Casa de Iturbide

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Casa de Iturbide


Etnicidad Española,

Títulos

Gobernante en México

Fundación 19 de mayo de 1822
Disolución 19 de marzo de 1824
Miembros
Fundador Agustín I
Último gobernante Agustín I

Los Iturbide fue una familia nobiliaria de origen español y reinante en México entre el 18 de mayo de 1822 y el 19 de marzo de 1823; cuyos orígenes se remontan al Reino de Navarra, más específicamente a la zona conocida como Valle de Baztán. Iturbide significa "camino de la fuente", "canal", "manantial", en vasco.

Los Yturbide en Europa

La familia Yturbide fue ennoblecida por el rey Juan II de Aragón hacia el siglo XV. Don Martín de Iturbide era alcalde perpetuo del Valle de Baztán en 1432 y ejerció la jurisdicción en nombre del rey.

Posteriormente, la familia obtuvo altos oficios en las tierras vascas desde el sigo XV y varios miembros prominentes de la familia se encuentran en los registros de los archivos de Pamplona. Se sabe que don Juan de Yturbide junto con dos de sus hijos cayeron en la Batalla de Lepanto en 1517.

Ya en el siglo XVIII, don José de Yturbide y Álvarez de Eulate contrajo matrimonio con doña Josefa de Arregui y Gastelu. En 1739 fueron padres de José Joaquín, quien dejó España y se trasladó al Virreinato de la Nueva España, estableciéndose finalmente en la ciudad de Valladolid (hoy Morelia).

Los Iturbide en Nueva España

Hacia 1786, don José Joaquín era miembro del Consejo Municipal y propietario de una hacienda en Quirio. En 1772, se casó con doña María Josefa de Arámburu y Carrillo de Figueroa, también descendiente de una familia noble de Navarra y Vizcaya (País Vasco). El 27 de septiembre, nació su quinto hijo, Agustín, quien desde temprana edad entró en la carrera de las armas.

Durante la Guerra de Independencia de México, Agustín se hizo notable por sus exitosas campañas a favor de las fuerzas realistas. En ese tránsito amasó una fortuna, aprovechando su posición en el ejército. En 1821 proclamó el Plan de Iguala por medio del cual convocaba a los antiguos realistas a culminar con la independencia. Inmediatamente después se entrevistó con éxito con el único jefe de la resistencia insurgente que quedaba, Vicente Guerrero. Unidos los antiguos realistas con los insurgentes en un nuevo ejército, el Ejército Trigarante, Agustín celebró los Tratados de Córdoba con el capitán general Juan de O'Donojú, último gobernante español de la Nueva España, por medio del cual el naciente Imperio Mexicano alcanzaba la independencia y en primera instancia se ofrecía el trono a Fernando VII o algún miembro de la familia de los Borbones. Sin embargo éste rechazó el tratado y desconoció la independencia de México.

Cabe señalar la existencia de otra rama de la familia Iturbide en la Nueva España. Un linaje proveniente del Valle de Baztán, más precisamente de las localidades de Zozaia y Gartzain, en Navarra, que llegó a México hacia 1770 por conducto de don Pedro Antonio de Iturbide y Pérez. Don Pedro Antonio, nacido en Calahorra, en la región de La Rioja, España, se mudó a la ciudad de México, y de ahí paso a San Luis de la Paz, ya que había sido nombrado teniente del regimiento de Logroño y alcalde mayor por su Majestad del citado pueblo y su jurisdicción. Este linaje de los Iturbide pasó luego a Zacatecas, y de ahí a Morelia, desde donde la familia se extendió, principalmente hacia las ciudades de México y de Guadalajara.

Los Iturbide como familia imperial de México

El emperador Agustín I, por Josephus Arias Huerta.

El 19 de mayo de 1822 Agustín de Iturbide fue proclamado Emperador de México por el Congreso Constituyente. Asumió con el nombre de Agustín I y fue apoyado por la mayor parte de la Junta de Gobierno Provisional y por las bases del Ejército Trigarante.[1]​ El día 22 de junio siguiente, el mismo Congreso acordó que la monarquía imperial sería hereditaria y acordó dar los siguientes títulos a la familia imperial:[2]

Cabe señalar que Agustín de Iturbide tuvo otros dos hijos:[2]

  • D. María de los Dolores de Iturbide y Huarte, hija fallecida en 1820, antes de su proclamación.
  • D. Agustín Cosme de Iturbide y Huarte. Hijo póstumo que no llevó título imperial.

Luego de diez meses de reinado, el Emperador no pudo detener una revolución republicana y se vio obligado a abdicar a finales de marzo de 1823. Al reunirse el Congreso Constituyente para deliberar sobre la abdicación, en vez de eso desconoció todo acto emanado desde el 18 de marzo de 1821, con lo que todo lo sucedido durante el reinado de Agustín I se declaró insubsistente. Como si no hubiese existido. Posteriormente se decretó su destierro.[1]

Partió al exilio rumbo a Liorna, Italia, y de allí pasó a Londres, Inglaterra, desde donde decidió regresar a México para defender al país de una posible reconquista española. Al llegar a México desconocía que había un decreto que lo sentenciaba a muerte si intentase regresar al país. Aprendido y siendo juzgado sumariamente fue fusilado en Padilla en mayo de 1824.[1]

Tras su muerte, su viuda se exilió en Estados Unidos, y el otrora príncipe imperial don Agustín Jerónimo de Iturbide y Huarte heredó los derechos dinásticos de su destronado padre.[1]

Los Iturbide en tiempos de Maximiliano I de México

Una vez que el emperador Maximiliano de Habsburgo estableció su reinado en la capital del Imperio, atendió un cabo suelto de vital importancia para su legetimidad: pactar en secreto con la familia Iturbide. Lo que ocurrió el 9 de septiembre de 1865 en el Alcázar de Chapultepec con los hijos de Agustín de Iturbide: Agustín Jerónimo, Ángel, Agustín Cosme y Josefa.[3]

