región, sino en general, prácticamente todas las actividades productivas importantes del estado. Este grupo oligárquico estaba encabezado por Olegario Molina Solís, agente del Porfiriato en tanto que siendo ministro de Fomento en el gobierno del dictador Díaz y quien, no obstante haber sido depuesto junto con su jefe, desde 1911, por el movimiento revolucionario iniciado por Francisco I. Madero, y estar exiliado en La Habana, Cuba, seguía dominando por medio de testaferros la política y la economía de su estado natal.[2][3][4]

Fue precisamente la existencia de ese grupo excluyente que controlaba la economía del estado de Yucatán lo que motivó al general revolucionario a acuñar el término de Casta divina para denominarlo. Pero no sólo en atención al comportamiento y prepotencia de sus componentes, de donde el uso del adjetivo "divino", sino que con la expresión se aludía también a la lucha armada que recién había concluido en Yucatán y a la que se había llamado Guerra de Castas, conflicto interétnico que se extendió durante más de medio siglo, de 1847 hasta 1901. En esta guerra la población maya se había sublevado en contra de los criollos y mestizos de Yucatán, en una lucha que pretendió esencialmente la reivindicación económica y social de las masas oprimidas.[5]

Véase también

Referencias y notas

  1. Archivo General del Estado de Yucatán (2010). «El Porfiriato henequenero y la Casta Divina». Consultado el 14 de julio de 2010. «Cita:"La consolidación del cerrado y reducido grupo oligárquico alrededor del Lic. Molina Solís, a la que el Gral. Alvarado llamó “casta divina”, había desplazado a las facciones que originalmente detentaban el dominio del mercado henequenero. "». 
  2. Sierra, José Luis (2000). La Plutocracia en Yucatán; Tomo I: El PAN, Instrumento Electoral; Tomo II: El Diario de Yucatán, Ariete Político. Tomo III: La Casta Divina: de Porfirio Díaz a Vicente Fox. Fundación Colosio/Yucatán A.C. 
  3. Turner, John Kenneth (1965). México Bárbaro. Costa Amic. Consultado el 15 de julio de 2010. «"El principal entre los reyes del henequén de Yucatán es Olegario Molina, ex gobernador del Estado y secretario de Fomento de México. Sus propiedades, tanto en Yucatán como en Quintana Roo, abarcan más de 6 millones de hectáreas: un pequeño reino. Los 50 reyes del henequén viven en ricos palacios en Mérida y muchos de ellos tienen casas en el extranjero. Viajan mucho, hablan varios idiomas y con sus familias constituyen una clase social muy cultivada. Toda Mérida y todo Yucatán, y aun toda la península, dependen de estos 50 reyes del henequén. Naturalmente, dominan la política de su Estado y lo hacen en su propio beneficio. Los esclavos son: 8 mil indios yaquis, importados de Sonora; 3 mil chinos (coreanos) y entre 100 Y 125 mil indígenas mayas, que antes poseían las tierras que ahora dominan los amos henequeneros.Seguramente el pueblo maya representa casi el 50% de la población yucateca, y aun la mayoría de los 50 reyes del henequén son mestizos de maya y español. Los mayas son indígenas aunque no indios en el sentido norteamericano común de esta palabra. No son como los de los Estados Unidos y se les llama así tan sólo porque habitaban en el hemisferio occidental cuando llegaron los europeos. Los mayas tenían una civilización propia cuando los españoles los descubrieron, y se sabe que su civilización era tan avanzada como la de los aztecas del centro de México o la de los incas del Perú".» 
  4. Biblioteca virtual. México Bárbaro. John Kenneth Turner
  5. Casares G. Cantón, Raúl; Duch Colell, Juan; Zavala Vallado, Silvio et ál (1998). Yucatán en el tiempo. Mérida, Yucatán. ISBN 970 9071 04 1.