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Caso Huertas

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En julio de 1975, el periodista catalán Josep Maria Huertas Clavería sufrió en primera persona las consecuencias de la represión franquista todavía vigente pese a la Ley de Prensa e Imprenta de 1966, la denominada ley Fraga. Este nombre se debe a su autor, Manuel Fraga Iribarne, Ministro de Información y Turismo del Gobierno de Franco, leal a la dictadura pero con una mentalidad de apertura del régimen, que modificó la ley anterior de 1938 eliminando la censura previa.[1][2]

El sábado 6 de junio de 1975, Huertas publicó en el diario Tele/eXprés un reportaje titulado «Vida erótica subterránea», en el que hacía un repaso histórico sobre la vida sexual de Barcelona desde los años 20 a los 60. Sin embargo, y pese a haber sido revisado por el redactor jefe de la publicación, hubo una frase que molestó a los militares, colectivo que todavía tenía un gran peso social. En el reportaje, Huertas afirmaba que «Un buen número de “meublés” (casas de citas) están regentados por viudas de militares, al parecer por la dificultad que para obtener permiso para abrir algunos hubo después de la guerra».[3][4]​ Esta realidad, aunque conocida por periodistas y ciudadanos, no se comentaba, por miedo a molestar a algún miembro de un sector intocable durante la dictadura.

Tras su publicación y debido a la reacción exacerbada de los militares, Huertas fue detenido y procesado el 22 de julio por injurias al ejército tras un consejo de guerra sumarísimo, que le condujo a la Cárcel Modelo. Esta decisión, considerada tremendamente injusta por los compañeros periodistas de Huertas, provocó el 23 de julio la primera huelga de prensa en España desde el final de la Guerra Civil española (1939).[5][6]​ La protesta llegó a tal punto que cinco de los ocho diarios barceloneses no salieron a la calle al día siguiente. La excepción fueron los dos diarios del régimen y La Vanguardia.[7]

La situación de Huertas se complicó, una vez dentro de la prisión, al ser acusado de dar apoyo a un etarra llamado Wilson, que supuestamente había atentado contra el almirante Carrero Blanco.[8]​ El vínculo se estableció al encontrar en la agenda del etarra arrestado los datos de contacto de Josep Maria Huertas.[9]​ Pese a los intentos de Araceli Aiguaviva, la esposa de Huertas, por aclarar la relación entre ambos hombres mediante una carta publicada en un diario, el 26 de agosto, un tribunal militar condenó al periodista a dos años de prisión.

Finalmente, Huertas no tuvo que cumplir la sentencia completa y terminó saliendo de la Modelo el 13 de abril de 1976, ocho meses y veinte días más tarde de su ingreso en prisión.[10]​ Este recorte de la pena se produjo, en parte, gracias a la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975. El denominado “caso Huertas” hizo del periodista un símbolo de la libertad de expresión y un referente de la lucha antifranquista.

Referencias