En el pacto secreto, Maximiliano se convirtió en el tutor y curador de los dos nietos varones del anterior Emperador: de Agustín y de Salvador. Asimismo, estableció que Josefa sería cotutora de sus sobrinos. En el pacto secreto también se otorgaron sumas de dinero y la promesa de regularizar las pensiones de Agustín Jerónimo, Ángel, Agustín Cosme e incluso de Sabina, ausente en las negociaciones; quienes a cambio no podrían entrar en México sin la autorización del Emperador. Además, con este pacto Maximiliano obtuvo el reconocimiento tácito como emperador de México de Agustín Jerónimo, otrora príncipe imperial y fugaz heredero de la corona de su padre; así como de la familia entera.[3]

Para redondear lo anterior, el Emperador publicó un decreto el 16 de septiembre siguiente en el que se les concedía a los nietos de Agustín de Iturbide, así como a su hija Josefina, los títulos vitalicios, más no hereditarios, de "príncipes de Iturbide" que serían inmediatos a los que tuviese la familia reinante. En este decreto hizo público su deseo de ser el tutor y curador de los nietos y el papel de Josefina.[3]

El vínculo familiar de Agustín de Iturbide con sus nietos es el siguiente:[2]

Un año después, en 1866, moriría Agustín Jerónimo sin descendencia legítima, por lo que los derechos hereditarios de los Iturbide pasarían a su hermano Ángel de Iturbide y Huarte.

La segunda familia en importancia del Imperio, tras la de los mismos monarcas, mantuvo su estatus hasta la caida del Imperio en Querétaro en 1867.

Los Iturbide en el exilio

Sin títulos de ningún tipo reconocidos por el Estado Mexicano, los Iturbide continuaron en el exilio. Ángel de Iturbide y Huarte moriría en 1872, por lo que los derechos de la familia Iturbide pasarían a su hijo Agustín de Iturbide y Green hasta su muerte en 1925, extinguiéndose con él la línea masculina del emperador Agustín I.[2]​´

La jefatura de la familia Iturbide pasó a la descendencia del otro nieto de Agustín I tutelado por Maximiliano I, a la hija de Salvador de Iturbide y Marzán: María Josefa de Iturbide, quien vivía en Rumanía. Durante la Segunda Guerra Mundial, junto con su segundo esposo, Carlos Carrier, fueron internados en un campo de concentración rumano y murieron en noviembre de 1949. Actualmente el nieto de esta y por consenso de la familia, pasando así la línea sucesoria a su nieto radicado en Australia, Maximiliano de Götzen-Iturbide, quien desde entonces ha asumido la jefatura de la familia Iturbide.[2]

Controversia sobre los derechos dinásticos de la Casa de Iturbide

En primera instancia, la Casa de Iturbide obtuvo los derechos sobre el trono imperial mexicano de la misma forma que los perdió, por decreto del Congreso Constituyente mexicano de 1822-1823, incluso antes de que se proclamara la República Mexicana. Como refuerzo de lo anterior, la voluntad nacional que continúa residiendo en el Congreso, organizó al país en una República que ha sido ratificada por las constituciones y leyes fundamentales de 1824, 1836, 1843, 1857 y 1917, que además ha establecido la prohibición a la existencia de títulos nobiliarios. Por lo anterior, en México no existe ninguna prerrogativa posible ni reconocimiento alguno a cualesquier derecho dinástico de la Casa de Iturbide.

Sobre esto último, surge una controversia, desencadenada por la renuncia tácita hecha por los Iturbide, en específico de Agustín Jerónimo de Iturbide en favor de Maximiliano I de México en 1865, lo que puede considerarse como el final de la línea de sucesión directa de los Iturbide.

Cabe señalar que es falsa la idea de que Maximiliano I de México adoptara a los nietos de Agustín de Iturbide, la realidad es que ambos fueron tomados en tutelaje por el Emperador y fueron puestos en la línea de sucesión, siempre y cuando hubiese fallecido la familia Imperial conformada por Maximiliano y Carlota, esto en virtud de un Decreto del 16 de Septiembre de 1865, y no por derecho de sucesión legítima. Ambos Príncipes de Iturbide murieron antes que la Emperatriz, y por tal razón no adquirieron los derechos dinásticos a título personal, por lo que no podían heredarlo a sus sucesores. El decreto también dice que el título de Príncipe de Iturbide no es hereditario y que necesita de la autorización de la Regencia o del Emperador reinante de México, para su concesión a los descendientes de Agustín o Salvador de Iturbide. Es por esta razón, que los derechos sucesorios de la familia Iturbide pueden verse cuestionados, al no haber declaración de la Regencia (compuesta por José María Lacunza, Teodosio Lares y Leonardo Márquez) que le confiriera tal título de María Josefa de Iturbide, ésta no podía ni usarlo ni heredarlo y en virtud de que tal título confiere la Sucesión al Trono de México, al no tenerlo, sus sucesores no tienen derecho legítimo a tomar el Trono del Imperio. [4]

Personajes importantes

Véase También

Referencias

  1. a b c d «El Emperador Agustín». 2003. Consultado el 29 abr. 2013. 
  2. a b c d e Williamson, David G. (2003). «The Genealogy of the House of Iturbide». Consultado el 29 abr. 2013. 
  3. a b c «Línea de Sucesión al Trono de México». 2012. Consultado el 29 abr. 2013. 
  4. http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080045869/1080045869.html Decretos del Segundo Imperio, Universidad Autónoma de Nuevo León].

Enlaces externos